España es el... coqueto dios brillante (alias Apolo).

Todos saben que sin sus rayos la vida no puede seguir, bla, bla, bla. Cuando sonríe sus dientes destellan consigo mismo y crean los rayos del sol con los que alumbra la vida de los enclenques mortales y por tanto le debemos hasta los calcetines.

También es el dios poeta, el dios de los deportes, el dios de los jóvenes...

- Ea, eso no me hace ninguna clase de pedófilo, ¿eh?

Y mientras el dios ped... el dios España lleva a cabo sus labores, él no puede evitar saber que es un dios cool, el más guay, el más genial, ¡el más brillante! Si por Zeus, es el dios Sol.

Nadie puede resistirse a él, ¿verdad?

Oh, ¡esperen!

La ninfa Daf... digo, el ninfo Romanito no dice lo mismo.

Romano era un hermoso ninfo que estaba paseando a gusto por su bosque cuando sintió una presencia muy conocida y "molesta". Ese ninfo era una especie especial de ninfo; cuando quería un durazno, decía que quería limón, cuando tenía frío se hacía el fuerte con tal de que el dios Sol no viniera gritando « ¡Yo te caliento!»... ya se darán una idea del carácter que se cargaba este ninfo. A pesar de que era bastante bonito, el brillante dios sol español tenía una debilidad por él y hasta el dios francés del vino se asustaba cada vez que el español deliraba sobre la belleza de su ninfo italiano.

El dios sol con su poder de recorrer el cielo y alumbrarlo todo, tenía la maña de espiar al ninfo cuando comía, cuando puteaba a otros ninfos, cuando dormía mientras se supone que estaba trabajando, cuando se bañaba, cuando se vestía, etcétera.

En serio, el ninfo se estaba asustando ¿y quién no? Si tener unos ojos verdes mirándote todo el día debe ser aterrador.

Un día (sí, porque de noche el pobre no puede andar o su hermano Luna portugués lo castra), el dios sol bajó a declarar su amor por el vello ninfo.

Esperó junto a su hamaca a que despertara de su relajante siesta. «Es tan hermoso...». Cuando Romano despertó, huyó despavorido mientras el dios sol español lo perseguía gritando su amor a los cuatro vientos.

- ¡Vete al diablo!

Y mientras se acercaba la noche y al español se le agotaba el tiempo, persiguió a su ninfo.

- ¡Luna, hijo de tu... Marte! -gritaba furioso el ninfo.- ¡Aleja a este idiota de mí, no quiero que me lleve!

El dios Luna era hermano gemelo del sol, sólo que era portugués. Y digamos que no se llevaba del todo bien con su hermano español: que «mamá Iberia me quiere más a mí que a tí», «a tí te encontraron en la basura divina», «eres adoptado y tu papá era un cíclope deforme», «yo soy más guapo», etc. Cosas típicas de hermanos.

Dios Luna Portugal estaba asomándose y alcanzó a escuchar la súplica del ninfo. Dios Luna sonrió y convirtió al ninfo en una planta para que el dios sol no pudiera hacerle cositas.

- ... Una planta. ¡Una jodida planta, tú hijo de tu p... -pero el ninfo no terminó de maldecir al dios Luna porque su boca se convirtió en parte del tallo de un ábol.

Dios Sol España se detuvo, asustado.

Dios Luna Portugal sonrió, travieso.

Dios Sol España se puso a llorar porque ya no podía hacerle cositas al ninfo, a no ser que se hiciera dendrofílico.

Bueno...

-Não, hermano. Ni lo pienses.

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Buenas!

Es raro, pero me gustó la idea de adaptar el mito de Dafne y Apolo. Originalmente era el dios del río quien transformaba a la ninfa, PERO el mundo necesita más de Portugal troleando a España ;)

Dendrofilia es amor por las plantas y árboles.

¡Nos vemos~!