Estúpido. Tonto. Ingenuo.

-Felicidades, hermano- le dije a Thor mientras ponía mi mano en su hombro y trataba de poner mi mejor cara.

Eso era lo que me describía en ese momento al saber que mi hermano había contraído compromiso con una estúpida princesa de Midgard. Una tal Jane Foster.

Estábamos en frente de nuestro padre, Rey de Asgard, y de nuestra madre, Reina de Asgard.

-Thor, el día que tú concretes tu compromiso, contrayendo matrimonio con la princesa de Midgard. Este trono será tuyo y de tu futura esposa- dictó el Rey.

El rostro de mi hermano se iluminó por completo, miró a nuestra madre y le guiñó el ojo. Él salió de la sala y yo, lo seguí.

-Thor…- le dije- ¿Estás seguro de querer casarte?

-Loki- me abrazó- ¿Acaso no escuchaste? ¡Seré rey! Tendré el trono de dos reinos.

Y eso era lo único que te importaba ¿no? Que llegara el día en el que te sentaras al mando…

-Pero, ni siquiera sabes si la amas o no ¡Las has visto por lo menos una sola vez en toda tu vida!

-Con el tiempo… Podré llegar a quererla. Fue lo único que me respondió.

Sí, claro. Eso dices ahora. Espera a que te metas a la boca del lobo.

Me di la vuelta sin mirarlo a los ojos, estaba furioso, a la vez desconcertado y desalmado. Fui a darme un baño, para luego salir a cenar con mi familia.

Dejé mi cuerpo descansando en la tina, cerrando los ojos y permitiéndole a mis lágrimas salir desde lo más profundo de mi dolor. No podía soportar la idea de verlo vestido de gala, tomado de la mano con esa estúpida mujer. Ver que se entregaba a otra persona mientras yo pasaba a ser algo de segundo plano.

El simple hecho de saber que ya nada sería como antes, que no volveríamos a sentarnos debajo de los árboles en el palacio, hablando y riendo como lo hacíamos desde la niñez. Ya sus prioridades sería otras más importantes: Reinar dos pueblos, mantener la paz entre los demás Reinos… Y luego venían los hijos...

Me limpié el rostro antes de seguir llenando la tina con mis amargas lágrimas. Salí del baño y volví a vestirme. Al entrar al comedor real, todos estaban esperando por mí.

-Disculpen la tardanza…- dije un poco apenado.

Los amigos de mi hermano estaban sentados en la mesa, todos se voltearon al verme. Entre esos estaba Clint, un viejo amigo de nosotros y arquero real.

Me senté al lado de Thor, ese are mi puesto desde que tenía memoria y me quedaba muy poco para disfrutarlo antes de despedirme de él. Todos hablaban temas distintos, que si la comida, que si el clima, que si el pueblo… El rey habló y todos los que estaban cotorreando se callaron.

-Mañana, para esta hora, la Princesa de Midgard estará con nosotros. Ella traerá consigo cuatro de sus mejores escoltas de confianza. Pido que los traten a todos como se merecen…

¿Cómo a un bote de basura?

-… Con respeto- terminó diciendo.

Al cabo de unos minutos, hablé por fin.

-Madre…- ella me miro asombrada, ya que nunca hablo durante la cena- ¿Podríamos hablar después de comer?

-Está bien, hijo- sonrió y todos siguieron comiendo, ignorando que había hablado.

Thor me miraba, preguntándose para sus adentros, supongo, el por qué hablaría con nuestra madre. Fui el primero en terminar de comer. Me levanté de la mesa y salí hacia el jardín real. Mi madre llegó unos pocos segundos detrás de mí.

-¿Qué pasa, hijo?- me tomó del brazo y comenzamos a caminar por entre en jardín.

-Madre… El compromiso de Thor, no me convence del todo. Sabes cómo es él…

-Lo sé, Loki. A mí tampoco me agrada la idea. Pero, por el bien de todo en Asgard y en Midgard, se decidió hacer esto…

La verdad era que no le estaba prestando mucha atención a lo que decía, tanto que…

-¿Y si regreso a Jounthenhaim?

Mi madre se detuvo, me miró absorta e intentó decir una que otra palabra.

-Sé que es una locura- continué diciendo- pero yo también quiero reinar, y más sabiendo que cuando yo valla, el trono estaría a mi disposición.

-Sabes que… Si te vas, quedarías desterrado para siempre… Así le ruegue a tu padre, él no lo aceptaría, lo tomaría como traición.

Suspiré.

-Piénsalo bien, hijo. Ten en cuenta todo lo que puedes desatar con eso.

-Lo de Thor es imparable, ¿cierto?

-Me temo que sí- susurró.

Abracé a mi madre fuertemente y al oído le susurré lo que ella quería escuchar en ese momento.

-No iré… Pensaré bien las cosas hasta el día de la boda de mi hermano. Piensa que no dije nada, ya verás que en unos días se me olvidará todo este asunto- le guiñé el ojo para darle más seguridad.

Volvimos adentro del castillo, enseguida me fui a mi habitación y desempolvé varios libros que había sacado a escondidas de la sala secreta de hechicería del castillo. Eran los hechizos más extraños y escalofriantes que podía haber leído antes.

-Hechizos de… ¿transformación?- murmuré sorprendido leyendo la cubierta de un libro de tapa negra- ¿Qué demo…

-Loki- dijo mi hermano tocando la puerta.

-Un momento- abrí únicamente la puerta para que viera únicamente mi cuerpo entero.

-¿Qué pasó?- pregunté.

-¿Puedo entrar?- me suplicó con la mirada.

-Estoy ocupado ¿Qué quieres?

-Solo quería hablar contigo…

-Thor ¿No puede ser en otro momento?

Suspiró.

-Está bien…- se rindió- Hasta mañana.

Dio media vuelta y se fue. Cerré la puerta de un golpe, como para fingir el mal humor. Y no lo tenía. Solamente estaba un poco deprimido por su culpa. Por culpa de su idiotez y nada más.

Sacudí mi cabeza y me concentré en ese libro de hechizos que parecía interesante.

'Hechizo para cambiar de sexo.

El efecto de este hechizo dura tres horas aproximadamente, y tarda cinco minutos para ver los resultados. Luego la persona volverá a su sexo original.

De hombre a mujer.

Vierta en un vaso de madera tres gotas de sangre de la persona a la que desea transformar. Aparte de eso, usted necesita:

-Cinco pétalos de rosa.

-Jugo de cereza.

-Agua de sapo*

-Una lágrima de sirena.

-Tres gotas de saliva de una mujer virgen.

Mezcle todo hasta que tenga una consistencia viscosa.

*El agua de sapo se obtiene de dos maneras. La primera es exprimir un sapo con las manos. La segunda es dejar un sapo, sin vida, en agua con doce horas de anticipación.

Nota: Profesar el nombre de quién lo bebe antes de ingerir la poción'

De solo imaginarme agarrando un sapo con las manos y exprimirlo… Me daban náuseas. Me sobé el cuello antes de lanzar los libros debajo de mi cama y acostarme en la cama por completo.

Cerré los ojos, imaginando mi cuerpo de mujer. Con un vestido, un peinado y color en los labios.

Podría… Meterme en el castillo, como amiga mía, de Jounthenhaim. Empezaría a trabar amistad con Thor, luego lo engatusaría para que se enamorara de mi parte femenina y se olvidara de ese estúpido compromiso. Y si todo funcionaba, tenía que buscar la forma de…

-…Ser mujer…

Para siempre. Podría fingir mi muerte o pediría mi destierro de Asgard a la fuerza. Y me quedaba a su lado, como la Reina.

Eso era lo único que deseaba con todo el alma…