Aclaraciones: Los personajes de InuYasha no me pertenecen aunque me los quisiera robar, son todos de la gran reina del manga: Rumiko Takahashi (L)
Mmmm, estoy loca y ¿qué?
"Un viaje sin fin…"
El rumor del pozo.
Por la boca muere el pez.
El sol estaba comenzando a esconderse tras unos edificios en su descenso cuando Kagome se detuvo frente al mostrador de una tienda de aparatos eléctricos para observar un televisor que hace tiempo quería tener, lástima que sacara dinero de su alcancía de cerdito cada vez que tenía una emergencia (lo cual pasaba muy seguido) y no pudiera ahorrar los suficiente para poder comprarse el televisor. Miró distraídamente las noticias que estaban dando en ese momento por la pantalla. Un nombre que se pronunció se le hizo conocido y entonces depositó toda su atención en el televisor…
"…Y como lo decíamos en los titulares, hoy se cumple un año exacto desde que el joven InuYasha Taisho, hijo de uno de los empresarios más grandes de este país desapareció sin dejar ningún rastro…"
Oh, era sobre InuYasha, ese chico que asistía a su colegio, claro… hasta que desapareció misteriosamente. Kagome se encogió de hombres restándole importancia a la noticia para seguir su camino aceptando que tenía que olvidarse de ese televisor.
La verdad es que la noticia sobre InuYasha desaparecido no le había llamado demasiada atención, en su colegio se hablaba a diario del tema. Pero lo cierto era que Kagome jamás le había puesto demasiado interés a los comentarios que se hacían ya que la mayoría eran poco lógicos, incluso en uno de ellos había estado involucrando el templo donde vivía. Unos amigos del joven extraviado habían dicho que InuYasha al tirarse por el pozo del templo había desaparecido… Kagome no pudo evitar reírse suavemente cuando escuchó eso. De seguro su abuelo había esparcido alguna leyenda por ahí para que la gente fuera al templo. A Kagome lo único que se le venía a la cabeza con la desaparición del arrogante InuYasha era que se había aburrido de su vida y simplemente se había escapado, de todas formas era un muchacho con padres de mucho dinero, tenía muchas formas de hacerlo.
No era que no le agradara InuYasha, la verdad es que ni siquiera lo conocía, habían hablado solo una vez cuando iban al jardín de niños y ella le prestó su goma de borrar, el resto de los años él siempre había ido en otro curso diferente al de Kagome pero siguiendo en el mismo colegio. Simplemente para Kagome, InuYasha era de esos jóvenes que no estaban en su opción para hablar porque lo encontraba extremadamente arrogante y engreído.
Sus pensamientos fueron interrumpidos por su celular que comenzó a sonar y vibrar, Kagome inmediatamente se sacó la mochila para comenzar a hurgar entre sus cuadernos y toda la porquería que tenía adentro…
¿Por qué siempre cuando la llamaban no podía encontrar el celular y cuando cortaban ella recién lo logaba ubicar?...
Para su suerte mientras su mano pasaba rosando un pan que hace días debería haber sacado de ahí, logró encontrar y tomar el celular para contestar.
-Alo…
-¡Kagome!-Se escuchó la chillona y alegre voz de su amiga Eri por el móvil-Que bueno que contestas… creo que es la primera vez que logras atender una-Se burló acompañado de risas que no venían solo de ella.
-Estoy mejorando en eso, trabajo para contestar más rápido, lo lograré-Respondió siguiéndole la broma-Escucho más voces… ¿Quiénes están?
-Yuka, Ayumi y Sango, estamos en la entrada del templo de tu hogar, pensamos que ya estarías aquí…
-Me distraje…
-¿Un chico…?-La interrumpió poniendo voz misteriosa.
-Si, un chico con forma de televisor.
-¿Eh?
-No tienes que entender… ahora que lo pienso bien ¿Por qué están esperándome en mi casa? No me dijeron nada sobre eso-Dijo con la respiración algo más agitada ya que había apurado su paso para llegar luego a su hogar que estaba solo a una cuadra más.
-Se nos ocurrió una idea, fue gracioso… nos surgió tras ver una noticia que acaban de dar sobre InuYasha y tu templo.
-Oh no…
-Oh si Kagome, te esperamos-Se despidió Eri con su entusiasta voz. Kagome miró el celular como si quisiera asesinarlo… Esperaba que la idea que les había surgido a sus amigas no fuera la que ella estaba pensando.
Comenzó a subir las escaleras de su templo aun rogando para que lo que tramaran sus amigas no fuera lo que ella ya tenía en mente. Se lamentó de haber asistido a clases de arquería ese día… no habría perdido tanto tiempo y habría llegado antes que ellas para refrenar sus ideas locas.
-¡Kagome!-Gritó Sango el nombre de su amiga apenas la vio aparecer y trotó hasta ella. La castaña la miró con una amable sonrisa cuando ya estuvo cerca-Intenté quitarles la idea pero me ganaron…-Susurró cerca de su oído.
-No te preocupes Sango, después de mi sé que tu eres la más cuerda del grupo-Le guiñó un ojo.
-Kagome ¡Esto será divertido!-Le dijo a modo de saludo Yuka.
-Si, al menos así probaremos que una de las supuestas teorías de la desaparición del joven Taisho es falsa-Ayumi le sonrió con los ojos brillantes.
-Rayos… yo tenía razón en lo que pensé-Murmuró para sí-De acuerdo, pero esperen un momento quiero irme a cambiar de ropa. Ustedes salieron del colegio antes que yo por mis clases de arquería.
-De acuerdo, de acuerdo, pero apúrate-Exclamó emocionada Eri.
-Yo te acompaño-Sango siguió a Kagome hasta el interior de la casa saludando a la madre de la jovencita de cabellos azabaches.
-¿Tus demás amigas no pasarán?-Preguntó la mamá de Kagome cuando subían las escaleras.
-Nop, creo que están demasiado entusiasmadas como para entrar, les hará bien el aire-Rió bajito con Sango, la Señora Higurashi la miró sin entender y simplemente se dio media vuelta pensando en hornear algún pastelito para que las amigas de Kagome comieran. Ella siempre estaba preparada.
.
.
.
-¡Mátala, mátala!-Gritó horrorizada subiéndose de un salto a su cama para luego pegar su espalda contra la pared-¡Ahí, ahí dale justo ahí! No, no se metió debajo del mueble ¡No ese, el otro!-Chilló haciéndole señas a Sango-Ahí, ahí ¡Justo ahí…!
-Pero ¿Con que la mato?-La joven miró a su alrededor.
-¡El zapato, el zapato…! si, si ese, ¡dale con fuerza Sango!-Exclamó Kagome, Sango tomó el zapato entre sus manos y se preparó para aplastar a la araña minúscula que estaba de visita en el cuarto de Kagome. Llevó el zapato hacia atrás y con velocidad mató al pequeño e indefenso arácnido que ni siquiera logró esquivar lo que la aplastó. Sango sonrió maliciosamente y en broma le acercó el zapato a la azabache.
-¡No Sango!-Cruzó los brazos frente a su rostro protegiéndose.
-No era en serio, debiste ver tu cara… era muy divertida.
-Solo no me gustan las arañas… quizás en mi vida pasada pelee con una araña gigante… que se yo-Dijo haciendo un puchero, antes de bajar de la cama miró con cautela el suelo. Sango se deshizo del arácnido retirándolo del zapato con un papelito y luego tirándolo a la basura.
-Mmm, quizás en mi vida pasada mataba a monstruos feos-Agregó con una sonrisa divertida la joven de castaños cabellos. Kagome le devolvió la sonrisa terminando de ponerse su polera color lila. Sango la observó curiosa cuando la vio vaciar su mochila de cuadernos y luego ponerse a meter ropa, utensilios de limpieza y un pequeño botiquín que siempre tenía en su cuarto-¿Qué estás haciendo?
-Si Eri y Yuka quieren jugar pues entonces no me queda más que incluirme en su juego-La mirada picara de Kagome hizo que Sango sintiera un escalofrío de miedo.
-Sigo sin entender…
-Oh es solo de broma, hecho cosas por si llego a traspasar el pozo lo cual NO sucederá porque eso fue solo un invento de mi abuelo.
-¿Tan mal están las ventas del templo?-Kagome solo le asintió sacando la punta de su lengua, aquella expresión la hacía ver graciosa y Sango no pudo evitar reírse.
-Listo llevo todo.
Kagome abrió la puerta topándose con Souta, logró detenerse a tiempo para no chocar con él.
-Kagome ¿Por qué tanto gritabas?-Preguntó el niño jugando con una manzana que llevaba en sus manos.
-Araña.
-Oh, la bebita Kagome tenía miedo de una arañita-Se burló el hermano menor.
-Souta le diré a todos los monstruos que están escondido en tu armario que salgan a asustarte en la noche-Se extendió una sonrisa perversa en su rostro cuando vio la cara de horrorizado del menor Higurashi.
-¡No Kagome, solo bromeaba!-Se apresuró a decir-No les digas nada, por favor…
-De acuerdo, de acuerdo, lo pensaré.
-No te preocupes Souta, sabes que tu hermana no es mala-Le guiñó un ojo Sango posando su mano sobre la cabeza de él y haciéndole cariño suavemente, Souta solo asintió, dirigió sus ojos a su habitación con cierto temor. Esa noche no iba a dormir bien.
Bajaron las escaleras conversando sobre un examen que habían tenido de matemáticas y donde Kagome figurativamente había muerto.
Se toparon al salir de la casa con el Abuelo que venía con un saco repleto de talismanes.
-Hola Abuelo-Saludó Kagome cuando pasaban por su lado.
-¿Le llegó mercadería Señor Higurashi?
-Con esto del niño Taisho al templo le ha ido mejor-Dijo riéndose y apretando más el saco.
-Yo sabía, Abuelo tú esparciste ese rumor-Lo acusó Kagome poniendo los brazos en jarra.
-No lo inventé, es la verdad, si la gente se tira al interior del pozo puede cruzar a otro lugar, aunque debe tener algún poder espiritual más desarrollado… hace 500 años atrás…
-Abuelo creo que el programa de aeróbica para la tercera edad ya inició en el televisor….
-¿Qué…?-No alcanzó a terminar su oración porque las dos muchachas ya habían salido corriendo perdiéndose de su vista-Adolecentes…-Murmuró encogiéndose de hombros y dejando a un lado su valioso saco de provisiones para ir a ver el programa de Tv donde salían unas abuelitas que estaban bien buenas… según él.
-Tu abuelo es divertido Kagome.
-Puede ser-Sonrió.
Se acercaron a sus amigas que las estaban esperando frente al cuarto en donde estaba el pozo.
-Y ¿esa mochila?-Preguntó Eri abriendo la puerta de la pagoda.
-Solo por seguridad-Sango y Kagome rieron bajito de forma cómplice.
Entraron al lugar y bajaron las escaleras lentamente porque eran de hace muchos años, cada peldaño que bajaban provocaba que los escalones rechinaran. Las cinco chicas se pusieron alrededor del pozo.
-¿Qué tan hondo es Kagome?-Ayumi apoyó sus manos en el borde del pozo viéndolo con duda.
-Sinceramente no lo sé.
-¡Bien! Juguemos a piedra papel o tijera para ver quien se tira primero-Dijo animadamente Yuka aplaudiendo, las demás estuvieron de acuerdo.
Kagome sintió un leve escalofrió recorrer su columna y erizar los finos bellos de sus brazos, su corazón comenzó a palpitar con fuerza contra su pecho, se llevó una mano ahí intentando calmarlo. Respiró hondo… ¿Qué le pasaba? La sensación que poseía en ese momento sabía que ya la había experimentado antes…. Muchos años atrás… intentó recordar pero no pudo aunque se esforzó en ello. Una mano tocó su hombro y se sobresalto.
-¿Kagome?...-La joven contempló a Sango aun intentado calmar su corazón acelerado.
-¿Estás bien?-Ayumi movió su mano cerca del rostro de Kagome intentando abanicarla-Te has puesto muy pálida.
-Yo…
-¿Acaso tienes miedo Kagome?-Yuka lo dijo en tono divertido.
-No es nada…-Kagome sonrió fingidamente, respiró profundo nuevamente para sacar todo ese malestar que de pronto la había invadido.
-Bien, aquí vamos.
-¡Piedra, papel o tijera!-Dijeron todas al mismo tiempo, se observaron sus manos, había una perdedora.
-Eri perdiste, vas primero-Anunció Yuka con entusiasmo. Eri miró el pozo por largos segundos, primero apoyó su pierna en el borde y luego sus manos, moviéndose suavemente se acomodó para que sus piernas quedaran hacia el interior del pozo.
-Si no vivo para contarlo les dejo mi maquillaje y productos de belleza.
-¡Yo me quedo con el maquillaje!-Comentó divertida Ayumi.
-Bien, aquí voy…-Las cuatro amigas observaron expectantes como la jovencita se tiraba hacia el interior perdiéndose en la tenue oscuridad.
Pasaron eternos segundos donde ninguna se atrevió a decir algo.
-¡¿Eri?!-Nadie respondió desde adentro…-¡ERI! ¿Me escuchas?-Yuka puso un rostro desfigurado, Kagome, Sango y Ayumi la miraron sin saber que decir…-¡ERI RESPONDE!
Estridente carcajadas desde el interior las sobresaltaron a todas, se asomaron más hacia el interior y vieron a Eri subiendo por la escalera que tenía el pozo adentro.
-¡Tonta, me asustaste!-Yuka hizo una mueca sintiendo como sus mejillas se sonrojaban.
-Y eso que tú eras la más entusiasmada en esto-Eri salió del pozo con una sonrisa de victoria.
-Bueno, ya comprobamos la teoría del pozo, asique Taisho InuYasha... definitivamente no desapareció por tirarse por aquí, mejor vámonos-Kagome comenzó a dar media vuelta pero ninguna la siguió, suspiró. Tenía un mal presentimiento de verdad lo tenía pero no quería decirlo, la sensación de que algo no estaba bien la estaba agobiando de forma abrumadora.
-Solo una más Kagome-Pidió Yuka. Kagome resignada volvió con el grupo.
-Bueno…
-¡Piedra papel o tijera!... piedra, papel o tijera… Kagome perdiste.
G E N I A L, pensó ella… ese malestar se acrecentó en su interior.
-Kagome no es necesario que lo hagas si no quieres-Le dijo Sango apoyando su mano sobre su hombro, Kagome le dio una sonrisa de gratitud… Sango siempre podía adivinar cuando ella se sentía mal.
-Está bien Sango… solo es un juego-Kagome sabía que el pozo no tenía nada extraordinario, que era su abuelo que había inventado algo… aun así esa angustia que se alojaba en su estómago como un nudo la estaba ahogando.
Está bien Kagome, solo debes tirarte y luego salir tal como lo hizo Eri, solo serán unos segundos… Se dijo internamente dándose ánimos.
Al igual que Eri se acomodó poniendo sus pies hacia dentro del pozo, sus manos estaban aferradas al borde, su mochila bien puesta en su espalda. Kagome respiró hondo.
Solo serán unos segundos…
Solo unos segundos…
Kagome se tiró hacia el interior, al principio todo iba bien cuando notó que se estaba acercando al fondo pero inesperadamente cuando sus pies ya estaban posándose ahí todo a su alrededor comenzó a cambiar, fue envuelta por una gran luz de tonos violetas y azulados brillantes que la cegaron, tuvo que cerrar sus ojos, sintió su cuerpo flotar y el pozo increíblemente más amplio, su corazón se aceleró mucho más de lo que ya estaba al igual que los escalofríos en su cuerpo aumentaron, de pronto un frío la rodeo haciéndola tiritar. Sus pies finalmente tocaron fondo. Consternada aun no se atrevió a abrir sus ojos… solo de una cosa ella estaba segura… algo no estaba bien.
Continuará…
¡YAY! Nueva historia. ¿Notaron la ironía con la Araña CIERTO? Ñam.
Espero les haya gustado el primer capítulo de mi nueva historia.
Dejen comentarios.
Gracias por leer : )
Besos.
Katys Camui.
