Pasado a la película de Hetalia si han visto los spoiler, ¡es tan bizarra! Pero se ve tan buena y dramática (?) ¡Quiero los subtítulos!
Disclaimer: Hetalia ni LatinHetalia me pertenece. Los personajes Islas Vírgenes (Amalia) y Tierra del Fuego (Carlitos) son de mi propiedad. Península de Guajira (Mariana) pertenece a AwesoMegami y a MikuShiiiChan.
Advertencia: Yaoi (chicoxchico) y Yuri (chicaxchica). Todo el contenido de las escenas es de mi creación, nada de esto ha sucedido (tal vez pueda pasar). Si llegas a tener cegueras, cae bajo tu responsabilidad. Y por supuesto, sin ofender a nadie.
Muy, muy ramdom. No debí leer las noticias, pero esta sería mi imaginación según el concepto Hetalia =D. Alfred aliándose con Iván, y saldrá un poco herido mi querido monstruito boliviano (Julio). | Absténgase de leer el fic, puede provocar histeria, desorden hormonal, cualquier situación provocándole un paro cardiaco.
Parejas: USAxUK. ArgentinaxChile. VenezuelaxColombia. ParaguayxBolivia. FranciaxCanadá. EspañaxRomano. AlemaniaxItalia. PrusiaxAustria. LituaniaxPolonia. RusiaxChina. GreciaxJapón. SueciaxFinlandia. DinamarcaxNoruega.
Agradecimientos a Traductor Google-sama y a la loca prensa británica.
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Plan Mundial
Los llamó. Los llamó a todos. A todo el mundo. A todas la naciones del planeta Tierra. Este planeta que los vio nacer y crecer representando las características de sus personas, que los vio pelearse entre ellos, en guerras, sangrientas batallas desde el inicio de los tiempos. Que los vio reír, que los vio llorar, que los vio al tener su primer y mejor amigo, para luego hacerse más amistades, y amores e hijos, sin importar la raza o creencia, para ella todos eran iguales. Esa Tierra que tantos, por mucho, la descuidaban diciendo que es para la prosperidad, pero cuando esas prosperidades sobre pasan el límite, la Tierra se enoja, porque no la cuidan como ella lo hizo con ellos. Ahora, le devolverían la mano por haberlos cuidado y acogido sin importar que su madre se hubiese enojado. Harían algo bueno por ella para que sintiera que realmente no la han olvidado, sobre todo a su gente.
Sin importar las condiciones, era de suma importancia la reunión, era exigente, aunque uno viniera en pijama o recién lavándose los dientes.
Los países iban entrando a la sala con calma y tranquilidad, no sabían mucho del tema, únicamente oyeron una clara orden de la reunión, que era urgente si deseaban salvar sus bonitos traseros, y lo más extraño de todo esto, era la pronunciación de extraterrestres.
Carlitos iba de la mano de Manuel, donde por otra parte también de la mano de Martín. Entraban a la sala yendo enseguida al grupo de sus hermanos latinos. Se saludaron y buscaron explicaciones de esta cita de un día para otro, nadie sabía por qué.
Julio pidió a Daniel irse a conversar alejados del grupo, tomando asiento. El boliviano comentaba que no le gustaba para nada que el hijo del argentino y del chileno viniera a este lugar si la junta era de países, no de niños. Daniel con su autoestima calmado y sereno, le corrigió qué hay con la niña de María y Catalina, ella tampoco era un país.
―Es otra cosa muy diferente. ―respondió Julio cruzando los brazos.
―Julio, es solo un niño. No creo que te moleste, si tú no lo molestas. ―el paraguayo le dijo amablemente.
―Me va a molestar, sobre todo esa vez cuando Miguel nos dejó solos. Fue un infierno, es un monstruo. ―estaba bien seguro que Carlitos se hacía el santo con todo el mundo, menos con Bolivia y con Inglaterra.
Continuaron conversando, mientras Chile se paseaba sin saber qué cosa productiva hacer.
Estados Unidos e Inglaterra recién hacían su presencia llevando a Islas Vírgenes. Manuel los vio y enseguida se acercó a ellos. Martín no dejó que se fuera solo, por precaución lo acompañó.
― ¿Y ella quién es? ―no pudo aguantar la curiosidad viendo a Amalia agarrada de la mano de Arthur.
―Ah, es cierto. No lo saben. ―río.
― ¿Saber qué? ―dijo indiferente el argentino― ¿Es tu nueva isla, pelotudo? No me extraña, tal vez se la quitaste a alguien como lo hiciste con cierta grosa nación frente a-
―Martín, no comenci' ahora. ―el castaño lo calló, si deseaba insultarlo que lo hiciera cuando terminara la reunión y menos frente a una niña.
Martín hizo gesto de desprecio.
―Martín está en lo correcto ―decía Alfred sorprendiendo a los dos sudamericanos―, pero no del todo. Ella es Amalia, es nuestra hija. Es una isla, o islas que compartimos.
―… ¿Territorio compartido? ―preguntó Manuel, ¿habían más como su hijo?
―Yes. Se llama Islas Vírgenes y siempre han sido de Arthur…por lo menos la mitad…y la otra mitad es del héroe.
― ¡¿Ustedes también? ―Manuel captó todo sobresaltando. Martín no era la excepción. ¿Cuántos más había en el mundo? Esto ya parecía un jardín infantil. Y refiriéndose a esto, su pantalón era tironeado por las manitos del rubiecito― ¿Qué pasa?
― ¿Puedo ir a jugar? ―sus ojitos marrones le pedían divertirse.
― ¿Adónde y con quién? ―dijo enseguida el argentino. Tierra del Fuego le señaló a Mariana quien les hacía la misma pregunta a sus madres Venezuela y Colombia― Podés ir, pero no se alejen tanto. ―posterior a esto, Carlitos corrió con la niña que por suerte la venezolana no se opuso a que fueran a jugar fuera de la sala.
― ¿Por qué no vas a jugar tú también? ―ofreció Inglaterra a la menor.
―Son muy niños para mí. ―contestó simplemente.
Alfred no pudo contener una risita, como si se creyera adulta…tal vez tiene su actitud de creerse el adulto.
La plática fluía más sin inconvenientes de que Martín atacara a Arthur por cuestiones que ya conocemos de cierta isla, porque cuando el rubio latino decía indirectas, el castaño cambiaba enseguida el tema, pero no pudo seguir al desconcentrarse cuando el nombre de su hijo fue nombrado no muy lejos. Volteó el rostro plantando su vista en el boliviano y en el paraguayo, aunque más en el primero.
―Te lo digo Daniel, es diferente ―decía Julio―. Tu rizo es otra cosa comparado con el rizo del hijo del teñido y del gruñón.
―Bueno…no es necesario que saques el tema de mi rizo… ―trató de sonar amable y divertido.
―Es que cuando se lo jalé, se puso rojo.
¿Qué? ¿Oyó bien? ¿Le jaló el rizo a su hijo? ¡¿A su hijo? ¡¿Pero cuándo si nunca lo dejó a su cargo? ¡Primero muerto antes de dejar a su hijo a cargo de ese enano boliviano! Esto no se quedaría así, nadie le tocaba esa parte a su niño, nadie.
― ¿Qué le hiciste a mi hijo, Julio?
En los oídos del susodicho sintió un aire endemoniado, un escalofrío que jamás había sentido tan cargado de "mamá sobreprotectora maligna". Si no se equivocaba –obviamente que nunca es así– era la voz del chileno enfurecido. Primero miró a Paraguay quien estaba asustado por esa presencia, no realmente asustado pero si nervioso sin dejar de mirar a Chile. Eso le dio atender que…esto no era bueno, nada, nada bueno. De todas formas volteó con cautela. Ahora si lo golpeaba, le devolvería el golpe.
― ¿Le jalaste el rizo? ¿Sabes que está estrictamente prohibido hacerle eso a mí hijo? ¿Eh, Julio? ―apretaba los nudillos todo amenazador.
―Eh, Manuel cálmate ―Daniel se levantó enseguida haciendo ademanes con la mano tranquilizando la situación―. Julio no quiso decir eso. Sucede que…
―Dani…no lo defiendas.
― ¿Qué sucede Manu? ―al fin Argentina se acercó sin saber que sucedía, y por qué demonios su amado vecino tenía un aura oscura frente a su primo y al boliviano.
―Julio le jaló el rizo a Carlitos. ―contestó rápido.
― ¡¿Qué? ¡¿Cuándo? ―ahora el padre se alteraba naciendo su enojo.
― ¡No fue mi intención! ―exclamó Julio poniéndose de pie― ¡Ese mocoso comenzó a molestarme y yo se lo devolví!
― ¡Estás muerto enano! ¡Nadie le hace eso a mí pibe! ―gritó enfurecido Martín.
¿Por qué mierda se enojaban por haberle tirado el condenado rizo? Los únicos que sabían el significado, eran los padres.
― ¡¿A quién le llamas enano? ¡Teñido!
― ¡Weón de mierda! ―continuó el turno de Manuel abalanzándose al menor.
― ¡Suéltame idiota! ¡Miguel, ayuda! ―gritó llamando a su hermano peruano, este levantó las orejas y corrió a él sujetando el cuerpo de Chile, pero Argentina lo hacía a un lado para acompañar a su querido 'esposa' en defender el honor de Tierra del Fuego.
― ¡Dejen a mi hermano, carajo! ―entonces comenzaron los golpes.
Paraguay intentaba calmarlos y no servía de nada. Asique usó su intuición de primo sacando primero a su primo de la bola de humo consumiendo a los tres sudamericanos.
― ¡Esto es para que dejés de molestar a mi primo Dani, che!
― ¡Ya basta! ¡Martín, deja de golpearlo! ―se adentró tomando el cuerpo de su primo argentino, claro que el egocéntrico se escapaba para prestarle ayuda al chileno quien era golpeado por el peruano― ¡Por todos los cielos! ¡No puedo solo! ¡Sebastián, ven y ayúdame! ―alzó la voz llegando a los glamurosos oídos del uruguayo. Bien, tuvo que dejar sus asuntos para sacar a sus primos del lío.
Aquello acaparaba todas las atenciones.
―Los hijos de Antonio no tienen remedio. ―Francis los observaba conteniendo una risilla cínica.
―Ojala sus dos nietos no salgan a ellos cuando crezcan. ―Elizaveta yacía a su lado llevando una mano al rostro, sintiendo pena por el español.
―Antonio ―no muy lejos, Prusia conversaba con España―, tus hijos están peleando.
― ¿Eh? ¡Oh por dios! ―saltó a la mesa bajando al suelo directo a sus antiguas colonias― ¡No deben pelearse! ¡Deténganse, son hermanos! ―Antonio se unió al uruguayo y al paraguayo para terminar con todo el alboroto, mas no funcionaba.
No pasaba nada, hasta que el alemán como siempre los detuvo con un solo grito. Por fin todo se había tranquilizado. Los sudamericanos se encontraban desarreglados, uno que otro moreteado.
Como ya estaban todos los países, Alemania propuso comenzar con la reunión, pero antes los padres latinos (Venezuela y Argentina) debían ir a buscar a sus hijos.
Ahora sí. Era el momento de proceder.
Inglaterra dejó a su niña en el asiento junto con Dinamarca, ya que estaría al frente acompañando a su pareja norteamericana. El danés muy feliz en aceptar en cuidarla por mientras, y ella muy feliz también.
Arthur suspiró ordenando las blancas hojas llenas de información confidencial gracias a Alfred. Este tema lo habían hablado, no solo para ellos mismos, también por el futuro de su hija que no le sucediera nada.
―Muchachos…está reunión es muy diferente a las otras.
― ¿Habrá pasta? ―interrumpió Feliciano, enseguida Ludwig lo hizo callar y tomar atención.
―Al fin voy a volver a ser nación, ya era hora. ―Prusia creía que de eso se trataría. En ninguna reunión se tomaba el tema de regresar a surgir como el grandioso Prusia, a lo mejor está sería la ocasión.
―No es nada de eso ―corrigió el británico―, no se trata de nuestros países. Se trata de nuestro planeta.
― ¿Otra vez? ―preguntó con deje de disgusto el polaco― Tipo, como que, o sea, este tema esta pasado de moda. Siempre lo tocamos, ¿por qué no hablar de otra cosa? Así como los ponis que deberían ser clonados, sería súper genial.
―Feliks tiene razón aru. Siempre me echan la culpa aru. ―dijo resentido.
―Pero…mi fratello y yo comenzamos a desechar las bolsas de plástico, hacemos algo bueno para el planeta. ―comentó el italiano nortino.
― ¡Así es! ―exclamó con ego Lovino― Todos ustedes estúpidos maltratadores del medio ambiente, mi tonto fratello y yo, por lo menos hacemos algo bueno por el planeta, maldición. Y deberían hacer lo mismo, prohibir esas bolsas contaminantes, maldita sea.
―Eso no es para todos ―mencionó Francia―, debes referirte bien a quien va dirigido. Yo soy completamente ecológico, mon petit. ―concluyó.
―Da igual. Tch.
―Okey, okey ―Alfred llamaba la atención, porque ese no era el tema a discutir―. Está bien que sean ecológicos y que reduzcan las cosas contaminantes, eso es bueno que lo hagan-
― ¡Mira quién lo dice! ―gritó enojado el suizo apuntándolo con el dedo índice― ¡Eres el primero en la lista de los países más contaminantes junto con Yao!
― ¡Contaminador! ―le gritó Gilbert― ¡Mi grandioso Gilbird se puede morir al respirar la contaminación por tu culpa!
― ¿Eh? Oigan… ―pestañeó desentendido el estadounidense, no era el momento para encararle ese tipo de cosas, miró al inglés quien estaba completamente hastiado e irritado.
―Hay que eliminarlo. ―Rusia sonrió ante su propio comentario.
― ¡O'eme mi hermano! ¡Hay que quemarlo vivo! ―exclamó Cuba señalando al infinito.
― ¡Si va-ca, guevon! ¡Díganme cuando y yo me llego! ―le dijo la venezolana dándole un mal ejemplo a su hija.
― ¡Oigan, mi daddy no es malo! ―intervino Amalia dejando a sus tíos nórdicos desentendidos― ¡Concuerdo que sea inmaduro, infantil y desorientado, pero no tiene la culpa! ―eso no le ayudó mucho a Estados Unidos, de todos modos, gracias por defenderlo.
― ¡Deberías cerrar la boca hija del Imperio del Mal! ―María continuó.
― What? ―se sobresaltó. Puso los pies sobre la silla levantando su cuerpo, ir a tirarle el cabello a esa engreída. Su lado amable lo dejó atrás. Nadie insultaba tan feo a su padre, solo lo hacían ella y Arthur.
Dinamarca alcanzó a tomarla de la cintura y comenzó un forcejeo. La chica pataleaba y decía groserías en inglés que seguramente se las enseñó mamá Inglaterra. Su antiguo tutor necesitaba rápidamente la ayuda de cualquiera de los nórdicos. Finlandia se ofreció. Ni Suecia, ni Noruega, ni Islandia cedieron o no se complacieron en darle una mano.
Todo empezó hacer un gran caos culpándose el uno a los otros por la contaminación.
― ¡CIERREN LA MALDITA BOCA! ¡ESTO NO ES UN JUEGO! ―lograron sacar de sus casillas al británico. Gritó con toda garganta a un volumen inesperado, superando a Ludwig. Todos silenciaron y regresaron a sus puestos.
―Entonces, habla ya. ―le dijo Francia sin importarle lo que pasaba.
Arthur respiraba agitado, le pidió un vaso de agua a Alfred, tranquilizando las emociones. Al estar más calmado y regularizar el aliento, cogió su posición donde su pareja debería estar.
―No se trata de la contaminación, ni medioambiente, nada de eso.
―Con tal que esto no me influya, no tengo nada que hacer aquí. ―manifestó Vash.
―Te influye, y desgraciadamente pueden exterminar tu país.
―Mataré al idiota que lo haga. ―determinó preparando su arma.
― "¿Pueden?" ¿Quiénes? ¿De qué hablas Arthur? ―Austria le pareció extraño la mención de varias personas en atacar a Suiza, y no es que le importara ese país.
―Me van a tratar de loco, un idiota sin razonamiento, y no van a creer que soy Arthur ―hacía una pequeña introducción ansiando a los países―. Hay que prepararse para una invasión alienígena. ―al fin lo dijo.
Se mantuvo un silencio incómodo por sus palabras. Bueno, eso lo creerían proviniendo de Alfred, ¿pero en Arthur? ¿Qué se tomó? Tal vez sintió el mal sabor de sus scones, eso sería un milagro.
Y estallaron de la risa.
― ¿No-jajajaja? ¿No hablas en-enserio o sí? ―apenas pudo pronunciar el francés sin contener la carcajada.
― ¡Eso es estúpido! ―se burló Gilbert.
― ¡Sos re-pelotudo! ―el argentino también reía a grandes carcajadas como los demás.
― ¡No se burlen! ¡Esto es muy serio! ―exasperó Inglaterra para luego mirar directamente a Alfred― ¡Te dije que no se lo dijéramos! ¡Este tema era mejor mantenerlo entre los dos, idiota!
Alfred únicamente se encogió de hombros sin saber que decir. Arthur fue el de la idea, no él. Solo le dijo las evidencias que su nación tenía sobre naves espaciales y contactos alienígenos, nada más.
―Por favor, préstenme atención ―decidió tomar las cartas en el asunto, con el inglés no irían a ninguna parte. Dio aplauso acaparando las miradas―. Sé que es ilógico, pero es la santa verdad. Arthur no bromea.
― ¿En qué te basas? ―preguntó Antonio.
―Si no se dan cuenta, hasta invité a Peter para esta reunión, y no he reclamado contra la hija de María y Catalina, y el hijo de Martín y Manuel. ¿No les parece extraño? ―dijo Inglaterra con su semblante severo. Le dieron la razón. ¿Qué hacía Sealand? En verdad esto iba enserio, más cuando no reclamó la presencia de los infantes.
―Nos basamos en la posibilidad de que ya es hora de prepararnos para un encuentro con cualquier civilización extraterrestre. ―procedió a decir Alfred.
― ¿Quién te lo dijo? ¿Tony? ―preguntó divertido el país del amor.
―Sí.
―Alfred ―seguía Alemania―, ¿no te das cuenta si es así, ya nos hubieran destruido?
― ¡Bien dicho Ludwig! ―exclamó afirmativo el británico empujando con el trasero al norteamericano― No nos han atacado porque nos investigan. Quieren averiguar cómo desactivar nuestras armas, como salen en las películas de Alfred. Nos atacaran desde adentro.
― ¿Las viste todas? ―sospechaba el alemán.
―Sí y qué.
―Con razón ―rió Francis―. Tanta junta con Alfred se te está pegando esto sobre los aliens. Pero continúa, por favor.
―Thanks…Francis ―agradeció de mala manera―. Siguiendo con el tema de las películas de extraterrestres, si nos damos cuenta, en su mayoría son ataques. Una que otra desactivan la energía eléctrica y no hay posibilidad de salvar al planeta.
―Sigo diciendo que todo esto es absurdo. ―Prusia no estaba del todo de acuerdo. Felicitaba la imaginación de la pareja.
― ¡Lo dijo Stephen Hawking! ¡Existe vida en otros planetas! ¡Y algún día nos invadirán y no falta mucho para eso! ―le contestó golpeando la mesa con el puño cerrado― Hace poco la NASA encontró y afirmó células que no es de este planeta. Yo solo vengo aquí a informales para salvarles el mugroso trasero. El que no quiera creer, se puede ir. Pero cuando esto pase, sabrán que tuve razón.
―Arthur… ―casi ahogó el habla al susurrar. Vio que nadie se movía de sus puestos. Los países se miraban y miraban a los de al frente.
Era común ver a Alfred gritando y alborotando las cosas cuando se trataba de extraterrestres con evidencias incluidas. Era común ver a Arthur deshaciendo todas esas tonterías argumentando que su cabeza solo la rellenaban las hamburguesas. No era para nada común ver a Arthur apoyando las tesis del estadounidense. Cuando Inglaterra hablaba serio, es porque era serio.
―Bien, puedo continuar. ―respiró aliviando retomando el curso.
―Em…Arthur. ―Italia levantó la mano.
―Dime Feliciano.
― ¿Esto es verdad? ¿Dices que vendrán los extraterrestres a eliminarnos?
―Hay una gran posibilidad que así sea. Alfred y yo estuvimos revisando los archivos secretos, y créanme, no es para lindo.
― ¿Los hermanos de Tony nos atacaran?
―No, no ―negó Estados Unidos―. Hablé con Tony, me dijo que no es su raza, pueden ser otros que van conquistando los planetas.
―En cualquier caso, hay que prepararse ―apoyó el inglés―. Por eso digo que hay que configurar un grupo de trabajo dedicado a asuntos extraterrestres con la capacidad de delinear un plan a seguir en caso de un contacto alienígena. Hay que proteger nuestras familias, nuestros países, nuestra gente…nuestro planeta.
― ¿Qué sugieres? Digo, alguna idea o plan. ―dijo Suiza determinando en que si esos seres llegaran a su país, no dudaría en lanzarle toda su fuerza militar, y si tocaban a su hermana, lamentarían haber existido.
―A eso vamos Vash ―sonrió Alfred―. Propongo…mejor dicho. Arthur y yo proponemos idear un plan mundial en el caso de que nos atacaran.
― ¿Plan? ¿Darles pasta? ―se preguntó el italiano menor― Quizás con eso se vuelvan buenos.
―No seas idiota, tonto hermano menor ―le corrigió amablemente Romano―. Ni con tomates se volverán buenos. Hay que atacarlos por donde más les duela.
―La nave madre. ―a España le apareció una ampolleta sobre la cabeza.
―Al fin piensas. ―lo felicitó Lovino.
―Pero esa nave es gigantesca aru. No hay posibilidad de atacarla ni con nuestras armas más potentes aru.
―Las naves extraterrestres tienen un fuerte magnetismo que harán desactivar nuestras energías ―comentó el ruso con su característica simpleza, la mayoría le dieron la razón lógica―. Sería bueno alistar primero esa parte importante. Sin energía eléctrica, estaremos acabados.
―Buena idea amigo ruso. ―cualquiera interpretaría eso como una burla referente a tratarlo como amigo. Alfred, en este momento no le daba importancia con quien tenía sus indiferencias. Ahora todos eran aliados. Iván comprendía y sonrió. Esta sería la primera vez que conversaban sin ataques verbales.
―Mi plan es destruir al idiota americano, apuesto que con eso todo será paz y amor. ―jugó Venezuela.
―María. ―reprochó la colombiana frunciendo el entrecejo, esto era serio, no un juego.
―Solo quería darle ánimo al asunto…
―También hay que ver sobre las provisiones. ―mencionó Roderich.
―Ya tengo eso listo. ―dijo animado el estadounidense.
― ¡No comeremos hamburguesas! ―contestaron todos al mismo tiempo. Eso entristeció a Alfred, él tenía su buena voluntad en juntar las hamburguesas, que no faltara ninguna para alimentarse en plena guerra contra los alienígenas. Ellos no lo valoraron.
Siguieron con el tema, proponiendo una gran lista de planes, incluso los lugares donde se juntarían si pasase eso, las estrategias a seguir, viendo el líder (obviamente sería Alfred), todo como si fuese una verdadera guerra. Claro que lo sería, pero diferente. Sus nacionalidades se olvidarían, sus discusiones, sus alianzas, sus ideales, todo quedaría atrás para unirse en una sola nación sin identidad. Combatir juntos a esos invasores.
― ¡Luego, el Bad Fried Trio entrará en acción en darles su merecido! ¡Keseseseseseses! ¡Nadie se mete con el grandioso yo! Si no se trata de Rode, por supuesto. ―lo último logró bufar al austriaco.
― ¿Y con qué lo atacarás? ¿Con espadas? Eso no sirve. ―le dio a conocer el turco.
―Bueno…entonces…em… ―pensaba.
―Si esos malditos tocan el señor Roderich, usaré mi sartén ultra mega gigante. ―Hungría mostró sus músculos ejercitados, remangando la chaqueta, dejando a todos con una gran incógnita.
― ¿Tienes una sartén gigante? ―eso daba miedo.
―Sí. Tengo una gran variedad para cada ocasión. Al fin podré usar mi sartén gigante. ―se ilusionó.
Los países se imaginaron como se vería Elizaveta con una sartén gigante combatiendo con los marcianos. Era aterrador y pobre marcianitos.
Nuevamente Prusia propuso una estrategia junto con Francia y España. Era realmente buena, con usos de espadas, porque sería combate cuerpo a cuerpo al entrar a la nave madre gracias a los aviones de combate de Inglaterra.
Suiza no dudó en ofrecer usar todo su ejército en el caso si llegaban a su casa. Y aún mantenía su postura de ser neutral, hasta pondría un gran letrero afuera de su casa que diga "Oigan marcianos, soy neutral. Atrévanse hacerle algo a mi país o a Liechtenstein, y acabaran muertos. Atte, Suiza."
Por supuesto, no dejarían afuera los tanques de guerra de Alemania. Ludwig ya tenía su estrategia, pero para su desgracia, Feliciano y Lovino tendría que ayudarlo. A veces la vida no era tan justa.
Nos nórdicos tenía un plan llamado "Invítalos a la casa de Islandia". ¿Por qué ese plan? Los extraterrestres se congelarían al llegar a ese país tan helado. Y otro plan llamado "Invade a Finlandia y a Sealand", con eso Suecia se transformaría y los atacaría sin dudar dejando libre su lado vikingo. Mientras Noruega pensaba seriamente en dejar un letrero en su casa diciendo "Me harían un gran favor si eliminan a Dinamarca. Atte, Noruega". En cambio, el danés tendría un letrero en caso de emergencia "Noruega solo bromea, ¡enserio!".
Otros, los sudamericanos proponían guiar a los seres del espacios a la Antártida, tendría el mismo funcionamiento como el plan "Invítalos a la casa de Islandia", y crear refugios a los niños.
Todo continuó normal correspondiente a las ideas, algunas eran aceptadas.
―En el caso de emergencia, sería bueno que Alfred y yo, preparemos un arma nuclear. ―propuso Rusia con el alma ansiosa en que ese día llegara y atacara a los extraterrestres, según él, sería muy divertido, cosa que no a todos les causó gracia.
― ¡Iván eres inteligente! ―alagó Estados Unidos― Crear una potente arma nuclear y enviarla a esos malditos… ¡Hará Boom! ―se alegró por eso y río a carcajadas.
― ¡Hey, tengo una nueva grandiosa idea! ―Gilbert se puso de pie con todo su grandioso ser― ¡Kiku puede crear robots!
― ¡Eso, eso!
― ¿Eh? ―fue lo primero que dijo el japonés― Ah, ha-hai ―enmarcó una sonrisa―. Por supuesto. No me opondré en usar mi tecnología gundam. En un año puedo crear una especie de Gundam Wing o Evangelion, con armas potentes. ―un brillito salió de su ojo derecho, eso daba miedo.
―Yo…ayudaré a Kiku. ―se ofreció Heracles desconcertando al japonés. Él fijó sus oscuros orbes en los del contrario. Claro que aceptaría su ayuda, con tal de que no lleve gatos.
― ¡Okey, ya tenemos todo listo! Esa ha sido la reunión, gracias por venir, y recuerden decirles los planes a sus líderes. ―Alfred agradeció a todos con su sonrisa animosa. Habían logrado tener un buen plan mundial. Solo tendría que pedirles sugerencias a Tony, donde él estaría al lado de su dueño.
Posteriormente, cada uno se fue despidiendo teniendo los proyectos entregados por Inglaterra.
Decidieron regresar a sus hogares.
Continuará…
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N/A: *Recibe tomates con los brazos abiertos* Espero que nadie haya quedado con ceguera ni haberse ofendido. Dejé claras las advertencias. El fic iba ser oneshot, pero se me alargó DEMASIADO, asique mejor los corté en dos capítulos. El próximo será de "¿Qué harías si me secuestraran los marcianos?", cada pareja dará su respuesta. Por mientras me faltan las tres últimas, SueciaxFinlandia, DinamarcaxNoruega y USAxUK. Si ustedes quieren pueden donar ideas mientras aun no suba el último capítulo. A la pobre Amalia la trataron de la hija del Imperio del Mal xD, Vene tenía que ser. Y no habrá lemon, un piquito lime, pero muy suave.
A las que leyeron la noticia del "Plan Mundial" debieron reírse cuando es Arthur quien llamó y no Alfred.
Les dejo la información y datos:
• Martin Dominik, de la Escuela de Física y Astronomía de la Universidad de St Andrews, y John Zarnecki, del Instituto de Ciencias Espaciales de la Open University, han publicado un artículo en el último número de la revista Philosophical Transactions, de la Royal Society británica, en la que piden un plan coordinado para un posible contacto extraterrestre.
Los autores consideran que esta coordinación debería recaer en la ONU, cuyo Comité para Usos Pacíficos del Espacio (COPUOS) debería "situar los asuntos supraterrestres en la agenda".
La petición surge de las conclusiones de un grupo de expertos que se reunió el pasado año para analizar qué pasaría si nos topáramos con vida alienígena.
Y blablablá, se llamó a crear un "Plan Mundial".•
¡No se alarmen! Esto es solo humor puesto en Hetalia, ¿de acuerdo? Todos sabemos que el 2018 será el fin del mundo, porque seremos uno con Rusia (a la que no leyó "Sedes del Mundial" no lo entenderá)
Esto de verdad es muy a la peli de Hetalia =D
¡Los Tony's nos invaden!
Las cosas que pasan ¿no?
Muy bien, me pondré a seguir con lo que me da.
Saludos! Bye bye!
¿Review's?
Sin ofensas, ya advertí que es HUMOR muy bizarro.
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