Nota de la autora: ¿Qué tal a los que lean por aquí? Bueno, primero que nada para poder hacer este fic, me informé en ciertos foros médicos, para entender mejor una personalidad como la de Francesco Bernoulli, que algunos obviamente por el tipo de película de la que viene, sólo lo ven como un tipo sumamente gracioso, atractivo y encantador.

La verdad es que, me iré por un lado un poco tormentoso de lo que podría ser su estilo de vida si se viera más a fondo.

No es mi intención dejar mal al personaje, ni nada ni a nadie, pero no quiero que esto resulte como típico cuento de hada. Espero me entiendan. Además, yo soy de esas personas que no les agrada demasiado lo que es una historia de amor "de primera vista".

Segundo, voy a hacerlo al estilo gijinka, es un poco más fácil para mi (y me los imagino como mis propios dibujos que publico por ahí. XD), me disculpo por la gente que prefiere a los personajes en su forma original.

Gracias.

(Wow, hace mucho tiempo que no publicaba nada por aquí. El formato cambió bastante. XD)

Amor Tormentoso.

"Desde el fondo de la tormenta."

(Francesco)

" -Y ella se fue... cuando volví a Towkyo, ella ya no estaba ahí... Francesco la buscó por todos lados, aunque ella no dejó ni una migaja de su rastro. Pero ¿Por qué? ¿Por qué quiero encontrarla? ¿Por aquello que dijo Chuki? ¿Por obligación? ¿Por qué quiero tenerla otra vez en mi cama? O... ¿Por amor, por verdadero amor? Maldita sea... estoy tan confundido... ¿Qué me pasa?-"

8 años atrás.

Habían pasado unos tres años desde el primer WGP, después de convencer a los corredores de que no había peligro alguno y se hubo tomado las medidas de seguridad correspondientes, la mayor parte de ellos aceptaron un nuevo desafío.

El único que no se presentó para la ocasión, fue McQueen, esta vez si se tomaría su tiempo luego de su temporada NASCAR, además, él quería estar con Sally todo el tiempo que pudiera, porque pronto serían padres.

La ocasión era curiosa, casi todos los corredores vivían una nueva versión de su vida, la mayoría estaban casados o comprometidos, y tenían hijos Muchos fueron presentados oficialmente esa noche en la fiesta del Crystal Domo de Towkyo, en la bahía. La esposa de Miguel Camino aún tenía un par de meses antes de dar a luz a su primer hijo, por lo que se dio el tiempo para acompañarlo esa noche, y Chuki, la esposa de Shu Todoroki, quienes vieron la noche anterior al evento el nacimiento de su primogénito. Ella obviamente estaba ausente, y apenas terminara esa recepción, Shu correría a ver a su familia.

Esa noche, después la fiesta del WGP, luego de la gran presentación, todo mundo se fue a dormir para esperar el futuro gran acontecimiento, incluído el Italiano que claramente y aunque no lo demostraba, estaba muy cansado, bostezó un par de veces mientras caminaba por un largo pasillo alfombrado de rojo burdeo, en uno de los hoteles más lujosos de la ciudad, sus oscuros rizos habían perdido un poco de forma con tanto ajetreo, entrevistas y demases, detrás de él venía su equipo, conversando y algunos tratando de pasar desapercibidos por haber bebido un poco de más, Francesco se detuvo frente a una puerta con el número 33, dio las buenas noches con una enorme y satisfecha sonrisa, estaba a punto de abrir la puerta de su cuarto en el hotel, cuando fue interrumpido un momento por su Jefe: Giuseppe Motorosi.

Un hombre con unos veinte años más encima de los que tenía su piloto estrella, con algunas canas en el bien arreglado cabello oscuro, su traje rojo llevaba bordado en un bolsillo de su chaqueta, el logo de Alfa-Romeo.

Antes se despidió del resto del equipo, luego se acercó con una leve y conforme sonrisa a Francesco, y le puso la diestra sobre su hombro antes de comenzar a hablar las últimas frases de la noche.

-No olvides que la práctica es muy temprano, te recomiendo que te des una ducha y duermas inmediatamente.-

Francesco le miró con una sonrisa vanidosa, y le respondió -Estás hablando con Francesco Bernoulli, Giuseppe, lo sé, y tú sabes que siempre estoy en la pista a primera hora, podría haber probado esta noche si no hubiera sido por la fiesta. Pero vamos ¿Cúando te he decepcionado? -

Terminó de hablar, y su jefe movió la cabeza, riéndo suavemente, palmeando su hombro, luego se marchó silenciosamente a descansar a su habitación. Giuseppe confiaba 100% en Francesco en cuanto a su determinación, no tenía por qué decir más.

El joven italiano finalmente entró a su habitación, cerrando la puerta a sus espaldas y suspirando profundamente, perdiendo lejos su sonrisa de campeón, era tiempo de un descanso merecido.

Caminó hacia los pies de la cama mientras se desabotonaba los puños de la camisa rojo tinto, cuando en menos de un segundo se oyó alguien tocando dos veces a la puerta. Francesco enmarcó una ceja, suponía que podría ser Giuseppe otra vez, quizás se le había olvidado decir algo, aunque los toques no le parecieron para nada familiares, generalmente el viejo Alfa-Romeo le gritaba desde fuera. Confiado y pensando que la figura de su jefe estaba tras la puerta, abrió sin dudar.

-Giuseppe ¿Olvidaste algo?- Su voz se cortó inmediatamente, no era el viejo corredor quien estaba frente a la puerta, sino una mujer.

-Buenas noches, señor Bernoulli...- La voz grave, baja y sensual de una mujer con largos cabellos rojos, llevados en una alta coleta entrenzada, llegó a oídos del Italiano como si fuera un alivio después de todo lo sucedido esa noche. Sonrió como lo haría con cualquier mujer guapa que tuviera en frente.

-Hola. - Dijo él, casi en un encantador susurro.

Se afirmó de espaldas contra el marco de la puerta, mientras le daba un vistazo detallado a ella, estaba vestida con uniforme de doncella del hotel. La mirada de la muchacha era neutral, sólo estaba haciendo su trabajo. De un carrito que llevaba por el pasillo sacó un par de toallas blancas y las puso frente a Francesco.

-Le traje toallas limpias ¿Quiere que las acomode en el baño, o lo hará usted mismo?

Ella mezclaba un acento oriental muy extraño entre el inglés que hablaba pero no parecía japonesa, Francesco no esperó que le dijera eso con tanta frialdad, generalmente las mujeres le devolvían una coqueta sonrisa. Pero ella... no.

-Eh... ¿Podrías acomodarlas, por favor? Si eso no te quita mucho tiempo con las otras habitaciones.

Pidió especialmente, saliendo de su asombro, pensó que estaba perdiendo el toque. Le hizo una señal con la mano y se apartó de la puerta para que ella pasara.

-No se preocupe, ya casi he teminado por hoy, con su permiso. - Ella entró cuando el se apartó un poco de la puerta e hizo esa señal, se dirigió directamente al cuarto de baño, y Francesco decidió seguirla.

Miraba como la mujer quitaba las toallas usadas de donde estaban colgadas, y metió las otras en un mueble. Todo en silencio.

-Oye... ¿Cómo te llamas?- Preguntó él directamente. Le miraba las piernas y casi por debajo del vestido a lo que ella se subía al mueble alto para dejar las toallas más grandes. Antes que pudiera ver su ropa interior, la muchacha se bajó de allí, dio la media vuelta y lo miró.

-Kaori, mi nombre es Kaori... y ahora, me voy. - Acabado su trabajo, caminó directamente a la puerta. -Pase una buena noche.-

-Nombre Japonés, pero no pareces oriental, tienes rasgos occidentales... y bueno, gracias, pero sería una mejor noche, si te quedaras a pasarla aquí. - Se le salió un pensamiento en voz alta, aunque no era que le importara demasiado, no era la primera vez.

Ella se dio la media vuelta con una mirada no muy amigable.

-¿Qué piensa que soy yo? ¿Una mujerzuela cualquiera? ¿Cree que porque usted es muy famoso y bien parecido todas las chicas van a caer como moscas a sus pies? ¿Qué se ha creído? Si no fuera porque estoy en horas de trabajo y porque supuestamente hay que tratar bien al cliente, le daría una buena y merecida bofetada en este momento. Tampoco quiero correr el riesgo de ser despedida.

-Está bien, está bien, lo lamento, no intentaba decir que seas... una mujerzuela, la intención no era ofenderte. - Movió las manos con los dedos bien extendidos, como tratando de defenderse de un golpe que se le venía encima.

-¿Sabe cuántos hombres me han ofrecido la misma estúpidez en este trabajo? Muchos, y tener que soportarlos sin decir una palabra, es horrible. No los acepto, porque ese no es mi oficio. Ahora, con su permiso, mañana no vengo a este pasillo, y me alegro porque es mi día libre. Adiós señor Bernoulli.

Estaba bastante enojada, era el colmo de males pasar por eso casi todos los días, no había explotado con nadie, se alegraba que el Italiano no armó un escándalo por eso, y no era sólo ella a quien le sucedía, también sus compañeras de trabajo. Antes de cerrar completamente la puerta, escuchó que Francesco otra vez la llamaba.

-¡Oye, espera!

-¿Y ahora qué se le ofrece? Espero que no sea otra tontería como la anterior. - Esperó respuesta, dándose la vuelta bruscamente para mirarlo, sin cambiar su expresión de molestia.

-Bueno, en serio quiero que disculpes a Francesco, pero él no quiere dejarlo así ¿Aceptarías una invitación a desayunar? Hay un entrenamiento en la pista muy temprano, pero después, no tengo nada que hacer hasta la hora del almuerzo. Por favor ¿Qué dices? Después Francesco te dejará en paz, es una promesa.

De verdad se armó de valor para pedirle eso a la pelirroja, porque, siempre le quedaba fácil estar con alguna mujer. Pudiera también haber pensado en buscar a cualquier otra sin tener que casi rogarle a esta chica. Pero algo había en ella, aparte de un desafío.

Kaori suspiró, se rindió de cierta forma, era la primera vez que alguien le hacía una invitación luego de querer invadir su cuerpo más allá de una mirada. "Después, Francesco te dejará en paz" eso le bastó para aceptar.

-Claro, eso está bien para mi. Lo veo mañana a las 8:00 a.m, si termina su entrenamiento antes de esa hora, en la cafetería que está cerca que del hotel. Es una que se llama Turisuto Kafe, se lo digo para que no se pierda de aquí. Está sólo a un par de calles, y si tiene problemas, pregunte al recepcionista.

Su voz se volvió más apacible, no así su mirada, pero Francesco se conformó con eso, y le agradeció la consideración que tuvo para que no tuviera problemas al llegar al lugar.

-Buenas noches...-

Se despidió ella finalmente y cerró la puerta, dejando solo al Italiano. Quien finalmente hizo su camino al cuarto de baño para tomar una ducha. Era extraño el ambiente ahí ahora, sobretodo cuando sostuvo la toalla entre sus manos, el perfume que expedía era tanto del jabón del cuarto de lavado del hotel, con una ligera mezcla del perfume de Kaori. No sabía cómo, pero pudo percibir eso como si se tratara de una flor perdida entre la maleza. Sonrió, sintiéndose un poco estúpido. Finalmente se metió a la ducha y después de eso se fue a la cama.

Continuará...

-Kaori es un personaje original que me pertenece a mi y la historia también. (c) Shadoru.
-Los demás personajes son oficialmente de Cars 2.(c) Disney. PIXAR.