Distracciones
(I honestly love you)
[…]
This is pure and simple, and you should realize
that it's coming from my heart and not my head:
I love you, I honestly love you.
[…]
Los ve caminar juntos hacia la salida, abrazados, y una vez más, puede sentirlo: es como si su corazón se agrietara.
Kurt no es tan superficial como todos creen, si no suele expresar emociones más profundas, es porque sabe lo que viene después — sobre todo si se trata de un friki como él, porque aceptémoslo, ser gay y miembro del Glee Club no es precisamente un camino seguro a la adaptación—.
De alguna u otra forma, siempre termina doliendo (y especialmente cuando se trata de Finn).
Desde los inicios de su fatídico enamoramiento, todo ha sido siempre igual; ese chico es como su kriptonita, es como si de algún modo su mente comúnmente fría perdiera un gran porcentaje de su racionalidad y de pronto se volviera vulnerable por el hecho de encontrarse a menos de dos metros de él, a pesar de llevar todos esos años completamente familiarizado con el hecho de que es una causa totalmente perdida.
Lo peor es que es cierto, lo que aquella insoportable criatura de nombre Rachel le dijo hace no mucho, es indudablemente cierto:
El problema con él — Kurt— no es tanto el hecho de pertenecer al coro de la escuela, ni su pequeña y ligeramente snob obsesión por las modas, ni siquiera se trata de algo intrínseco suyo como su físico o su forma de ser. El único gran pero de su situación es que él es un chico, y a Finn no le gustan los chicos. Y de ahí en adelante, Kurt queda descalificado. Eliminado definitivamente, no por ser él, sino por ser lo que es.
Es por eso que podría odiarlas. A Quinn, que es quien se lleva todo, a Rachel incluso, que al menos puede intentarlo sin aterrar al sujeto (no mucho, al menos), a todas las que fueron y las que serán. Ellas siempre tendrán más chances, a pesar de no llevar su bebé o de que nunca sea algo oficial, cualquier chica en esa escuela siempre estará antes que él en la lista de pretendientes en las que Finn Hudson podría algún día, en algún futuro lejano, fijarse remotamente. Sin importar lo mal que se vistan.
Y sin embargo, no puede cambiarlo. No puede cambiar lo mal que se siente al verlo sujetar suavemente a Quinn por el hombro, como si quisiera protegerla, como si quisiera evitar que se aleje de él aunque sea un mísero centímetro— como si alguien en esta tragicomedia barata a la que llaman vida pudiera querer alejarse de Finn—.
Luego se voltea y ve a la mencionada Rachel, quien — Kurt lo sabe, y aunque no pretenda aclarárselo para hacerla sentir mejor, de veras lo entiende — pasa por más o menos lo mismo.
Pues aunque las palabras de aquella talentosa rechazada social hayan dado justo en el clavo, Kurt sabe que las suyas no carecieron de realidad. Rachel tiene infinitamente más posibilidades que él, es verdad, y sus intentos de sabotearla son más justificados de lo que realmente quisiera, también es cierto; pero a fin de cuentas, todo ello queda absolutamente obsoleto, porque Quinn Fabray ya les ha ganado sin necesidad de competir.
Al fin y al cabo, como él ya lo indicó sabiamente, ellos son sólo distracciones.
Y una distracción nunca será prioridad.
Nunca imaginé que escribiría un fic de Glee, de hecho no planeaba ver la serie pero aquí estoy.
Espero que no haya quedado muy OOC, la verdad me parece especialmente difícil adentrarme en los personajes de esta serie, son sin duda de lo más originales (una de las razones principales por las que amé Glee).
La canción citada al inicio corresponde a I honestly love you de Olivia Newton-John y, aunque creo que es obvio, no me pertenece, como tampoco lo hace nada relacionado con Glee a excepción de este fic.
Blabla. Ojalá les haya gustado (:
¡Gracias por leer!
