Disclaimer: los personajes de Katekyo Hitman Reborn no me pertenecen, son propiedad de Amano Akira-sama cuanto quisiera yo que me pertenecieran pero que se le va hacer y los nuevos personajes que aparezcan son de mi autoría. Este fanfiction es sin fines de lucro y exclusivamente para la diversión de la autora y posibles lectores espero que los disfruten
Aclaraciones
Letra cursiva – conversación
"Letra cursiva" – puede ser muchas cosas como sarcasmo, recuerdos, etc.
‹‹Letra cursiva›› – pensamientos
Letra negrita – pasado.
:::::::: Cambio de escenario
() Ciertas aclaraciones
Eres mi sueño
.
Prologo
.
Ella solo podía mirar como sus amigos se despedían de sus familiares antes de la separación, un sentimiento de tristeza se apodero de ella al saber que muy pronto también tendría que despedirse de ellos.
– Te extrañare Haru – miro a su lado encontrándose con la sonrisa de su amiga peli naranja, ella también la extrañaría, pero no podía darse el lujo de ir con todos ellos dejando a sus padres, su corazón no se lo permitiría – pero estoy segura que nos volveremos a ver.
Haru sonrió ante sus palabras, por supuesto que los vería de nuevo en el momento en que entraran a la universidad ella estudiaría en Italia – Kyoko-chan cuidaría de Tsuna-san por Haru – al decir aquello observo como el joven castaño estaba siendo abrazado por su madre, realmente le hubiera gustado poder estar a su lado.
Al mirar a su amigo noto sus mejillas sonrojadas, ella sospechaba de los sentimientos que tenía – No te preocupes Haru – le dio un abrazo – prometo escribirte todos los días – se despidió mientras avanzaba acercándose a su hermano.
– Te veremos haya Haru – sintió unas palmaditas en la cabeza, al observar al culpable se encontró con la brillante sonrisa de uno de sus amigos, el joven le despeino sus cabellos antes de seguir su camino.
– No te tardes mujer estúpida – unos golpecitos en la espalda llamaron su atención, el rostro sonrojado del peli plateado junto a su ceño fruncido provoco una sonrisa en su rostro, como extrañaría sus peleas con él.
– Incluso ahora Gokudera-san no deja de molestar a Haru – trato de molestarlo, pero el joven solo la ignoro mientras seguía su camino y levantaba una mano en señal de despedida.
– Haru – sintió como su corazón latía cada vez más rápido al escuchar su voz – y-yo…
– Haru estará bien Tsuna-san, no debes preocuparte – trato de tranquilizarlo regalándole una sonrisa, el joven se sonrojo a la vez que le sonreí de igual manera – Tsuna-san debe prometer responder a todas las cartas de Haru – sujeto sus manos siendo correspondida.
– Lo hare, sabes Haru esto no es una despedida solo es un hasta pronto.
Después de aquello ella solo los vio como el avión que abordaron sus amigos se perdía entre las nubes, dentro de unos años ella se reuniría con ellos, estaba seguro de ello.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
Italia – Silicia
10 años después
Su respiración era entrecortada, veía en todas las direcciones buscando a sus perseguidores, habían escapado lo más rápido que pudo una vez llegaron a ese país, no pensaba que aquellas personas los estarían esperando podría haber acabado con algunos de ellos, pero sabía bien que no podría con diez personas al mismo tiempo y más al tener entre sus brazos a su pequeño, tampoco podría pedir ayuda a las personas a su alrededor no confiaba en nadie.
Su única alternativa era escapar y por el momento esconderse, hasta que lograra perderlos. Vio una vez más a su alrededor, debía llegar a un lugar seguro, la casa de su amigo era el único lugar seguro que existía.
– Mami – dejo de mirar a su alrededor para mirar al pequeño entre sus brazos, sus ojitos celestes con miedo solo provocaron tristeza en ella no deseaba ver esa expresión en el pequeño rostro de su hijo.
– Si mi cielo – trato de que su voz no sonara temblorosa, pero fallo en aquello.
– ¿Porque esas personas están siguiéndonos? – el pequeño apretó el agarre en la ropa de su mama mientras escondía el rostro entre su pecho.
– No te preocupes mi cielo, muy pronto nos encontraremos con el tío Francesco – murmuro suavemente, el pequeño castaño asintió confiando en su madre, salió de aquel cuarto abandonado, se arrepintió de inmediato por haber escogido aquel lugar para esconderse, sin hacer mucho ruido empezó a caminar por pasillos, siempre atenta a cualquier ruido, esperaba que aquella persona allá recibido su mensaje.
Detuvo sus pasos al escuchar unos ruidos sujeto con fuerza el pequeño cuerpo de su hijo contra sí, lista para volver a correr.
– ¡Haru! ¡Haru! – el aire que retuvo en sus pulmones los libero al reconocer aquella voz, y al ver su cabellera rubia aparecer por aquella esquina sintió un gran alivio, corrió hacia esa persona quien sin pensarlo la abrazo – ¿Se encuentran bien? – su mirada celeste la reviso buscando alguna herida.
– E-estamos bien – respondió mientras las lágrimas salían, todo el temor apareció una vez se sintió a salvo.
– Tío Fran te tardaste – escucharon la queja del pequeño castaño, mirándolo con unos mofletes, ambos adultos no pudieron evitar reírse ante sus gestos.
– Debemos irnos, es peligroso quedarnos aquí – Haru asintió para después seguir a su amigo, no creía que su llegada a Italia fuera de aquella manera.
Al mirar el cielo oscuro y estar consciente de saber en qué lugar se encontraba el nombre de una persona que por años trato de no pensar llego a su mente.
‹‹Tsuna-san››
.
.
.
.
NOTAS DEL AUTOR
Saludos a tod s mis lectores
Vengo con una nueva historia, espero les guste y si desean dejan un lindo comentario.
Sin más que decir
Hiyori se despide.
