¡He vuelto! ._. Sí, aquí está la cansina de Vincle (aplausos), tras mi trabajo de "El día de blanco" Decidí hacer este otro, no será muy largo tampoco y el final no será cerrado, por lo que si no te gustan los finales un poco abiertos… pues… ha buscar otro fanfic XD. En todo caso, esperaré su opinión ^^
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Tokyo, nueve de la tarde, ¿Nueve de la tarde? ¡No puede ser…! ¡LLEGO TARDE!
Soy Himawari Furutani, trabajo en una empresa de flores donde tengo un salario bastante valorado, hago mis 5 horas de jornada todos los días, trabajo junto a una compañera, llevo mucho tiempo fuera de mi casa, hace 4 años que me fui de casa con mi novia, Sakurako Ohmuro, cuando le comunique a mi familia que salía con ella no me dieron su bendición ni su reproche, simplemente dejaron de hablarme, un día finalmente me dirigieron unas palabras, dándome a elegir entre mi familia o Sakurako… ese es el principal motivo de que ahora me encuentre en Tokyo, con la única persona que aun tengo contacto de mis parientes es con mi hermana Kaede.
En todo caso, mi historia comienza hace varias semanas atrás, cuando mi compañera de trabajo me invito a salir con ella y unos amigos a un nuevo local, mis amigos no saben mi relación con Sakurako, supongo que el que me hayan rechazado mis padres me dejó bastante tocada, el caso es que acepté sin exigencias ni nada, pero… para mi error… no avisé a Sakurako de mi quedada, puede ser porque me hubiera olvidado o simplemente temí decírselo, en estos momentos no lo recuerdo del todo bien…
El local era amplio, muy luminoso y con gente muy juvenil, mas o menos de veinte a veinticinco años, resumiendo, tenían mi edad. Parecía un lugar seguro, y no sólo eso, lo era… me pasé la noche hablando con mis nuevos amigos, bebíamos y cancelaba los coqueteos que intentaban algunos además de sus invitaciones de baile, sólo pertenezco a una persona y lo se mejor que nadie, mi corazón sólo es para Sakurako, mi pétalo de cerezo.
Salí de ese lugar por las cuatro de la mañana, no es como si lo hiciera aposta ni nada por el estilo, solamente el tiempo se me paso verdaderamente rápido, cogí el teléfono para llamar a mi pareja y decirle que iba de camino, en ese momento pensaba que ya le había avisado de mi escapada nocturna… grave error… abrí mi móvil en forma de concha y lo que vi me echo a temblar, treinta y ocho llamadas perdidas de Sakurako y seis mensajes de voz, en ese momento caí en que no le había dado notificación de mi juerga en el local, con temor en el cuerpo le di a reproducir al primer mensaje.
(Primer mensaje)- ¿Himawari? Son las ocho y media, me parece extraño que no estés, ¿Hubo atasco? Sueles salir de la tienda a las ocho… -
No tenía buena pinta… seguía poniéndome más nerviosa, el pulso se me empezaba a acelerar y no lograba pensar con claridad… le di al segundo mensaje.
(Segundo mensaje)- Himawari en serio, ¿Porqué tardas tanto? no… no es como si quisiera verte pero… no tardes mucho más… -
Una sonrisa logró salir de mi cara y conseguí tranquilizarme pensando en lo infantil que era Sakurako y lo poco sincera que seguía siendo… aunque así me gustaba.
(Tercer mensaje)- ¡Himawari! ¡Son las nueve y media, ha pasado una hora desde que te mande el primer mensaje…! ¡No me gustan estas bromas! Por favor llámame… -
Al escuchar este mensaje subí un poquito mi ritmo de caminar para ir a casa lo antes que pudiera sin excederme… se le notaba inquieta por su voz, nunca le ha gustado estar sola… dude en escuchar el cuarto mensaje… la cosa no me estaba dando tanta gracia…
(Cuarto mensaje)- ¡No lo aguanto más! ¡Son las diez de la noche y no te he escuchado llegar! ¡Por favor, por favor ven de una vez! …sniff.
Ella… estaba llorando… ese último gemido era de lloriqueo… sin pensar mucho más le di para el penúltimo mensaje mientras me temblaba la mano…
(Quinto mensaje)- ¡Te odio! ¡TE ODIO! Baaaka… ¡Son las doce de la noche y aún no estás! ¡Te odio! ¡Himawari estúpida! ¡BAAAAAAAAAAAAAKA! -
Comencé a subir mi ritmo de velocidad, la gente me miraba y no me importaba, todo era un mal entendido y todos lo sabían menos ella… menos Sakurako… mis ojos comenzaban a lagrimear, hundí la cabeza mirando en suelo para que nadie pudiera reírme de mi peor faceta, mi lado más sensible, no es como si me hubiera importado el ser insultada por ella o molestada, era más su tono de voz… se le escuchaba dolida y eso… me dolía a mi también…
(Sexto mensaje)- Himawari… sniff… Te has ido ¿verdad? lo entiendo… has estado.. sniff… has estado rara estos días, te has… cansado de mi… lo se y lo entiendo… pero por favor sniff… mándame un mensaje de texto o llámame, sólo para… saber que estás bien y… si puede ser déjame verte… sniff… una sola vez más… Himawari… te amo… no lo olvides, todos estos años han sido tan divertidos y felices para… Haaa… para mi… sniff.. yo… te debo mucho… Te amo… -
No aguante más, guarde el móvil en el primer bolsillo que encontré y me dispuse a correr sin mirar atrás, la bufanda se me fue volando pero no retrocedí para cogerla, alguien me esperaba en casa y tenía que ir a por ella para contarle todo este mal entendido, y sobre todo, para decirle que la ama tal y como ella me ama a mí.
Mientras corría no podía quitarme de la cabeza ideas erróneas, la faceta humana en la que una piensa lo peor es… horrible… pero imposible de evitar. ¿Sakurako rompería conmigo? ¿En verdad me odia? No que… que digo ella nunca me… podrá… sniff… nunca me podrá odiar… lo… sniff… se…
Llegué a nuestra casa, empecé a desmontar mi chaqueta tirándolo todo al suelo hasta que di con las llaves y abrí la puerta… para mi suerte… Sakurako aún estaba allí… en el sofá, tirada con el móvil al lado, abrazada por las largas manos de la oscuridad que la cubrían en una agonizante penumbra, sólo se distinguían unas deslumbrantes lágrimas que brillaban con la luz de la media luna, la cual azotaba a Sakurako desde la ventana con sus rayos blancos.
…
Hasta el siguiente.
