¿Por qué te quiero?
-¡Chighiiiiiiiiiiiii!- grito el pequeño romano quien le daba un cabezazo a España en sus "partes vitales".
Desde hace algún tiempo, Italia de sur o también conocido como Romano vivía y era subordinado de España, aunque casi, NUNCA, limpiaba y dejaba todo desordenado, Romano era muy querido por España… aunque no solo sus personas, sino que también los demás países, inclusive él se preguntaban, ¿por qué quiere a Romano?
Bostece después de una semana tan agotadora, me acosté en mi cama para descansar aunque sea un poco, porque mañana tendría otra batalla con Turquía, luego con Francia y al final me regañarían por no darles a Romano.
Así es como eh estado los últimos meses, peleando con Turquía y Francia quienes querían a Romano, cuando no tenía que luchar me tenía que ocupar vigilando a ese Inglaterra quien me daba mala espina, también trabajo con mi propio país, cuidar a Romano y regaños de parte de mi jefe, sobre él porque no se lo dejaba a Francia o Turquía.
La verdad yo también me lo pregunto, ¿Por qué no les doy a romano o por qué no se lo regreso a Austria?, no lo sé. Sé que no es alguien tierno, ni amable, ni atento, ni servicial…. No era para nada lindo… pero….
Se oyó alguien tocando a mi puerta- Pase- le dije a esa persona quien era nada menos que, Romano quien traía su almohada.- Romano ¿qué pasa?- le pregunte preocupado ya que él tenía unas pequeñas lágrimas y estaba temblando.
-¡España idiota, maldición!- grito mientras corrió hacia mi cama y meterse en esta.
-Oye Romano, ¿qué pasa?- le seguía preguntando tratando de que saliera de mis sabanas, ya que se estaba ocultando debajo de ellas, pero sin logro alguno.
-¡Maldición… solo… déjame dormir aquí hoy, ¿sí?!- me volvió a gritar pero con voz temblorosa, ¿habrá tenido alguna pesadilla?, pensé al verlo temblar tan nerviosamente y asustado.
-Está bien… pero no tienes por qué tener miedo Romano- le dije acariciando su cabellera.
-¡Idiota, ¿quién tiene miedo?!- grito enojado, aunque no lo quisiera reconocer, era obvio que su pesadilla le había provocado miedo.
-Jajaja, está bien, está bien- le dije sonriendo mientras me acomodaba en mi cama junto a Romano, cerré un momento los ojos, pero una vocecita hizo que los volviera a abrir.
-España… gracias- me dijo el pequeño italiano quien me daba la espalda acostado, sonreí.
-De nada.
Tal vez Romano no es una persona tierna, educada, trabajadora como Veneciano, puede ser molesto, gruñón, torpe, pero cuando es honesto con sus sentimientos es la persona más linda y tierna del mundo, ese es Romano, es MI Romano y no lo abandonare por nada del mundo, porque para mí…. Para mi es mi persona especial y yo lo amo, mucho.
¡Que emoción!, es la primera vez que escribo una historia de hetalia y sobre dos de is personajes favoritos, España y Romano, espero que les haya gustado, bye bye
