Antes de leer:
➫ Esta historia contiene lenguaje inapropiado y escenas sexuales que no son apropiadas para todo público.
➫ Esto es un universo alternativo
Frío
El principio del fin
Ella estaba presente el día en el que estaba a punto de ser ejecutado.
Nunca hizo nada para evitarlo.
Y ahora que estoy a punto de morir… Me gustaría decirte que nunca quise hacerte daño
En estos instantes me es inevitable no pensar en el tiempo de mi niñez. En donde todo fue mejor, en donde ni la rabia o la venganza me consumía a tal punto de dejarme como un loco desquiciado. Puedo imaginar que, al ser apenas un niño siempre veía lejanos los días de oscuridad y no le prestaba demasiada atención a nada de lo que me pasaba a mi alrededor, me dedicaba a vivir el momento sin pensar en la consecuencia de mis actos. Era más feliz en la ignorancia de la juventud que en la cruda realidad de la adultez. Y aunque estaba siendo muy inmaduro por lo menos no vivía despreciándome cada cinco minutos por todo lo que decía o hacía; Incluso al ser un simple niño de dieciséis años no me preocupaba tanto por el mundo a mi alrededor, no le dedicaba atención a las chicas que, en ese tiempo eran mis novias y mucho menos pensaba en tener un sustento para el futuro, solo disfrutaba. Tal vez ese fue mi gran error, crecer, ver la vida como realmente es y desarrollar lazos con gente quien no me convenía, mantener relaciones que van más allá de una noche pero sobre todo haber deseado vivir un poco más para tener una familia ¿Amor? Tal vez eso fue lo que me cambio, lo que hizo que por fin le viera sentido a mi existencia y empezar a disfrutar los días que pasaban, entusiasmarme con declaraciones tímidas e incluso pensar toda la noche en una persona en específico, incluso le llegue a regalar la sortija de mi madre sin embargo eso ya no importa más. No le veo futuro a mi vida porque voy a morir, lo sé al tener una pistola apuntándome directamente a la cabeza mientras la persona que me esta condenando me dice palabras soeces "Perra" "Puto" "Idiota"
Ahora que lo recuerdo, durante toda mi vida el número cinco siempre fue mi favorito por razones totalmente triviales, fue una gran ironía pensar que el quinto día de Mayo sería la fecha de mi muerte. Después de todo al final no quedaba confianza en nada, el mundo me daba la espalda demostrando una vez más que nadie estaba conmigo en esos momentos, ni siquiera algo tan estúpido como un simple día.
Y es que ahora que lo pienso ¿Alguna vez podía tener asegurado algo? Todo parecía aparecer como una burbuja e irse de manera tan breve que no me daba ni la oportunidad de aprovecharlo. No puedo negar que he sentido felicidad durante estos años llenos de acción en mi vida pero aún con todo eso no me siento realmente satisfecho por lo que está pasando ahora mismo.
¡Mírame hijo de puta! — exclamó mi "homicida" sin embargo no puedo acatar a sus deseos — ¡Saotome te he dicho que muevas tus putos ojos a mi cara! — ordena de nuevo juntando más la boca del arma con mi sien—. ¡Hazme caso si quieres que tu miserable vida dure por lo menos unos minutos más, perra!
Sentí el miedo calar en lo más fondo de cada uno de mis huesos, paralizando incluso mi respiración. No tenía fuerzas ni para poder seguirme manteniéndome estático; Tenía ganas de desmayarme, quería que todo esa maldita pesadilla acabara de una vez. Un dolor agudo se acomodó en la garganta incapacitándome de todas las formas posibles. Me sentía como el pedazo de basura que era y aunque me costara admitirlo me merecía toda esa mierda e incluso más.
—No puedo Akane
