Albus Dumbledore estaba en su oficina, pensando en algunas personas que veía su desesperanza, desaparecer poco a poco. Luego de tanto pensar cómo podría ayudar, se le ocurrió una idea. Levanto su varita de sauco y creo un encantamiento…

Vitae id est lux. (La vida es la luz)

Lux est spero. (La luz es la esperanza)

Spem est gaudium. (La esperanza es una alegría)

Gaudium id est pacem. (La alegría es la paz)

Al terminar el encantamiento, estaba cansado cuando una gran luz apareció…

4 de mayo de 2024…

Todos los héroes y participantes de la segunda Guerra mágica estaban en Hogwarts con algunos familiares, que estaban celebrando el aniversario. Además de visitar la que una vez fue su hogar por sietes años de su vida, donde encontraron amigos, enemigos, el primer amor o desamor. Era los 26 años de aniversario que derrotaron a Voldemort.

Había un grupo de jóvenes caminado por los pasillos de Hogwarts, cuando una gran luz apareció, y ellos desaparecieron.

28 de febrero de 1996…

Cuando la luz desapareció, el director vio un gran grupo de jóvenes que lo miraban con los ojos abiertos.

-Director Dumbledore. –chillo sorprendida, una chica azabache de ojos castaño claro.

-¿es usted? –pregunto atónito, un chico moreno. Albus sonrió y asintió.

-pero usted está muerto. –dijo un pelirrojo. Recibió un zape en la cabeza.

Albus Dumbledore sabía que era del futuro; lo cual, no era extraño que dijera que él estuviera muerto. Él lo tenía preparado para el momento, sonrió…

-¿Qué estamos haciendo aquí? –pregunto una castaña de ojos grises.

-yo los llame. –contesto el director. Hubo algunos murmullos.

-¿para qué? –pregunto un azabache de ojos color esmeralda.

-porque es necesario que se presenten a los actuales estudiantes de Hogwarts. –contesto Dumbledore mientras se sentaba en su sillón.

-pero, ¿regresaremos a nuestro tiempo? –pregunto nerviosa, una pelirroja de ojos marrones.

-por supuesto. –aseguro Dumbledore con una sonrisa tranquila. –ustedes se irán, cuando cumplan con el objetivo del hechizo.

-¿Cuál fue el objetivo del hechizo que usted invoco? –pregunto un rubio de ojos azules profundo.

-su objetivo es devolver un poco de esperanza a algunos jóvenes. –contesto.

-pero si nos presentamos y revelamos algunas cosas, ¿no afectara nuestro futuro? – pregunto otra castaña de ojos grises.

-no, ellos no se acordaran de ustedes, pero con sus presentaciones le crearan esperanza en sus corazones. –aseguro Dumbledore. Hubo un gran murmullo hasta que…

-está bien. Confiamos lo que nos dijo. ¿Cuándo empezamos? –pregunto un adulto castaño de ojos verdes. Albus sonrió.

-mañana. Por lo que veo, hay probabilidad que nos tome dos días. ¡Ah!, no se preocupen por el tiempo, no será afectado en nada. –algunos soltaron un suspiro.-ahora, me espera aquí. Necesito algo de ayuda, llamare la profesora Mcgonagall…

-minnie. –vociferaron algunas voces cantarinas. Albus sonrió… mientras los jóvenes conversaban, el director envió su patronum a la profesora de transformación.

Diez minutos después, apareció la profesora minerva con su actitud seria como siempre. Dumbledore le había dicho que no dijeran nada a la profesora hasta el día siguiente, ellos aceptaron. Dumbledore le pidió a minerva que condujera a los muchachos hasta la sala de los menesteres, donde ellos descansarían. Minerva acepto aunque un poco recelosa con los jóvenes, sonreían y murmuraban, eso les trajo algunos recuerdos estremecedores.

Los muchachos se dividieron por familia y descansaron, preparándose mentalmente para cualquiera reacción que sus padres podrían dar.