Hola!Soy Yukino, o Yuki-chan; como algunos me llaman. Soy autora de varios fics, como por ejemplo el de Jugadores Apasionados, los secretos del lobo y la hija del cerezo... Y mucho mas que ahora mismo dejaré de lado. Quisiera agradeceros que os pasarais por aqui para leer este fic. Estaba yo leyendo una magnifica historia de Tomoyo y Eriol..( En la que no viene por medio Touya.. TOT) la de Ocurrió una noche.... Madre mia!! Me daba algo... O una de Crystal... como la de The story of de prince... La historia de Tomoyo y Eriol como Clow... Increible... Pues estaba yo leyendo la historia de Crystal, cuando se me encendió la bombilla... Me dije... TIENES QUE HACER UNA HISTORIA DE TU PAREJA FAVORITA!!!! Así que comencé a desarrollar mentalmente la historia.... Me di cuenta de que me quedaban unas horas para irme al pueblo de mi padre... Donde no tengo a mano mi Pc.... MALDITA SEA! ( Yuki-chan se da un golpe en la cabeza con la mano.) Si es que... --U. Soy de lo que no hay.. Y encima con memoria pez...( es decir pasados 3 segundos no recuerdo nada.... Espera... DE QUE HABLABAMOS?? XD)
Me gustaría aclarar algunas cosas antes de empezar con la historia...
A ) POR DESGRACIA, LOS PERSONAJE DE CARD CAPTOR SAKURA NO SON MIOS!!! TOT ( aunque si me los regalan no me importaria... mi cumple es el 3 de noviembre... Asi que ya saben! QUIERO UNA COPIA DE ERIOL Y DE SHAORAN!!!) Pero para suerte de ustedes, y lo digo en serio... porque si mandaría a freir esparragos a Tomoyo y a Sakura y me quedo con esas dos preciosidaes...... A lo que iba.. Suerte que son de las grandes y magnificas CLAMP!
B) Si por casualidad, mi fic, tiene un título igual, o una trama parecida, por favor comuniquense conmigo!! Lo digo porque, asi se podría cambiar el rumbo de la historia, o incluso dejar de escribirla.. Aunque me da muchisima pena...
Pues eso.. sin mas dilación.... AQUI OS DEJO UNA DE MIS PAREJAS FAVORITAS!!!! . ( La cual e echo nada mas llegar de vacaciones Juajuajua!!! )
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Tenía que escapar.
El rumor de la sofisticada charla, el contacto de las faldas de los vestidos, el olor a alcohol, las luces agobiantes, el olor a comida recien hecha y caliente, suculenta y aprciada; todo ello agobiaba a la tímida dama. ¡ No debería de haber ido a aquel acto social! ¡ Un error! ¡ Demasiado pronto era para aparecer en público tras su muerte! ¡ Era muy vergonzoso aquel comportamiento!
Suspiró agoviada por el calor. El calor que descendía de la lujosa araña de luces, que tenía encima de su elegante y sencillo moño, junto con el calor que le proporcionaba el sencillo vestido de noche le hacía ponerse mas nerviosa aún. Hacía tiempo que no había estado tan nerviosa desde hacía cantidad de tiempo. Si se ponía nerviosa era increible, pues ella era muy serena. Era un pequeña virtud que tenía desde niña. Pero pocas veces se había puesto nerviosa.... En su boda... En su parto... En la muerte...Era increible, cuando había tenído a Yukito, nada le hacía ponerse nerviosa. Siempre estaba él ahí, apoyandole, haciendo olvidar el miedo... Pero ahora no estaba.
- " Deja de pensar en él...Él; por mucho que quieras es ya historia!"- se reprendió a si misma.
Miró el reloj de cuco que había en la endemoniada sala y abrió los ojos. LLevaba solo media hora allá y estaba como para tirarse al suelo a dormir de cansancio! Se obligó mirar hacia los lados para distraerse. Miró hacia arriba y observó los adornos de la elegante y popular fiesta de lady Feningan. El amplio techo de la sala de baile, contenía cuatro arañas de luces, enormes, con grandes velas que alumbraban la estancia con solemnidad, también había velas, en pequeños candelabros de plata y bronce. La sala, tenía algunos centros de flores, de diversos colores. Las rosas rojas, se mezclaban con las rosas blancas. Las azucenas con las violetas... El olor a flores silvestres y románticas impregnaba el aire. El castillo estaba muy bien limpiado, y encima, había grandes y sencillos espejos donde mirarse detenidamente. Se oía el roce de las sedas, de los linos, de los forros de las capas y vestidos de la gente bailando, hablando, caminando... Resumiendo: Gozando de la maravillosa fiesta a la que había sido invitada. Pero había un problema .... Ella no estaba disfrutando en absoluto de la velada. Se sentía frustrada, nerviosa, tímida... Condenadamente sola. Volvió la vista para observar a la gente de su alrededor. Tenía a la hija de los Fing a su lado, cuchicheando y riendo con un galán de pelo negro que nunca había visto en su vida... Pero le recordaba a alguien lo bastante .... Cruzó la mirada instintivamente hacia otra parte de la sala y vió a George. ¡ Condenado demonio! Sonrió.
- " Normal que no me diera cuenta de quien es... Hace tres años, Filiph estaba en un internado en China... Pero es igual a su padre..."- se lamentó de la hija mayor de los Fing.- " Como Filiph sea igual que su padre, la hija va a pasar unos buenos ratos de dolor de estomago por reir..."
Siguió recorriendo la mirada con pesadez. Cerca de ella, se encontraban algunos hombres solteros que la miraban con admiración...
- " Hombres inmaduros..."- espetó en su interior.
También se encontraba lady y lord Yeng, entablando conversación con otra persona a la que no conocía de abasolutamente nada. Era un hombre de mediana edad... Que raro...
- " Ni que me hubiera ido por decadas!"- suspiró agobiada al ver que no reconocía a mucha gente. De repente, se tensó. Lady Feningan, se acercaba a ella rápidamente para saludarla devidamente.
- " Que dios me ampare en su gloria.."- pidió serenandose.
Cuando lady Feningan se unió a ella, sonrió hipócritamente. Esa mujer era una de las mejores curioseantes de la vida de las personas, y obviamente, le hablaría para luego chismorrear a sus compañeras de vicio.
- Encantada de que haya venido a mi fiesta, Lady Daidouji.- sonrió afectuosamente, y le dió dos besos en ambas mejillas. Daidouji sonrió:
- Me pareció que ya era hora de dejar la casa y salir un poco.- Explicó.- Ya me aburría algo.
Lady Feningan asintió con una sonrisa en la cara.
- Me gusta mucho vuestra fiesta, Lady Feningan. Tiene un buen ambiente elegante y romántico.- aprovó Daidouji con una sonrisa en los labios.
Lady Feningan se sonrojó. Para casi toda la sociedad, era importante la opinión de Lady Daidouji, debido a que era una expléndida diseñadora, desde ropa, hasta decoración de castillos y despachos.. Provenía de una muy buena familia y tenía bastante dote. Era hermosa a ojos de hombres y mujeres. Algunos la calificaban de belleza andante, lo cual la hacía reír y sonrojarse. Esa aprovación por parte de la diseñadora, era muy importante para ella, pues en la fiesta se encontraban hombres muy distinguidos y mujeres tambien. Su orgullo y su felicidad aumentaron considerablemente.
- Muchas gracias, Lady Daidouji. Y digame, como esta su vida?- preguntó.- Desde hace años que no la veo por ningun acto social ni nada....-añadi
Daidouji suspiró mientras sonreía en su interior. ¡ Lo sabia !
- Bueno, intento no morirme de timidez- dijo intentando parecer divertida, algo que logró al ver la sonrisa de su anfitriona- Es cierto, hace tres años, mas o menos, que no voy a ningun acto de este calibre.
- La razón sera su dolor verdad?
Daidouji asintió con una leve sonrisa.
- Le vuelvo a dar mis mas sinceras penas y apoyo. De verdad... Lo hice en el pasado y ahora lo volvería a hacer.- argulló Lady Feningan.- Sentí mucho su perdida.
- Y quien no?- dijo con melancolia.- Era muy querido por todos...- Mientras tanto pensaba- " Oh, Yukito, que afortunada fui al tenerte. No solo yo, sino toda tu familia y tus amigos. Pero, saldré adelante sin tí del todo? "- Se preguntaba
Lady Feningan asintió.
- Bueno, me despido de vos, puesto que tengo mas invitados a los que atender.- Daidouji asintió- Hasta luego, Lady Daidouji.- se dieron dos besos de despedida y la anfitriona se dirigió hacia otros de al lado.
Daidouji suspiró aliviada. Por suerte, había logrado escapar de ella sin tener que dar mucho, y eso significaba que sus cierres de siempre, seguían intactos. Vagó de nuevo la mirada por la sala, observando; esperando a que algo pasara. Sonrió, al ver como unos niños pequeños, correteaban por la sala, jugando entre ellos. No tendrían mas de 7 años. Sonrió de nuevo, al ver como unas madres, algo azoradas por el espectaculo y regañinas, se acercaban a los pequeños con decisión para imponerles seriedad.
- Son algo escurridizos verdad?- dijo una voz.
Daidouji tembló ante el sonido de la voz, al pensar que se trataba de otra y se giró rápidamente.
- Yue...- dijo decayendo en su estupidez- Pense que eras....
- Yukito verdad?- le cortó tranquilo.- Lo se... Muchas veces nuestras voces se parecen... Por algo somos gemelos...
Daidouji asintió.
- Aunque muy gemelos, gemelos... no sois.. El tiene le pelo corto, y los ojos color avellana; su temperamente es sencillo, dulce, armonioso, tranquilo,y amable. Sin embargo tu, tienes el pelo largo, tus ojos son pálidos como el hielo, y tu no eres ni tranquilo, ni amable ni armonioso.
Yue alzó las cejas al escuchar su comparación.
- Que nos soy tranquilo? En que te basas, Tomoyo?
Esta sonrió agradablemente y tierna.
- En que nunca dejaras de darme sustos de improvisto.
- Ah... Vale.. dejaré de ser una mala persona y pasaré a ser un buen chico.
Ambos rieron alto pero el murmullo de la gente hablando, el sonido de la seda rozando el suelo, y los tacones de los zapatos de las mujeres les hacia parecer murmurar.
- Te lo estas pasando bien?
- Que si me estoy divirtiendo?- el alzó sus cejas- No mucho. Siguen atacandome las familias de mujeres casaderas por doquier. Que si mire vos como esta de explendida mi hija... O por cierto, que le parece a vos nuestra pupila...- Imitó voces.- Es muy agobiante.
- Pero tienen razón. Deberías casarte. No digo que seas viejo pero as alcanzado una edad lo suficientemente madura como para que escojas a una esposa decente.- le recomendó.
El rodó los ojos.
- Pero es cierto. Quien te aguantaria? No creo que ni la mas paciente de las mujeres te aguante mucho tiempo, con ese caracter frio y distante.- admitió ella
- Ahora soy frio?- dijo el en tono de burla.- Lo crees?
- No porque las circunstancias lo permiten. Nos conocemos demasiado como para que me trateis de vos. No crees? Después de todo sigo siendo tu cuñada.
- Y mi antiguo amor...- añadió el con voz serena.
Tomoyo cogió un tono rosado en sus mejillas.
- Respeta a tu hermano, por amor a Dios....- dijo ella en voz baja.
- El ya no te tiene. Estas libre. Y puedo cortejarte.- se acercó a ella peligrosamente. Pero de repente se paró y sonrió abiertamente.- Pero no estoy interesado en tí.
- Alguna dama en cuestión ?
- Puede ser....
- Venga dimelo.
- No.
- Por favor... Podría darte consejos....
El le dirigió una mirada fria que hizo que ella parara de preguntar. Cuando Yue no quería que se siguiera hablando de un tema te congelaba con la mirada. Era típico de él. Era muy terco cuando quería.
- Ví como Lady Cotilleos se acercó a ti.- comentó ante el silencio de ella.
- Si, vino para preguntar como estaba y mi aprovación de estilo.
- Se atrevió a preguntarte eso?
Tomoyo negó con la cabeza.
- Entonces?- arremetió el.
- Sabes que es incorrecto en una dama, preguntar sobre esas cosas... y si lo hacen, tiene que ser por una buena excusa... O no? Que hay del decoro?
- Lady Cotilleos tiene decoro? Es decir, ¿ Tiene vergüenza ?- dijo incredulo.
Ella emitió una pequeña risa.
- Aunque no lo creas, hasta ella la tiene.- concluyó esta.
Yue sonrió. Había logrado que Tomoyo dejara de estar nerviosa y sonriera algo. Se la veía mucho mas bonita de lo que era cuando sonreía. Y eso era posible? Si. Tras esa mirada seria, hermosa, tranquila y sensual al mismo tiempo, había la hermosura de ver como sus ojos relampagueaban de pasión, de alegría, de ver en su albina tez una profunda sonrisa... Su hermano había tenido mucha suerte. Demasiada... Aunque, que mujer se resistía a sus encantos ?
De repente recordó algo:
- Por cierto, como esta Lie?- dijo algo preocupado.
- Ah! Lie esta bien, su pie ya esta mejor.- dijo con orgullo Tomoyo- Sus prisas por llegar al piso de abajo fueron mal recibidas. Aunque fui yo la que le metía prisa...
·················FLASH BACK························
- Natalie!- llamó de nuevo por las escaleras.- LLegaremos tarde a la modista. Quieres dejar de tardar tanto?- dijo una mujer impaciente.
Una suave voz infantil se oyó en el piso de arriba.
- Ya voy!
Tomoyo suspiró, y miró al reloj de cuco. LLevaban ya 5 minutos de retraso! La señora Xiarg no se lo perdonaría!
- Natalie!- exclamó de nuevo arrugando el entrecejo.- Venga!
Una niña de aproximadamente cuatro años se acercó a la escalera.
- Es que Lady Holly no quería vestirse..- replicó la niña enseñandole una muñeca de porcelana.
Tomoyo le mira enfadada.
- Venga... LLegamos muy tarde.
La niña cogió a la muñeca y comenzó a saltar de dos en dos las escaleras con rapidez.
- Lie! No corras o te cae....
Faltaron las palabras, pues un sonido sordo de algo caer invadió la escalera de marmol. Tomoyo corrió a las escaleras y cogió a Natalie con cuidado.
- Bernard... Trae a un médico.. rápido!- ordenó asustada.
- Mama me duele... mucho...- lloriqueaba la niña.- Mi pie....
Tomoyo la abrazó rápidamente, y la acunó en sus brazos, esperando y rezando que no se hubiera hecho mucha cosa.
··················· Fin Flash Back····················
- Asi que solo fue un susto...
- Si. Tu dulce y revoltosa sobrina esta sanita y salva.
Tomoyo calló de repente. Comenzaba a tener olas de calor por el cuerpo.
- " Otra vez no..."- suplicó para si..
Un dolor pequeño, comenzó a precipitarse por sus sienes, con lo que ella hizo un gesto de dolor en su cara. Yue, la miró extrañado. Observó como, sin mas, se llevaba una de sus delicadas manos a la cabeza con señal de dolor.
- Otra de tus migrañas....
Ella asintió.
- Quieres irte de aqui?
- Ya?- preguntó ella.- No llevo ni una hora en este lugar... No debería...?
Yue negó con la cabeza.
- Si te sientes mal, lo entenderan. Tranquilizate, vale? LLamaré al cochero para que te lleve a casa.
- Encima tanto ruido....
Yue la observó con admiración. LLevaba ya tres años con esas migrañas. No mucha gente sabría contrarrestarlas como ella, nadie tenía tanta fuerza de voluntad contra esa enfermedad... O si? El no sabía de nadie.
- Vete a la sala norte, está al lado del reloj de cuco. Esa puerta, a la derecha. Hay una pequeña sala, al lado del invernadero que está junto al jardín.
- Como sabes tu eso?
Yukito se encogió de hombros.
- Tengo mis fuentes. Te buscaré por alla.. Vale?
Ella asintio y se dirigió hacia aquel lugar, con la esperanza de que el coche llegara pronto para recogerla. Mientras pasaba hacia la otra parte de la sala de baile, muchas personas se acercaron a ella.
Unas decían:
- Encantada de volver a verla Lady Daidouji.
- Un placer veros de nuevo, milady.
- Un gusto veros...
Y otros:
- Mis sinceras penas, milady. Volvi este año y me enteré del suceso. Siento no haber estado en esos momentos..
- Mis condolencias, Lady Daidouji...
Todas esas palabras, ya no tenían sentido. Ella no quería su pena. Ni siquiera sabían lo que había sufrido! Ella le había perdido para siempre. No solo ella sino su familia entera. Solo asentía y se alejaba de ellos. Sabía que hablaban de ella. Claro! Era todo una novedad y sorpresa que tras los tres largos años apareciera ahora por allí cuando supuestamente solo a los 5 meses del suceso se volviera a la vida normal y social. Ella lo había seguido por meses incluso años... Pero ya la ansiedad de volver a salir y saber sobre el mundo exterior se había apoderado de ella. Ya no se conformaba con mirar por la ventana a su alrededor... Tenía que ir a los sitios sociales, y responder ante las ridículas preguntas de estado de animo y de salud, o de los chistes impertinentes. Eso la cansaba, pero por lo menos, quitaba sus ansias de salir a la calle. Cada vez que se acercaba mas a la sala, el dolor en sus sienes aumentaba con peligrosidad. Cruzó la puerta con decisión, y la cerró tras de si, apoyandose en la madera de la misma. Suspiró.
- Por fin algo de quietud...
Comenzó a respirar con mas tranquilidad. Pues ya el dolor de la migraña iba en aumento progresivo. Observó la sala con lentitud. Estaba oscura, pero sus ojos se habituaron a la oscuridad. Vislumbró algunos muebles, algunos comodos, como sillones, sofás, cogines.. Y otros duros y fríos, como mesillas, y cuadros... Era una pequeña habitación para meditar sus propios sentimientos y problemas. Un frió la invadió de repente. Se percató, lentamente, de que una de las ventanas de la habitación estaba levemente abierta. Levantó su mano y fue a cerrarla; pero algo invisible la obligó a pararse. Al lado de la ventana, una puerta de cristal hacía de muro con el invernadero de exóticas y puras flores y arboles. Impregnada, ensoñada y esperanzada por verlo, colocó su mano en el bombín de la puerta y giró la manilla. Un sonido de abierto se oyó perezosamente en la salita.
- Que bien...- murmuró.
Al abrir la puerta se quedó conmocionada. Millones de exóticas y extravagantes flores se esparcían por el invernadero. Rosas de colores nunca vistos, amapolas blancas, azucenas, margaritas, flores del deseo, lirios, geranios, y una inmensa cantidad de por demas de flores preciosas, se extendieron por su mirada. Rápidamente, movió la vista hacia mas allá, viendo setos, y arboles de cerezo, de ciruelas, de manzanas rojas y brillantes... Si no estuviera el cielo cubierto por el aluminio y el cristal, diría que estaba en el jardín del Eden, o simplemente en la selva de su imaginación. El colorido, la armonía de las flores, su fragancia... Todo...
Sus sienes volvieron a latir, aumentando el dolor y ella gimió. Pero pocos instantes después se dió cuenta de que no estaba sola allí. Una respiración se oía tras de sí. De improvisto, una figura se puso en frente de ella.... Era la silueta de un hombre. Tomoyo se quedó petrificada. Un hormigueo recorrió todo su cuerpo de improvisto, sin saber como... Quizas sería Yue, avisandole de que el carruaje ya estaba listo.... Pero.. Su silueta no era la misma.....
Antes de que Tomooyo pudiera articular palabra, el desconocido paso el brazo por las cristaleras y tiró de ella. Sofocando un grito, Tomoyo no tuvo otra posibilidad que salir del invernadero y entrar a la pequeña sala. El individuo la atrajo a sus brazos y ella se puso mas rígida aun, incapaz de resistirse.
- Espere....
- Ya pensaba que vos no vendríais..- mencionó la voz, algo seductora.
Su cuerpo, estaba moldeado como el acero, puesto que al estar pegada a él, notaba su cuerpo duro. Su chaqueta, de suave contacto le rozó el cuerpo haciendo que ella se estremeciera. Su nariz detecto un olor a coñac, tabaco y lino... Un olor masculino que en cierto modo, le recordó a Yukito. Hacía tiempo que no era abrazada así... Pero no se resistió al abrazo de ningun modo. Intentó balbucear una segunda protesta pero las palabras no le salían... El agachó su cabeza y oyó Tomoyo como un ronroneo... La estaba murmurando algo... Con una voz terriblemente seductora..
- Se lo a tomado con calma, señora mía....- susurró en su oido...- Ahora sois vos la que tiene miedo?- dijo en tono de burla..
Se había confundido con otra. Era esa la única explicación posible al asalto de aquel individuo...
- Oiga.. yo...
Pero se vió interrumpida por un dedo. Un dedo calloso, pero suave.
- No diga nada. Se las normas que me dictó a la perfección.
- Pero yo... oiga yo no..
Se agachó hacia ella y atrapó su boca.
Tomoyo se quedó rígida, mientras él devoraba su labio inferior con lentitud; dandole tiempo a responder.Su boca era tan ardiente, que ella tuvo que separar sus labio. Jamas la habían besado así... Ni siquiera Yukito... Esa fuerte y solida boca le mandaba tanta pasión que ella langideció ante tanto ardor.. Ella intentó zafarse de él, pero eso hizo que el confundiera su escapada con un ataque de pasión y la acercó mas aun. La tenía cogida por la cintura, delgada y fina, que hacía juego con ella misma. Su labio atacó algo mas profundamente al de Tomoyo, descargandole a esta unos rayos de fuego en sus venas al mismo tiempo.
Tomoyo no sabía que hacer... Su cuerpo temblaba ante el contacto, sus venas bibraban, su cuerpo solo respondía ante el beso... Pero... Por que? De repente, reparó en que tenía sus manos en el cuello de él, revolviendo su pelo, ligeramente despeinado ya de por sí. Un ligero rubor corrió por sus mejillas. Mas aun se tornó roja cuando descubrió que devolvía el beso de una manera nunca vista en si misma. La voracidad, el ataque a su labio inferior y a su boca en general por parte del hombre que la cogia de la cintura la había echo reaccionar así... Fogosa y ardiente.... ¿ QUE ESTABA HACIENDO? De repente... Ella notó cuando el hombre se percató de que no era a la que esperaba. Notó que se quedaba inmovil y se quedaba sin respirar...
- " Ahora me soltara..."- pensó ella sofocada y confusa.
Pero se equivocó. La sujetó mas fuertemente sin estrujarla y volvió a besarla de nuevo.Había estado casada, se creía una mujer mundana y experta relacionada a los temas de amor y seducción. Pero del modo en que aquel desconocido la besaba, se creía una jovencita virginal. Su boca, suave e inflamada, la hacia extremecerse al esplorar su cabidad... Al final, Tomoyo se abandonó y se dejó llevar por el momento. Respondió, lentamente a la exploración de su boca. Le dejó que el le hiciera lo que quería...
Podía ser lo inesperado del encuentro... O la oscuridad, o simplemente que eran dos desconcidos que no se habían visto nunca... Impulsada a tocarlo en alguna parte, deslizó sus manos por su cuello y palpó con ternura su cabello corto, y suave. Se apoyó mas aun en el. Aquella caricia y su contacto mas fuerte pareció afectar al desconocido, pues Tomoyo advirtió que la respiración de él aumentaba de ritmo y el pulso también. De repente calló en la cuenta... Deseaba su dura y masculina textrura... Su olor, su sabor... Por eso se había ido con el a ese estraño paseo con el beso....
Se apartó, bruscamente, horrorizada por lo que acababa de hacer. El, ante el rechazo; la soltó dejandola irse. Tomoyo, huyó hacia el invernadero, ocultandose tras un muro de piedra. Se apoyó y suspiró, agitada. El la siguió pero sin abrazarla de nuevo. Solo, se mantuvo a corta distancia.
Ella se había protegido con los brazos, como para contener las sensaciones que recorrían su cuerpo en aquel momento. Se sentía arder, su cuerpo temblaba, anhelaba mas... Y eso la horrorizaba.
Estaba demasiado oscuro como para verse la cara, pero la luz de la luna dejaba ver sus siluetas. Ella se admiró al ver la suya. El hombre, tenía la silueta de no un caballero ocioso y tranquilo; sino de un jornalero que se ganaba la vida trabajando para vivir. No tenía grandes y fuertes musculos. Pero si tenía unos musculos que no todo hombre tendría... Eso era lo estraño. ¿ Que haría un jornalero allá? Se dió cuenta, que llevaba traje de etiqueta, y adivinó que era un invitado... Alguien nuevo, tal vez.. Cuando el habló, sintió el tono grave de la voz masculina, que le proporcionaron una tremenda sacudida en la espalda. Su acento no era de un noble, sino de un trabajador... ¿ Que haría un hombre de esa indole asistiendo a un baile como aquel?
- No es usted la dama a la que aguardaba- guardó silencio y con ironía sabiendo que era demasiado tarde para disculparse, añadió- Lo siento mucho, milady.
Intentó que su voz sonara convincente.
- No se preocupe. Simplemente a asaltado a la mujer equivocada. Podría haberle sucedido a cualquiera.
Notó que el, levantaba un brazo hacia ella, y pensó rápidamente que la abrazaría de nuevo, con lo que exclamó:
- No me toque!- dijo retirandose hacia el muro.
El desconocido apoyó la mano en el muro a escasos centimetros de la cara de Tomoyo, apoyandose todo él en la mano. La tenía practicamente aprisionada contra el muro y su musculoso cuerpo.
- No deberíamos presentarnos?- argulló el.
- Desde luego que no.
- Al menos digame si esta con alguien...
- Con ... alguien?- dijo Tomoyo sin comprender.
- Casada, comprometida con alguien...
- Oh, si ... lo .. estoy.
El frunció el entrecejo.
- Perdoneme, tenía que verme aqui con alguien que no ha sabido mantener su palabra... Cuando la vi entrar, la confundí con ella.
- Quería estar a solas antes de que me trajeran el carruaje.
- Ya se iba? No le culpo. Estas fiestas son tan aburridas...
Ella suspiró. Ahora lo eran. Antes, cuando estaba con Yukito, no eran igual. Se pasaba asta altas horas de madrugada, bailando, riendo , bebiendo, charlando, con Yukito y sus amigos.. Pero ya no.
- No tienen por que serlo si se esta con la compañía adecuada...
Su voz debío de ser melancolica puesto que de repente, notó el roce de sus dedos en su cuello, y poco después en su mejilla, acariciandole la cara entera. Ella debería haberse apartado, pero el placer que le produjo la clavó en el suelo.
- Es usted lo mas dulce que e tocado. Digame quien es.
Ella se levanto del muro, pero como el abarcaba todo el espacio posible, sin querer acabó en sus brazos.
- Debo irme.- dijo sin aliento.- Mi carruaje me espera.
- Que espere. Quedese conmigo.- El desconocido la abrazó, poniendole las manos en la cintura y en la espalda.Ella notó un estremecimiento de placer...- Tiene miedo?- dijo al percibir su temblor.
- No..- tartamudeo ella. Debería estar protestando por el abrazo, y sin embargo, lo unico que hacía era apretarse mas a él! Se protegió con las manos, cuando todo lo que quería era repostar su cabeza en su pecho. Se le escapó una risa.- Esto es una locura. Suelteme...
- Puede separarse cuando quiera...
Pero ni el ni ella se movieron. Se quedaron juntos, respirando intranquilamente, coscientes de la pasión que había entre ellos. Tomoyo notó el aliento calido de él en su oreja y los pelos se le erizaron.
- Vuelva a besarme.- pidió el.
- Como osa pedirmelo?- susurró ella.
- Nadie lo sabra.
- No lo entiende.. Yo no hago estas cosas, no soy asi!
- Somos dos extraños en la oscuridad- dijo el - Jamás estaremos como estamos ahora. No, no se aparte. Haga que esta noche sea mágica.
Le rozó el lóbulo de la oreja con los labios con una suavidad inesperada. La situación superaba a Tomoyo en cualquier aspecto. Nadie la había hecho sentir una sensacion tan agradable, calurosa, pasional y honda como aquel desconocido. Se sentía frustrada, al ver que no hacía nada por impedirlo. Intentó evocar el rostro de Yukito, para poder apartarse; pero su mente la traicionaba también. Ya no solo su cuerpo sino que su mente también. No podía recordar el rostro de Yukito en aquel momento... Respirando trabajosamente, volvió la cabeza, que con un solo movimiento rozó los labios del desconocido. Dios mio! Eso era besar y lo demas... Cuernos fritos...! Como decía Natalie. La volvió a coger del talle, con cuidado, mientras volvía a explorar con su lengua la boca de Tomoyo. Su tacto era exquisito segun Tomoyo, la cual volvió a tener la sensación de arder como el fuego. Con besos lentos, juguetones; usando la punta de su lengua... La excitaba solo con un beso.... ¿ QUE ESTABA PENSANDO??? Los besos se volvieron mas profundos cuando ella se colgó del cuello del hombre, y se puso de puntillas para poder besarlo con mas comodidad. Adquirieron mas agresividad y sensualidad, a los que Tomoyo respondía con pasión, desesperada por seguir besandolo; porque aquel beso no acabara nunca....
Notó de repente, que ella lloraba. Tocó sus mejillas con los dedos y retiró su boca de la de ella, dejandola humerda y amoratada.
- Digame por que mis besos la hacen llorar...
- Yo... Yukito.... Lo siento...- ella se apartó de él rapidamente.- Jamas debería...
Huyó. Rapidamente. Se escapó por un hueco de su cuerpo y corrió a la salita, aliviada al ver que el no la seguía con rapidez. Entró en la sala de baile, una de las principales. Quería alejarse lo bastante de aquella sala, ya que le traía recuerdos, que mas adelante, la avergonzaría de manera sobrenatural. Que la harían sentirse culpable toda la vida.
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Lady Feningan, una mujer de 40 años, bonita y vivaz, se rió cuando una mano masculina la llevó del brazo hasta el ventanal de la sala. Los hombres a los que estaba acostumbrada no hacían esos gestos y movimientos, por lo tanto desde el principio sabía de quien se trataba. A ese hombre, le daba igual si se trataba de una distinguida dama o una de las mas bajas sirvientas del palacio del rey. A todas trataba por igual. Le intrigaba constantemente ese varón, ya que inteligente, carismatico, apuesto, alto y rico, la tratara con tanta familiaridad.
- Muy bien. Digame quien a conseguido despertar su interes.
Observaron una hilera de carruajes con damas, hombres y ancianos y mujeres mayores que salían y entraban de carruajes. Una mujer la cogió desprevenida. Con un traje de noche de un azul oscurisimo, esperaba a que su carruaje parara del todo. Vió, como tras parar, saludó con cortesía al lacayo que llevaba los caballos y como, este, amablemente le prestaba el brazo para subir al coche. Le dio las gracias en el momento exacto en que le daba la luz en plena cara. Notó como el hombre contenía la respiración.
- Esa es. Digame quien es.- dijo señalandola.
El rostro pertenecía a Lady Tomoyo Daidouji, una joven de 25 años que conocía muy bien. Curiosamente parecía que el dolor de la perdida de su esposo, que tantos estragos solía causar en la belleza de las mujeres a ella no le afectara, pueto que había conseguido realzar aun mas su hermosura. Su figura, siempre había tenido tendencia a engordar, pero su figura se había puesto esbelta y firme. La severidad de su peinado, con unos rizos cayendo por la cara y detrás en el sencillo y fuerte moño demostraban su seriedad en la mayoría de las veces. Servía para resaltar mas su belleza poco común de sus facciones: Una nariz recta y fina,su boca, rellena y flexible, con labios suaves y sensuales, sus ojos almendrados y de color azul oscuro que de vez en cuando parecían negros. Su pelo negro como la noche, brillaba bastante, y era sedoso y fino. Tenía bastante volumen. Su piel, era de un tono claro, parecía una muñequita de porcelana con su cabello y ojos oscuros y la piel blanca como la pared. Desde la muerte de su esposo, la vivacidad de ella, se había cambiado por una melancolía y una tristeza constante. Parecía vivir en un sueño continuamente. Los hombres se le arremolinaban a menudo a la atractiva joven. No obstante Lady Daidouji parecía tener un cartel invisible que ponía "NO TOCAR". Habían observado su corpontamiento, durante la escasa hora que había estado. No parecía interesada en conseguir otro marido, puesto que no había bailado con nadie, y no había entablado conversación con nadie, mas que con el hermano de su difunto esposo, Yue Tsukishiro.
Era hija de un duque, la mayor. La predilecta. Tenía una buena dote, y era muy querida por la sociedad.
- Tiene usted un gusto impecable. Pero esa dama no es para usted.
- Esta casada.- afirmó él.
- No. Es viuda.
El la miró con un interes extraño que ella notó a continuación. Pero tambien notó su fascinación por la joven viuda.
- No la e visto hasta ahora.
- No me sorprende. Su esposo pasó a mejor vida hace tres años, justo cuando usted entró en nuestras vidas. Este es el primer acto social al que asiste desde aquel suceso. Yukito Tsukishiro era todo un caballero.- recordó con un dedo en la barbilla pensativa.- Era apuesto, elegante, amable, inteligente y de una buena familia. Uno de los gemelos de los Tsukishiro. Del difunto vizconde Tsukishiro.
- Tsukishiro- repitió el.
- Su cultura y su linaje son fantasticos.- recalcó.- Yukito poseía los ojos calidos de la familia, y mas encanto de lo normal. Adoraba a su mujer aunque había muchas mas mujeres. Celebraron una boda impresionante dificil de olvidar por los asistentes. Es posible que no vuelva a casarse, pues Tommy piensa que nadie será mejor que Yukito.
- ¿ Tommy ?
- Un apelativo cariñoso.
Ella volvio a presenciar esa curiosidad e interes por Lady Daidouji en el varón. Estaba entusiasmado con ella, y quería saber de ella. Le parecía muy tierno pero al mismo tiempo se compadecía de él. Nunca la alcanzaría.
- Cuenteme todo lo que sepa sobre ella.
Lady Feningan suspiró.
- Muy bien. Pase mañana a tomar el té y hablaremos...
- Ahora.
- Ahora? -repitió ella confundida y sorprendida- En medio del baile que ofrezco? Hay un momento y un lugar para...- se echó a reir cuando el hombre la arrastró hacia un sofá y la sentó comodamente.
- Ahora.. y Todo..- añadió. Sonrió con tal picardía que el corazón comenzó a latirle mas deprisa de lo habitual.- Por favor...
Lady Feningan suspiró y sintió que no había nada mas en el mundo le apetecía mas hacer que pasarse las horas muertas hablando de Lady Daidouji con el apuesto e intenligente varón que tenía delante. Apartó sus quehaceres de anfitriona y cogió aire...
- Veamos.... Por donde comienzo, señor Hiragizawa?
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Les gusto? ay dios mio! Yo disfruté haciendo el primer capitulo... Jejejeje. Es realmente emocionante. Me encanta Eriol, con sus ojos misteriosos, su humor, su picardía... ( Yuki se pone a soñar despierta... ) ¡ Ojala fuera Tomoyo en esta historia! Y quien no?? xD. Puede que creaís que me pasé con lo de Eriol un jornalero.. Pero ya vereís como le vais cogiendo el gustillo... Jejeje yo ya lo e echo... En verdad, fue algo agoviante imaginarme la historia en el pueblo de mi padre, sin un Pc a mano, donde apuntar las cosas... Aunque ahora que lo pienso, podría haberlo apuntado en unas hojas... No.... Que hay de mi pobre mano??- Me dije- No. Que luego empieza el curso y no tengo fuerzas para escribir... ( soy vaga hasta para recoger el aire...) Ains... Señor.. Me da algo.
Supongo que pensareis que fui mala al hacer que nuestro adorable Yukito muriera. Pero formaba parte de la historia que el marido muriera. Por lo tanto.. Estaba en una encrucijada... O moría Touya o moría Yukito. Obviamente.... Touya no iba a morir por lo tanto.. No quedaba otro remedio. Puesto que Touya tendrá su importante papel en la historia mas adelante. Al igual que Yue, Sakura, Shaoran, Nakuru.. etc etc...
Pensareís tambien, que fue facil hacer a Tomoyo, pues siempre, en la mayoría de las historias; a sido timida y tranquila... Pero espero haberle infundado algo nuevo... Espero....-- U Aunque Eriol me lo e tenido que trabajar algo mas. No me lo imagino como el típico jornalero que a ganado una fortuna trabajando con sus manos. Puesto que siempre se le a visto como alguien de gran familia, rico y ambicioso con el dinero... Así que ya sabeis por donde irán los tiros.... UPS!! Me escedí y les dí pistas! Eso no es justo!!! A mi no me las dan! No vale... Bueno, ya lo voy a a dejar así. No es plan de cambiarlo ahora... ( La verdad es que no me apetece...)
Bueno pues... Creo que ya les dí lo suficiente la lata, como para que dejen ya de leer... Aburro asta a un muerto... No paro de hablar,... ¿ Lo ven?? Me cachis diez...
Ya. Ya les dejo. Sayonara!!!
Un beso y un abrazo! Dejen Rewiews please!!!
CHAO!!! Yukino.
Me gustaría aclarar algunas cosas antes de empezar con la historia...
A ) POR DESGRACIA, LOS PERSONAJE DE CARD CAPTOR SAKURA NO SON MIOS!!! TOT ( aunque si me los regalan no me importaria... mi cumple es el 3 de noviembre... Asi que ya saben! QUIERO UNA COPIA DE ERIOL Y DE SHAORAN!!!) Pero para suerte de ustedes, y lo digo en serio... porque si mandaría a freir esparragos a Tomoyo y a Sakura y me quedo con esas dos preciosidaes...... A lo que iba.. Suerte que son de las grandes y magnificas CLAMP!
B) Si por casualidad, mi fic, tiene un título igual, o una trama parecida, por favor comuniquense conmigo!! Lo digo porque, asi se podría cambiar el rumbo de la historia, o incluso dejar de escribirla.. Aunque me da muchisima pena...
Pues eso.. sin mas dilación.... AQUI OS DEJO UNA DE MIS PAREJAS FAVORITAS!!!! . ( La cual e echo nada mas llegar de vacaciones Juajuajua!!! )
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Tenía que escapar.
El rumor de la sofisticada charla, el contacto de las faldas de los vestidos, el olor a alcohol, las luces agobiantes, el olor a comida recien hecha y caliente, suculenta y aprciada; todo ello agobiaba a la tímida dama. ¡ No debería de haber ido a aquel acto social! ¡ Un error! ¡ Demasiado pronto era para aparecer en público tras su muerte! ¡ Era muy vergonzoso aquel comportamiento!
Suspiró agoviada por el calor. El calor que descendía de la lujosa araña de luces, que tenía encima de su elegante y sencillo moño, junto con el calor que le proporcionaba el sencillo vestido de noche le hacía ponerse mas nerviosa aún. Hacía tiempo que no había estado tan nerviosa desde hacía cantidad de tiempo. Si se ponía nerviosa era increible, pues ella era muy serena. Era un pequeña virtud que tenía desde niña. Pero pocas veces se había puesto nerviosa.... En su boda... En su parto... En la muerte...Era increible, cuando había tenído a Yukito, nada le hacía ponerse nerviosa. Siempre estaba él ahí, apoyandole, haciendo olvidar el miedo... Pero ahora no estaba.
- " Deja de pensar en él...Él; por mucho que quieras es ya historia!"- se reprendió a si misma.
Miró el reloj de cuco que había en la endemoniada sala y abrió los ojos. LLevaba solo media hora allá y estaba como para tirarse al suelo a dormir de cansancio! Se obligó mirar hacia los lados para distraerse. Miró hacia arriba y observó los adornos de la elegante y popular fiesta de lady Feningan. El amplio techo de la sala de baile, contenía cuatro arañas de luces, enormes, con grandes velas que alumbraban la estancia con solemnidad, también había velas, en pequeños candelabros de plata y bronce. La sala, tenía algunos centros de flores, de diversos colores. Las rosas rojas, se mezclaban con las rosas blancas. Las azucenas con las violetas... El olor a flores silvestres y románticas impregnaba el aire. El castillo estaba muy bien limpiado, y encima, había grandes y sencillos espejos donde mirarse detenidamente. Se oía el roce de las sedas, de los linos, de los forros de las capas y vestidos de la gente bailando, hablando, caminando... Resumiendo: Gozando de la maravillosa fiesta a la que había sido invitada. Pero había un problema .... Ella no estaba disfrutando en absoluto de la velada. Se sentía frustrada, nerviosa, tímida... Condenadamente sola. Volvió la vista para observar a la gente de su alrededor. Tenía a la hija de los Fing a su lado, cuchicheando y riendo con un galán de pelo negro que nunca había visto en su vida... Pero le recordaba a alguien lo bastante .... Cruzó la mirada instintivamente hacia otra parte de la sala y vió a George. ¡ Condenado demonio! Sonrió.
- " Normal que no me diera cuenta de quien es... Hace tres años, Filiph estaba en un internado en China... Pero es igual a su padre..."- se lamentó de la hija mayor de los Fing.- " Como Filiph sea igual que su padre, la hija va a pasar unos buenos ratos de dolor de estomago por reir..."
Siguió recorriendo la mirada con pesadez. Cerca de ella, se encontraban algunos hombres solteros que la miraban con admiración...
- " Hombres inmaduros..."- espetó en su interior.
También se encontraba lady y lord Yeng, entablando conversación con otra persona a la que no conocía de abasolutamente nada. Era un hombre de mediana edad... Que raro...
- " Ni que me hubiera ido por decadas!"- suspiró agobiada al ver que no reconocía a mucha gente. De repente, se tensó. Lady Feningan, se acercaba a ella rápidamente para saludarla devidamente.
- " Que dios me ampare en su gloria.."- pidió serenandose.
Cuando lady Feningan se unió a ella, sonrió hipócritamente. Esa mujer era una de las mejores curioseantes de la vida de las personas, y obviamente, le hablaría para luego chismorrear a sus compañeras de vicio.
- Encantada de que haya venido a mi fiesta, Lady Daidouji.- sonrió afectuosamente, y le dió dos besos en ambas mejillas. Daidouji sonrió:
- Me pareció que ya era hora de dejar la casa y salir un poco.- Explicó.- Ya me aburría algo.
Lady Feningan asintió con una sonrisa en la cara.
- Me gusta mucho vuestra fiesta, Lady Feningan. Tiene un buen ambiente elegante y romántico.- aprovó Daidouji con una sonrisa en los labios.
Lady Feningan se sonrojó. Para casi toda la sociedad, era importante la opinión de Lady Daidouji, debido a que era una expléndida diseñadora, desde ropa, hasta decoración de castillos y despachos.. Provenía de una muy buena familia y tenía bastante dote. Era hermosa a ojos de hombres y mujeres. Algunos la calificaban de belleza andante, lo cual la hacía reír y sonrojarse. Esa aprovación por parte de la diseñadora, era muy importante para ella, pues en la fiesta se encontraban hombres muy distinguidos y mujeres tambien. Su orgullo y su felicidad aumentaron considerablemente.
- Muchas gracias, Lady Daidouji. Y digame, como esta su vida?- preguntó.- Desde hace años que no la veo por ningun acto social ni nada....-añadi
Daidouji suspiró mientras sonreía en su interior. ¡ Lo sabia !
- Bueno, intento no morirme de timidez- dijo intentando parecer divertida, algo que logró al ver la sonrisa de su anfitriona- Es cierto, hace tres años, mas o menos, que no voy a ningun acto de este calibre.
- La razón sera su dolor verdad?
Daidouji asintió con una leve sonrisa.
- Le vuelvo a dar mis mas sinceras penas y apoyo. De verdad... Lo hice en el pasado y ahora lo volvería a hacer.- argulló Lady Feningan.- Sentí mucho su perdida.
- Y quien no?- dijo con melancolia.- Era muy querido por todos...- Mientras tanto pensaba- " Oh, Yukito, que afortunada fui al tenerte. No solo yo, sino toda tu familia y tus amigos. Pero, saldré adelante sin tí del todo? "- Se preguntaba
Lady Feningan asintió.
- Bueno, me despido de vos, puesto que tengo mas invitados a los que atender.- Daidouji asintió- Hasta luego, Lady Daidouji.- se dieron dos besos de despedida y la anfitriona se dirigió hacia otros de al lado.
Daidouji suspiró aliviada. Por suerte, había logrado escapar de ella sin tener que dar mucho, y eso significaba que sus cierres de siempre, seguían intactos. Vagó de nuevo la mirada por la sala, observando; esperando a que algo pasara. Sonrió, al ver como unos niños pequeños, correteaban por la sala, jugando entre ellos. No tendrían mas de 7 años. Sonrió de nuevo, al ver como unas madres, algo azoradas por el espectaculo y regañinas, se acercaban a los pequeños con decisión para imponerles seriedad.
- Son algo escurridizos verdad?- dijo una voz.
Daidouji tembló ante el sonido de la voz, al pensar que se trataba de otra y se giró rápidamente.
- Yue...- dijo decayendo en su estupidez- Pense que eras....
- Yukito verdad?- le cortó tranquilo.- Lo se... Muchas veces nuestras voces se parecen... Por algo somos gemelos...
Daidouji asintió.
- Aunque muy gemelos, gemelos... no sois.. El tiene le pelo corto, y los ojos color avellana; su temperamente es sencillo, dulce, armonioso, tranquilo,y amable. Sin embargo tu, tienes el pelo largo, tus ojos son pálidos como el hielo, y tu no eres ni tranquilo, ni amable ni armonioso.
Yue alzó las cejas al escuchar su comparación.
- Que nos soy tranquilo? En que te basas, Tomoyo?
Esta sonrió agradablemente y tierna.
- En que nunca dejaras de darme sustos de improvisto.
- Ah... Vale.. dejaré de ser una mala persona y pasaré a ser un buen chico.
Ambos rieron alto pero el murmullo de la gente hablando, el sonido de la seda rozando el suelo, y los tacones de los zapatos de las mujeres les hacia parecer murmurar.
- Te lo estas pasando bien?
- Que si me estoy divirtiendo?- el alzó sus cejas- No mucho. Siguen atacandome las familias de mujeres casaderas por doquier. Que si mire vos como esta de explendida mi hija... O por cierto, que le parece a vos nuestra pupila...- Imitó voces.- Es muy agobiante.
- Pero tienen razón. Deberías casarte. No digo que seas viejo pero as alcanzado una edad lo suficientemente madura como para que escojas a una esposa decente.- le recomendó.
El rodó los ojos.
- Pero es cierto. Quien te aguantaria? No creo que ni la mas paciente de las mujeres te aguante mucho tiempo, con ese caracter frio y distante.- admitió ella
- Ahora soy frio?- dijo el en tono de burla.- Lo crees?
- No porque las circunstancias lo permiten. Nos conocemos demasiado como para que me trateis de vos. No crees? Después de todo sigo siendo tu cuñada.
- Y mi antiguo amor...- añadió el con voz serena.
Tomoyo cogió un tono rosado en sus mejillas.
- Respeta a tu hermano, por amor a Dios....- dijo ella en voz baja.
- El ya no te tiene. Estas libre. Y puedo cortejarte.- se acercó a ella peligrosamente. Pero de repente se paró y sonrió abiertamente.- Pero no estoy interesado en tí.
- Alguna dama en cuestión ?
- Puede ser....
- Venga dimelo.
- No.
- Por favor... Podría darte consejos....
El le dirigió una mirada fria que hizo que ella parara de preguntar. Cuando Yue no quería que se siguiera hablando de un tema te congelaba con la mirada. Era típico de él. Era muy terco cuando quería.
- Ví como Lady Cotilleos se acercó a ti.- comentó ante el silencio de ella.
- Si, vino para preguntar como estaba y mi aprovación de estilo.
- Se atrevió a preguntarte eso?
Tomoyo negó con la cabeza.
- Entonces?- arremetió el.
- Sabes que es incorrecto en una dama, preguntar sobre esas cosas... y si lo hacen, tiene que ser por una buena excusa... O no? Que hay del decoro?
- Lady Cotilleos tiene decoro? Es decir, ¿ Tiene vergüenza ?- dijo incredulo.
Ella emitió una pequeña risa.
- Aunque no lo creas, hasta ella la tiene.- concluyó esta.
Yue sonrió. Había logrado que Tomoyo dejara de estar nerviosa y sonriera algo. Se la veía mucho mas bonita de lo que era cuando sonreía. Y eso era posible? Si. Tras esa mirada seria, hermosa, tranquila y sensual al mismo tiempo, había la hermosura de ver como sus ojos relampagueaban de pasión, de alegría, de ver en su albina tez una profunda sonrisa... Su hermano había tenido mucha suerte. Demasiada... Aunque, que mujer se resistía a sus encantos ?
De repente recordó algo:
- Por cierto, como esta Lie?- dijo algo preocupado.
- Ah! Lie esta bien, su pie ya esta mejor.- dijo con orgullo Tomoyo- Sus prisas por llegar al piso de abajo fueron mal recibidas. Aunque fui yo la que le metía prisa...
·················FLASH BACK························
- Natalie!- llamó de nuevo por las escaleras.- LLegaremos tarde a la modista. Quieres dejar de tardar tanto?- dijo una mujer impaciente.
Una suave voz infantil se oyó en el piso de arriba.
- Ya voy!
Tomoyo suspiró, y miró al reloj de cuco. LLevaban ya 5 minutos de retraso! La señora Xiarg no se lo perdonaría!
- Natalie!- exclamó de nuevo arrugando el entrecejo.- Venga!
Una niña de aproximadamente cuatro años se acercó a la escalera.
- Es que Lady Holly no quería vestirse..- replicó la niña enseñandole una muñeca de porcelana.
Tomoyo le mira enfadada.
- Venga... LLegamos muy tarde.
La niña cogió a la muñeca y comenzó a saltar de dos en dos las escaleras con rapidez.
- Lie! No corras o te cae....
Faltaron las palabras, pues un sonido sordo de algo caer invadió la escalera de marmol. Tomoyo corrió a las escaleras y cogió a Natalie con cuidado.
- Bernard... Trae a un médico.. rápido!- ordenó asustada.
- Mama me duele... mucho...- lloriqueaba la niña.- Mi pie....
Tomoyo la abrazó rápidamente, y la acunó en sus brazos, esperando y rezando que no se hubiera hecho mucha cosa.
··················· Fin Flash Back····················
- Asi que solo fue un susto...
- Si. Tu dulce y revoltosa sobrina esta sanita y salva.
Tomoyo calló de repente. Comenzaba a tener olas de calor por el cuerpo.
- " Otra vez no..."- suplicó para si..
Un dolor pequeño, comenzó a precipitarse por sus sienes, con lo que ella hizo un gesto de dolor en su cara. Yue, la miró extrañado. Observó como, sin mas, se llevaba una de sus delicadas manos a la cabeza con señal de dolor.
- Otra de tus migrañas....
Ella asintió.
- Quieres irte de aqui?
- Ya?- preguntó ella.- No llevo ni una hora en este lugar... No debería...?
Yue negó con la cabeza.
- Si te sientes mal, lo entenderan. Tranquilizate, vale? LLamaré al cochero para que te lleve a casa.
- Encima tanto ruido....
Yue la observó con admiración. LLevaba ya tres años con esas migrañas. No mucha gente sabría contrarrestarlas como ella, nadie tenía tanta fuerza de voluntad contra esa enfermedad... O si? El no sabía de nadie.
- Vete a la sala norte, está al lado del reloj de cuco. Esa puerta, a la derecha. Hay una pequeña sala, al lado del invernadero que está junto al jardín.
- Como sabes tu eso?
Yukito se encogió de hombros.
- Tengo mis fuentes. Te buscaré por alla.. Vale?
Ella asintio y se dirigió hacia aquel lugar, con la esperanza de que el coche llegara pronto para recogerla. Mientras pasaba hacia la otra parte de la sala de baile, muchas personas se acercaron a ella.
Unas decían:
- Encantada de volver a verla Lady Daidouji.
- Un placer veros de nuevo, milady.
- Un gusto veros...
Y otros:
- Mis sinceras penas, milady. Volvi este año y me enteré del suceso. Siento no haber estado en esos momentos..
- Mis condolencias, Lady Daidouji...
Todas esas palabras, ya no tenían sentido. Ella no quería su pena. Ni siquiera sabían lo que había sufrido! Ella le había perdido para siempre. No solo ella sino su familia entera. Solo asentía y se alejaba de ellos. Sabía que hablaban de ella. Claro! Era todo una novedad y sorpresa que tras los tres largos años apareciera ahora por allí cuando supuestamente solo a los 5 meses del suceso se volviera a la vida normal y social. Ella lo había seguido por meses incluso años... Pero ya la ansiedad de volver a salir y saber sobre el mundo exterior se había apoderado de ella. Ya no se conformaba con mirar por la ventana a su alrededor... Tenía que ir a los sitios sociales, y responder ante las ridículas preguntas de estado de animo y de salud, o de los chistes impertinentes. Eso la cansaba, pero por lo menos, quitaba sus ansias de salir a la calle. Cada vez que se acercaba mas a la sala, el dolor en sus sienes aumentaba con peligrosidad. Cruzó la puerta con decisión, y la cerró tras de si, apoyandose en la madera de la misma. Suspiró.
- Por fin algo de quietud...
Comenzó a respirar con mas tranquilidad. Pues ya el dolor de la migraña iba en aumento progresivo. Observó la sala con lentitud. Estaba oscura, pero sus ojos se habituaron a la oscuridad. Vislumbró algunos muebles, algunos comodos, como sillones, sofás, cogines.. Y otros duros y fríos, como mesillas, y cuadros... Era una pequeña habitación para meditar sus propios sentimientos y problemas. Un frió la invadió de repente. Se percató, lentamente, de que una de las ventanas de la habitación estaba levemente abierta. Levantó su mano y fue a cerrarla; pero algo invisible la obligó a pararse. Al lado de la ventana, una puerta de cristal hacía de muro con el invernadero de exóticas y puras flores y arboles. Impregnada, ensoñada y esperanzada por verlo, colocó su mano en el bombín de la puerta y giró la manilla. Un sonido de abierto se oyó perezosamente en la salita.
- Que bien...- murmuró.
Al abrir la puerta se quedó conmocionada. Millones de exóticas y extravagantes flores se esparcían por el invernadero. Rosas de colores nunca vistos, amapolas blancas, azucenas, margaritas, flores del deseo, lirios, geranios, y una inmensa cantidad de por demas de flores preciosas, se extendieron por su mirada. Rápidamente, movió la vista hacia mas allá, viendo setos, y arboles de cerezo, de ciruelas, de manzanas rojas y brillantes... Si no estuviera el cielo cubierto por el aluminio y el cristal, diría que estaba en el jardín del Eden, o simplemente en la selva de su imaginación. El colorido, la armonía de las flores, su fragancia... Todo...
Sus sienes volvieron a latir, aumentando el dolor y ella gimió. Pero pocos instantes después se dió cuenta de que no estaba sola allí. Una respiración se oía tras de sí. De improvisto, una figura se puso en frente de ella.... Era la silueta de un hombre. Tomoyo se quedó petrificada. Un hormigueo recorrió todo su cuerpo de improvisto, sin saber como... Quizas sería Yue, avisandole de que el carruaje ya estaba listo.... Pero.. Su silueta no era la misma.....
Antes de que Tomooyo pudiera articular palabra, el desconocido paso el brazo por las cristaleras y tiró de ella. Sofocando un grito, Tomoyo no tuvo otra posibilidad que salir del invernadero y entrar a la pequeña sala. El individuo la atrajo a sus brazos y ella se puso mas rígida aun, incapaz de resistirse.
- Espere....
- Ya pensaba que vos no vendríais..- mencionó la voz, algo seductora.
Su cuerpo, estaba moldeado como el acero, puesto que al estar pegada a él, notaba su cuerpo duro. Su chaqueta, de suave contacto le rozó el cuerpo haciendo que ella se estremeciera. Su nariz detecto un olor a coñac, tabaco y lino... Un olor masculino que en cierto modo, le recordó a Yukito. Hacía tiempo que no era abrazada así... Pero no se resistió al abrazo de ningun modo. Intentó balbucear una segunda protesta pero las palabras no le salían... El agachó su cabeza y oyó Tomoyo como un ronroneo... La estaba murmurando algo... Con una voz terriblemente seductora..
- Se lo a tomado con calma, señora mía....- susurró en su oido...- Ahora sois vos la que tiene miedo?- dijo en tono de burla..
Se había confundido con otra. Era esa la única explicación posible al asalto de aquel individuo...
- Oiga.. yo...
Pero se vió interrumpida por un dedo. Un dedo calloso, pero suave.
- No diga nada. Se las normas que me dictó a la perfección.
- Pero yo... oiga yo no..
Se agachó hacia ella y atrapó su boca.
Tomoyo se quedó rígida, mientras él devoraba su labio inferior con lentitud; dandole tiempo a responder.Su boca era tan ardiente, que ella tuvo que separar sus labio. Jamas la habían besado así... Ni siquiera Yukito... Esa fuerte y solida boca le mandaba tanta pasión que ella langideció ante tanto ardor.. Ella intentó zafarse de él, pero eso hizo que el confundiera su escapada con un ataque de pasión y la acercó mas aun. La tenía cogida por la cintura, delgada y fina, que hacía juego con ella misma. Su labio atacó algo mas profundamente al de Tomoyo, descargandole a esta unos rayos de fuego en sus venas al mismo tiempo.
Tomoyo no sabía que hacer... Su cuerpo temblaba ante el contacto, sus venas bibraban, su cuerpo solo respondía ante el beso... Pero... Por que? De repente, reparó en que tenía sus manos en el cuello de él, revolviendo su pelo, ligeramente despeinado ya de por sí. Un ligero rubor corrió por sus mejillas. Mas aun se tornó roja cuando descubrió que devolvía el beso de una manera nunca vista en si misma. La voracidad, el ataque a su labio inferior y a su boca en general por parte del hombre que la cogia de la cintura la había echo reaccionar así... Fogosa y ardiente.... ¿ QUE ESTABA HACIENDO? De repente... Ella notó cuando el hombre se percató de que no era a la que esperaba. Notó que se quedaba inmovil y se quedaba sin respirar...
- " Ahora me soltara..."- pensó ella sofocada y confusa.
Pero se equivocó. La sujetó mas fuertemente sin estrujarla y volvió a besarla de nuevo.Había estado casada, se creía una mujer mundana y experta relacionada a los temas de amor y seducción. Pero del modo en que aquel desconocido la besaba, se creía una jovencita virginal. Su boca, suave e inflamada, la hacia extremecerse al esplorar su cabidad... Al final, Tomoyo se abandonó y se dejó llevar por el momento. Respondió, lentamente a la exploración de su boca. Le dejó que el le hiciera lo que quería...
Podía ser lo inesperado del encuentro... O la oscuridad, o simplemente que eran dos desconcidos que no se habían visto nunca... Impulsada a tocarlo en alguna parte, deslizó sus manos por su cuello y palpó con ternura su cabello corto, y suave. Se apoyó mas aun en el. Aquella caricia y su contacto mas fuerte pareció afectar al desconocido, pues Tomoyo advirtió que la respiración de él aumentaba de ritmo y el pulso también. De repente calló en la cuenta... Deseaba su dura y masculina textrura... Su olor, su sabor... Por eso se había ido con el a ese estraño paseo con el beso....
Se apartó, bruscamente, horrorizada por lo que acababa de hacer. El, ante el rechazo; la soltó dejandola irse. Tomoyo, huyó hacia el invernadero, ocultandose tras un muro de piedra. Se apoyó y suspiró, agitada. El la siguió pero sin abrazarla de nuevo. Solo, se mantuvo a corta distancia.
Ella se había protegido con los brazos, como para contener las sensaciones que recorrían su cuerpo en aquel momento. Se sentía arder, su cuerpo temblaba, anhelaba mas... Y eso la horrorizaba.
Estaba demasiado oscuro como para verse la cara, pero la luz de la luna dejaba ver sus siluetas. Ella se admiró al ver la suya. El hombre, tenía la silueta de no un caballero ocioso y tranquilo; sino de un jornalero que se ganaba la vida trabajando para vivir. No tenía grandes y fuertes musculos. Pero si tenía unos musculos que no todo hombre tendría... Eso era lo estraño. ¿ Que haría un jornalero allá? Se dió cuenta, que llevaba traje de etiqueta, y adivinó que era un invitado... Alguien nuevo, tal vez.. Cuando el habló, sintió el tono grave de la voz masculina, que le proporcionaron una tremenda sacudida en la espalda. Su acento no era de un noble, sino de un trabajador... ¿ Que haría un hombre de esa indole asistiendo a un baile como aquel?
- No es usted la dama a la que aguardaba- guardó silencio y con ironía sabiendo que era demasiado tarde para disculparse, añadió- Lo siento mucho, milady.
Intentó que su voz sonara convincente.
- No se preocupe. Simplemente a asaltado a la mujer equivocada. Podría haberle sucedido a cualquiera.
Notó que el, levantaba un brazo hacia ella, y pensó rápidamente que la abrazaría de nuevo, con lo que exclamó:
- No me toque!- dijo retirandose hacia el muro.
El desconocido apoyó la mano en el muro a escasos centimetros de la cara de Tomoyo, apoyandose todo él en la mano. La tenía practicamente aprisionada contra el muro y su musculoso cuerpo.
- No deberíamos presentarnos?- argulló el.
- Desde luego que no.
- Al menos digame si esta con alguien...
- Con ... alguien?- dijo Tomoyo sin comprender.
- Casada, comprometida con alguien...
- Oh, si ... lo .. estoy.
El frunció el entrecejo.
- Perdoneme, tenía que verme aqui con alguien que no ha sabido mantener su palabra... Cuando la vi entrar, la confundí con ella.
- Quería estar a solas antes de que me trajeran el carruaje.
- Ya se iba? No le culpo. Estas fiestas son tan aburridas...
Ella suspiró. Ahora lo eran. Antes, cuando estaba con Yukito, no eran igual. Se pasaba asta altas horas de madrugada, bailando, riendo , bebiendo, charlando, con Yukito y sus amigos.. Pero ya no.
- No tienen por que serlo si se esta con la compañía adecuada...
Su voz debío de ser melancolica puesto que de repente, notó el roce de sus dedos en su cuello, y poco después en su mejilla, acariciandole la cara entera. Ella debería haberse apartado, pero el placer que le produjo la clavó en el suelo.
- Es usted lo mas dulce que e tocado. Digame quien es.
Ella se levanto del muro, pero como el abarcaba todo el espacio posible, sin querer acabó en sus brazos.
- Debo irme.- dijo sin aliento.- Mi carruaje me espera.
- Que espere. Quedese conmigo.- El desconocido la abrazó, poniendole las manos en la cintura y en la espalda.Ella notó un estremecimiento de placer...- Tiene miedo?- dijo al percibir su temblor.
- No..- tartamudeo ella. Debería estar protestando por el abrazo, y sin embargo, lo unico que hacía era apretarse mas a él! Se protegió con las manos, cuando todo lo que quería era repostar su cabeza en su pecho. Se le escapó una risa.- Esto es una locura. Suelteme...
- Puede separarse cuando quiera...
Pero ni el ni ella se movieron. Se quedaron juntos, respirando intranquilamente, coscientes de la pasión que había entre ellos. Tomoyo notó el aliento calido de él en su oreja y los pelos se le erizaron.
- Vuelva a besarme.- pidió el.
- Como osa pedirmelo?- susurró ella.
- Nadie lo sabra.
- No lo entiende.. Yo no hago estas cosas, no soy asi!
- Somos dos extraños en la oscuridad- dijo el - Jamás estaremos como estamos ahora. No, no se aparte. Haga que esta noche sea mágica.
Le rozó el lóbulo de la oreja con los labios con una suavidad inesperada. La situación superaba a Tomoyo en cualquier aspecto. Nadie la había hecho sentir una sensacion tan agradable, calurosa, pasional y honda como aquel desconocido. Se sentía frustrada, al ver que no hacía nada por impedirlo. Intentó evocar el rostro de Yukito, para poder apartarse; pero su mente la traicionaba también. Ya no solo su cuerpo sino que su mente también. No podía recordar el rostro de Yukito en aquel momento... Respirando trabajosamente, volvió la cabeza, que con un solo movimiento rozó los labios del desconocido. Dios mio! Eso era besar y lo demas... Cuernos fritos...! Como decía Natalie. La volvió a coger del talle, con cuidado, mientras volvía a explorar con su lengua la boca de Tomoyo. Su tacto era exquisito segun Tomoyo, la cual volvió a tener la sensación de arder como el fuego. Con besos lentos, juguetones; usando la punta de su lengua... La excitaba solo con un beso.... ¿ QUE ESTABA PENSANDO??? Los besos se volvieron mas profundos cuando ella se colgó del cuello del hombre, y se puso de puntillas para poder besarlo con mas comodidad. Adquirieron mas agresividad y sensualidad, a los que Tomoyo respondía con pasión, desesperada por seguir besandolo; porque aquel beso no acabara nunca....
Notó de repente, que ella lloraba. Tocó sus mejillas con los dedos y retiró su boca de la de ella, dejandola humerda y amoratada.
- Digame por que mis besos la hacen llorar...
- Yo... Yukito.... Lo siento...- ella se apartó de él rapidamente.- Jamas debería...
Huyó. Rapidamente. Se escapó por un hueco de su cuerpo y corrió a la salita, aliviada al ver que el no la seguía con rapidez. Entró en la sala de baile, una de las principales. Quería alejarse lo bastante de aquella sala, ya que le traía recuerdos, que mas adelante, la avergonzaría de manera sobrenatural. Que la harían sentirse culpable toda la vida.
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Lady Feningan, una mujer de 40 años, bonita y vivaz, se rió cuando una mano masculina la llevó del brazo hasta el ventanal de la sala. Los hombres a los que estaba acostumbrada no hacían esos gestos y movimientos, por lo tanto desde el principio sabía de quien se trataba. A ese hombre, le daba igual si se trataba de una distinguida dama o una de las mas bajas sirvientas del palacio del rey. A todas trataba por igual. Le intrigaba constantemente ese varón, ya que inteligente, carismatico, apuesto, alto y rico, la tratara con tanta familiaridad.
- Muy bien. Digame quien a conseguido despertar su interes.
Observaron una hilera de carruajes con damas, hombres y ancianos y mujeres mayores que salían y entraban de carruajes. Una mujer la cogió desprevenida. Con un traje de noche de un azul oscurisimo, esperaba a que su carruaje parara del todo. Vió, como tras parar, saludó con cortesía al lacayo que llevaba los caballos y como, este, amablemente le prestaba el brazo para subir al coche. Le dio las gracias en el momento exacto en que le daba la luz en plena cara. Notó como el hombre contenía la respiración.
- Esa es. Digame quien es.- dijo señalandola.
El rostro pertenecía a Lady Tomoyo Daidouji, una joven de 25 años que conocía muy bien. Curiosamente parecía que el dolor de la perdida de su esposo, que tantos estragos solía causar en la belleza de las mujeres a ella no le afectara, pueto que había conseguido realzar aun mas su hermosura. Su figura, siempre había tenido tendencia a engordar, pero su figura se había puesto esbelta y firme. La severidad de su peinado, con unos rizos cayendo por la cara y detrás en el sencillo y fuerte moño demostraban su seriedad en la mayoría de las veces. Servía para resaltar mas su belleza poco común de sus facciones: Una nariz recta y fina,su boca, rellena y flexible, con labios suaves y sensuales, sus ojos almendrados y de color azul oscuro que de vez en cuando parecían negros. Su pelo negro como la noche, brillaba bastante, y era sedoso y fino. Tenía bastante volumen. Su piel, era de un tono claro, parecía una muñequita de porcelana con su cabello y ojos oscuros y la piel blanca como la pared. Desde la muerte de su esposo, la vivacidad de ella, se había cambiado por una melancolía y una tristeza constante. Parecía vivir en un sueño continuamente. Los hombres se le arremolinaban a menudo a la atractiva joven. No obstante Lady Daidouji parecía tener un cartel invisible que ponía "NO TOCAR". Habían observado su corpontamiento, durante la escasa hora que había estado. No parecía interesada en conseguir otro marido, puesto que no había bailado con nadie, y no había entablado conversación con nadie, mas que con el hermano de su difunto esposo, Yue Tsukishiro.
Era hija de un duque, la mayor. La predilecta. Tenía una buena dote, y era muy querida por la sociedad.
- Tiene usted un gusto impecable. Pero esa dama no es para usted.
- Esta casada.- afirmó él.
- No. Es viuda.
El la miró con un interes extraño que ella notó a continuación. Pero tambien notó su fascinación por la joven viuda.
- No la e visto hasta ahora.
- No me sorprende. Su esposo pasó a mejor vida hace tres años, justo cuando usted entró en nuestras vidas. Este es el primer acto social al que asiste desde aquel suceso. Yukito Tsukishiro era todo un caballero.- recordó con un dedo en la barbilla pensativa.- Era apuesto, elegante, amable, inteligente y de una buena familia. Uno de los gemelos de los Tsukishiro. Del difunto vizconde Tsukishiro.
- Tsukishiro- repitió el.
- Su cultura y su linaje son fantasticos.- recalcó.- Yukito poseía los ojos calidos de la familia, y mas encanto de lo normal. Adoraba a su mujer aunque había muchas mas mujeres. Celebraron una boda impresionante dificil de olvidar por los asistentes. Es posible que no vuelva a casarse, pues Tommy piensa que nadie será mejor que Yukito.
- ¿ Tommy ?
- Un apelativo cariñoso.
Ella volvio a presenciar esa curiosidad e interes por Lady Daidouji en el varón. Estaba entusiasmado con ella, y quería saber de ella. Le parecía muy tierno pero al mismo tiempo se compadecía de él. Nunca la alcanzaría.
- Cuenteme todo lo que sepa sobre ella.
Lady Feningan suspiró.
- Muy bien. Pase mañana a tomar el té y hablaremos...
- Ahora.
- Ahora? -repitió ella confundida y sorprendida- En medio del baile que ofrezco? Hay un momento y un lugar para...- se echó a reir cuando el hombre la arrastró hacia un sofá y la sentó comodamente.
- Ahora.. y Todo..- añadió. Sonrió con tal picardía que el corazón comenzó a latirle mas deprisa de lo habitual.- Por favor...
Lady Feningan suspiró y sintió que no había nada mas en el mundo le apetecía mas hacer que pasarse las horas muertas hablando de Lady Daidouji con el apuesto e intenligente varón que tenía delante. Apartó sus quehaceres de anfitriona y cogió aire...
- Veamos.... Por donde comienzo, señor Hiragizawa?
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Les gusto? ay dios mio! Yo disfruté haciendo el primer capitulo... Jejejeje. Es realmente emocionante. Me encanta Eriol, con sus ojos misteriosos, su humor, su picardía... ( Yuki se pone a soñar despierta... ) ¡ Ojala fuera Tomoyo en esta historia! Y quien no?? xD. Puede que creaís que me pasé con lo de Eriol un jornalero.. Pero ya vereís como le vais cogiendo el gustillo... Jejeje yo ya lo e echo... En verdad, fue algo agoviante imaginarme la historia en el pueblo de mi padre, sin un Pc a mano, donde apuntar las cosas... Aunque ahora que lo pienso, podría haberlo apuntado en unas hojas... No.... Que hay de mi pobre mano??- Me dije- No. Que luego empieza el curso y no tengo fuerzas para escribir... ( soy vaga hasta para recoger el aire...) Ains... Señor.. Me da algo.
Supongo que pensareis que fui mala al hacer que nuestro adorable Yukito muriera. Pero formaba parte de la historia que el marido muriera. Por lo tanto.. Estaba en una encrucijada... O moría Touya o moría Yukito. Obviamente.... Touya no iba a morir por lo tanto.. No quedaba otro remedio. Puesto que Touya tendrá su importante papel en la historia mas adelante. Al igual que Yue, Sakura, Shaoran, Nakuru.. etc etc...
Pensareís tambien, que fue facil hacer a Tomoyo, pues siempre, en la mayoría de las historias; a sido timida y tranquila... Pero espero haberle infundado algo nuevo... Espero....-- U Aunque Eriol me lo e tenido que trabajar algo mas. No me lo imagino como el típico jornalero que a ganado una fortuna trabajando con sus manos. Puesto que siempre se le a visto como alguien de gran familia, rico y ambicioso con el dinero... Así que ya sabeis por donde irán los tiros.... UPS!! Me escedí y les dí pistas! Eso no es justo!!! A mi no me las dan! No vale... Bueno, ya lo voy a a dejar así. No es plan de cambiarlo ahora... ( La verdad es que no me apetece...)
Bueno pues... Creo que ya les dí lo suficiente la lata, como para que dejen ya de leer... Aburro asta a un muerto... No paro de hablar,... ¿ Lo ven?? Me cachis diez...
Ya. Ya les dejo. Sayonara!!!
Un beso y un abrazo! Dejen Rewiews please!!!
CHAO!!! Yukino.
