Hola chicos, ¿que tal?, aquí les traigo una nueva historia, solo quería aclarar que los personajes de CCS no me pertenece pero si los otros personajes que vayan apareciendo al transcurrir la historia y bueno esta historia surgió de mi completa y entera imaginación y espero les guste y la disfruten, bueno a comenzar…

Aclaraciones Narrativas:

Toda la historia transcurre desde el punto de vista de Shaoran.

-Diálogos-

-Pensamientos-

(N/A: notas de la autora)

-- Flash Back Inicio-Fin –

El misterio que te rodea.

Capitulo 1 –Un reencuentro con mi pasado.

Me encontraba solo en aquel parque que quedaba cercano a mi casa, el clima parecía estar de acuerdo con mi estado de animo, si, estaba lloviendo a cantaros, pero no me importaba en lo absoluto, no me importaba que me estaba mojando o que podría enfermarme después, solo quería mantenerme alejado de mi familia, en especial de mi madre, aquella que no mostraba sus sentimientos, ni siquiera en un momento como este. Estaba furioso con ella, solo quería consuelo de su parte, pero ella solo se limitaba a verme y decirme que un Li debía ser fuerte, si, pertenezco a una familia de antiguas tradiciones, pero eso no implica que deba ser un monstruo sin corazón, por eso, me encontraba llorando en aquel parque, porque me dolía, dolía mucho cuando un ser querido partía de tu lado. Estaba tan sumido en mis pensamientos que no vi que ya era tarde, pero de verdad, no quería volver a casa. En ese momento deje de sentir el agua correr por mi cuerpo y me preocupe, alce mi mirada y me encontré con los ojos más hermosos que había visto, verdes, mi color favorito, pero era un verde especial, verde esmeralda, que me miraban preocupados. Aquellos ojos pertenecían a una joven hermosa, de largos cabellos castaño claro y liso con bucles en las puntas y aparentaba tener unos 17 años, a diferencia de mi, que era un chico de ojos ambarinos según mis hermanas y cabello chocolate muy desordenado.

- ¿Estas bien? – Me preguntó la joven para luego tenderme su mano y ayudar a levantarme.

- No, solo… quiero estar solo – le respondí secamente.

- Es peligroso que un pequeño tan lindo como tu este solo tan tarde, ven te acompañare a casa – me dijo con una hermosa sonrisa haciéndome sonrojar por su comentario, pero al nombrar casa volví a mi estado de tristeza, ese era el lugar al que menos quería ir, así que me mostré algo reacio con ella – no temas, no te hare daño, solo quiero asegurarme que llegues bien – me dijo amablemente.

- No quiero ir… a mi casa – le dije casi en un susurro, pero por su respuesta supe que me oyó perfectamente.

- A veces contar nuestros problemas a alguien ajeno a ellos te libera un poco y aligera tu alma, ¿quieres contarme cual es la razón por la cual no quieres volver a casa pequeño? – me preguntó con una linda sonrisa, y creo que esa chica tenia mucha razón, tal ves si le contaba a alguien la razón de mi tristeza tal vez podría enfrentar mejor todo.

- Mi nombre es Li Xiao Lang – le dije para que no siguiera llamándome pequeño, pues no lo era.

- Xia… Sya… creo que se me hace algo difícil pronunciar tu nombre, la verdad soy japonesa, creo que en mi país se pronunciaría algo así como Shaoran – me dijo sonriendo a manera de explicación - ¿esta bien si te llamo así? – me preguntó y yo asentí para hacerle saber que estaba bien por mi – y dime Shaoran ¿que edad tienes? – me preguntó.

- Tengo 14 años – le respondí seriamente.

- Ahora… ¿te gustaría contarme por que no quieres volver a casa? – me preguntó amablemente.

- Yo… bueno, mi padre falleció ayer, hoy es el funeral – le dije sintiendo mis ojos arder, no quería llorar en frente de aquella extraña, pero yo quería mucho a mi padre y me dolía mucho el hecho de que no lo vería más.

- Oh, lo lamento mucho Shaoran – me dijo mirándome ahora con tristeza en sus ojos, no con compasión ni lastima como me miraban algunos, sino como si compartiera mi tristeza y eso me alegró un poco, si soy sincero – ¿es por eso que no quieres volver? – me preguntó, ahora guiándome a un pequeño banco que estaba cerca para sentarnos.

- Te mojaras si te sientas – le hice ver, ya bastaba con que yo estuviera empapado completamente.

- No importa – me dijo de repente – yo nunca me enfermo, o mas bien no puedo enfermarme – me dijo lo cual me dejo algo confundido - y si tú estas mojado entonces yo también lo estaré – dijo cerrando su paraguas y sentándose, para luego hacerme una seña para que me sentara con ella – continua si – me indico una vez que estuve sentado a su lado.

- Mi padre, era un gran hombre, amable con todos y muy bueno en los negocios, siempre tenia tiempo para mi madre, para mis hermanas y para mi, era simplemente increíble y… murió de repente por una enfermedad, no pudieron salvarlo – le conté, era horrible revivir aquellos momentos – lo quería mucho, pero mi madre, ella no ha llorado desde su muerte, me ordeno que no llorara, es como si estuviera feliz de que mi padre muriera – dije apretando mis puños, sentía mi rabia correr – le reclame aquello y no lo negó, y fue cuando salí de casa – termine de narrar, no quería profundizar mucho con aquella extraña.

- Entiendo – me dijo tomando mi mano para que la mirara a los ojos – pero, no has pensado, que tal vez, ella esta siendo fuerte por sus hijos, por ti, si ella se derrumbara en quien se apoyarían ustedes – me dijo explicándome suavemente para que entendiera sus términos – yo creo, que tu madre en verdad amaba a tu padre, tanto que le dio hijos maravillosos como tu, intenta recordar si hubo algún momento en que tu madre le mostrara desprecio alguno a tu padre ¿hay alguno? – me preguntó, yo haciendo memoria no pude encontrar ninguno, siempre los veía felices, mi padre la adoraba, y ella, ella siempre se mostro cariñosa con el y feliz de estar a su lado, y fue cuando caí en cuenta que tal vez, aquello que me decía aquella extraña chica podía ser cierto - ¿encontraste alguno? – me preguntó nuevamente a lo cual yo negué con la cabeza – ves, yo no creo que tu madre no llore porque no ame o no le duela la perdida de su esposo, yo creo que no llora en frente de ustedes para que no se sientan peor de lo que seguro se sienten, pero estoy segura que en la soledad de su habitación llora por su perdida – me dijo, lo cual me preocupo, mi madre estaba sufriendo sola.

- ¿Qué puedo hacer para remediarlo? – le pregunte preocupado.

- Primero volver a casa – me dijo sonriendo – debes regresar y decirle que no esta sola, en vez de reclamarle algo, abrázala y dile que la quieres mucho y que cuenta contigo, eso la ayudara mucho ya veras – me dijo, esta chica de verdad era buena dando consejos – bueno, creo que es hora que regreses, espero puedas arreglar tu problema – me dijo levantándose.

- Yo… este… gracias – le dije sonrojado, es que su ropa ahora toda mojada se le pegaba al cuerpo, las hormonas de un adolecente no ayudan mucho, y ahora que detallaba, estaba vestida con un vestido negro que llegaba un poco más arriba de las rodillas con zapatillas negras por igual ¿estará de luto?.

- No te preocupes, fue un placer ayudarte – me dijo sonriendo – ahora ¿esta muy lejos tu casa? – me preguntó, al parecer tenia intenciones de acompañarme.

- No, esta a dos cuadras de aquí, no es necesario que me acompañes puedo ir solo – le dije algo preocupado, para uno es peligroso ir solo tan tarde por ahí, pero para una linda joven como ella lo era más.

- No te preocupes, no me pasara nada, además quiero acompañarte y dejarte sano y salvo en tu casa – me dijo sorprendiéndome, ¿acaso leía la mente? – además te aseguro que se defenderme muy bien – me dijo mostrando sus brazos en señal de fuerza lo cual me hizo sonreír por primera vez desde que había fallecido mi padre – tienes una hermosa sonrisa, espero verla más seguido –yo me sonroje por su comentario y ella solo me tendió su mano para así emprender juntos el camino a mi casa.

- Sabes, me tratas como si fueras mucho mayor que yo cuando apenas me debes llevar tres años – le dije con algo de molestia, pero a la vez con gracia.

- Te llevo mas años de los que piensas – dijo ella en un susurro, como para que no la escuchara, pero la oí perfectamente.

Seguimos caminando en silencio hasta llegar a mi hogar, ella se quedo sorprendida, ya que mi casa no era una casa normal, más bien, era una mansión, pero no me gustaba presumir de ello – vaya tu casa es preciosa – me dijo emocionada – bueno Shaoran, espero que todo salga bien para ti – me dijo para luego agacharse un poco, pues me llevaba algo de estatura, y me dio un beso en la mejilla lo cual me dejo completamente sorprendido y sonrojado, jamás una mujer, a parte de mis hermanas o mi madre me había besado – cuídate mucho – me dijo sonriendo para luego girarse y partir en su camino de regreso.

- ¿Te volveré a ver? – le grite, es que quería verla otra vez, aunque era una extraña, era la extraña más dulce y gentil que había conocido.

- No se si sea correcto – me respondió, pero luego la vi sonreír – nos vemos mañana en el parque después de las 4 de la tarde, no creo que le hagamos mal a nadie – me dijo para luego girarse nuevamente.

- No me dijiste tu nombre – le indique antes que se fuera definitivamente.

- Creo que en Chino seria Ying Fa – me dijo sonriendo – hasta mañana Shaoran – me grito agitando su mano para luego desaparecer en la noche.

Luego de eso, me encargue de arreglar mis problemas con mi madre, tal cual como me lo había indicado Ying Fa, y había tenido toda la razón, mi madre empezó a llorar y me abrazó fuertemente, agradeciéndome por mi apoyo y cariño, y me comento que había estado muy triste y preocupada por mi. En toda la noche no deje de pensar en esa joven, me había ayudado mucho, tanto, que había decidido tomar las responsabilidades que ahora caían sobre mí sin reclamar, quería enfrentar mi destino con valentía.

Al día siguiente nos encontramos como habíamos acordado, mi mayordomo, Wei, me había acompañado, se presento con la chica y le agradeció por lo que hizo el día anterior. Luego de eso pasamos el resto de la tarde juntos hasta que se hizo de noche, le conté de mi madre y de mi decisión, y ella me dijo que me apoyaría en todo lo que yo decidiera. Al despedirnos quedamos en vernos todos los días cuando el sol ya se estuviera ocultando, y así, fue como nació nuestra amistad, ella sabia todo de mi, pero yo no sabia mucho de ella, pero así estaba bien por ahora, sabia que ella era extraña, de por si, siempre iba vestida de negro y jamás hablaba de su familia o de donde vivía, pero igual me parecía encantadora. Así pasaron los meses, llegando por fin el día de mi cumpleaños numero 15 y quedamos en vernos un poco más temprano ya que mi familia tenía planeada una fiesta para mí, según ella no habría problema porque estaría nublado, lo cual no entendí muy bien. Salí del instituto y fui corriendo al parque, iba tarde y tal vez se molestaría, ¿pero cual fue mi sorpresa?, ella no estaba, la espere por más de hora y media y no llego, me sentí molesto, ya que era un día especial para mí y ella había faltado a nuestra cita.

Regrese a casa y mi madre y hermanas me esperaban, todas felices con regalos y felicitaciones para mi. La fiesta empezó pero yo no estaba de ánimos para eso, estaba furioso con ella, pero luego pensé ¿y si le había pasado algo?, ahora pasé de la furia a la preocupación, ¿Dónde estaría?, no tenia ni un numero telefónico al cual llamarla, estaba muy preocupado.

Luego de cortar el pastel, le dije a mi madre que me dolía algo la cabeza y quería descansar, ella se preocupo por mí pero le dije que no era nada serio, solo necesitaba descansar. Subí despidiéndome de los invitados y me encerré en mi habitación. Era tarde ya, las 10 de la noche para ser exactos y no podía dormir, estaba muy preocupado por Ying Fa, cuando la viera otra vez le pediría un numero de teléfono así no pasaría por esto más nunca. Un ruido en mi ventana me alerto, sonaba como golpes en ella, me asuste algo pero debía ver que era. Me levante despacio de mi cama y fui a ella, cuando corrí la ventana vi que estaba lloviendo fuertemente, pero no vi nada más, así que iba a girarme cuando vi como una persona caía en mi balcón de un salto en la oscuridad, asustándome por completo. Esa silueta se me hacia conocida y más la voz que escuche luego.

- Shaoran – me llamo, era ella, Ying Fa estaba en mi ventana.

Le abrí rápidamente y la deje entrar, estaba toda mojada, pero lo que me sorprendió más es que estaba muy sucia y tenia algunas heridas – Feliz cumpleaños – me dijo con una sonrisa triste.

- ¿Qué te ocurrió? – le pregunte preocupado acercándome a ella rápidamente pero ella no me dejo acercarme, ¿Qué le ocurría?.

- Shao, yo… debo irme – me dijo mirando al suelo tristemente.

- Entiendo, es muy tarde, no debiste venir a estas horas y menos con esas heridas, pudiste haberme explicado en otra ocasión y… - quería decirle que estaba bien y otras cosas pero ella me interrumpió mirándome con lágrimas en sus ojos, era la primera vez que la veía tan deprimida.

- Shao debo irme… de la ciudad, debo desaparecer – me dijo, ahora si que estaba confundido.

- ¿Cómo que debes irte? No entiendo nada – le dije, ahora en vez de preocupación sentía desesperación.

- Yo… yo no soy normal, solo te traería problemas, por eso debo irme – me dijo llorando con un poco más de fuerza – mataron a mi familia hoy, si me quedo ellos me encontraran y si estoy contigo… podrían hacerte daño y yo… yo no quiero que pase eso – me dijo cayendo al suelo de rodillas.

A ver si entendí, ¿me dijo que mataron a su familia y que la estaban persiguiendo?, ¿Qué estaba ocurriendo?, además esa imagen de ella llorando en el piso era demasiado para mi, fui directamente a ella y la abrace ella levanto su rostro y me miro asustada alejándose - ¿Ying Fa que ocurre? Parece como si me temieras, yo jamás te haría daño – le dije para tranquilizarla.

- No Shao, no es por ti, temo por mi, temo de que en esta situación sea yo quien te haga daño, tu has sido mi único amigo, el único que me ha aceptado como soy a pesar de que no sabes nada de mi, mis oscuros secretos, por eso no quiero dañarte – me dijo llorando, ahora si no entendía nada.

- Ying, no entiendo, por favor explícame, ¿mataron a tu familia? Hay que denunciarlos y además… - fue allí cuando ella volvió a interrumpirme.

- Imposible – me dijo con su semblante triste – es algo… que escapa de tu comprensión Shao – me dijo mirándome seriamente – despidámonos ahora con una sonrisa, yo… yo no quiero que por mi culpa te pase algo, quiero que seas feliz, y que siempre muestres esa hermosa sonrisa que tienes – me dijo.

- Entonces, ¿es verdad? ¿Te iras? – le pregunte con desesperación y ella asintió lentamente, jamás había llorado luego de la muerte de mi padre, me prometí que seria fuerte siempre, pero ella, mi mejor amiga, con quien compartía mis tristezas y alegrías se iría de mi lado, mis lagrimas comenzaron a correr sin poderlas detener, y ella olvidando sus desconocidos temores para mi se lanzo a mis brazos llorando.

- No llores por favor – me pidió – yo lo hago por tu seguridad y la mía propia también, jamás me perdonaría que esos… te hicieran daño – me dijo. Luego se levanto y me miro tiernamente para tomar algo que guindaba de su cuello, se la quito y me la mostro, era hermoso, una cadena que tenia como dije una hermosa cruz de plata que tenia incrustados pequeñas piedras verdes – esto es muy importante para mi, ha estado conmigo… mucho tiempo, es mi regalo de cumpleaños para ti – me dijo sonriéndome sinceramente.

- Yo… yo no puedo aceptarlo Ying Fa, esto es muy importante para ti y… - puso uno de sus dedos en mis labios para callarme.

- Quiero que tengas algo de mi y me recuerdes de vez en cuando – me dijo con gracia como siempre lo hacia – además si no lo aceptas, me sentiré ofendida – dijo mostrando un rostro enfadado que me dio risa, porque sabia que solo estaba fingiendo para que aceptara su obsequio, la conocía muy bien.

- Esta bien, aceptare tu regalo, solo si aceptas uno mío – le dije, tomando también una cadena que colgaba de mi cuello, la cual tenia un dije muy elaborado del ying y el yang (N/a: el sello de la familia Li) – este sello representa a mi familia, llévalo contigo para que… también me recuerdes de vez en cuando – dije imitándola lo cual la hizo sonreír.

- Esta bien, te prometo que lo atesorare siempre – me dijo lo cual me hizo muy feliz.

- Yo también atesorare el tuyo – le dije sonriendo tristemente – por favor cuídate mucho y no dudes en buscarme si necesitas ayuda Ying – le indique preocupado.

- Te lo prometo – me dijo sonriendo para luego acercarse a mi y darme un ligero beso en los labios, eso si me dejo sorprendido y seguro estaba más rojo que un tomate – para la suerte – me dijo para luego salir hacia el balcón – cuídate Shao y recuerda siempre sonreír, haz amigos y cuida a tu familia, son lo único que no te hace sentir solo – me dijo con tristeza, sabia a que se refería, porque ella solo me tenia a mi como amigo y a su familia, y ahora, los había perdido a ellos y estaba por dejarme a mi también – Te quiero no lo olvides – y diciendo esas palabras brinco de mi balcón y se interno en la noche, como si fuera parte de ella.

- Yo también Ying Fa, te quiero – le susurre al viento, esperando que le llevara mis palabras a esa dulce joven que había estado a mi lado y me había ayudado en estos últimos meses.

Un sonido nada agradable me saco del mundo de los sueños, era mi despertador, me gire y vi la hora – Rayos se me hizo tarde – me levante rápidamente y me dirigí al baño para tomar una ducha – Hace tanto que no soñaba con ella – dije en voz alta, y era verdad, ya habían pasado tres largos años y nunca más supe de ella, de mi querida Ying Fa, antes soñaba mucho con ella, pero este sueño era diferente, había recordado todo lo que pasamos juntos, dirigí mis dedos a mis labios, recordando el pequeño beso que mi dio a mis 15 años de edad, ¿estaría bien? Ahora debería tener aproximadamente 20 o 21 años, tal vez ese sueño era un buen augurio, tal vez la vería pronto, o tal vez eran tantas mis ganas de saber si estaba bien, tome la cruz que colgaba de mi cuello con fuerza, rogando que estuviera sana y feliz.

Salí de la ducha y me vestí con mi uniforme de la preparatoria el cual consistía en un pantalón y saco de color negro, camisa blanca y una corbata de color rojo, ahora con 18 años cursaba mi último año de la preparatoria. Me había mudado a Japón solo, para vivir por mí cuenta y aprender responsabilidades con la autorización de mi madre, las visitaba de vez en cuando y me mantengo en contacto con ellas cada vez que puedo.

Tome mis cosas y salí rápidamente de mi departamento, me tope con algunos vecinos a quienes salude cordialmente para luego emprender el camino hacia la preparatoria. Era primavera y los cerezos estaban en flor, hasta eso me la recordaba, ya que Ying Fa es el nombre en chino que se les da a las flores de cerezo, aquí en Japón, se les decía Sakura. Estaba tan concentrado en mis pensamientos que cuando me di cuenta ya estaba en la preparatoria. Entre rápidamente y fui directo a mi salón, me senté en mi puesto, que era el ultimo de la fila que estaba pegada a las ventanas del salón de clases. Apenas me senté vi como un chico de anteojos de cabellos negros y ojos azules misteriosos se acercaba a mí con una sonrisa la cual no me gustaba nada.

- Buenos días querido primo, ¿Por qué no me esperaste esta mañana? Pase por ti y ya te habías ido – me dijo el chico con tristeza fingida.

- Buenos días – respondí solamente.

- No deberías ser tan frio conmigo primo querido – me dijo volviendo a su carácter normal, burlón como siempre.

- Eriol, aun no se como tu novia te tolera – le dije con cara de pocos amigos. Si, el era Eriol Hiragizawa, un primo lejano, que también vivía en Japón, pero yo me vine mucho después que el, por eso no compartíamos casa.

- Tomoyo es un sol – me dijo sonriendo como tonto – deberías buscarte una novia sabes, eres uno de los más populares en la preparatoria, ya algunos comenzaron a decir que tienes… otras tendencias – me dijo en forma amanerada.

- Que digan lo que quieran, no me importa, aun no estoy interesado en eso – le respondí. No era que no me hayan gustado chicas, pero por alguna extraña razón siempre las terminaba comparando con Ying Fa, y terminaba decepcionándome.

- Buenos días – saludo una joven de largos cabellos negros como la noche y de ojos amatistas que usaba el uniforme de nuestra preparatoria, el cual consistía en una falda negra, una camisa blanca con un chaleco tejido color beige encima, un lazo color rojo como corbata y un saco negro al igual que la falda.

- Buenos días Tomoyo – le salude, ella era Tomoyo Daidoji, una gran amiga y novia del payaso que tengo por primo.

- Buenos días amor – le saludo el empalagoso de mi primo seguido de un beso, a veces me asqueaba eso.

Ellos tomaron sus respectivos asientos, Eriol a mi lado y Tomoyo delante de el, estábamos hablando de cosas sin importancias cuando llego el profesor, así oficialmente comenzaban nuestras clases.

El tiempo paso lento y aburrido, lo único que me emocionaba de los lunes era la primera hora de matemáticas pues me gusta mucho esa materia y la practica de futbol en la tarde después de clases, yo era el capitán del equipo y para mi ese deporte era el mejor de todos. Tenía un grupo de amigos, encabezado por supuesto por Eriol y Tomoyo, también estaba Yamasaki que era el portero del equipo y su novia Chiharu, una chica de cabellos castaños con dos trenzas, ella era la capitana del equipo de porristas y estas también tenían prácticas al finalizar las clases, a veces era molesto porque ellas, a excepción de Chiharu, se la pasaban gritando e invitándome a salir, e incluso, intentando algo con Eriol estando Tomoyo presente en las gradas, a veces no se miden en sus acciones.

- Oigan, olvidando el pequeño incidente con Sasaki y su grupo de engreídas, ¿Qué haremos ahora que terminó la practica? – dijo Chiharu para aligerar la tención generada. Rika Sasaki era una de las porrista, era cabecilla del grupo de las populares, o como Tomoyo las llamaba, las descerebradas, y siempre intentaban tener algo con cualquiera de nosotros tres, si soy sincero creo que somos los únicos que no hemos salido con ella en todo el instituto.

- Comer un helado estaría bien – dijo Tomoyo un poco más relajada, aun se notaba el enojo pero en menor grado, hoy había sido el turno de Eriol de ser acosado por las populares.

- Bien entonces vamos de una vez porque la practica me dejo con hambre – les dije yo y así comenzamos a andar hacia la heladería.

El día estaba algo nublado y el sol no se veía por ningún lado, es el tipo de tarde en las que solo te provoca dormir. Íbamos caminando por el parque Pingüino, ya que la heladería quedaba del otro lado, mis amigos iban hablando de cosas sin importancia para mi por lo que yo iba completamente distraído mirando hacia el cielo.

- ¿Verdad que si Shaoran? – oí a Tomoyo preguntar lo cual me devolvió al mundo de los mortales.

- Lo siento Tomoyo, estaba algo distraído, ¿Qué decías? – le pregunte con algo de pena.

- Decía que la graduación se acerca y el gran baile será de difractes, por lo que estoy trabajando en los trajes de cada uno, Eriol dice que no iras pero yo estoy segura que si ¿verdad? – me preguntó con sus ojos algo cristalinos, sabia que era para convencerme de usar uno de sus disfraces en la fiesta.

- Aun no lo se Tomoyo, pero yo te aviso – le dije para luego mirar al frente.

- Iras quieras o no mi querido casi cuñado, porque tu traje ya esta listo, solo falta la damisela que el príncipe llevara al baile y cuando la encuentres espero me la presentes para tomarle las medidas y hacer su traje – me dijo haciéndome sonrojar un poco, lo cual le dio risa a mis amigos.

- En dado caso de ir Tomoyo iré solo, no creo encontrar la chica que… - me quede callado, más bien estático porque también había dejado de caminar, mis amigos me miraron preocupados por la expresión que debía tener mi rostro. A pocos metros de mi estaba una hermosa chica vestida con un vestido negro que llegaba mas arriba de las rodillas y de mangas anchas, ella miraba hacia el lago que estaba en medio del parque y llevaba una sombrilla de color negro, esa visión debía ser irreal. Sus largos cabellos castaño claro danzando por la brisa, su piel blanca, y sus ojos, sus ojos verde esmeralda, no podía ser, era ella, era Ying Fa, pero era imposible, no había envejecido ni un día, se veía igual que cuando la conocí, estaba muy confundido, y creo que mi rostro lo demostraba.

- Oye, ¿te encuentras bien? – me preguntó preocupado Eriol, pero yo no respondí, no podía creer lo que estaba ante mis ojos, era imposible.

¿Seria posible que fuera ella? O quizá, ¿era alguien que se parecía a Ying Fa?, no sabia cual de esas seria la verdad, pero para mi eran imposible las dos. Vi como ella giro su cabeza hacia donde estábamos y por un momento, vi como su mirada mostraba primero felicidad y luego poco a poco fue mostrando terror, ¿será posible que fuera ella? ¿Qué el destino la hubiera devuelto a mi para descubrir los oscuros secretos que ella guardaba y que tanto la atormentaban? No lo sabia, pero estaba seguro que lo averiguaría.

Hola chicos, bueno, espero les guste esta nueva historia, a mi me encanto como quedo este primer capi, espero a ustedes también… Espero sus comentarios please, eso nos anima como escritores, y sobre todo a mejorar, bueno hasta el siguiente capi, intentare actualizar cada 10 días, porque entre mi trabajo y las demás cosas a veces no tengo tiempito jeje, byeeeeee.