Disclaimer: Kuroshitsuji le pertenece a Yana Toboso.

Advertencias: Spoilers del último capítulo.

Vanilla dice... Esta es sólo una vaga interpretación de la penúltima escena, lo que me pareció que sentía Sebastian. Enserio, intuí algo como esto. No me odien por no ser cuidadosa con el "IC".


Eternidad

Su mirada carmesí le pareció sumamente ajena. Y es que, a pesar de que él seguía siendo su preciado Amo, ya no le reconocía con esas ropas oscuras.

La luz crepuscular se lo dio a entender. El sonido que producían las ruedas del carruaje al chocar con las pierdas, la manera en la que se observaban, las palabras que amenizaban el viaje, todo aquello no le tranquilizaba de ninguna manera.

—Un demonio siendo el mayordomo de otro demonio, cómo cambian las circunstancias…

Por un momento, la expresión del pelinegro cambió radicalmente; aflicción, pesadumbre. Sebastian levantó su rostro, Ciel sonrió.

Ha dejado sus recuerdos atrás junto con las personas con las que alguna vez convivió. Eso ahora no le importaba. El menor miró el cielo nocturno cuando se acostumbró al silencio, la verdad era que el estar muerto le producía una paz inexplicable.

Esa alma se le había escapado, ya no estaba a su alcance y jamás lo estaría. Sebastian Michaelis dio un buen servicio, fue un buen mayordomo.

Ciel Phantomhive fue un perro muy obediente, un novio espléndido y un noble indescriptible.

Su mirada carmesí le pareció sumamente ajena. Las ropas oscuras no le quedaban. Y sin embargo, ya no había nada que hacer, nada por lo cual arrepentirse, ya no se valía mirar atrás.

Sebastian también observó hacia fuera. La eternidad jamás le pareció tan devastadora.