LEALTAD: AMOR O AMISTAD Capítulo 1 -Regresé, heme aquí otra vez, tratando de escapar del dolor que me sigue a todas partes. Quizá, qué sé yo, volviendo con mis amigos pueda distraerme un poco y olvidarme de él y todo el daño que me causó...aunque, lo sigo queriendo...
Alguien tocó a la puerta de la habitación y se asomó.
-Paola, es hora de irnos, el avión a Tokyo sale dentro de una hora –le dijo Mikami seriamente
-Voy Mikami, gracias –contestó respetuosamente la muchacha, saliendo de la profundidad de sus pensamientos, con un dejo de tristeza
Minutos después Paola y Mikami salían de la casa de los Wakabayashi a donde habían llegado esa misma mañana, con rumbo al aeropuerto. Desde que subieron al avión no se dirigieron la palabra, pero de cuando en cuando el ex-entrenador de Genzo miraba de reojo a la prima del muchacho, aun notando en ella la misma tristeza que ya tenía en Alemania.
-Mira, ya llegamos –le dijo Mikami, observando por la ventanilla la ciudad de Tokyo a cientos de metros por debajo
Pero Paola ni lo escuchó, tenía los audífonos puestos y al parecer escuchaba música, y digo al parecer, porque tenía el discman en la mano, pero Mikami observó que éste se encontraba apagado. No dijo nada, volvió a mirar a la muchacha y volteó su mirada hacia el paisaje que momentos antes estaba admirando.
Cuando bajaron del avión había un chofer esperándolos. Después de recoger sus maletas se subieron al auto y partieron, nuevamente en silencio. Cuando llegaron a su destino, y mientras algunos empleados bajaban a recoger el equipaje de Paola, ella y Mikami se quedaron un tiempo más sentados, sin moverse.
-Espero que aquí te sientas mejor –dijo Mikami sinceramente, conmovido por la tristeza de Paola
-Gracias Mikami, yo también lo espero –contestó ella suspirando, mirando fijamente el edificio que estaba frente a ellos
-¿Quieres que te acompañe?
-No, gracias. Sabes que conozco mi colegio de sobra y no estoy más que regresando al lugar de donde salí y...quizá nunca debí marcharme
Paola salió y Mikami tras de ella. Antes que la muchacha atraviese el portón principal el hombre no pudo evitar darle un abrazo a Paola, ya que la había conocido desde que era una niña, y se había encariñado mucho con ella.
-Cuídate –le pidió Mikami, sonriéndole con ternura
-Lo haré, tú también cuídate –le dijo Paola, tratando de agradecerle con una pequeña sonrisa forzada
La muchacha le dirigió una última mirada y entró. Mientras recorría su camino escuchó las campanadas que indicaban la finalización de la jornada escolar. Los alumnos comenzaron a salir y no pocos miraban con extrañeza a Paola, que altiva ingresaba ignorando las miradas curiosas.
-Mira –le dijo Koike dándole un codazo a Shimano- ¿No es linda? Nunca antes la había visto por aquí
-Ni yo –contestó su amigo, observando a la muchacha
-¡Oigan ustedes¿se les perdió algo? –preguntó Naoko molesta al notar el blanco de miradas de sus amigos- ¡Dónde está Imai!
-Cómo vamos a saberlo –respondió Koike impaciente- Deberías ponerle un localizador y dejar de fastidiarnos
-Tarados... –murmuró la joven enojada, marchándose
Después de llegar a su habitación y acomodarse en ella, Paola se echó sobre su cama y se quedó pensativa durante horas, a momentos dejando escapar una lágrima, en otros apretando el puño con furia. Al final cuando llegó la noche, la muchacha se fue quedando dormida.
-Te digo que no la habíamos visto antes –le contaba Shimano a Kazuki
-Pues a mi se me hizo conocida –opinó Koike
-¿Dicen que es nueva? –preguntó el delantero del Toho
-Sí, nunca antes la había visto –insistió Shimano
-Deberían dejar de chismosear como señoras –los regañó Kojiro, sentándose detrás de Kazuki
-Mira, allí está –dijo Shimano boquiabierto, ignorando a su capitán
Efectivamente Paola había aparecido en el umbral de la puerta del aula, como últimamente estaba, triste. No miró a nadie, aunque todos la miraban, y se fue a sentar en un asiento cercano sin importarle que quizá era el de alguien más. Con los ojos abiertos como platos, y sin decir nada, Kazuki se paró como en trance y se dirigió lentamente hacia ella.
-Qué lanzado –opinó Shimano sorprendido, mientras él, Koike y Kojiro lo seguían con la mirada
-Volviste... –murmuró Kazuki conmovido, parándose junto a Paola, quien hasta ese momento no había notado al muchacho- Volviste...
Extrañada, Paola levantó la mirada y también se sorprendió al ver al muchacho.
-Eirina... –murmuró ella conmovida, parándose a abrazar al muchacho
-¡Vaya! Kazuki debería darme su fórmula de "levante" –comentó Shimano sorprendido
-No hagas comentarios tan vulgares –volvió a regañarlo Kojiro, poniéndose a leer un libro (para burritos...con Tsubasa basta XD)
-Ven –le dijo Kazuki- Les dará gusto verte
Paola reparó en los muchachos y sonrió, mientras ellos le respondían con una sonrisa coqueta al verla acercarse.
-Muchachos...-dijo Kazuki ceremonioso- Paola regresó
-Cuándo –preguntó Matsumoto que acababa de llegar- Y dónde está
-Cómo que dónde estoy –dijo la muchacha más animada- Aquí estoy Matsumoto, o ya te olvidaste de mi
-¿Paola! –exclamaron los 3 amigos sorprendidos
-Jajaja, cualquiera diría que vieron un aparecido –se burló Kazuki, mientras Kojiro miraba la escena de reojo
-Qué gusto verte –dijo Matsumoto, dándole un abrazo de bienvenida- No te reconocí, estás cambiada
-"Menos marimacho y menos infantil" –remedó Paola- Genzo ya me lo dijo
-¿Se puede saber quién diablos se sentó en mi lugar? –exclamó una voz enojada
-Y ahora qué lo habrá hecho enojar –preguntó Matsumoto desconcertado, volteando a ver al recién llegado
-Fui yo –respondió Paola con altivez- ¿Puedes buscarte otro, no?
-Mira niña, éste es mi lugar, búscate otro
-No me dá la gana –contestó ella- ¡Y no soy una niña!
-Ja, ya extrañaba esas respuestas –murmuró Kazuki "conmovido"
El muchacho volteó a ver a Paola para seguir regañándola, pero se quedó callado, boquiabierto.
-¿Tú?
-Yo qué –preguntó Paola fastidiada
-Tú eres la niña que iba con Kazuki a ver jugar al Nankatsu.
-ERRO - OR –aclaró Paola- Iba a ver perder al Nankatsu
-¿Nankatsu? –preguntó Kojiro, entrometiéndose
-¿La reconocieron, verdad? –les preguntó Kazuki- Ella es Paola Wakabayashi
-La prima de Genzo... –murmuró Kojiro
-¿Y ustedes son? –preguntó Paola confundida
-Kojiro Hyuga y Ken Wakashimazu –los presentó Shimano divertido
-¿Hyuga¿Wakashimazu? –preguntó Paola sorprendida, señalándolos con el dedo- ¿Ahora juegan en el Toho¡entonces aceptaron las becas de Matsumoto!
-¿No lo sabías? –le preguntó Kazuki
-No, cuando me fui eso estaba en veremos...Entonces, dejaron el Meiwa por la beca
-Takeshi también vino –le contó Koike- ¿Te acuerdas de él?
-El pequeño Takeshi, claro que me acuerdo –dijo la muchacha con ternura
-Te recuerdo: tú y Kazuki solían ir a la cancha junto a la señorita Matsumoto –comentó Kojiro
-Ah, Matsumoto –dijo Paola de mala gana- Ésa bruja me odiaba, siempre estaba castigándome
-Incluso te obligó a ir con ella a "descargar tu energía en algo positivo como el deporte" –se burló Kazuki
-Ridícula... –murmuró su amiga molesta
-Tú eras la niña que exasperaba a los del Nankatsu –recordó Ken divertido
-Momentos memorables –contestó Paola sonriendo, después de mucho tiempo
-¿Y cómo te fue en Alemania? –preguntó Shimano, borrando instantáneamente la sonrisa de su amiga
-No quiero hablar de eso –respondió la muchacha, bajando la mirada
El maestro entró e interrumpió la charla. Todos tomaron sus asientos, Ken le cedió el suyo a la joven, lo que les pareció extraño a sus amigos porque el muchacho era muy obstinado y no daba nada de lo suyo tan fácilmente. Paola se sometió a la clásica presentación frente a la clase, desatando murmullos de extrañeza y admiración. La mañana pasó de forma monótona. Cuando llegaron al descanso Paola y Kazuki salieron primero y nadie supo dónde se fueron.
El resto de la jornada escolar poco atrajo la atención de todos, sobre todo la del capitán del Toho, que no dejaba de mirar a la muchacha "nueva", en la cual recién notó que una sombra de tristeza la acongojaba.
Cuando las clases terminaron los del Toho se dispusieron a marcharse al entrenamiento. De otras aulas el resto del equipo se fue uniendo al grupo que ya habíamos descrito, y después de saludar a la ya reconocida Paola, caminaban bromeando y conversando. Paola iba con ellos, atenta a las conversaciones de todos, pareciendo más animada. Como iban jugando, con cierta torpeza como suelen hacerlo los varones, Imai empujó a Kawabe, él chocó con Yoshida y sin querer éste empujó a Paola, y ella fue recibida antes de caer por Ken.
-¿Estás bien? –le preguntó el muchacho preocupado
-Eh...sí –respondió ella algo embobada mirando al muchacho, pero alejándose rápidamente al notar la cercanía de sus rostros
-Tengan más cuidado –los regañó Kojiro, caminando más aprisa, seguido por Ken y Takeshi
-¿Mucho calor? Te noto sonrojada –dijo Kazuki irónico
-Kazuki, no fastidies –lo regañó su amiga
-Créeme, aquí encontrarás más que un amigo capaz de brindarte su hombro para llorar...encontrarás alguien que te haga olvidar
-No volveré a enamorarme –dijo Paola muy segura- Me equivoqué una vez, no lo haré nuevamente
-Nunca se sabe Paola, nunca se sabe...
