-Diálogos-
-pensamientos-
Gracias por pasar a leer, que lo disfruten. Inspirada en la opera de Verdi "Aida"
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INO
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En la aldea oculta de la hoja la felicidad era efímera, era eliminada por la devastación y muerte que la guerra traía consigo. Nadie tenía privilegios para salvarse, no importaba si eran recién nacidos o ancianos que apenas podían moverse. Los shinobis eliminaban cuanta vida se les atravesara.
Una rubia muy optimista le gustaba disfrutar el paisaje y aroma que las flores le brindaban, a pesar de solo tener un pequeño espacio con acceso único para ella donde era vigilada y protegida las 24 horas del dia. Había presenciado muertes, heridos y separaciones pero aun así su espíritu no decaía, trataba de ser fuerte por ella, por el amor y amistad de quienes la rodeaban… por su padre.
-¡Ino!- un rubio gritaba con desesperación al escuchar las detonaciones
-Yamanaka-san- un shinobi se arrodillo –no la localizamos por ningún lado-
-Maldita sea- tomo su abrigo y sus armas, salió rápidamente. Sonrió al ver al equipo InoShikaCho listo y dispuestos a conseguir la victoria.
Una gran batalla comenzó el olor a humo, sangre y muerte se dispersaba por todo el lugar, el fuego destrozaba todo a su paso provocando una gran nube que impedía enfocar la vista.
-Ino vámonos- un joven tomo por el brazo a la rubia y la levanto
-Estoy cansada Shika, ya no quiero continuar soportando esta guerra- miro al moreno mientras se mordía el labio inferior y de sus zafiros brotaban lagrimas
-Lo se pero debemos continuar, esta es nuestra vida-
-¡¿Y quién lo decidió?!- estaba colérica, harta y destrozada. Sus nervios estaban colapsados al tener que reprimir todo lo que sentía dia con dia
-Ino vamos- la jalo nuevamente al sentir una explosión cerca de ellos
Corrieron entre las calles observando como caían aliados y enemigos sin ninguna consideración. Estaba abrumada, se sentía sucia al haber arrebatado la vida a quienes se opusieran en su camino.
-No quiero vivir así- se arrodillo y escondió detrás de una enorme pared ocultándose.
-No tenemos elección- poso su mano sobre el hombro de la chica a modo de apoyo
-Ellos o nosotros- recordó las palabras que le dedicaba su padre cada que la angustia la invadía
-Exacto- le extendió un kunai y le ofreció su mano para ayudarla a levantarse
-¡Ellos!- el grito de guerra le impulso a continuar y terminar con la absurda batalla entre naciones
Las horas pasaban y ninguno estaba dispuesto a perder el enfrentamiento, el exceso de uso de chakra hizo que todos comenzaran a usar taijutsu para defender los ideales. La fatiga provocaba que fueran cayendo uno a uno.
-Ino- el rubio protegió entre sus brazos a la joven
-Estoy bien- sonrió para tranquilizarlo
Se adentraron en la residencia donde Inoichi analizaba los resultados: decesos y victorias. Abrieron una carpeta donde se veían los presos y sus habilidades que podrían utilizar como señuelo.
Tenemos buenos rehenes- Shikaku señalo algunos nombres
-Esclavos diría yo- pensó la chica al recordar como las personas eran obligadas a dejar su vida para servir al bando enemigo
-princesa ve a descansar- el rubio se acercó y acaricio la cabeza de la chica –te quiero- beso u frene e hizo una seña a su escolta
-Y yo a ti papi- le beso la mejilla y lo abrazo.
Se sentó al borde de la cama después de darse un baño y eliminar cualquier rastro de sangre de sus manos. El recordar los enfrentamientos y las muertes le causaban calosfríos. Se colocó un vestido blanco y escabulléndose se fue al invernadero, el único lugar que la relajaba. Atendió algunas flores que necesitaban abono y agua, trasplanto masetas y sembró algunas semillas.
Contemplo el panorama una combinación perfecta de colores, inhalo la fragancia conjunta de las flores y cerró los ojos. Su piel se erizo al sentir presencias ajenas a los que la vigilaban. Busco entre sus ropas y se maldijo al notar que no portaba ningún arma.
Cubrió su rostro con sus brazos al sentir una explosión que provoco se quebraran los vidrios del invernadero y las macetas. Levanto la mirada y noto la turba que entraba causando estragos a su paso.
-Una emboscada- escuchaba a lo lejos
No pudo moverse, sus pupilas temblaban; había sido una tonta al salir sin armas, agotada y sin guardias. Sintió como jalaban su melena rubia y era arrastrada, trato inútilmente de zafarse del agarre. Pataleo y trataba de golpear a quien la jalaba, su cuerpo se inmovilizo al sentir un fuerte golpe en la nuca.
Miro a lo lejos que otra batalla comenzaba, sintió como era levantada y arrojada contra algo dura, su mirada comenzaba a nublarse y solo atinaba a ver sombras a su alrededor.
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Continuara
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¿Y qué les pareció? No soy fanática a escribir historias o capítulos largos puesto que en mi caso en ocasiones es algo fastidioso y hasta cansado, aunque debo decir que leo algunos; así que la mayoría de los capítulos no serán tan cortos como este pero no será tan extensos.
Este historia está inspirada en la ópera "Aida de Verdi" no podría decir que es una adaptación puesto que los diálogos y escenas son escasos aunque algunos fragmentos de la historia se verán reflejados aquí.
Sin más me despido, espero comentarios, críticas, sugerencias, peticiones… todo es bien recibido
Hasta la próxima
Besitos
