Disclaimer: La serie llamada Naruto pertenece al genio llamado Masashi Kishimoto.
Yo solo me presto de sus personajes para expresar mi amor a su arte.
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Antología Naruhina
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Juramentos ante la luna
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— ¿Por qué sonríes mirando la luna, mamá?
Hinata despertó de su ensimismamiento para atender a su hija. Con una sonrisa amable, la abrazó hacia ella, y le explicó:
—Porque me recuerda algo muy hermoso.
Himawari se emocionó.
— ¿Algo muy hermoso como un cuento de amor?
El corazón de Hinata latió dulcemente. Porque era verdad. La luna le recordaba a una historia de amor: la suya y la de su esposo.
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La luna es el reflejo de tu corazón y la luz de la luna es el brillo de tu amor.
—Debasish Mridha.
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—Verdad—
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Lo único que iluminaba las calles eran los faros y la luz de luna. Él estaba seguro que faltaba poco para que se diera media noche. Se apresuró en llegar a la puerta de su morada, pese a que se sentía muy agotado.
Sus compañeros de misión le aconsejaron que era mejor que descansaran antes de regresar a la aldea, pero Naruto les suplicó por lo contrario: él quería ver a su esposa e hijos lo antes posible.
Reconoció la puerta de su actual casa, y se precipitó raudo en llegar a ella. Como tenía las llaves, las usó para abrir con cautela la puerta. Todo estaba a oscuras. Tal vez Hinata no tenía idea que él llegaría esa noche; él sonrió, escuetamente, por la idea de darle una sorpresa tierna a su esposa.
Acercó su mano hasta el interruptor más cercano para alumbrar un poco. Sin esperar aquella escena, sus labios se abrieron sutilmente: Hinata dormitaba en el sillón, cubierta con una manta delgada. El héroe de Konoha se precipitó hacia ella, y la zarandeó un poco para despertarla. Su esposa abrió los ojos lentamente, encontrándose con los celestes de él.
« ¿A caso ella sabía que él llegaría un poco antes de lo previsto? », se preguntó
En los ojos claros de Hinata, Naruto juró notar restos de que había llorado. Quiso preguntarle, pero Hinata fue la primera en romper aquel pequeño silencio.
—Himawari no dejaba de llorar, y hace poco acabó rendida —comentó respecto a la bebita de ambos—. Después no pude volver a dormir, y decidí cocinar para mañana; pero el sueño me vino cuando menos los esperé, y me quedé dormida aquí —terminó de relatar.
Naruto frunció el ceño.
—No me has dicho nada de porqué lloraste.
Hinata se sintió descubierta. No fue capaz de volver a mirarlo a los ojos.
—No lloré —le negó.
Naruto se sintió dolido, no esperaba que Hinata le mintiera. Ella no era así. Acercó su mano y tomó el mentón de ella para mirarla a los ojos, ella se sobresaltó.
Hinata bajó la mirada hasta los labios de su esposo, se levantó un poco para tomarlos. En aquel beso, ella le decía la verdad.
»Lo había extrañado demasiado. El trabajo, en casa, en esos días que él no estuvo fue agotador. Y por alguna razón, ella estaba más sensible de lo normal.
—Yo también te extrañé, Hinata.
Notas de autora:
Por fin inicié mi antología Naruhina. Me pone nerviosa.
El título fue lo más complicado y aún no estoy feliz con él. Pero en fin, lo que vale es el contenido. Espero hacerlos felices a lo largo de los relatos.
Esta es mi tercera antología publicada en el fandom de Naruto; ya están en emisión dos: una Shikatema y otra Sasusaku. Si gustan de estas parejas, los invito a darse un paseo por ellas. Pronto ya viene una Saino.
Bueno, espero que les guste.
