Disclaimer: Naruto no me pertenece, es creación de Masashi Kishimoto.


"Lo que importa"


"Tú y yo entrelazamos las manos… y todo comenzó a brillar".

Cascade – Unlimits


Sarada sabía que debía aprovechar al máximo el tiempo en que su padre se quedaría en la aldea. Porque él debía de volver a esa 'misión importante' de la cual ella no estaba enterada de los detalles y ahora, entendía que no había necesidad de saber, ella amaba a su padre y punto, porque era solo lo que sentíamos lo que importaba, según el Hokage, ¿verdad?

Una vez más miró a su padre de reojo durante la cena, en ese momento se acercó su madre sirviendo la comida; Sarada tomó una fotografía en su cabeza, orando porque esa escena se pudiera repetir con más frecuencia en el futuro.

Siendo conciente que el tiempo avanzaba y no perdona, empezó su pequeño interrogatorio.

— Papá… ¿cómo fue tu primer beso con mamá?— le preguntó con sincera curiosidad.

Sarada vio a su padre detener el cuchillo con que cortaba el pescado y hacer un gesto con su boca, no pudo ver a través de sus ojos porque el flequillo le cubría el ojo izquierdo. ¿Acaso estaba nervioso? ¡Imposible! Su padre era uno de los shinobis más centrados y temidos en Konoha, según su madre y por lo poco que había visto cuando estuvo luchando.

— No estás en edad de preguntar eso, Sarada— respondió.

Sarada hizo un mohín con la boca, desanimada, pero volvió cargada con más preguntas.

— ¿Qué le pasó a tu brazo?— preguntó titubeando.

— Es una larga historia.

Se quedó esperando una explicación la cual nunca llegó, su madre volvió y se sentó con una sonrisa, recordó que ella podía ser tan o más perseverante que su madre.

Lo siguió bombardeando con más preguntas acerca de su madre, su relación y su pasado; las cuales Sasuke respondía escuetamente o Sakura intervenía para salvarlo. Solo cuando Sarada le preguntó por algún consejo para los exámenes Genin, su padre empezó a explicarle sobre los jutsus más básicos, logrando al fin una respuesta más amplia. Le compartió anécdotas de ella y la Academia, las cuales él atendía y comentaba.

Su padre era un hombre reservado, tal y como le había dicho su madre.

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No podía dormir, el miedo de que su padre se marchara en algún momento le atormentaba gravemente. Se levantó y salió de su habitación, vio que las luces de la sala principal estaban encendidas y bajó a ver si sus padres seguían despiertos. Los vio, estaban sentados en un mueble, sus manos estaban entrelazadas. Su madre sonreía tristemente y su padre estaba hablando algo que desde su escondite no podía escuchar. A pesar del ambiente triste, Sarada podía sentir la calidez de la situación; no solo los ojos de sus padres brillaban, sino todo a su alrededor; aquel brillo tocó su corazón, conmoviéndola.

Vio a su padre acercar su rostro al de su madre, pero antes de hacer cualquier cosa, Sasuke giró su rostro en dirección a su hija. Sarada corrió avergonzada y se encerró en su habitación.

Durmió sonriendo, el brillo que desprendía el amor de sus padres calmaba sus ansias de respuestas.

Como diría el Hokage, ellos se amaban, y eso era lo único que importaba.

:_:

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N/A: No sabía lo difícil de escribir un drabble hasta que empecé a escribirlo, es complicado resumir una idea en pocas palabras :'(.

Este drabble es un aporte al mes SasuSaku, actividad "Frase de la semana" hecha en el grupo SasuSaku **Eternal Love**.

¡Feliz mes SasuSaku!

:B