En un campo rodeado de árboles, se encontraba sentada sobre un tronco y -observando el oscuro cielo siendo iluminado por la bella luna y un sinfín de estrellas. Ese par de ojos, grandes, hermosos y violeta; esos brillantes ojos que denotaban siempre mucha energía y felicidad, esta vez contemplaban el infinito cielo nocturno con una gran tristeza.

Buscaba contener sus lágrimas con toda su fuerza pero era difícil. De pronto un viento rápido hizo que su cabello bailara y su flequillo quedara desarreglado. Rápidamente busco ponerlo en su lugar de nuevo y mientras hacía eso un recuerdo le vino a su mente, todo su cuerpo hizo una pausa momentánea justo en ese momento sus tristes ojos se llenaron de agua y velozmente comenzaron a caer lágrimas sobre sus mejillas. — ¿Por qué? ¿Qué fue lo que pasó?—

Botan iba muy deprisa dejando a su compañero atrás. Ella iba hablando, regañándolo porque iban a llegar tarde. Al no escuchar replica alguna por parte de su compañero decide parar y darse la vuelta. Se queda sorprendida al ver lo atrás que venía su compañero, a este no parecía importarle mucho ir deprisa.

— ¡¿Por qué estás tan atrás?! — reclama la chica. El chico que avanza a su ritmo, pero pronto a llegar con ella, solo le sonríe. — Si no te das prisa vamos a perder la reservación— dice mientras jala del brazo a su acompañante.

Este la detiene con su brazo libre y la acorrala contra un largo muro. La chica solo suelta una pequeña risa nerviosa, en cambio la risa y la mirada verde del joven fue completamente contraria. El chico comenzó a acercarse cada vez un poco más a la cara de Botan cuando un fuerte viento los interrumpió provocando que el cabello de ambos quedara completamente alborotado. Los dos soplaron molestos para alejar el cabello que quedó en sus caras, acto seguido comenzaron a reír.

—Quedaste hermosa— dice Minamino a la vez que con sus suaves manos comienza a arreglar el flequillo de su novia.

—Nya, ¿qué es lo que buscas Kurama?— dice en tono juguetón.

Minamino está a punto de dar el toque final —solo esto— le da un tierno beso en su frente, se aleja un poco de ella y con un suave movimiento de manos el flequillo queda como si no conociera al viento. Al alejarse de ella puede observar su cara, Botan había quedado totalmente pasmada. —Eso me gusta mucho de ti, a pesar de todo lo que hemos vivido aun te sonrojas con cosas tan inocentes— la toma de la mano y continúan su camino. Mientras caminan la chica lo mira de reojo y solo puede pensar en lo afortunada que es de tener a alguien como él.