Skip Beat! no me pertenece, es de la Genial Nakamura-sensei (La historia después del 257 pero unos 10 capítulos después jejeje)
– ¡¿Cómo que tenemos una foto besándonos?!
Kyoko se quedó pasmada un segundo, ni siquiera consideraba "eso" un beso. En esa nefasta noche cuando se encontraba devastada por las palabras indolentes de su madre en la televisión, Shoutaro trató de consolarla así. Ella lo borró de su mente, eso no era importante, eso no era un consuelo, luego arreglarían cuentas con Sho y por eso no se lo dijo a él. Por eso cuando pensó que era Corn no se lo contó y menos cuando notó que era Tsuruga-san. Había sido tan insignificante que no lo dijo. Y ahora se entera que había una foto inmortalizando ese momento.
Tembló
En el fondo Kyoko oía el murmullo engreído de Fuwa, diciendo que en su agencia no quería que lo relacionaran con tan insignificante mujer, pero Kyoko sólo tenía a Ren en su mente.
– Tsuruga-san – murmuró angustiada
Y Shoutaro la oyó. La miró fúrico. Fuera de sí le dijo que ella no tenía que preocuparse de su "sempai", que a él una mujer como ella, no le interesaba y que para demostrárselo, él mismo le llevaría foto.
Kyoko se enojó. No le importó que el parqueadero fuera un sitio público y que apenas fueran las 8:00 p.m. No le importó que estaba ahí esperándolo a él. No le importó que estaba usando el hermoso vestido que no usó en Guam (se lo había puesto porque iban a cenar los dos solos y quería verse linda) no le importó nada de eso cuando agarró a Shoutaro del brazo mientras le decía:
– ¡No!, yo misma se lo voy a decir, tú no te metas.
– ¿Qué te importa que le diga? Tú misma dijiste que era sólo tu sempai, o ¿es qué ya olvidaste la apuesta?
– No me importa lo que pienses, tú sólo quieres molestarlo y él no se merece eso. Yo se lo voy a decir, porque ese beso no me importó, ni siquiera lo recordaba. Eres tonto Shoutaro, me trataste como a una más de las que está enamorada de ti y eso conmigo ya no te funciona.
– ¿Oh me vas a decir que te gusta él entonces?
– No me gusta, lo amo y no voy a permitir que lo lastimes.
En este punto Kyoko soltó el brazo de Shoutaro y se alejó furiosa. Alcanzó a sentir como Fuwa agarraba su hombro con mucha fuerza y antes de que ella pudiera alcanzar soltarse lo vio:
Ahí estaba Ren, con un hermoso ramo de flores mirando fríamente la escena. Notó como, con la rapidez de un tigre, se acercó a ellos y quitó despectivamente la mano de Shoutaro.
Kyoko cerró los ojos un segundo. La ráfaga de viento que dejó el agradable aroma a Ren flotando en su nariz al pasar a su lado la reconfortó un instante, hasta que oyó un duro sonido.
Ren estaba acorralando a Shoutaro contra un auto mientras escupía estas palabras:
– ¡Aléjate de ella!
Shoutaro no dijo nada, ni siquiera se movió, la verdad le tenía miedo, sabía que no ganaría una pelea contra él.
Así que Ren lo dejó. Miró a Kyoko y le dijo:
– No me tienes que explicar, tú eres única y especial. No eres insignificante.
Y tomó la mano helada de la mujer que amaba y que hoy estaba hermosa para él, guiándola para alejarse mientras decía:
– Fuwa-san, te doy un consejo, no debes perseguir a mujeres en parqueaderos o fuera de su casa, porque nunca se sabe quién podría tomarte una foto acosando a una dama y que problemas te traerá.
Y Shoutaro quedó sólo, humillado y con las últimas palabras que alcanzó a oír antes que la pareja se alejara, retumbando en sus oídos:
– Kyoko-chan, no te asustes pero yo también te amo…
