Bueno, aquí vengo con un conjunto de one-shots referentes a esta pareja tan sexy.
Naruto no me pertenece, puesto que es de Masashi Kishimoto.
Este es el primer capítulo de los siete one-shots que conforman el fic. Van a ir en orden alfabético, así que podréis saber cuál va a ser el siguiente.
Avaricia
El reloj del salón marcaba las diez de la noche. Allí, andando de un lado a otro, un joven moreno se ponía cada vez más nervioso. Cogió el móvil por cuarta vez en menos de media hora y marcó el número lo más rápido que pudo y, por cuarta vez, obtuvo la misma contestación: "el teléfono móvil al que llama está apagado o fuera de cobertura en este momento". Lo lanzó al sofá con rabia y siguió caminando por la estancia hasta que el ruido de la cerradura captó su atención. Llegó al recibidor justo en el momento en que su pareja entraba en casa, cerrando la puerta tras de sí. Miró al recién llegado con una mezcla de resentimiento y preocupación.
- ¿Dónde estabas, Naruto? –preguntó.
- En el trabajo. He salido más tarde que de costumbre porque he tenido que terminar un proyecto con Kiba para mañana.
- ¿Y por qué tenías el móvil apagado? –su tono de voz cada vez era más frío.
- Porque se me ha acabado la batería. A todos nos puede pasar, Sasuke –respondió mientras se acercaba al moreno para darle un beso.
- No creo que te hubiese costado mucho llamar desde el trabajo, dobe –le recriminó apartando la cara.
- No hagas de esto un drama, ¿quieres? –dijo dolido por la actitud de su novio.
Rodeó la figura del moreno y se dirigió a la cocina. Aunque conocía de sobra el carácter del Uchiha, le fastidiaba sobremanera la actitud posesiva que tenía para con él; era como si pensase que en cualquier descuido le sería infiel, y eso le dolía. Bebió un vaso de agua con la esperanza de hacer desaparecer el nudo que se le había formado en la garganta. Dirigió la vista hacia la encimera y vio que allí estaban tapados los platos de la cena que seguro estaba fría.
- Será mejor que te cambies. Yo iré calentando la cena –comentó Sasuke apoyado en el marco de la puerta.
Naruto no dijo nada. Fue hasta la habitación tratando de asimilar lo que estaba pasando. Nunca había visto esa mirada de odio por parte de su pareja y eso le preocupaba. Ya en la habitación se puso algo más cómodo y salió al salón, encontrándose con un Sasuke cruzado de brazos esperándole para cenar.
- Mira que eres lento para cambiarte. Ya pensaba que tendría que volver a calentar la comida.
El rubio no contestó. Bajó la mirada y se acercó a la mesa, donde se encontraba la cena ya servida. Ambos se sentaron en silencio. El ojiazul cogió los palillos, pero se le había quitado el apetito. Los minutos pasaban y ninguno decía ni una palabra. Finalmente fue el moreno fue quien rompió el hielo.
- ¿Qué es lo que te ocurre, Naruto? Adoras el ramen, y hasta ahora lo único que has hecho ha sido juguetear con los fideos.
El rubio le miró, serio.
- No, qué es lo que te ocurre a ti, Sasuke –el moreno suspiró, enfadando a su pareja- ¡No hagas eso, maldita sea! Desde que empezamos nuestra relación sabíamos que no sería fácil por nuestros temperamentos, pero que te enfades porque llego tarde del trabajo es el colmo. No te estoy mintiendo, Sasuke. No tengo motivos para hacerlo. Pero mi paciencia tiene un límite –iba cogiendo velocidad según salían sus quejas- Además…
- ¿Sabes qué día es mañana? –le cortó el moreno.
- ¿Eh? –respondió confundido, perdiendo el hilo de sus pensamientos. El Uchiha no dijo nada, esperando una respuesta- Es viernes.
- Viernes 21 –especificó- Mañana tienes la cena con tus compañeros de instituto.
- Es cierto –coincidió el rubio- Lo había olvidado.
Miró a Sasuke estando ya más calmado. El moreno le devolvía la mirada seriamente, pero en sus ojos se leía la tristeza.
- A diario llegas tarde a causa de tu trabajo; y los fines de semana tienes reuniones. Tan sólo quería pasar una noche contigo –le miró- Naruto, somos pareja, y resulta que eres la persona que menos veo al cabo de la semana.
El rubio se quedó callado mirando perplejo al ojinegro. Echando la vista atrás se percató del poco tiempo que había pasado en casa. Así que no tuvo más remedio que dar la razón al Uchiha.
- Sasuke, yo… lo siento, pero no puedo hacer nada. Te prometo que el fin de semana que viene iremos a algún lado. Solos tú y yo. No me separaré de ti en ningún momento –dijo, intentando convencer al moreno.
Se levantó de su asiento y se acercó al ojinegro. Rodeó con sus brazos el cuello del otro, pegando su cabeza a su pecho. Se acababa de dar cuenta de que el moreno hacía un gran esfuerzo intentando superar sus celos. Ahora podría decir que realmente le amaba y confiaba completamente en él. Le había costado, pero finalmente le había abierto su corazón, mostrando sus sentimientos. Maldita sea, ahora era dolorosamente consciente de todos los cambios que había realizado su pareja en su forma de ser. ¿Y qué había hecho él? Sólo alejarse. Ahora lo veía. Dobló la espalda y besó los cabellos del Uchiha.
- Perdóname –susurró apretando más su agarre en torno al cuello.
Sasuke intentó devolverle el abrazo, pero apenas tenía sitio. Empujó su silla hacia atrás y rodeó la cintura del rubio para ponerlo delante suyo en el espacio que había quedado entre él y la mesa. Naruto separó sus piernas y se sentó sobre su novio tan ligeramente como si su peso fuese el de una pluma.
- ¿Hay algo que pueda hacer ahora para compensarte? –preguntó, volviendo a rodear el pálido cuello del otro.
- Mmmm… A ver que piense… -y en ese momento le plantó un apasionado beso, pillándole desprevenido.
- ¿Sólo quieres un beso? Sí que te conformas con poco –comentó divertido el rubio.
- … -la cara de Sasuke era un poema- Mira que eres simple, usuratonkachi.
Aún con la sonrisa en sus labios, el ojiazul volvió a juntarlos con los del moreno. Instintivamente, el Uchiha rodeó la cintura del rubio con fuerza, apretándole contra su cuerpo. Naruto se estiró, incómodo por la presión, dejando su trasero ligeramente elevado sobre las piernas del moreno. Satisfecho ante esa reacción, Sasuke retiró una de sus manos, dejándola resbalar por la retaguardia de su compañero.
- Mmph –protestó con los labios aún pegados a los del moreno.
Sentía las manos del Uchiha acariciando la parte baja de su espalda.
- ¿No crees que estaríamos más cómodos en la habitación? Allí podemos hacer de todo –le guiñó un ojo.
El ojinegro sonrió y volvió a besarle mientras se levantaban de la silla. Entre besos, fueron hacia la habitación. Allí, Sasuke arrojó con fuerza a Naruto en la cama y se subió encima suyo.
- Luego recogerás la mesa –dijo divertido el ojinegro.
- ¡¿Estás pensando ahora en recoger los platos?
Acallando a su novio, el Uchiha empezó a besar el cuello del ojiazul, dejándole pequeñas marcas.
- Así sabrán que tienes dueño, dobe.
- Como si tú no lo tuvieras, teme –contraatacó, estirando el cuello hacia atrás para facilitarle el trabajo al moreno.
Mientras atendía su hombro, el azabache fue desabrochando la camisa del otro, atrapando con su mano uno de los pezones y pellizcándolo. Al mismo tiempo Naruto, entre gemidos, acercó sus manos a la entrepierna del moreno. Acarició con suavidad esa parte de la anatomía de su amante, deseando que no tardase mucho en reaccionar. Efectivamente, apenas había empezado el contacto cuando Sasuke comenzó a responder como deseaba. Contento, el rubio siguió frotándole con la mano, notando cómo se endurecía bajo la tela.
- Más fuerte, Naruto –pidió. El ojiazul apretó la mano contra él, paseándola con fuerza por esa zona- Así –suspiró en el oído del otro.
Con un sutil movimiento cambiaron posiciones. Sasuke quedó tumbado boca arriba, con el rubio sentado sobre sus piernas. El ojiazul siguió atendiendo a su moreno, mientras con la otra mano le desabrochaba con destreza la camisa. Una vez abierta, inclinó su cuerpo sobre el otro y se llevó un pezón a los labios. Con la respiración agitada del Uchiha de fondo, llevó sus manos al pantalón del moreno, bajó la cremallera y le liberó el miembro de su jaula de tela, encerrándolo en su mano. Con un ritmo pausado, masturbó al ojinegro, acelerando el ritmo conforme su amante se lo pedía. Pero Naruto empezaba a encenderse con los gemidos que escuchaba. Utilizando su boca y su mano como base, apoyó su otra mano en el colchón y comenzó a mover sus caderas contra el muslo de su amante.
El rubio cada vez iba más rápido. Quería que Sasuke quedase satisfecho. Y así fue. El moreno no aguantó más y se corrió en su mano. Aún con la respiración agitada, el azabache volvió a colocarse encima de su pareja, mirándole con deseo.
- Ahora me toca a mí –y desnudó rápidamente al ojiazul colocándose estratégicamente entre sus piernas.
Empezó masturbándole muy despacio con la mano, observando cada reacción del rubio. La cara de Naruto reflejaba desesperación y lujuria, no soportaba la lentitud de Sasuke, pero sabía que lo hacía a propósito para que estallara. Aguantó así un rato más mientras el moreno, con una sonrisa de medio lado, seguía yendo cada vez más y más despacio. Finalmente no lo soportó más y explotó.
- ¿¡Quieres ir más rápido, teme!
El azabache paró en seco y se acercó al oído de su novio.
- Si quieres que vaya más rápido, tienes que pedírmelo por favor –contestó con una voz tan sensual que hizo temblar al menor.
- ... Hazlo más rápido –el rubio suspiró antes de seguir su frase- por favor.
- Así me gusta –comentó Sasuke con una expresión de superioridad.
Después del pequeño juego, el moreno volvió a ponerse entre las piernas de Naruto y volvió a masturbarle, esta vez con la boca. Recorría de arriba abajo el miembro de su pareja, rodeándolo por completo. Tras unos minutos notó cómo la respiración del rubio se iba acelerando. Estaba a punto de correrse y el Uchiha aumentó la velocidad. Tras un fuerte suspiro, Naruto eyaculó en la boca de su amante, quien tragó todo su semen.
Satisfecho de su propio trabajo, el moreno se incorporó, tumbándose al lado de su chico, quien tenía las mejillas rojas y respiraba agitadamente. Giró el rostro y le contempló por unos instantes. Le gustaba dejar a su novio en ese estado.
- Aún no me has recompensado como es debido –le recordó.
Naruto giró el rostro, con las mejillas encendidas y los labios entreabiertos.
- No sé… porqué… pero… me lo suponía… -le costaba articular la frase seguida. Sasuke siguió observándole relajadamente, indicándole con la mirada que iba a esperar hasta que respondiese. Al final contestó- Dame… unos momentos… para recuperarme… ¿vale?
- Está bien –concedió.
Sin embargo, el moreno se apoyó en uno de sus codos y, girándose hacia su chico, le besó el cuello suavemente, rozándole la piel antes de comenzar a lamerle. Naruto se tensó al sentir las cortas lamidas que le daba Sasuke, como si fuese un gatito hambriento que acababa de encontrar un tazón de leche. El ojinegro sabía de sobra que esa era la parte más sensible de su cuerpo, la que provocaba que gemidos indiscretos saliesen de su garganta de manera descontrolada; y lo estaba utilizando a su favor para torturarle.
- Sasuke –le llamó- cariño… esto… no me ayuda… nada.
Pero el moreno hizo caso omiso a las palabras de su pareja. Esas suaves lamidas se fueron convirtiendo en hambrientos besos cargados de pasión que fueron bajando hasta el pecho del ojiazul.
- Te he… dicho… que me… dejaras… relajarme… un poco –intentó decir el rubio.
- Ya has tenido tiempo más que suficiente, Naruto.
- Sasuke… necesitas más tiempo para recuperarte… –le recordó el joven.
- Ya lo sé –despegó los labios del cuello del rubio lo justo para que le entendiese- Pero eso no me impide mantenerte así –rozó el cuello con su nariz-, con las mejillas encendidas –bajó hasta su clavícula- y la respiración agitada.
Naruto no contestó. Sasuke se lo iba a hacer pasar mal, estaba seguro. Lo único que podía hacer era cerrar los ojos y esperar ser capaz de controlar a su cuerpo. El tiempo pasó volando y, en lo que al rubio le pareció un suspiro, su novio le levantó las piernas, dejando su entrada a la entera disposición del moreno. Sin ninguna consideración le penetró.
- ¡Ahhh! ¿cómo se te ocurre hacerlo sin prepararme antes? –se quejó el rubio.
- No tengo tiempo para esas tonterías. Además, deberías estar acostumbrado a esto.
Como compensación, el Uchiha no se movió hasta que sintió que Naruto ya se había acostumbrado a él. Comenzó con un movimiento suave para no hacerle más daño. Fue cuando el rubio se movió rápidamente cuando el ojinegro vio vía libre para poder embestirle como hubiera querido desde un principio. Se agarró fuertemente a las caderas de su pareja para poder penetrarle mejor mientras que su novio, entre jadeos, se agarraba fuertemente a los lados de la cama. Las potentes embestidas del moreno hacía que ambos se movieran, incluso pasó por sus mentes que esta vez la cama no aguantaría tanta actividad. Pero de pronto el movimiento cesó. Naruto clavó su azulada mirada en el sudoroso rostro de su amante.
- ¿Ocurre algo?
Sasuke bajó su cuerpo hasta rozar con su pecho el sudoroso torso del muchacho. Acercó sus labios a la oreja del rubio y tras mordisquear su lóbulo susurró.
- Aún no quiero acabar.
- Pero… -iba a quejarse.
- Te lo he dicho muchas veces, Naruto –se incorporó para poder verle la cara. Aún se mantenía bien apretado en el interior del rubio- Te quiero demasiado. Y quiero que me lo des todo a mí –bajó la mirada al miembro del muchacho- pero aún no estás listo para darme una cosa.
Sasuke –le reprochó el muchacho- No seas obsceno.
- No soy obsceno. Sólo soy sincero, ¿no es lo que quieres? –acercó los labios a los del ojiazul y le besó sosegadamente. Al separarse añadió- Siempre me dices que sólo me preocupo por mí, que lo único que busco es obtener placer. Y no es cierto. Quiero que lo entiendas de una vez por todas, eso es todo –distraídamente agarró el flácido miembro del rubio- Pero por lo que no voy a pasar es por dejar de disfrutar de ti. Quiero que sólo tengas ojos para mí; que sólo disfrutes conmigo; que sólo yo pueda llevarte hasta el límite, Naruto –finalizó apretando la mano.
- ¡Ah! –cerró los ojos maravillado. Su cuerpo estaba completamente recuperado- Sasuke –sonrió tímidamente- eres un avaricioso –atrajo el cuello del moreno hacia él- Y no tienes de qué preocuparte. Sabes que sólo soy tuyo, teme.
Le besó desenfrenadamente. Cuando se separaron por falta de aire, sus miradas se cruzaron y el moreno vio en su pareja la señal para que prosiguiera con lo que había dejado a medias. Así que volvió a penetrar con fuerza al menor mientras le daba más placer masturbándole al ritmo de las rápidas embestidas.
- Má-as…rápido –pudo pronunciar el joven.
- Como desees, rubio –respondió sensualmente el Uchiha.
Sasuke aumentó aún más la velocidad de sus embestidas y, por consiguiente, la masturbación del pene del rubio, quien tenía los ojos fijos en los de su amante. Le encantaba ver su expresión mientras hacían el amor. Era una de las pocas ocasiones en las que Sasuke se mostraba tal y como era en verdad, y no esa persona fría y distante que parecía siempre que se acercaba alguien a ellos.
Inconscientemente, Naruto llevó sus manos al rostro del moreno y le volvió a besar dulcemente. Sorprendido por ello, Sasuke le correspondió a la vez que notaba cómo el semen de su pareja se esparcía por su mano. Al poco tiempo, fue el ojinegro el que se corrió dentro de su novio, llenándole de su esencia.
Sin salir del cuerpo del ojiazul, el Uchiha se dejó caer sobre él con cuidado y le abrazó posesivamente.
- Sasuke –dijo mientras le acariciaba el pelo- ni que me fuera a escapar -sonrió.
- Por si acaso –respondió el azabache en tono burlón.
El moreno acariciaba distraídamente la espalda de Naruto, quien poco a poco comenzó a sumirse en el sueño. Cuando estaba a punto de quedarse dormido, escuchó un susurró al lado de su oreja.
- Te amo, dobe.
Sonrió inconscientemente al tiempo que pensaba y yo a ti, antes de dormirse por completo en los brazos de la persona que sabía le querría por siempre. Podría ser frío, cascarrabias y tener un carácter del demonio. Pero era Sasuke, y él le quería con defectos incluidos.
G racias por leer el capítulo 1. Si os ha gustado, dejad un review (que no cuesta mucho y así me animáis a escribir cuanto antes el siguiente). Nos vemos en el siguiente capi.
Sayo!
