Declarativa: SMeyer es dueña de los personajes, MrsK81 escribió esta historia y yo sólo traduzco.
Capítulo 1.
El clic clic clic de los tacones de aguja sobre el inmaculado piso brillante no ayudó a mi persistente dolor de cabeza, pero me dio la esperanza de que finalmente Sus Señorías estaban listos para recibirme.
"¿Srta. Dwyer?"
Me estremecí. Su voz aguda y nasal era tan molesta como lo había sido por teléfono. O, ¿quizás mi leve resaca me estaba volviendo un poco gruñona? "En realidad es Swan," la corregí tan educadamente como pude.
"Lo siento mucho," dijo rápidamente, como si temiera por su trabajo.
Sonreí dulcemente, tratando de tranquilizarla. "Pasa mucho, así que no te preocupes."
"Me aseguraré de que sus datos estén correctos en su archivo personal," continuó diciendo y yo simplemente asentí. "Iremos directamente a la sala de conferencias, pues los socios mayoritarios la están esperando para presentarle a-"
"Lo sé," la interrumpí. "Ya Phil me lo dijo."
"¿Phil?" inclinó su cabeza y yo suspiré.
"El Sr. Dwyer."
"Oh sí, lo siento."
La observé mientras caminaba frente a mí con su escotada y mal ajustada chaqueta y una falda demasiado corta como para ser considerada profesional. Estaba batallando para caminar en un par de tacones Christian Louboutin , los cuales sabía eran falsos – y lo sabía porque yo tenía el mismo par, sólo que los míos eran originales. Evidentemente, ella estaba tratando de impresionar a alguien, porque mientras más nos acercábamos a la sala de conferencias, abrió, cerro y luego volvió a abrir los primeros botones de su blusa, y su caminar –o debería decir su culo, ganó un notable contoneo. Traté de no juzgar a esta falsa rubia, mejorada con el botox y cabeza hueca que probablemente estaba solo trabajando aquí mientras buscaba un boleto hacia una vida abastecida de zapatos Louboutin originales.
Oops, demasiado tarde.
Yo, más que nadie, debería saber que no se debe juzgar a un libro por su portada. He enfrentado ese tipo de prejuicios durante los últimos quince años. Justo ahora, por ejemplo, puedo asegurar que cerca de trescientas personas en este edificio han asumido que yo sólo estoy aquí debido a mis conexiones –en mi caso, sin embargo, tienen razón. Sabía que habría malas miradas y comentarios maliciosos por venir, pero justo ahora esa era la última de mis preocupaciones.
Paramos fuera de un par de puertas de vidrio esmerilado. "Si gusta tomar asiento," me dijo indicando el sofá de cuero negro en la esquina del área de recepción, "Iré a ver si están listos para recibirla."
No le señalo el hecho de que ella ya ha sido mandada a recibirme en primer lugar y mejor hago lo que me pide y me siento con un suspiro frustrado. Tocó dos veces la puerta y luego entró.
Es decir, en realidad, nada de esto era necesario. Conocía a tres de las personas presentes en la sala, había pasado la mayor parte de mi vida siendo obligada a socializar con ellos. Denali, Dwyer y Hale (D.D.H) era una exitosa casa editorial en Seattle y lo había sido por casi veinte años. Phillip Dwyer, junto con Irina Denali y Peter Hale empezaron la compañía y la construyeron a partir de una pequeña imprenta de anuarios escolares y periódicos, a una marca respetada con algunos de los más vendidos autores de libros. Y, ¿cómo es que yo encajo en todo esto? Bueno, pues tenemos que agradecer por eso al ya mencionado Phillip Dwyer, a mi madre Renee y a mi padre y consejero moral, Charlie Swan.
Hasta hace tres semanas, yo estaba viviendo una vida con la cual la mayoría de las chicas sueñan. Vivía gratuitamente en un fabuloso apartamento con mis dos mejores amigas, Carmen y Amber. Manejaba un Mercedes, vacacionaba varias veces al año por todas partes del mundo, e iba de compras en cualquier momento y en cualquier lugar que se me diera la gana. No tenía facturas de las cual preocuparme, ni trabajo por el cual debía que madrugar cada día ni una preocupación en el mundo.
No siempre había vivido de esa forma, lejos de eso en realidad, y creo que eso es parte de la razón por la cual ahora saco el mayor provecho posible. Nací a unas tres horas de Seattle en un pequeño y desolado pueblo llamado Forks. Mi papá era policía, mi mamá trabajaba de noche en un bar local y el dinero apenas alcanzaba.
Desafortunadamente, la vida en Forks no fue algo que mi madre pudo soportar, así que mis padres se divorciaron cuando yo tenía ocho años. Mamá conoció a Phillip Dwyer un año más o menos después y así comenzó una vida dónde el dinero no era una preocupación.
Phil de ninguna manera era un mal padrastro, sino todo lo contrario en realidad. Él y mi madre fueron incapaces de concebir más hijos y literalmente me dieron todo lo que una jovencita podría pedir, y esa tendencia continuó hasta hace poco.
Mantuve una relación cercana con mi padre y fue tras una visita a Forks donde llegué con mi flamante y nuevo auto, que él se molestó con mi estilo de vida. Me habló sobre el hecho de que uno debe ganarse la vida, respetar el dinero y entender que la vida era acerca de tener responsabilidades. Me reí de él y no le presté atención, pero Charlie no permitió que el problema quedara allí.
Varias semanas después de mi viaje a casa, me encontré con mi madre y mi padrastro para nuestro almuerzo tradicional en el Four Seasons. Esta vez, sin embargo, había un cuarto invitado: Charlie Swan. Cualquier preocupación que había planteado sobre mí acerca de formar mi fututo, brotó también en mi madre y Phil, porque fue en ese almuerzo que ellos me dijeron todo acerca de su plan.
Atrás habían quedado mis tarjetas de crédito que Phil pagaba, mi Mercedes y el apartamento por el cual no pagaba renta. Si quería seguir conduciendo el auto y vivir con Amber y Carmen, tendría que pagar mis gastos sin ningún tipo de ayuda de ninguno de mis padres. La única forma de lograr eso era conseguir un trabajo, y es ahí donde mi padrastro entró.
Aparentemente Phil entendía lo que era pasar por una difícil transición y me arregló un puesto de trabajo en su compañía. Mi padre, con quien estaba realmente enfadada, acordó que al menos debería de obtener un sueldo mensual por adelantado, antes de ser arrojada a los lobos y dejaba para velar por mí misma.
Vivir con las chicas, aún cuando pagara mí parte de la renta, no iba ser nada sencillo. Vivíamos en un apartamento en Belltown, lo cual le costaba a nuestros padres bastantes dólares. Mi madre me dijo que sólo restaban seis meses del contrato de arrendamiento, los cuales habían sido pagados por adelantado, y luego me tocaba pagar a mí. Sin embargo, tenía que cubrir mi parte de los gastos de servicios públicos y cualquier compra de comestibles que fuera necesitando.
Cuando el contrato de arrendamiento terminara, tendría yo que pagar la renovación o de plano encontrar otro lugar para vivir… tenía la esperanza y rezaba que en seis meses mis padres se dieran por vencidos con esta fase independiente y que las cosas volvieran a ser como eran antes.
Mis amigas encontraron esta situación bastante hilarante y me dijeron que me portara bien y estaría de vuelta vacacionando en Mónaco antes de que me diera cuenta. ¡No iba a contener la respiración!
Entonces, con sólo mi mesada mensual y nada más guardado en mi recién abierta cuenta bancaria, mi tiempo de ganarme la vida comenzó. Supuse que como nunca había trabajado un día en mi vida y que era la hijastra del cofundador, me darían un papel un tanto más sencillo dentro de la empresa… y ese había sido mi primer error.
Justo ayer por la mañana, descubrí que iba a ser la asistente de la nueva adquisición de la compañía. Aunque estaba feliz por conseguirme un trabajo, Phil supuso que yo tomaría ventaja de mí situación si trabajaba directamente para él –puede que él estuviera en lo cierto, pero desde luego que no se lo iba a admitir.
Así que, en lugar de eso, había sido enviada al quinceavo piso a trabajar para el recientemente contratado, Sr. Cullen.
Todo lo que sabía acerca del hombre es que había sido cazado de una casa editorial en Chicago. Aparentemente, el Sr. Cullen ha impresionado a bastantes personas, asegurando algunos grandes contratos con sus antiguos empleadores y en lugar de arriesgarse a ir en contra de él, D.D.H. decidió reclutarlo. Peter Hale había anunciado su inminente retiro, y sabía que Phil quería dar un paso atrás y disfrutar de algún tiempo fuera del trabajo. Sabiendo que iba haber una seria reorganización, muchas personas habían estado trabajando duro para hacerse notar, con la esperanza de que fueran considerados para puestos más altos. También sabía que el pronto a ser yerno de Peter Hale, Royce King había sido el firme favorito para ocupar su lugar, por lo que la llegada del Sr. Cullen como Director Editorial del departamento de ficción, había causado bastantes reacciones en la empresa.
Añade a eso el hecho de que el Sr. Cullen tenía a la hija del jefe como su asistente personal, y era de esperarse que fuéramos el tema más candente en el edificio.
Nunca lo había conocido, y sinceramente creía que el Sr. Cullen iba a ser justo como Phil y Peter. Viejo, con sobrepeso, y justo como Peter lo hacía cuando Phil no estaba mirando, miraría mi blusa en cada oportunidad… incidentalmente esa suposición había sido el segundo error que añadir a la que se estaba convirtiendo en una lista de rápido crecimiento.
La cabeza hueca salió de la sala de juntas. "Puede pasar ahora," dijo, con un tinte rojo en sus mejillas.
"Gracias." Sonreí y caminé confiadamente hacia la sala.
Como esperaba, habían cuatro personas sentadas en la enorme mesa caoba –Phil, Irina, y Peter, pero cuando mis ojos pararon en el hombre sentado a la derecha de mi padrastro, admití que haber permitido que mis amigas me sacaran una última vez había sido mi tercer error.
Y mientras recordaba la noche anterior, tenía recuerdos vividos y estremecedores del cuarto, quinto y sexto error.
EPOV
Oh joder…
N/T Hola de nuevo, aquí les traigo esta nueva historia. Apenas la he comenzado a leer y me ha encantado. MrsK81 o Katy ha sido muy buena onda y me ha permitido traducir su fic y publicarlo aquí. La historia no ha concluido, así que será emocionante para mí traducir sin saber en qué acabará.
Katy actualiza todos los domingos y haré todo lo posible por actualizar tan rápido como pueda.
Nos leemos pronto.
Xoxo
Cin.
