Te miré y no supe que hacer. De nuevo te encontré mirándome así, con esa intensidad que te caracteriza. Bajé el rostro, antes de que pudieras notar el sonrojo en mis mejillas. Ya no podemos seguir así, mirando a hurtadillas y por encima del libro; cada día que pasa duele más, esto que siento no puede parar.
Me miras así y no sé que pensar. A veces creo que sientes lo mismo, pero otras simplemente no te entiendo, frío y duro como el hielo, indiferente. Al final, decido levantarme. No aguanto más tenerte tan lejos pero tan cerca, sin poder tocarte. Levantas la visita y me taladras con tus ojos grises; yo solo te dirijo una última mirada y me doy la vuelta, no sé si entiendes, pero yo ya no puedo seguir así, con este amor que me quema las venas.
Me alejo a paso rápido y subo al último piso. Al sentarme en una gran ventana (mi favorita) me pongo a pensar en todo, en ti, en mi, en mi amor y en el tuyo. Sin darme cuenta, suelto un sollozo quedo, ya no soporto esto: caricias, miradas que no consigo disimular, siento cosas que no puedo ocultar y hay veces que simplemente no sé como seguir y siento que si no lo digo va a quemarme por dentro,.
- Rose-escucho tu voz por encima del viento que corre. Me volteo por inercia, pero al verte solo te dirijo una mirada seca y te doy la espalde de nuevo.
- Rose…-odio que suene tan bien en tus labios
- ¡¿Qué?!-respondo dolida
- Rose ¿Qué tienes? Me evitas, no me hablas –te acercas un poco más-No, no me gusta esto, que ya no sea como antes...
- ¿Cómo antes? ¡¿Cómo antes?! ¡Ya no va a ser como antes nunca más!
- ¿Porqué?-te acercas
- Porque ya no lo soporto, no soporto esto que me quema por dentro, esto que corre por mis venas y no me deja respirar, ¡que me hace quererte y odiarte a la vez!-grito, tenia que sacármelo de dentro
- Pero Rose, Rosie…
- ¡No me digas Rosie!-te espeto, en este momento no estamos para esas confianzas
- Rose-nunca te había visto tan nervioso- Yo… no sé, rose, no sé. Hay algo aquí –señalas tu corazón- que me dice que te amo, pero también hay otra cosa aquí –señalas tu cabeza- que no me deja, que me hace contenerme cuando estoy contigo
- ¿Y vale la pena? –pregunto en un susurro
- No lo sé Rose ¡Juro que no lo sé! Lo único seguro es que tengo ago que ya no puedo callar, porque si no voy a acabar explotando-te sientas a mi lado- Ya no podemos seguir así… ¡Demonios rose di algo! –aunque yo sigo como en shock
- Yo... no se que decirte. No, no sé
- ¡Oh vamos Rose!-me suplicas
- Lo... lo que pasa es que fue tanto tiempo así que no sé que decirte- te miré, no pude evitar perderme en tus ojos grises, y no me di cuenta de que te acercabas
- Entonces no digas nada-susurras, al tiempo que, con una velocidad record, te acercas y me besas. Y de repente me olvido de todos, no hay dolor, problemas ni apellidos, solo Rose y Scorpius, tú y yo.
