Recuerden que todos los personajes mencionados a lo largo de esta FANFIC no me pertenecen, son de la Gran Reina J. .
Unas manos bronceadas débilmente temblorosas, cargaban un tazón hondo lleno de agua cristalina y fresca. En el reflejo se apreciaba el rostro delineado y vagamente resplandeciente de una chica de ojos en tonos cafés, pestañas largas, curvas y negras. Labios rosados, mordisqueados por los dientes de ella.
Caminaba por un pasillo estrecho donde todo era negro. Las paredes, el techo, los retratos, incluso las lámparas tenían ese toque de oscuro. La única luz que la guiaba era la que despedía la Luna, que se filtraba en pequeños agujeros rebeldes del número 12 de Grimmauld Place.
Finalmente se detuvo en una puerta de madera, igualmente negra , como las demás, entreabierta. En la parte superior, rezaba el nombre de Regulus Arcturus Black. Al llevar el tazón no podía llamar dentro, solo se limitó a escuchar alguna señal de movimiento. Solo pudo detectar un fino suspirar, como si alguien estuviera dormitando.
Se separo de la puerta y mordió sus labios una vez más, antes de darle un golpe leve y abrirla completamente. Al entrar percibió que estaba completamente a oscuras y la persona recostada en la cama, dirigía su mirada a ella.
Unas cansadas y penetrantes pupilas plateadas como la luz que había afuera era lo que veía. Un anguloso rostro y un trozo de cabello rubio.
-Hola…-dijo Hermione no teniendo más palabras de decir. Tímidamente le dio una sonrisa.
Él no contesto, solamente la seguía calculando con la mirada. La chica fue hacía la pequeña mesa de noche, aun lado de la cama y aun así no se libro de la vista del rubio. Allí dejo el tazón y busco entre su ropa algo que, por la oscuridad, no era fácil saber que era. Finalmente encontró lo que buscaba. Era un trapo desgastado pero limpio.
-Me alegro que hayas despertado.-sonó de nuevo la voz ronca, pero cálida de Hermione Granger, mientras hundía el trapo en el agua.
Una vez más, él no contesto. Ella hizo su trabajo, mientras mojaba el trapo, lo sacaba, exprimía y volvía a mojar. Eso hizo durante un rato. Cuando estuvo completamente húmedo, lo siguiente que hizo fue sacar una vela aromática de un pequeño bolso de cuentas que tenía colgado de lado. Rápidamente la prendió con su varita y la hizo levitar encima de la cabeza de Draco. La llama ilumino un poco la habitación e hizo lo mismo con el rostro del chico.
No había perdido su tono pálido, pero aun así Hermione se sobresalto un poco al verlo tan ojeroso, lleno de heridas y consumido, como si fuera un fantasma. Parecía que lo único vivo en él eran esas pupilas, que desde que lo conoció, no perdían la intensidad que guardaban.
-Le pedí a Kreacher que mandara comida. Solo hay pan con mantequilla y un poco de fruta.-dijo, esta vez con la esperanza de que él digiera algo. Quería escuchar su voz. Quería asegurarse que estuviera bien. No obtuvo nada.
Tomo el trapo que descansaba alado del tazón y con sumo cuidado fue acercándose al rostro de Draco. Se detuvo un momento, esperando que él hiciera algo, pero solo era una estatua platinada y fantasmal que se dedicaba solo a mirarla.
La chica miro la vela, comprobando que no cayera cera. O al menos eso pretendía hacer, porque sentir la mirada de Malfoy tan potente ante ella, era un poco incomodo. Finalmente, bajo la mirada y de inmediato comenzó a humedecer las heridas de Draco con el trapo. Esta vez se sintió orgullosa, ya que el chico cerró los ojos a causa del dolor punzante que sentía.
Limpio los cortes de sus mejillas, frente, quijada. Había una bastante grande en una parte lateral de su cuello, así que con algo de miedo al lastimarlo, tomo su mentón tan varonil y alzó un poco su cabeza para poder limpiar esa herida.
-Esta es bastante profunda, ¿Sabes con que la hicieron?-preguntó. Esta vez, tenía que responder.
Tardo un poco en obtener respuesta, pues parecía que Draco estuviera recordando, con qué clase de cosa le habían hecho la herida del cuello.
-Navaja.-dijo Draco cerrando una vez más los ojos y suspirando. Estaba demasiado cansado, incluso para hablar.
-Creo que tendré que conseguir algo de Dictamo. Por lo pronto no muevas tanto la cabeza para evitar que se abra más…-dijo Hermione dejando caer, con cuidado, el mentón de Draco y siguiendo con los moretones de los brazos, que eran morados con azul.
De nuevo el silencio reino, donde las quejas del chico se hacían cada vez más seguidas, conforme Hermione apretaba los moretones.
-Granger…
La chica oyó su apellido como si fuera una buena noticia y disimulando su alegría obtenida dijo:
-¿Si…Malfoy?
-¿Dónde estamos?
Ahora fue ella quien se tardo un poco en decir runa respuesta. La desconcertaba que Draco no reconociera ese cuarto o al menos no lo asociara con la casa. Después de todo era la casa de su Madre ¿no?
.-Es la antigua casa de los Black. Tambien la usamos como Cuartel General de La Or…
-¡HERMIONE!
Tanto ella como Draco se sobresaltaron con el grito que venía, al parecer de la planta baja, que a juzgar por el tono impaciente y ronco, debía ser un llamado de Ron.
-Iré a ver que quieren. Deberías volver a dormir, estas muy cansado y necesitas reposo. Prometo que Kreacher de traerá comida lo más rápido posible. Vuelvo en un momento…
Antes de tan siquiera escuchar algo por parte de él, Hermione se levanto de la cama y se fue directo a la puerta, la cual cerro con fuera descomunal en ella. La razón era la incomodidad y la rareza que imponía estar a solas con Draco Malfoy, viendo que está demasiado herido. Sintiendo compasión por él.
-¡HERMIONE!
-¡Ya voy, Ronald!
Fue recorriendo el pasillo, para luego dar una ligera vuelta y empezar a bajar por las escaleras, por donde se escuchaban más voces.
-Vaya Hermione enserió eres lenta…-comenzó Ron.
-Ya despertó.-dijo ella ignorando a Ron y mirando a Harry, que estaba hablando con Remus y Tonks.
Las cuatro personas presentes se quedaron en silencio y miraron a Hermione.
-¿Cómo esta?-pregunto Tonks, que mostraba un cabello menos resplandeciente y chillón que las otras veces. Era un color opaco, sin brillo y bastante soso.
-Muy mal. Se le nota demasiado cansado y además…no lo sé chicos, tal vez deberíamos llamar a un Sanador.
-Nadie puede conocer esa casa Hermione, recuérdalo…
-Pero se vepésimo, Remus. Esta más pálido de lo habitual, los moretones son muy severos. Como si lo hubieran golpeado por horas…
-¿Ya comió?-pregunto el Licántropo.
-No. ¿Alguno ha visto a Kreacher para que…
-Hermione. Estábamos hablando con Harry y Ron. Y además los otros Weasley ya lo saben. Y todos creemos que no es bueno que lo tengamos aquí.-dijo Tonks.
-¿A Kreacher?-dijo Hermione, confusa.
-A Malfoy.-dijo Ron.-…Solo dale algo de comer y adiós. Hermione si él se ve pésimo, más pésima se ve esta idea de tenerlo aquí. Lo están buscando…
-Igual que a Harry pero eso no nos impide ser sus amigos ¿o sí?-replico Hermione que fue hacia la cocina, pasando entre Remus y Tonks.
-¡Kreacher! ¡Kreacher!
-Hermione, por favor, escúchanos…-ahora era el turno de Harry de hablar.
-¿Escuchar que Harry, creí que acordamos traerlo aquí?
-Lo sé, pero pensándolo mejor, no es seguro Hermione. Él es un mortifago…
-Y nosotros estamos planeando entrar en el Ministerio. Harry esta plática es absurda… ¡Kreacher!
De una alacena llena de moho y un olor a gato callejero, salió un mugroso, pequeño y bastante feo elfo domestico que dijo en voz baja:
-La sangre sucia dándole ordenes a Kreacher…gritando el nombre de Kreacher como una maniática…fingiré que no existe…
-Kreacher. Podrías subir a la habitación de…
-Lalalalala, no escucho nada, no oigo nada…-siguió murmurando el elfo
-a la habitación de…Regu…
-No escucho, o escucho palabras de Sangre Sucias…
-De Regulus algo de comida para…
-¿Dijiste a la habitación del amo, Regulus?-dijo Kreacher, haciendo que sus ojos grandes y brillosos, se abrieran.
-Sí. Verás ahí esta una persona. Draco Malfoy. Es él…
-¡Hijo de la ama Narcissa y el señor Lucius! ¡Haberlo dicho antes! ¡ESPERE SEÑORITO MALFOY! ¡KREACHER LLEVARÁ LA COMIDA!-rápidamente comenzó a tomar el poco alimento que tenían y a ponerlo en una charola de plata-…por fin alguien digno a quien servir…
Cuando el elfo se hubo ido, Hermione borró la sonrisa que se le había formado cuando vio a sus dos mejores amigos, no tan contentos.
-¿Qué?
-Tenemos que desacérennos de Malfoy, Hermione. Por el amor a Merlín, fue él quien dejo…
-...entrar a los mortifagos. Ya se me tu historia Harry, gracias. Pero entiendan, él necesita ayuda ahora. Y dudo mucho que fuera tan idiota como para llamar a los "suyos" ahora. Todos lo odian…-dijo Hermione, callándose de repente, al recordar en su memoria la razón de ese odio.
-Hermione, no podemos confiar en él…
-¡También eso lo sé, Ron!
-¡Entonces porque no dices "Claro, hay que dejarlo ir"! ¡Porque te empeñas en retener a ese…!
-Basta Ron.-dijo Tonks, que parecía más aburrida que interesada por la discusión de Ron y Hermione.-…mejor mañana decidimos este lió. Va a venir toda la Orden…
-Y lo podremos a votación y tendrás que aceptar a la mayoría.-dijo Remus mientras se ponía su capa de viaje, gastada y sucia, como su rostro.
Hermione pasó su mirada desde Remus hasta Harry y regresó. Estaban siendo muy injustos. ¿Acaso les gustaría que los echaran a la calle, estando magullados e incapaces de mantenerse en pie? Siempre había sido muy empática y odiaba que sus amigos no pudieran tener ese mismo valor. Sin nada que decir, volvió sus pasos y subió las escaleras. Al llegar hasta arriba, cerró los ojos y respiro profundamente. Tenía un sueño terrible, quería darse un buen baño y dormir hasta el amanecer. Abrió los ojos y fue directo al cuarto de Regulus.
Sus pasos ya eran pesados, como sus parpados. Dio un bostezo bastante grande y se paro ante la puerta para escuchar algo.
-¿Le gustaría algo más, Señorito Malfoy…?
-Ya te dije cinco veces que no. Y no me llames Señorito…-dijo al voz, ronca y floja de Draco.
Hermione, adormecida, rió bajo y estaba punto de entrar, pero Kreacher se le adelanto y abrió la puerta antes que ella.
-¿Qué quiere aquí la Sangre Sucia?-dijo, volviendo a poner su cara de ratón muerto.
-Kreacher ¿Qué letra de Lárgate no entiendes?-dijo Draco desde adentro, aun recostado.
El elfo obedeció, sumiso, y con una reverencia hacía Draco se fue dando pasitos.
-Es un poco molesto, pero solo es una criatura incomprendida que necesita…-comenzó a decir Hermione, pero fue interrumpida.
-Ese Weasley, grita muy fuerte. ¿Así que me quieren echar de aquí?
Hermione miró a Draco a medias, pues la semi oscuridad y el sueño le impedían ver con claridad. Se fue acercando de nuevo a la cama.
-Si…pero no lo harán, te lo aseguro. Mañana les daré muy buenas razones para…
-¿Por qué tu? ¿Por qué quieres que este aquí?
Por primera vez, tal vez en su vida, no contesto una pregunta hecha directamente. ¿Por qué lo quiere tener allí? Se limito a encogerse de hombros.
-Yo se me mi cuento, ¿si Malfoy?
-Me encantaría escucharlo…
-Ahora tengo mucho sueño y créeme que lo menos que quiero es hablar contigo…
-Pero si eres tú la que quieres que me quede…
-¡¿Acaso quieres que te saquen a la calle, donde con tan solo dar un paso, te pueden matar?! Perdóname, pero tu mentalidad con la mía es muy distinta. Así que te agradecería que por una vez mantuvieras tu boca cerrada y dejaras que los demás se hicieran cargo.
-Me pides muchas cosas, Granger. Para empezar, antes muerto que dejar que Weasley o Potter me cuiden…
-Pues fíjate que ya no estás muy lejos de morir.-dijo Hermione sentándose y mirando su rostro. Al toparse de nuevo con las pupilas grises, tuvo que quitar de inmediato la mirada para no clavarse en ella.
-Creo que ese sería lo mejor…
-Ay por favor. No te sale el numerito del chico sufrido, así que no lo hagas.-dijo Hermione algo enfadada. Con la parte trasera de su mano, la llevo a la frente de Draco y toco sus mejillas.-…tienes fiebre. Mañana por la mañana te darás un baño.
-¿Por qué tanta preocupación? Además, créeme que mañana por la mañana, estaré haya afuera.
-Eso depende de mí, ahora cállate y duerme. También tengo que conseguir el Dictamo y…Agh! Muchas cosas, estoy cansada y me iré a la cama.-la castaña, le dio una última mirada y salió de la habitación, para tomar el picaporte y por último decir:
-Y no te preocupes por si Harry y Ron te cuidan…yo me haré cargo de ti.-
