Clasificación: K

Romance/ Humor/ Suspenso

Hola a todos, este es el primer capitulo de esta historia que se me vino a la cabeza desde que termine de ver mis dos animes favoritos: Vampire Knight y Strawberry Panic!, así que la plasmé, la historia parte desde un año después de que Yuuki y Kaname salieran de la Academia Cross y le pongo mi estilo en particular, ya que agregue a Shizuma Hanazono de Strawberry Panic!, ella será la única de ese anime que saldrá, será una protagonista... sin más por el momento, espero que les guste, y cualquier comentario será bien recibido, aún así no dejaré de plasmar esta idea que salió desde que edite una imagen de Kaname y Shizuma juntos...sé que es corto, porque es el primero, les aseguro que el proximo será largo...uff! a escribir se ha dicho!... Disfrutenlo!

El Beso Escarlata

Mientras el viento soplaba recio por los alrededores de la Mansión, el blanco invadía la vista, el blanco mismo de la nieve que yacía sobre las copas de los árboles, sobre el suelo, sobre todo, los copos en forma de estrella que caían desde el cielo, estremecían el menudo cuerpo de Yuuki que caminaba sola, pero con esa expresión alegre que la distinguía, pensaba en cuanto hacer al encontrarse con Kaname, hacía mes y medio que no lo veía, aunque la mansión fuera de ambos, él aun no se podía dar el "lujo" de dedicarle algún tiempo, estaba tan atragantado con los asuntos del renovado Consejo, que le impedía verla, solo la llamaba con cierta frecuencia, pero para Yuuki, no era suficiente, había dejado a su mejor amigo por él y no deseaba tener un arrepentimiento de conciencia, amaba a Kaname, de eso no tenía dudas, pero extrañaba su cercanía, sus brazos alrededor de su cuerpo… sacudió la cabeza en un intento de "dejar" ese último pensamiento colgando de un hilo, hasta que vio a Aidou acercarse.

-Yuuki-sama, te congelaras si no entras ya- dijo el rubio, persuadiéndola a que entrara a la mansión-

-Jajaja, sigue intentando "Idol-senpai"- contestó Yuuki imitando el tono de voz de las admiradoras- Entraré solo si tienes chocolate caliente- agregó cruzándose de brazos como una niña pequeña.

-Bueno, ¡que va!, eso se puede arreglar, en realidad esperábamos que entraras a arreglarte un poco, acabamos de recibir una llamada de Kaname-sama, llegará durante la medianoche- dijo Aidou con orgullo.

La sorpresa de Yuuki fue mayúscula, por lo que entro a la mansión lo más rápido que sus piernas le permitieron, subió a su habitación y se dedicó a verse lo más espectacular que nunca, para el regreso de su querido Kaname.

Kaname camino con paso decidido por el pasillo del gran salón, iba solo, como de costumbre, ataviado con un traje de gala negro con corbata roja y su ejemplar cabellera rebelde, era la noche de apertura del consejo, estaba preparado para decir palabras vacías, hacer a los nobles estremecer y salir de ahí más rápido que un rayo, la cortina que se encontraba a unos metros de él irradiaba luz, del otro lado todos esperaban la llegada del pura sangre, se sentía extraño, esperanzado de encontrarla ahí, hace años que no la veía, no porque él no quisiera, sino porque no la encontraba, el lazo que lo unía a ella lo hacía sentir ciertas emociones que en el instante ella sentía, pero no era posible encontrarla, -desde la muerte de Haruka y Juuri- dijo para sí, la extrañaba en todos los sentidos, ella es la única que puede ocupar el cargo… y él necesitaba mirar sus ojos verdes.

Traspaso la cortina con elegancia y se dirigió hacia las escaleras de mármol, desde su lugar podía observarse el recinto atestado de nobles, listos para su encuentro con el pura sangre, el lugar era elegancia pura, como un palacio invadido por la perfección del blanco, las cortinas carmesí que llegaban hasta el suelo le daban el toque imperial, las puertas chocolate se distinguían como color prominente, era un lugar majestuoso, bajo las extensas escaleras y les dedicó un breve saludo: -Siento haberlos interrumpido, por favor, continúen divirtiéndose- el gran salón que se encontraba en medio tapizado con mármol blanco, era rodeado por columnas que escondían pasillos, caminó hacia donde se encontraba parte del nuevo Consejo, miro a la izquierda de reojo y distinguió una mujer que lo miro directo a sus ojos borgoña, se detuvo, la sangre que corría por sus venas se congelo en el mismo instante en que la reconoció, cabello plateado, piel pálida, ojos verdes… la joven le dedicó una leve sonrisa y siguió por el pasillo, Kaname no se podía mover, sus ojos se encontraban abiertos como platos, desde luego, lo que estaba sucediendo no se encontraba en su tablero de ajedrez, pero tenía que ir por ella.

-Kaname- senpai, es un honor el que este presente- le dijo uno de los nobles acercándose-

Kaname lo miro, con el cuerpo de nuevo fluyendo; -El honor es para mí, es un placer el estar rodeado de gente como usted, me siento orgulloso de estar aquí- el noble dio una leve reverencia y se retiró, Kaname volvió a mirar el pasillo por donde la vio y camino hacia allá, con la mirada de los nobles siguiéndole, todos esperaban ansiosos que el comenzara con la ceremonia, pero Kaname no podía dejar pasar lo que se demandaba y en ese instante, necesitaba saber que no era una alucinación el haberla visto.

Cruzó hasta llegar al pasillo, su mente no dejaba de pensar: ¿es real?, ¿realmente es ella? Y contestarse así mismo: sólo es una alucinación, ella no puede estar presente, no, no se atrevería, pero, ¿y si está aquí?.

Tomo la perilla plateada y la giro, entro como un niño, sin saber lo que había adentro, era una habitación, vacía, no había ni un alma en aquella alcoba;

-sabía que solo era cosa de mi mente- se dijo así mismo, con una mano en la cabeza;

-No estas alucinando- le contestó una voz, la joven salió de entre las cortinas de gasa blanca que revoloteaban con el viento, el cabello plateado se movía junto con las cortinas, el vestido negro invadía el buen proporcionado cuerpo de la joven y los grandes ojos verdes miraban directo a Kaname.

-Shizuma…- susurro Kaname, el espacio que había entre ellos era de solo centímetros, los latidos rápidos del corazón de Kaname era lo único que se escuchaba, Kaname la abrazo con fuerza, pronto los ojos verdes comenzaron a llorar, las manos de Shizuma rodearon el cuello de Kaname, ambos se fundieron en el abrazo, Kaname experimentaba distintas emociones, Shizuma solamente una, tristeza.

La espera estaba siendo eterna en la mansión Kuran, Yuuki ataviada de un vestido rosa pastel y zapatos altos, caminaba de un lado a otro con la taza de chocolate caliente en las manos, Aidou, Rima y Akatsuki, esperaban con ansías sentados en el sofá.

-¡Cuánto tiempo mas va a tardar!- grito Yuuki mirando la ventana.

-No lo sabemos, sólo menciono, "medianoche" y colgó el teléfono- dijo Akatsuki, con un tono de "no me importa".

-Debe de estar aún absorbido con los asuntos del nuevo Consejo, la inauguración se debe de estar llevando a cabo- soltó Rima, mirando a Yuuki con cara de "deberías de saberlo".

-No te preocupes, Yuuki-sama, seguro que Kaname viene en camino- dijo Aidou con una sonrisa de oreja a oreja.

-Hace mes y medio que no lo vemos- agrego Yuuki, en tono triste.

Los tres se miraron dudosos, al ver a la pura sangre de ese modo, entonces Rima se levantó y apoyo sus manos sobre los hombros de Yuuki.

-Debes saber que todo es por nuestro bien y el de los humanos, por supuesto, no hay que presionarlo mucho, estoy segura que cuando llegue estará tan feliz de volver a verte- dijo Rima, sonriendo, soltó los hombros de Yuuki y se volvió a sentar, Akatsuki y Aidou, se miraban asombrados.

Yuuki solo acertó con la cabeza y subió las escaleras, al llegar arriba, se introdujo por la única puerta abierta.

La habitación estaba llena del olor de Kaname, el gran ventanal dejaba la luz de la luna entrar e iluminar el gran piano de cola negro que yacía solamente en la habitación, la ultima noche que Kaname estuvo en la mansión, tocó el hermoso instrumento con audacia, él amaba el sonido que producía, le traía cierta calma y era una vía muy buena para expresar todo lo que sentía, a Yuuki le gustaba mirarlo cuando tocaba, claro sin que él se diera cuenta, ya que no le agradaba, la ultima vez se la pasó, ahí junto con la luna, dejándose llevar por las teclas blancas y negras.

Un timbre cambió el sentido de todo, Yuuki bajo corriendo las escaleras y abrió la puerta de entrada;

-¡Al fin llegaste!- gritó emocionada abrazando el cuerpo que estaba en la entrada.

-¡Yuuki-sama!- gritaron los 3 al unísono.

Yuuki soltó el cuerpo y un anciano serio la miraba, Yuuki soltó un grito de muerte y susurro un breve perdón, se movió de la puerta y se hundió en el sofá.

-Traigo un mensaje de Kaname Kuran- dijo el anciano, sin entrar a la mansión. Todos lo miraron con curiosidad, menos Yuuki que se había puesto mas roja que las amapolas.

-El estimado Sr. Kuran, me ha pedido que les diga, que lo disculpen, no podrá venir esta noche, pero mañana sin falta estará aquí en su casa….- el anciano se fue y Akatsuki cerro la puerta de un azote.

Yuuki apretó los puños sobre el vestido con la cabeza agachada, los tres miraron a la pura sangre, -Vayamos a dormir- agregó con tono cortante. Se levantó y subió las escaleras rumbo a su habitación, volteo a ver la puerta de la habitación del piano, corrió hacia ella y la cerro de un azote, para ahora correr a echarse a llorar sobre su cama, los nobles se estremecieron al escuchar el sonido de la puerta cerrarse, la única puerta que Yuuki mantenía abierta, como si fuera la esperanza de que él volviera, la esperanza de Yuuki había sido rota, si bien lo extrañaba, ahora solamente lo añoraba.