Utilicé también el prompt #7 de la lista 'Difficult Love Confessions', del blog onetruepairingideas en tumblr.


Día 3-. Piropos

El mundo parecía más pequeño con tantos amigos que llegó hacerse su hermano en los últimos años, mas no por eso resultaba extraño que uno de ellos en especial captara su atención.

A Ishida no es como que lo viera todos los días, pero de vez en cuando era inevitable encontrárselo de acá allá. Sobre todo, esas veces en que acompañaba a Yuzu para ayudarle a cargar cosas como telas y demás que traería de una tienda especializada en esos productos.

Hasta la primera vez que lo vio oyéndole pedir un número de agujas de bordado, no estuvo ni cerca de sospechar que él tuviera ese tipo de hobby. Él pagó y acabó yéndose no sin antes saludarlas cortésmente.

De eso unos cuantos años, ya que tenían las dos doce en aquel momento, mas quince Yuzu -y ella- quien repentinamente se había entusiasmado, al volver a tener en su posesión el muñeco recuperado sin saber de dónde ni cómo -y que, por algún motivo, intuía Karin que ese lugar podría ser el sitio adonde Ichigo se hubiera ido esas veces donde desaparecía sin avisar-.

Para retomar su pasatiempo, la dulce Kurosaki tenía que obtener los elementos apropiados. Agujas e hilos tenía de sobra, pero de telas solo le quedaban recortes que apenas alcanzarían, sin suficientes para sus demás ideas, así que necesitaba ir de compras.

Las dos tenían poco tiempo conforme fueron creciendo, pero como es Yuzu quien siempre se atarea de todo lo que concierne a la casa, Karin ofreció ir en su lugar. Su hermana menor andaba muy estresada con todo, sobre todo por exigirse siempre el máximo en los estudios. O sea, de las dos era la de ojos almendrados era más inteligente, pero intentaba siempre superarse porque no quería bajar rendimiento y tener notas siempre en calificación máxima.

Por supuesto, a pesar de ofrecerse ella, Yuzu estuvo reacia. ¡Eso no era algo que pudiera decidirse fácilmente! Necesitaba ver por sí misma las telas, no compraría por color, quería algunos estampados y otros rayados, con lunares y no es como si hubiera siempre un patrón fijo, no había manera de que sus gustos fueran conservados a la elección de alguien que no fuera ella misma… y Orihime llegó a casa junto a Ichigo, permitiendo a Yuzu liberar algo de tensión.

Se decidió que iría Karin, para así Yuzu quedarse y junto a Orihime preparar el almuerzo. Nadie tenía mucha prisa salvo Ichigo, quien tenía clases por la tarde ese sábado.

Así se dirigió la hermana de cabello negro al basto local de 'Sunflower Sowing', encontrándose al mismísimo futuro doctor que era conocido de la familia y amigo de su hermano y su muy posible futura cuñada.

Se saludaron y casualmente se dirigieron ambos al mismo apartado, él también buscaba telas.

Y ella lo vio tratando de decidirse por los motivos exhibidos. Lo hizo durante bastante.

Dios, ¿acaso es saludable dedicarse a dar miradas a alguien tantas veces en tan corto lapso de tiempo? Como cinco minutos o menos habían pasado e iba siendo la décima vez que se fijaba en él.

¡Es un crush solamente! El único que tiene en este momento en realidad, aunque ya que era el caso hasta esperable debió ser que se volviera el centro de sus atenciones y miradas de soslayo que daba.

Ahora observando los tubos enrollados, mostrados en escalón a distintos niveles, fue imposible de nuevo mirarle el perfil de su rostro. ¿Por qué tenía que tener un perfil tan bonito? No es como si ese ángulo lo fuera todo, aunque la hacía pensar justamente con esas palabras que no decía nunca en voz alta.

Pero en ese momento, en que él gira un poco la cabeza disculpando al pedir espacio porque mirará una en el lugar ocupado por ella, Karin al tenerlo a menos de diez centímetros sobre su cabeza, piensa:

—Tu cara es tierna —por la forma en que los ojos azules, que contemplaba apenas segundos antes ella, van directo a los suyos… la pelinegro supo que lo acababa de decir en voz alta.

Él estaba concentrado en sus pensamientos propios, por lo que al final al mirarla creyó no escuchar bien. Solo más tarde la de ojos ónix acuoso se daría cuenta de que ella misma arruinó lo inadvertida que pasaban sus miraditas a él, ahora solo buscó excusarse.

"Tu cara es tierna", en definitiva, son más pensamientos que le quedarían bien expresar a Orihime.

Karin piensa que a ella le quedaría mejor decirlo, aparte de ser más honesta con la intención. Es decir, fácilmente es algo que puede imaginar diciéndoselo a su hermano la chica de gran delantera y amable sonrisa. ¿O era que una vez logró oír decírselo? Su mente nublada por el nerviosismo no le permite recordarlo.

Él la mira fijo por su comentario. A pesar de lo confundido, se nota más impactado que otra cosa. Correcto, debes arreglar eso Karin, se dice pensando nuevamente en cómo no meter la pata ni dejarse en vergüenza total.

—Tu cara es agradable —suelta rápidamente queriendo corregirse, después dudando por unos instantes hasta decidir balbucear lo siguiente—, pero tú eres más agradable.

Bien, él sigue mirándola sin comprensión. Su gesto confuso deja de dar cualquier ápice de seriedad, pasando a tener la boca en una línea caída y con una mirada que claramente preguntaba "No entiendo un carajo ¿qué me estás queriendo decir?". Obvio que él no usaría ese lenguaje, ni siquiera lo pensaba. Demasiado hecho a la antigua para pensar algo así delante de una señorita, o eso creía.

¿Será que la está juzgando como a un bicho raro? Es posible. Así que confiesa lo primer en venirse a su cabeza, que es por qué decía y hacía eso.

—Me gusta estar cerca tuyo... —suelta Karin, un poco ruborizada— y de tu cara.

El quincy se aclara la garganta, como si fuera quien había hablado y dicho tantas cosas juntas sin pensar claramente, luego parece querer desviar la vista mas mantiene el porte y se ajusta las gafas desde el marco, apenas la puede mirar a los ojos.

—Gracias —le dice.

Conversación zanjada, provocando que Karin frunza el ceño, molesta consigo misma por sus atropelladas palabras. Habrá sonado muy estúpida, ¿o será que Ishida recibe diario comentarios así, para ignorarlos como pretende hacerlo ahora? Bueno, tampoco es que pudiera actuar de otro modo, ¿no? No había razón para pedirle a ella una explicación de eso.

Simplemente para él era el piropo sin importancia de una chica cualquiera, a la que seguro apenas veía como tal, lo cual para ella funciona bien.

Por lo menos no se lo tomó mal, piensa una vez termina de elegir y pagar por los cortes. Él todavía queda adentro mirando más cosas, lo sabe porque le da una última mirada antes de marcharse.