Ella también había caído en el matrimonio arreglado de sus padres. Un muchacho había llegado a pedir su mano, un tal Sygnus Black. El sujeto no parecía nada desagradable, es mas, se enamoró de él.

Pero ni siquiera todo ese amor alcanzó a llenar e hueco que quedó vacío. En los largos, largos años de matrimonios, Druella no logró concebir ni un solo hijo barón. En vez de eso, la bruja dio a luz a 3 hermosas niñas Bellatrix la mayor, Andrómeda la del medio y Narcissa la menor.

Cada una de ellas era su orgullo y su disgusto al mismo tiempo.

Al nacer la tercera de sus hijas, Sygnus decidió que ya era hora de dejar de intentarlo para bien o para mal ya sentía a su familia completa.

A lo largo de los años, Druella educó personalmente a cada una de ellas, preparándolas para ser mujeres del hogar, esposas dedicadas y madres cuidadosas. Las pulió hasta que logró verlas como verdaderas damas de la alta sociedad. Ya que además de estudiar en el colegio recibían apoyo de los mejores profesores particulares de idioma, música, cultura y cocina. Aunque tampoco había que olvidar que su querido padre las amaba demasiado y que era el el encargado de malcriarlas. Les compraba trajes, joyas, perfumes, maquillaje y zapatos nuevos para toda ocasión. Pero… mas allá del lujo, las riquezas y las comodidades algo salió mal. Las 3 damas crecieron al comienzo de tiempos oscuros y peligrosos. En ocasiones escuchaban hablar de un tal "Señor oscuro", un mago descendiente del gran Salazar Slytherin, protector de la sangre pura.

Druella no pudo pelear contra eso, el perfecto control sobre sus hijas se vió severamente afectado. A Bellatrix logró casarla con Rodolphus Lestrange, un partidario de familia intachable. Pero no logró dejarla en la casa, la morocha se sumergió en la política y se unió a la guerra del señor oscuro y por si todo esto fuera poco, no concibió ningún heredero, ni niño ni niña. Narcissa, bueno ella fue la ecepción, siempre fue una buena niña. Se casó con Lucius Malfoy otras de las casas de sangre pura más respetadas del mundo mágico y hasta le dio un primogénito varón.

Pero hubo algo que la mató sentimentalmente hablando. Su hija del medio, Andrómeda. Ella también había entrado en la política al igual que su hermana mayor. Solo que para ella los ideales del señor Oscuro eran erróneos e inaceptables. Andrómeda… estaba en contra del señor oscuro. Trataron de enderezarla a la fuerza, consiguiendo únicamente que la mujercita huyera. ¿Con quien? Un Muggle. Ted Tonks. Por más que le doliera en el fondo del corazón, Druella renunció a ella como de madre. Su hija no era más que una sucia traidora a la sangre.

Si conseguian por cualquier medio traerla de regreso a casa, de seguro el señor oscuro ordenaria que la matacen.

Ya nada había para hacer. Oficialmente el número de las hermanas Black se había reducido a 2. Había muerto para todos.

Ella no culpa a nadie por ello, no en vos si, pensaba muy seriamente que el señor oscuro era el causante del destrozo de su familia.

A menudo Druella pensaba:

¿Qué hubiera pasado si todo hubiera sido como antes?

¿Qué hubiera pasado si todo hubiera pasado como ella quería?

Al final de su vida, Druella examinó con cuidado los intentos, las derrotas y los triunfos.

Se le venían a la mente las imágenes de sus pequeñas princesitas tomando él te con sus primeros vestiditos de etiqueta, o cuando estaba embarazada de cada una de ellas y hasta la primera vez que le dijeron mama.