DISCLAIMER: Codename Kids Next Door no me pertenece, son propiedad de Mr Warburton y Cartoon Network. Este fanfic es sin fines de lucro.
REEDITADO: Fanfic reeditado y resubido de la antigua cuenta Seogumi and Masunny.
Y la razón por la que he reeditado este fic es porque esta chamaca ya no tiene las mismas fuerzas que antes. Cuando antes escribía 10.000 palabras por capítulo, ahora con 4.000 ya estoy sufriendo :'v los pocos, poquitos, poquisisisisisisisisiiiiiiiiiiiiiiiiilisimos que leyeron el fic en la otra cuenta, habrán visto lo mucho que escribía. y buno esta historia la tenia desde hace unos 3 años atrás, y pasará por muchas ediciones antes de llegar a la luz... no creo que elimine escenas, pero los acortaré un poco, será lo mismo, solo que en capítulos más cortos c:
Otra NA larga ¡Arriba! XD
Antes que nada, dejaré el significado del término AU: Se utiliza a los personajes de una serie, pero colocados en una historia o contexto diferente. Suelen mantener el carácter y la descripción original de los personajes, pero la historia cambia total o parcialmente. En esta historia, el cambio es completo.
Así que prepárense, y mantengan la mente abierta ;v
X-X-X-X-X: Cambio de escena.
*w*w*w*w*w*: Escena transcurrida al mismo tiempo en diferente lugar.
¡¿Dónde están los skaters?!
Mediante ese pequeño monitor, se escuchó un estruendoso grito, mostrando un masivo grupo de jóvenes aclamando a voz en cuello a los dos muchachos de pie sobre una plataforma adornada de grafitis tanto en las paredes como en el suelo. El presentador varón era de piel blanca, cabello castaño peinado con un copete alto, sus ojos cubiertos por lentes oscuros puntiagudos, vestía una camisa roja con las mangas recogidas, pantalón verde oscuro y su chaqueta estaba amarrada a su cintura; con las manos siempre hacía señas de rock. La muchacha era de piel morena, el cabello negro recogido con un moño, el conjunto anaranjado que portaba resaltaba muy bien su esbelta figura, tenía un remarcado acento jamaiquino al hablar.
—Ahora continuamos con un skater que siempre ha luchado por obtener el primer puesto… pero nunca lo consigue —La morena susurró la última frase.
— ¿Qué puedo decirte, Naomi? Este chico es como un persistente toro y si la rampa lo llama…
—Tienes razón, Steve, no lo hagamos esperar más. Démosle la bienvenida a…
— ¡Richard Stuart! —gritaron ambos. Las cámaras ahora se enfocaron en el muchacho que recién subía a la rampa. Su desempeño al patinar fue bastante torpe puesto que lo atacaron los nervios. El simple hecho de haber sido aceptado en el show de skateboarding más difundido de todos los tiempos provocó en su ser tanto temor que al final no pudo equilibrar su patineta y terminó estrellándose contra el pavimento. "Go Skate" era un popular programa online bastante conocido por los aficionados a dicho deporte de alto riesgo, así como la mayoría de adolescentes que no lo ejercían. Se transmitía desde una página web exclusiva que, desde su primera transmisión, había arrasado con los ratings. Durante las últimas semanas, los fanáticos estaban más pendientes al show a causa del concurso que se aproximaba.
—Bueno mis queridos skaters, este episodio está llegando a su final. —expresó la animadora como palabras de despedida.
—No lo olviden, aficionadas al skateboard, mañana tendrán una oportunidad que no pueden desaprovechar. Si es que existe alguna, ¿o me equivoco? ¡Demuéstrenme que me equivoco, señoritas! —Como prueba, las fanáticas pegaron un grito de euforia acompañado por la espectadora que gritaba desde su habitación.
—Todas las practicantes asistirán a la Gran Rampa en Cleveland dónde encontraremos a "la" mejor skater de la localidad. Y tú, mi querida señorita —Cuando la presentadora apuntó a la pantalla, la muchacha sintió que la mencionaban y se señaló a sí misma con mucha incertidumbre—. Tendrás la oportunidad de ganar un Fan Meeting con el mejor skater de todos los tiempos, el "dios del flip", el incomparable: ¡Wallabee Beatles! —Desde la comodidad de su cama, la joven gritó tan fuerte como si fuera parte del público allá presente.
— ¿Quién ganará? Ni yo lo sé, pero prepárate muy bien, mañana tienes una cita conmigo, y ninguna me querrá dejar plantado, ¿verdad? —Todas aclamaron al presentador como si fueran fieles "directioners".
—Eso es todo por hoy, chamacos, estén pendientes porque estos días estaremos con mucho movimiento. No falten al "Pelotón" que se presentará la próxima semana.
—Y pronto será el campeonato de skaters más importante del planeta, ¡que estará de locos!
—Les mandamos un saludo desde San Francisco hasta el mundo.
—Y los dejamos con un video de los campeones del año pasado, quienes, por cierto, realizarán una firma de autógrafos dentro de poco.
— ¡Los Chicos del Barrio! —Mencionaron los dos animadores antes de despedirse. Entre griteríos y aplausos, se mostró en pantalla el video de los campeones.
Ese era el equipo de skaters más famoso de la ciudad que, desde hace un año, habían dado a conocer su nombre al mundo entero. Admirados por muchos, puesto que siempre ocupaban el primer lugar, su popularidad era tan influyente que quien no los conocía, simplemente no tenía vida social. La adolescente miraba con atención y alegría aquella reproducción; la manera como ellos realizaban sus piruetas era impecable, hasta parecía que volaban. El equipo al cual muchos varones deseaban pertenecer, al cual muchas señoritas anhelaban de novios, el equipo adorado por todos.
Pero sobretodo, al trío de muchachos que lo lideraban, que representaban la máxima autoridad del séquito debido a sus maniobras, su físico, su fama. Para cualquiera era un honor conocer a los tres mejores de los Chicos del Barrio.
Por la rampa saltaba un muchacho de cabello anaranjado con rayos rubios, alta estatura, porte musculoso, ocultaba su mirada con unas gafas que llevaba ocasionalmente. Apodado como "El Chico", Ace apoyó su cuerpo con una sola mano en la punta del medio tubo para después, con una voltereta, terminar su recorrido. La pantalla mostró ahora a un joven rubio, famoso por su agilidad en la patineta, sus poderosos movimientos y su insuperable belleza; el amor platónico de muchas niñas, incluyendo a la presente, brincaba por los aires y con una vuelta aterrizó en su tabla en completo equilibrio, el "Güero" Wallabee Beatles, sonreía a la cámara tras escuchar las delirantes exclamaciones de sus admiradoras. Al final, el líder del equipo apareció en escena realizando un Pop Shove-it, un chico calvo y caucásico con aires de seguridad y confianza, conocido por su personalidad misteriosa y apática gracias a la cual pocas personas lograban sacarle una mínima sonrisa y, aun así, era catalogado como el más diestro de todos tanto en tácticas mentales como en prácticas físicas, el número uno: Nigel Uno.
La muchacha de rasgos asiáticos, que estaba sentada sobre su cama con las piernas cruzadas y su laptop encima, observaba con emoción la parte final de la reproducción que exponía a su más grande inspiración. Suspiró cuando la pantalla mostró un acercamiento de su dechado, su musa y su posible futuro amor, ese güero que ella deseaba conocer con todas sus fuerzas. Kuki Sanban tomó a su fiel compañero de sueño, un adorable simio arcoíris color naranja que la había acompañado desde que descubrió que era el color preferido de su chico deseado, y lo estrujó con un abrazo. Siempre había soñado con que se le presentara alguna oportunidad para conocerlo de manera personal. Había asistido a todas sus presentaciones, sus firmas de autógrafos, además de que contaba con el privilegio de que estudiaran en el mismo instituto, mas nunca había intimado con él, siquiera podía acercársele. Su timidez la convertían en una de las menos populares. Por aquella misma razón era que no debía desaprovechar esa eventualidad que se le presentaba en vasija de plata. Estaba consciente de que su situación era difícil. No era la única skater en la ciudad, o por lo menos no sería la única en asistir al llamado. El australiano era alguien codiciado por el público femenino. Sin embargo, mantenía una actitud positiva. Verdad que las fans abundarían pero ella resaltaría porque era la admiradora número uno de Wally, de Los chicos del barrio, e iba a demostrar que era la mejor en el deporte, razón por la cual había practicado en cualquier parte a la que había ido. Tenía que ganar.
De pronto sus planes y fantasías fueron interrumpidos por el fuerte golpeteo que provenía de su puerta. Antes de que corriera a abrirla, quien andaba en el otro lado la entreabrió de golpe.
— ¡Kuki! ¿Acaso no escuchas mis griteríos? Te estaba llamando —vociferó Kani Sanban, el padre de la muchacha quien se apresuró a bajar la pantalla de su portátil y recibir a su progenitor.
—Lo siento, pa'. Estaba distraída.
—Sí, siempre estás distraída. Tu mamá quiere leche, anda a la tienda a comprar. —Aceptó la orden al asentir con la cabeza. Fue hacia su cómoda dispuesta a agarrar su casco y patineta— ¡No! ¡No! ¡No! —Refutó el hombre—. Anda a pie, ¿sabes cuántos jovencitos corren peligro por usar esas tontas tablas?
—Pero papi, voy a tener cuidado. No me ha pasado nada.
— ¡Eso no quita lo peligroso que puede ser! Siempre estás con la patineta y esos "irresponsables del barrio". Ya te dije que tanta obsesión no te llevará a nada. ¡Espero que ya no tengas esos posters de ellos pegados! —El histérico hombre ojeó toda la habitación, como detective, en busca de algunos de los afiches con los que su hija solía adornar su cuarto.
—Son los Chicos del Barrio y ya los saqué, ¿ves? —Respondió la acusada entre risas por la manera cómo actuaba su padre.
—De todos modos, deberías aprender de tu hermana menor. Ella sí sabe cómo comportarse, quizás deba mandarte al mismo internado al que fue.
—No necesito entrar a un internado para aprender buenos modales... "papito" —respondió con cortesía para ocultar su disgusto. Detestaba cuando le comparaban con su muy educada hermana, Mushi. Por lo general, ese era el tema favorito de su padre. Antes de él marcharse, le recordó una vez más el mandado.
— ¡Rápido! Tu mamá necesita la leche para hoy. Y donde me entere que tu obsesión con esos patinadores sigue en pie, ¡adiós a esa laptop!
— ¿Ves algún poster? —Ella señaló los alrededores del lugar. Su papá le dedicó una mirada suspicaz, estaba consciente que su hija no había dejado la obsesión, sólo la había ocultado mejor. Con un último mandato abandonó la habitación. Después de cerrar la puerta, la pelinegra lanzó un suspiro de alegría puesto que el hombre no se tomó la molestia en revisar el único sitio donde almacenaba su afiche, en el portón de su cuarto donde, escondido tras la imagen de un encantador simio arco iris, se hallaba el imponente retrato de los tres muchachos más amados de los Chicos del Barrio.
—Con este me es suficiente. —expresó ella con una sonrisa triunfante. Contempló por un momento al que más resaltaba en la foto. El que se encontraba en medio. Aquel que lograba hacerla entrar en un trance.
Un hermoso sueño que deseaba se hiciera real.
El sol aparecía brillante en aquel despejado cielo azul, adornaba el paisaje con una delicadeza indescriptible. Las palomas blancas revoloteaban por el horizonte. Los cantares de las aves inundaban el ambiente junto al chorro relajante que echaba una fuente de mármol. Aunque para Kuki Sanban nada de eso era más hermoso que el joven que se encontraba frente suyo. Su rubia cabellera bien peinada, su elegante smoking, su apariencia apuesta. Con sólo observar sus ojos verdes cualquiera podía perderse en el paraíso que irradiaban.
—Te ves espléndida, como siempre. —halagó el australiano a la pelinegra al mirar su dulce vestido casual de colores suaves que lograba resaltar bien su ternura y belleza. Por su comentario, las mejillas de la muchacha se tornaron rosadas, al verle extender la mano la aceptó sin vacilar.
—Wallabee...
—Por favor, dime Wally. —Cada palabra que emitía le flechaba en lo más profundo de su corazón.
—Wally, ¡cuán agradecida estoy de que nuestras vidas se cruzaran! Nunca hubiera conocido a alguien tan lindo como tú.
—Kuki, ¡el que debe agradecer soy yo! Lo único que me lamento es el tiempo que he desperdiciado en ver a otras personas, y no darme cuenta que la única que necesito ha estado siempre ahí. Por eso te doy las gracias. Gracias por existir, por ser tú, por aceptar mi amor. —Agarró sus hombros con delicadeza, acariciando sus mejillas y mirándola a los ojos—. Te ruego nunca te separes de mí.
El güero se estaba aproximando cada vez más a su amada para hacer lo que ella tanto había deseado, hasta que...
— ¡Kuki la leche! —Se escuchó la colérica voz de Kani desde la sala, lo que provocó que la muchacha diera un salto. Agitó su cabeza para volver al planeta tierra, no sin antes echarle una última mirada a la fotografía. Ese güero era capaz de mover de cabeza su mundo. Ocultó de nuevo el póster de lo que ella no consideraba obsesión, sino amor. Descendió a las escaleras con su casco puesto y su patineta en la mano. La esperaban su madre y hermana menor, quien siempre aprovechaba cualquier oportunidad para echarle en cara lo ejemplar que era a diferencia de su persona. La chica ya hace tiempo había decidido ignorarla, le había ahorrado varios problemas. Luego de escuchar las instrucciones de su mamá de comprar huevos también se dispuso a marcharse.
— ¡Vuelvo en quince minutos!
—Acabas de dar tiempo, ¡estaré cronometrándolo! —vociferó el papá más alto en vista de que su hija ya había dejado la sombra en el umbral.
Se apresuró a colocar la patineta en el asfalto para comenzar su recorrido al supermercado más cercano, que se encontraba a cinco calles, el tiempo necesario para ensayar debido al evento del día siguiente. Saltaba de las aceras a las calles sin dificultad, esquivaba a las personas sin entrometerse en su camino. Vio un paradero vacío y supo que lograría atravesarlo. Tomó impulso y, de un salto, superó el obstáculo, cayendo de pie en la vereda para continuar su sendero. La japonesa celebró ante tan buen truco. Si sus padres la hubieran visto la hubieran sermoneado por el resto de su vida, rió al pensar en eso. Aunque tenía que practicar, de cualquier manera, si quería que su sueño de conocer a Wallabee Beatles se realizara debía dar lo mejor de sí misma.
Este quedó requete requete corto porque lo considero una mini introducción a lo que se viene ;v
Quiero agradecer a los 9 reviews que dejaron en la anigua cuenta, cada uno de ellos los tengo presente y me animan a seguir TwT
Actualizaciones... una vez a la semana. Sí, me puse la soga al cuello, pero creo que podré por lo menos hasta llegar a lo que tengo escrito XD espero les haya gustado el capítulo.
¿Review? :3
