Tìtulo: Rincón del cielo

Autor: Rooss

Disclaimer: No, por mas que quisiera, Naruto y sus personajes no me pertenecen. Todo es propiedad de Masashi Kishimoto. La historia es lo único que me pertenece.

Pairing: Sasusaku

Advertencias: Sin beta

Otras publicaciones: Fanfic Es, Tumblr

Dedicatoria: Mi primer drabble, en la vida, creo. No soy de escribir cosas cortas hahaha, pero bueno, el SS Month lo vale. Espero les guste. Dedicado a todos ja, pero especialmente a las chicas de Naruto's Dark Side, ya que fueron ellas las que aportaron la mayoría de la ideas. En fin, que lo disfruten y feliz día 1 del Mes SS!

Extra: h * t * t * p * : */ * / * w * w * w * . * y * o * u * t * u * b * e * . * c * o * m * / * w * a * t * c * h * ? * v * = * A * _ * 5 * I * - * R * i * _ * 3 * G *0 , melodía con la que me inspiré para este pequeño escrito, digo, por si quieren mas drama y esas cosas XDD, solo quiten asteriscos.


.

.

Rincón del cielo

.

SS Month. Dia 1.

Prompt: The smell of fresh paint.

.

.

Su cuerpo titila.

Los dientes de Sasuke castañean por la frialdad de una mañana que apenas empieza a asomarse por su ventana.

La hora antes del alba siempre es la más fría.

Bufa, rindiéndose a ponerse de pie y cerrarlas, no sin antes mirar un poco.

Allá abajo todo está en silencio. Pero a pesar que es demasiado temprano no puede evitar burlarse al reconocer a cierta jovencita morena perseguir a su irresponsable Hokage, una vez más para variar, seguramente luego de una noche de sake.

Una brisa filtrada a través de las cortinas le trae devuelta al presente, y entonces recuerda que en la cama, además de él, debería haber un cuerpo tibio durmiendo plácidamente. Pero no está. Probablemente la luz que se cuela por el resquicio de la puerta entre abierta de su habitación lo conduzca a su destino.

Calzándose solo de un par de guetas y con solo un par de pantalones de lino, deja que la nana tarareada y bien entonada, en voz de un dulce y tierno ángel, le guíe.

—Hn, me lo suponía —resopla con una sonrisa en cuanto la ve.

Sakura está de espaldas en la habitación contigua a la suya, haciendo, lo que se supone, un sol, una nube y un arcoíris terriblemente chueco. En un principio no lo oye y él lo prefiere así. Sakura continúa haciendo muecas y concentrándose en su arte mientras él la procura desde atrás.

Imaginar que todas sus mañanas serán así hacen que se le hinche el pecho de un sensación que nunca ha sentido antes. El orgullo y la felicidad que siente al ver el emblema de su familia en la espalda de la pelirosa le traslada, en cuestión de segundos, a sus recuerdos más felices. En donde su madre prepara el almuerzo y él juega con cubos de colores esperando la llegada de los otros dos hombres que conforman su felicidad entera.

Los años han pasado y su felicidad se reduce a esa habitación que se vuelve su mundo entero. No necesita más, piensa. Además de cuatro paredes, dibujos caricaturescos, a esa mujer y a la vida que carga en su vientre.

Sasuke ríe no muy discretamente y finalmente ella lo oye.

—¿Sasuke-kun? ¿Qué haces aquí? —él niega es medio de una sonrisa secreta.

Ni siendo ninja, ni siendo kunoichi ni mucho menos discípula de sannin, ni con todas las advertencias del mundo Sakura es capaz de obedecer a algo tan simple como quedarse en cama, entre sus brazos, y dormir.

—Yo debería preguntarte eso —avanza dos pasos y lo ve.

No solo la madre se ha estado divirtiendo, como lo muestran las manchas de pinturas en su rostro tierno, sino también el hijo no nato que es protegido en su seno. Se detiene antes de dedicarle una mirada resignada pero próspera a su abultado vientre por encima de las ropas manchadas de pinturas.

—No tenía sueño —confiesa ella sonriendo con dicha. No hay nada más importante para Sakura, en ese momento, que la manera tan maravillosa en que puede apreciar al enjundioso y tímido amanecer, delinear las montañas del valle sin fin a través de la ventana del cuarto de su próximo primer hijo—. Es hermoso ¿verdad?

Lo es.

Pero Sasuke no presume de aquella belleza que es efímera con tan solo el pasar de las horas, él se ha encaprichado con tener un tesoro más valioso que un amanecer, un atardecer o un anochecer.

Un tesoro con manchas de pintura en rostro, brazos y vientre.

Un tesoro palpable que es capaz de proteger.

Sakura es cubierta por el manto de luz que el alba le ofrece. Y el cuarto, aun ausente de pintura, se tiñe de un tono de cielo.

—Sí, lo eres —la sonrisa jubilosa de la pelirrosa transfigura en una nerviosa y pequeña.

Un beso en la frente y se muestra un hombre decidido al tomar un rodillo para comenzar a pintar.

—¿Sasuke-kun?

—Apresúrate, ese arcoíris no se pintara solo —dice, oyendo a Sakura reir a carcajada limpia.

Esa mañana, los nuevos residentes del barrio Uchiha, alcanzan a oír risas divertidas desde cierta ventana abierta con cortinas alborotadas.

Rendida, luego de una guerra de pintura que no fue capaz de ganar, Sakura recibe un descanso merecido. En la cama que abandonó a media noche para salir a pintar, descansa su cuerpo y el de alguien más. Alguien que aún no nace y alguien que la mira sin censar.

—Aun con pintura te sigues viendo linda —le hace un cumplido sabiendo que no lo escuchará.

Es Sakura después de todo, la chica más sobresaliente de su generación, la de los mil genios, la de intelecto soberbio, la artista auto concebida de un jardín de terceros, la mujer que es vida a donde quiera que la siga.

Un beso en los labios y abandona el lugar; es su deber terminar lo que ella comenzó.

Hay un conejo a medio dibujar, sin una cola esponjosa que lo caracterice. Sasuke se agacha pretendiendo darle el final que merece.

Es su hijo el que viene y esa habitación representa el cielo que ha de admirar todas las mañanas al despertar.

Es un rincón de cielo…

"…que le han de regalar"

.

.


Notas:

Que chuchi me salio, like always :v

¿Reviews?

Feliz nochebuena antes del manga :D