Escrito por GeRy Katina

(fan fiction basado en la novela "Dracula" de Bram Stoker en 1897)

CAP 1

CARTA DE LA SEÑORITA MINA MURRAY A LA SEÑORITA LUCY WESTENRA

20 de Marzo

"Mi muy querida Lucy,

Lamento la demora en contestar tu última carta, pero oh Lucy… si supieras lo preocupada que estoy por Jonathan, desde que se fue de viaje de trabajo no supe más de él, durante su ausencia sigo perfeccionando mi taquigrafía, espero saber pronto de él.

Me entere de tus pretendientes! Oh debe ser difícil no lamentar el romperles el corazón, conociéndote debes haber sufrido al decirle a cada uno que no podías corresponderles, te conozco y conozco la inmensa humildad que siempre te caracterizo.

Espero ansiosa saber de ti, como sabes aun sigue en pie mi propuesta de que vengas a mi casa a pasar un tiempo, hace mucho no nos vemos, Lucy… aun recuerdas esas largas noches hablando tonterías de niñas? ¡Extraño eso!

"Te quiere,

MINA

CARTA DE LUCY WESTENRA A LA SEÑORITA MINA MURRAY

Calle de Chatham, 17

"Mi queridísima Mina,

Realmente fue difícil, los tres son tan amables y han sido tan atentos también, quisiera poder decirles que si a todos ellos con tal de verlos felices, son unos verdaderos caballeros y merecen la más feliz de las felicidades, no me queda más que rezar por ello, me siento en deuda por cuanto amor ellos han mostrado, quizás sea incorrecto pero no puedo evitar sentirme culpable por ellos, y el recordar en estos momentos mi boda me siento nostálgica, no debiera ser así pero así es, querida Mina, temo por estos sentimientos.

Bendíceme en tus oraciones, y, Mina, reza por mi felicidad.

LUCY

"P. D. — ¡Oh! Casi lo olvido, estoy muy complacida por tu invitación ciertamente, en estos días estaré terminando de organizar todo el viaje y mi llegada allí a tu lado querida Mina.

Whitby. Encontré en la estación a Lucy, que parecía más dulce y bonita que nunca, y de allí nos dirigimos a la casa de Crescent, en la que tienen cuartos.

Es un lugar muy bonito. El pequeño río, el Esk, corre a través de un profundo valle, que se amplía a medida que se acerca al puerto. Lo atraviesa un gran viaducto, de altos machones, a través del cual el paisaje parece estar algo más lejos de lo que en realidad está. El valle es de un verde bellísimo, y es tan empinado que cuando uno se encuentra en la parte alta de cualquier lado se ve a través de él, a menos que uno esté lo suficientemente cerca como para ver hacia abajo. Las casas del antiguo pueblo (el lado más alejado de nosotros) tienen todas tejados rojos, y parecen estar amontonadas unas sobre otras de cualquier manera, como se ve en las estampas de Nüremberg.*

(* Extraído del texto original de Dracula de Bram Stoker)

Lucy esta maravillada, hacia tanto que no podía simplemente disfrutar de estos bellos paisajes, Londres ha de ser maravilloso desde luego pero no creo que ella realmente le de tanta importancia a las ventajas de la ciudad más que a las de un bello y tranquilo lugar como este.

Querida Mina, me hace inmensamente feliz el estar aquí y ahora, mas no puedo dejar de sentirme compungida con respecto a todo lo que te he contado en mis cartas… ciertamente quisiera poder—

Lucy…

No pude acercarme, ella rápidamente se llevo una mano a la cara mientras con la otra ponía cierta distancia como tratando de que no vea a través de sus ojos.

Ciertamente querida Lucy — traté de acercarme aunque sea un poco hasta que su mano sienta mi presencia — No quisiera que tu estadía aquí sea causante de más sufrimiento, si te sientes mal aun podemos retirarnos y que descanses, durante tu ausencia he aprendido a hacer unos maravillosos té que te podrían hacer relajar y descansar bien — le sonreí aunque no sabía si podía verme ya que aun tenía su mano a la altura del rostro—

Lucy no dijo nada, aunque yo esperaba aunque sea una mueca de su parte, luego de toda esta escena el verla me genera una terrible sensación de tristeza y alegría…

Lo recuerdo como si fuera ayer, Lucy sola en el parque viendo la nieve caer, ambas éramos niñas de unos 10, 11 años… Mis padres, en paz descansen, solían dejarme al cuidado de Nani quien me llevaba al parque a pasar las tardes, la nieve es algo que siempre me fascinó. Recuerdo que desde siempre me hablaba incansablemente del poder que otorgaba el amor y la amistad, para mi eran solo lindas palabras, mi realidad aun siendo una niña era otra. No podía encontrar amistad ni mucho menos amor a esa edad, por sobre todo debido a que mi familia solo concurría a eventos de familias adineradas, y a diferencia mía aquellos chicos solo pensaban en que podían hacer gastar a sus padres, yo solo quería conocer a alguien que pudiera jugar conmigo en la nieve como cualquier otro niño normal, yo no deseaba grandes lujos, solo tener a alguien con quien compartir lo que tuviera sea mucho o poco.

Vi a Lucy aquel día frio, como siempre me dirigía a las hamacas junto a Nani que me miraba de cerca, pensé que era una de esas niñas humildes que solían deambular por la zona de vez en cuando, su cabello se veía desarreglado y algo sucio según recuerdo. En esa época pecaba de ser un poco arrogante, por lo que todo deseo de interactuar con alguien más se veía opacado por mi actitud ciertamente fuera de lugar para lo que realmente deseaba.

Me había acercado a ella lentamente y mirando hacia el horizonte, la miraba una y otra vez de reojo, y ella seguía allí inerte, de cuclillas, sin siquiera girar la mirada hacia mí. Eso, para una chiquilla caprichosa como lo era yo, fue motivo para molestarla obviamente. Estuve unos segundos allí esperando que reaccionara pero no pasó nada, ella seguía allí tan apática como desde un principio, por lo que me aleje exhibiendo con descaro la ropa de alta costura que llevaba, ella ni siquiera se movió. No recuerdo cuantas cosas más hice hasta que termine aburriéndome de ella, y me aleje unos cuantos metros para seguir haciendo lo que hacía cada día al llegar al parque, me dedicaba a juntar la nieve y armar muñecos y figuras, nada muy distinto a cualquier niño común.

Caía la tarde y por supuesto Nani me advirtió que ya era hora de volver, mire rápidamente y tratando de no ser vista por Nani y la vi, seguía allí en la misma posición casi… pensé que era una completa tontería preocuparse por una niña huérfana, no era algo raro en realidad. Y con esa idea me aleje de allí. En el camino Nani me pregunto por aquella niña, si la conocía de algún lado, a lo que conteste que no sabía nada de ella.

Pasaron varios días y mientras me dirigía al baño la escuche a Nani hablando con mis padres, ella comentaba que aquella niña había estado vagando por la zona desde hacía varios días, a lo que mi madre respondió que debían llamar a alguien que se encargara de llevarla a un orfanato. Me aleje de ahí sin más, tan solo pensando la desdicha de quienes habían nacido con tan patético destino.

Aquella noche tuve visiones entre sueños, pesadillas.

Me desperté sobresaltada, sorprendida, extrañada de que Nani no me hubiese levantado temprano como siempre, así que me dirigí rápidamente al cuarto de estar de la casa. Allí no había nadie, mientras trataba de entender apareció Nani secándose las lagrimas con un pañuelo que yo misma le había regalado hacia años durante mi niñez. Mi desconcierto debió ser muy evidente ya que al verme ella se acerco y me abrazó, y entre su silencioso llanto pude entender que lo único que podía importarle a ella, a mí, ya no estaba más…

La pregunta era ¿Por qué? ¿Por qué ellos? ¿Por qué a mí?

Ese día fui al parque sola, a pesar que Nani no quería dejarme ir sola, yo insistí en que ella debía quedarse descansando, que yo estaría bien sola, que volvería temprano.

Y allí estaba ella, esta vez yo la veía con ojos no de arrogancia, sino de indiferencia, pasé a su lado esta vez sin pasearme, simplemente pasé. Y en cuanto pase lo único que atiné fue a patear la nieve, lanzándosela a ella que apenas abrió un poco los ojos y me miro sorprendida. Me sentí un poco avergonzada y desconcertada de ver un gesto en su cara, por lo que me fui corriendo mientras ella me miraba.

La misma mirada tenia ella ahora años después, aun conserva esa miraba inocente y delicada, y sentí que ella debía descansar, aunque en el fondo me sentí frustrada, no es que ella fuese la única de las dos que sufría… pero de una forma u otra, el haber recordado el pasado me hace sentir que debía velar por ella y su bienestar, olvidándome de lo que me aquejaba a mí en esos mismos momentos.

Tome a Lucy de las manos mientras ella me miraba con su rostro empapado en lagrimas y no dijimos nada, ella solo me miraba mientras se ahogaba tratando de respirar adecuadamente, su salud quizás no esté tan bien como pensé.

Aquí tomarás frio querida Lucy, debemos dirigirnos hacia casa, allí podrás relajarte y descansar apropiadamente.

Lucy esta vez asintió con la cabeza y secándose las lágrimas con un pañuelo se dispuso a seguirme el paso hacia allí. Como en los viejos tiempos, o algo así…

Mina es tan amable, no sé cómo es que tiene tanta paciencia, siempre fui así, sensible y temerosa. Todos estos cambios, estas inseguridades, esta situación me tienen verdaderamente alterada. Probablemente debo descansar como dijo Mina…

Llegamos rápidamente a su casa, ¿o será que perdí la noción del tiempo pensando? El entrar allí siempre me trae recuerdos agridulces, grandes cortinas rojas que tapan los enormes ventanales, la alfombra en la que ella y yo solíamos recostarnos y leer. Una leve sonrisa se dibujo en mi rostro al ver todo eso, y Mina lo notó.

¿Lucy? ¿te sientes mejor?

Yo me sorprendí un poco al notar que Mina también sonreía, notablemente más que yo…

Me tomó de la mano y me llevo apresurada donde Nani, estoy atónita, ella ciertamente esta igual a como recuerdo. Me saludo tan cordialmente como de costumbre y se dispuso a preparar mi baño. Mina me mira fijo, me pregunto que estará pensando.

Lucy… — Mina se fue acercando hacia mí hasta quedar a unos pocos centímetros.

M-Mina… ¿Qué sucede? — Mi desconcierto crece a cada instante hasta que repentinamente me llama Nani y me apresuro nerviosa hacia donde ella se encontraba.

Nani notó mi nerviosismo y rápidamente me pregunto si me encontraba bien, le respondí que eran nervios por el largo viaje, y el cansancio, me miró un poco dudosa de mi palabra supongo, pero luego sonrió y se alejó.

Me dispuse a bañarme, mientras me quitaba la ropa note que aquel lugar seguía siendo increíblemente grande, a pesar de ser un baño era tan lujoso y espacioso. Pasaron los minutos y ya más relajada recordaba la actitud de Mina minutos antes, la verdad es que no logro descifrar que pudo haberme querido decir. Oh Mina, ¿acaso será que estoy paranoica?

Instantes luego de cierto silencio en mi cabeza escuche un ruido y no pude más que sorprenderme al ver que a quien tenía enfrente mío era a Mina, con una cara tan solemne y casi afligida que mas allá de la sorpresa no pude evitar preguntarme qué le afligía tanto como para irrumpir así ante mí en esa situación…