Invierno.
Era Asuka, había varios clanes de Alfas que lideraban la jerarquía del gobierno, lo manejaban a su antojo, el clan Miyuki era uno de esos, si nacías beta u omega eras reasignado a otro clan como si fueras un simple objeto.
Y hoy, el futuro líder de clan Miyuki Kazuya tenía que enlazarse con un omega de buena familia, el cual, ya fue escogido por los líderes del clan.
Estaban en un gran cuarto sentados en modo seiza, esperando al omega. Miyuki suspiró, él no quería enlazarse, pero como futuro líder tenía que, porque era mal visto que un líder sin omega ascendiera.
─ ¿Por qué tarda tanto? ─ Le preguntaba a su sirviente, molesto.
─ Lo siento amo, ahora lo están preparando, en un momento estará aquí. Entonces la puerta se abrió.
– Aquí está su futuro omega, amo ─ Una mujer de tercera edad dio paso a un omega, que vestía un kimono blanco con pequeñas flores color azul brillante, tenía el cabello castaño, pero con la mirada baja no podía ver sus ojos. Parecía que lloraría en cualquier momento.
─ Déjame ver tus ojos ─ Dijo amablemente Kazuya, subiendo su mentón con delicadeza. Entonces lo miró a sus hermosos ojos color miel, que parecían traspasarlo y ver todo de él.
─ ¿Por qué lloras? ─ Enjuagó sus lágrimas.
─ Yo no quiero esto, no quiero enlazarme con usted.
─ No seas insolente, Eijun- Le regañó la señora de tercera edad, Miyuki alzó su mano pidiéndole que se callara.
─ ¿Y por qué? Claro, si se puede saber
─ ¡Estoy enamorado de alguien más!
─ Eijun ya hablamos de esto, él es de clase baja, no es para ti ─ Miyuki gruñó en protesta por la señora, haciendo que se callera.
─ Tendremos nuestro acuerdo, no te preocupes ─ Limpió sus mejillas y a Eijun le brillaban los ojos de esperanza.
─ ¿Cuál es tu nombre?
─ Sawamura Eijun
Los Sawamura era el mejor clan de omegas del país, era comprensible que no lo quisieran con alguien de índole menor.
─ Bien, pasemos a hacer el enlace ─ Abrieron la puerta de la habitación, los dos entraron en calma una vez estuvieron solos.
─ No te tocaré si no quieres, pero te dolerá mucho si no lo hago.
─ Adelante, solo por esta vez─ Lo depositó en el futón con suavidad, pasó a besarlo con intensidad, bajando su mano por los muslos y piernas debajo el kimono. Tomó su falo, masturbándolo con maestría. Eijun soltó un gemido que quedó ahogado en la boca del contario, sus besos eran fogosos, extasiantes y sublimes. Se sentía demasiado bien.
La lengua de Miyuki invadió la del contario, jugando con ella al compás de su respiración. Un hilo de saliva recorría su mentón, abrió el kimono y pudo ver lo hermoso que era, esa estrecha cintura, su estomagó plano y sus pezones rosados. Bajó su lengua por su cuello hasta llegar a su pecho y tomó uno de esos cerezos, los lamió y chupo, entonces, Eijun se encorvó un poco.
─ ¡AH! AH! Se… se siente raro ─ Pasó al otro botón y repitió el proceso.
─ Estamos teniendo sexo ─ Le susurró, lamiendo el lóbulo de su oreja y, entonces, Eijun tuvo el orgasmo en la mano de Kazuya.
Cansado, su pecho subía y bajaba, tratando de normalizarse, pero dio un brinco al sentir un dedo invasor dentro de sí.
─ ¿Qué… que haces? ─ Preguntó Eijun, asustado.
─ Tengo que dilatarte, si no te dolerá de más ─ Entonces metió otro, al principio, se sentía doloroso e incómodo, pero, con el pasar de los minutos, se comenzó a sentir bien y empezó a gemir.
─ Ah ¡AH! Ah! ─ Volteaba sus dedos frotando su interior, Eijun comenzó a mover sus caderas sin saber porqué. Kazuya sacé sus dedos llenos de lubricante y los llevó a su boca, lamiéndolos.
A Eijun le parecía una escena bastante sexy, así que se ruborizó aún más de lo que ya estaba.
─ Ya estás listo ─ Metió su mano entre su yukata, sacando su imponente falo.
─ E…eso no va a caber ─ Murmuró, cuando miró lo grande que era.
─ Veras que sí ─ Entonces, abrió sus piernas suavemente, subiéndose sobre él, presionando un poco con su glande la pequeña entrada de Eijun.
Eijun se retorció, soltando un grito cuando Kazuya entró de golpe y por completo en él.
– ¡AH! ─ Encorvó su espalda, pequeñas lagrimas adornaban sus bellos ojos color miel.
Entonces Kazuya comenzó con embestidas directas fuertes y largas, el cuerpo de Eijun rebotaba entre cada embestida con la pelvis del Alfa.
─ AH ah AH ah AH ─ Gemía con libertad el de ojos miel, hasta llegó a arrugar el futón de lo bien que se sentía.
─ Me...me vengo ─ Sentenció este, Kazuya llevó su boca cerca de su nuca y olió un poco, esa fragancia se sentía exquisita. Ese aroma dulce que desprendía era irresistible. Sus dientes dolían, quería marcarlo.
Había estado con muchos omegas antes, pero jamás había sentido la necesidad de marcarlos como a Eijun, así que dejó que su instinto lo dominara, mordiéndolo en el lugar preciso.
─ ¡AAAH! ─ Sawamura gritó, todos los que estaban afuera sonrieron.
Ya lo había marcado.
Habían estado presentes en la cúpula afuera de la habitación, atentos por que lo marcara. Cuando oyeron el grito de Eijun, estuvieron seguros que así fue, luego, todos se pararon y se retiraron.
Eijun se corrió al sentir la mordida, tres embestidas más y Kazuya terminó también.
– Bien, estás marcado, podrás estar con el otro alfa que amas, no quiero reproches después si traigo más omegas, solo copularemos de vez en cuando. Tienes que darme un hijo varón, no aceptaré a otro que no sea mío ¿Entendiste? – Kazuya lo miró desde arriba, hablándole suavemente, pero con firmeza.
Eijun aún no lograba normalizar su respiración, Miyuki se vistió su yukata y salió de la habitación, dejando al moreno recostado en el futón, tapándose con su kimono.
