AMOR EN SILENCIO…
Doy un gran saludo a todos ustedes al mismo tiempo en que les doy la bienvenida a este nuevo fic, es Skilene, pero eso no quiere decir que de ser fan Marski :D
Se me vino a la mente y dije, ¿por qué no?, espero que les guste y sea de su total agrado, recuerden que podrán ver los avances que aparecen en mi blog que está en mi perfil.
Agradezco a los visitantes a este fic y los dejo leer :D
En un pueblo de Nueva York se encontraba una casa a medio terminar, era de un solo piso, aun no estaba revocada, por lo que se podía apreciar los ladrillos que le daban otra vista diferente.
-¡papá!... ¡papá!.- grita una joven camino hacia su casa, corriendo por el pasto, casi a punto de cumplir los 17 años, vestía un hermoso vestido color coral que le llegaba arriba de la rodilla, con escote de hombros caídos.
-Marlene, tranquila, tu papá está durmiendo.- le avisa una joven de un año menor que ella, con el cabello pelirrojo, a diferencia de ella, vestía un short color crema y una blusa color morada y unos zapatos del mismo color que la blusa.
-perdón Stacy, solo quería avisarle de la carta de mi hermano, regresa a Nueva York.- informa haciendo a la pelirroja casi gritar por la emoción de volver a tener a su primo de nuevo en casa.
-¿enserio regresa?.
-sí, sí, volverá mañana, no puedo esperar ni un día mas para volver a tenerlo aquí, en casa.
-créeme que soy yo la que más desea que el regrese… ¿pero ya habrá acabado su presentación?.
-pues eso si no sé, no menciona nada de eso en la carta.- explica volviendo a leer el texto.
-bueno, lo más importante por ahora es saber que muy pronto estará de regreso con nosotros.
-sí, ¿y Becky?
-está en la cocina, ingeniándoselas para ver que prepara para la comida con la poca comida que sobra en el refrigerador.
-pues vamos a ayudarla.- propone muy animada a lo que Stacy sonríe y la abraza con un brazo, caminando con ella hacia su hermana gemela.
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"Cuartel General de fuerzas de elite"
El teniente Kowalski entra a las oficinas superiores para ver a su capitán Skipper, muy distraído leyendo carpetas de confidencialidad.
-¿ya leíste el expediente del nuevo cadete?.- pregunta entrando y sentándose en una de las sillas de madera que había enfrente de su escritorio.
-¿de cual muchacho me hablas?.- cuestiona esta vez el aparatando los expedientes de sus ojos azules para mirar a su teniente.
-del nuevo cadete que llego, se llama Marsell Navarro.- contesta mirando como el capitán buscaba al soldado en una carpeta de color verde militar. Lo busco por medio del orden alfabético en que estaba acomodados los papeles.
-así, Marsell Navarro, no tuve el gusto de conocerlo demasiado, pero muchos han comentado que es un excelente soldado.
-es casi un estudiante Skipper, pero eso sí, se logra ver el entusiasmo que tiene en esto de la militarizada.- el capitán se levanto de su asiento, se acomodo el saco y el gorro, antes de caminar hacia la puerta.-si piensas ir a buscarlo pierdes tu tiempo, el ya se fue.- informa mirándolo detener su paso.
-¿cómo que ya se fue?
-solo vino por muy pocas semanas, esta por así decirlo en servicio social, se retiro con la esperanza de que algún superior al reconocer su gran talento y esfuerzo en esto, le diera una oportunidad para comenzar a trabajar, la verdad es que muchos han hablado maravillas de él, pero ninguno se atreve a mandarle una carta para autorizarle un lugar en esta unidad.- el capitán miro desde donde estaba el expediente del cadete, se sentía decepcionado consigo mismo de haber permanecido tanto tiempo encerrado en su oficina revisando carpetas confidenciales, que lo mantuvieron aislado de lo que pasaba en el mundo exterior al perderse la oportunidad de conocer a ese cadete.
Miro a su teniente, Kowalski Lafuente, apenas y le sonrió muy ligeramente y tomo la manija de la puerta girándola para abrir la puerta.
-¿a dónde vas?
-… si ninguno de los demás superiores se es muy penoso para mandar la carta, entonces no habrá otro remedio más que mandarla yo.
-pero Skipper, ¿enserio quieres a ese cadete en esta unidad militar?
-por supuesto que sí, a mí lo que más me interesa son los hombres que se sienten con valor para enfrentar los problemas militares, entusiasmo en los entrenamientos y así mismo enorgullecerse y enorgullecerme, además, no quiero perderme la gran oportunidad de conocerlo, mirarlo a la cara y a los ojos para saber qué es lo que piensa o siente.- termina de explicar saliendo por fin de su oficina, seguro de que su teniente caminaba tras él.
_oOo_
Marlene servía sopa de calabaza a su padre que recién tomaba asiento que la mesa, un hombre que estaba entre los 30 años de edad, miro a su hija antes de regalarle una tierna sonrisa.
-¿qué noticias tienes de tu hermano Marlene?.- pregunta antes de meter la cuchara adentro del plato.
-muy buenas noticias papá, mi hermano regresara muy pronto.- el padre rio abrazando a su hija, al darle gusto del regreso de su hijo mayor.
-ya era hora, lo extrañaba tanto.
-todos lo extrañamos tío.- opina Stacy colocando su plato de sopa encima de la mesa, antes de escuchar como tocaban la puerta. Stacy aprovechando que estaba parada, fue la que abrió, antes de hacer un gesto de incomodidad al ver a la persona que tocaba.
-¡Antonio!, pasa hijo.- grita el padre mirando al chico con alegría, era un joven 2 años mayor a la edad de Marlene, con ojos cafés oscuro, una buena estatura pata la edad que poseía, un poco corpulento, y de buen cuerpo que despertaría deseo en cualquier mujer y cabello negro.
-hola don Salvador.- saluda al hombre con un apretón de manos, Antonio ya era muy conocido para él, pues era el hijo de su mejor amigo.
-¿cómo estas muchacho?.- pregunta mirándolo con una sonrisa alegre.
-bien, muy bien, ¿y usted?
-también, ¿cómo está tu padre?
-el también está bien, un poco cansado por su larga jornada laboral, pero fuera de eso, está muy bien.- explica mirando al momento en que Marlene llegaba hacia el comedor, Antonio no pudo evitar quitarle la mirada de encima, la amaba en silencio, solo que él se hacía siempre falsas ilusiones sobre ella, soñaba con verse casados, llenos de muchos hijos y sabia que eso podría hacer felices a sus padres, pero ese sentimiento de amor comenzaba a cambiar al paso de los años, pues el amor comenzó disminuir y vino sobre de él una llamarada de pasión cuando miraba a Marlene ya no ser una niña, sino una mujer hecha y derecha. Sin poder evitarlo miro su escote cuando esta se agacho para colocar el último plato de comida sobre la mesa.
-Antonio, ¿vas a quedarte a comer?.- pregunta mirándolo de frente.
-si me invitan, pues claro que si.- aclara dejando de mirar el escote. Marlene solo le sonríe sin darse cuenta de lo que miraba, dirigiéndose nuevamente hacia la cocina para servirle un plato, Antonio de nuevo no pudo evitar mirarla, solo que esta vez miro hacia su trasero.
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-¿eso es todo capitán?.- pregunta su secretaria recién terminando de escribir la carta para Marsell.
-sí, eso es todo, asegúrate que si llegue hasta el.
-si señor.- termina de afirmarle volviendo su mirada hacia la computadora.
-me sorprende el gran valor que tuviste para mandarle esa carta.
-es lo menos que puedo hacer por ese soldado que se siente comprometido por esta unidad.
-capitán Skipper.- lo llama un soldado cabo, que corría hacia él a toda la velocidad que podía.
-¿qué pasa?
-el capitán Clemson ha regresado junto con su hermana.- le informa seguido de hacer un saludo militar.
-bien, ahora que Clemson regreso, podrá estar de acuerdo con esta decisión que acabo de tomar.
-pues yo lo dudo mucho, a Clemson no le va a agradar tener a un soldado desconocido para él.
-tonterías, por supuesto que lo va a aceptar.- afirma caminando hacia la entrada de toda la unidad militar, su teniente fue de tras de él nuevamente. Al llegar a la entrada lo miro bajar de la parte trasera de una camioneta negra, vestido casi parecido a él, un poco alto, cabello negro y de piel morena. Y del otro lado bajo su hermana, una mujer de piel blanca, cabello rubio largo y ondulado, ojos verdes claros, cuerpo de diosa dirían los hombres y muy coqueta en cuanto a su forma de vestir y caminar.
-hola mis queridos amigos.- los saluda el hombre con un apretón de mano.
-que tal compañero, ¿cómo te fue en tu viaje?
-muy bien podría afirmar.- responde antes de que su hermana se acercara demasiado a ellos.
-señorita Samanta, ¿cómo se sintió en el viaje?.- pregunta caballerosamente el capitán mientras la saluda besándole la mano, haciendo una reverencia al hacerlo.
-muy bien, hay pero que caballeroso.- ríe mientras le pasa la mano sobre una de sus mejillas muy coquetamente.- pero vengo muy cansada, ¿les molestaría ayudarme a llevar mi equipaje a mi habitación?
-por supuesto que no señorita samanta, yo la ayudare con mucho gusto.- se ofrece el soldado cabo a ayudar, ganándose un giño de ojo muy coqueto por parte de la mujer.
-bueno yo los dejo, hasta luego.- se despide abrazando en ultima ocasión al teniente.
-tu hermana es demasiado coqueta, deberías controlarla.
-Kowalski por favor, no le arruines la llegada a Clemson con tus tonterías, Samanta sabe comportarse por sí sola, no necesita que Clemson la cuide siempre.
-bueno, como sea, ¿hubo algo nuevo en mi ausencia?
-solo una cosa.
-¿cuál?
-un nuevo soldado comenzara a presentarse a la unidad para realizar su trabajo como militar.- Clemson al oír esa noticia la sintió como amenaza, miro algo nervioso al capitán y trato de inventar en su mente cualquier escusa para no recibir al nuevo soldado.
-estará trabajando en… ¿mi accesoria?
-no, claro que no, el solo viene para trabajar como soldado y tratar de superarse en cuanto a su talento militar, así como también entrenara físicamente y otras cosas más, tal vez vaya a alguna guerra.
-(un nuevo militar… voy a tener demasiada precaución en cuanto a eso).-bueno, entonces estará bienvenido en cuanto a mi parte.
-gracias Clemson, sabía que podía contar contigo.- agradece antes de darle un brazo.
Una última cosa que quisiera informar, tal vez mueva esta historia a clasificación M
