Disclaimer: El fandom de Inuyasha, su historia y sus personajes no me pertenecen, son propiedad de Rumiko Takahashi, yo los tomo prestados sin fines de lucro.

Funny silly things
Por: Hoshi no Negai

1. La ayuda de Jaken

—¡Qué hambre tengo! —se quejó la niña, frotándose el estómago. Era de mañana y ya tenían caminando desde el amanecer. Rin no solía quejarse abiertamente, pero aquella era una situación especial. ¡Es que no encontraba nada para comer!

—Serás tonta, niña. Aguántate y no molestes al amo con tus gritos —refunfuñó Jaken, haciéndose el importante mientras tiraba de las riendas de Ah-Un.

—Señor Sesshomaru, ¿puedo ir a buscar algo de comer? Creo que hay árboles frutales por allá.

—¿Qué es lo que te acabo de decir, mocosa? ¡Deja en paz…!

—Haz lo que quieras, Rin —contestó el demonio de blanco sin cambiar su semblante ni dejar de caminar. Jaken se puso lívido por un momento.

—¡Muchas gracias, enseguida regreso! —la chiquilla saltó alegremente del lomo del dragón y corrió hacia adelante, torciendo su camino para adentrarse en el bosque. Sesshomaru detuvo sus pasos y la observó marcharse por el rabillo del ojo, olfateando disimuladamente el aire en busca de peligro. Hizo oídos sordos ante los comentarios del pequeño youkai verde y tomó asiento en el suelo, esperando a que la niña volviese.

En otro lado, no a mucha distancia de ahí, Rin corría siguiendo el sonido de un arrollo. Por esa zona era común ver árboles frutales al lado de las fuentes de agua, así que estaba segura de que algo debería haber por los alrededores. Y justo cuando el ruido se hizo más fuerte, encontró lo que estaba buscando.

—¡Peras! —saltó emocionada. Corrió hasta posar las manos en el agrietado tronco gris y alzó la vista en busca del fruto más cercano, que estaba a no menos de tres metros de altura. ¡Diablos! A veces odiaba ser tan pequeña, aunque para sus diez años tuviera una buena estatura. ¿Y ahora qué hacía? ¿Regresaba y pedía ayuda? ¿Tomaba prestado a Ah-Un? Si al menos estuviese el señor Jaken podría intentar alcanzarla con su báculo de dos cabezas… si es que conseguía quitárselo primero.

Oh, no, Rin ya no quería seguir dependiendo de los demás. Era una chica autosuficiente, perfectamente capaz de valerse por sí misma. ¡Y una pera no le haría cambiar de opinión!

—Niña fastidiosa, sólo sabe causar problemas —gruñó Jaken más de una hora después, siguiendo el rastro que la humana había dejado. ¿Cómo se le ocurría hacerles perder tanto tiempo? ¡Y con sus estupideces! Él había sido el más afectado cuando su amo la acogió en el grupo, ya que tenía que estar pendiente de ella en todo momento si no quería sufrir una muerte atroz, aún cuando viviera en la aldea del idiota de Inuyasha y apenas compartieran unos días de viaje—. Tengo que ir yo tras ella, claro, soy su niñero… ¡Cuando el amo tenga su imperio seré ministro, no niñero de una latosa chiquilla! Es increíble la cantidad de cosas que tengo que hacer… ¡Mocosa, al fin te encuentro! ¿Por qué diablos tardas tanto, eh?

La niña estaba a corta distancia de un peral, con una piedra en su mano. Le faltaba el aliento y sus mejillas estaban rojas por el esfuerzo. Jaken hizo muy mala cara al ver lo desalineada que estaba. La desatendía por una mísera hora y ya era todo un desastre.

—Señor Jaken… —suspiró ella con la voz forzada—. Lo siento, pero he tenido un inconveniente —lanzó la piedra hacia el árbol, fallando por poco contra una pera. Rin se quejó con un gritito de frustración antes de tomar una nueva para repetir su acción, de nuevo sin éxito alguno.

—¿Eso es lo que has estado haciendo todo este tiempo? —preguntó incrédulo el demonio, mirándola como si estuviese loca—. ¿Has estado jugando a tumbar frutas?

—¡No estoy jugando! Tengo hambre, pero no consigo bajar esa estúpida pera. Y no pienso irme hasta conseguirlo, una fruta no me vencerá. ¡Rayos! —otra piedra fallida hizo acrecentar su enfado.

—¿Y por qué no buscaste otra cosa que comer? ¿Al menos intentaste subirte al árbol?

—Claro que sí, pero por aquí no hay nada más y no logré subir a las ramas, están muy altas para mí —volvió a quejarse con frustración cuando su proyectil salió disparado en una dirección totalmente opuesta a la que apuntaba. Jaken se rió burlonamente.

—Con razón has tardado tanto, tu puntería apesta —Rin lo fulminó con la mirada.

—¿Quiere intentarlo usted? —le preguntó ofreciéndole la piedra que tenía en la mano. Una sonrisa de suficiencia se formó en el pico verde del youkai cuando le arrebató la roca.

—Aprende del maestro, niña.

Pero el maestro era peor que la alumna y la piedra salió despedida hacia atrás en cuanto la arrojó. Ahora era el turno de la humana para reír.

—¡Y luego dice que mi puntería apesta! ¡Ni siquiera pudo lanzarla hacia adelante!

—¡Cállate, ya te demostraré!

El sapo tomó todas las piedritas que pudo encontrar a sus pies y comenzó a lanzarlas rabiosamente hacia la pera que parecía disfrutar del sufrimiento ajeno. Y ninguno de sus intentos logró ni acercársele. Esa pera tiene que estar poseída, se dijo Jaken mientras la miraba con odio.

—Jaken, ¿qué está pasando? —demandó el Daiyoukai al surgir del frondoso bosque con Ah-Un. El enanito pareció no notarlo y siguió lanzando rocas a diestra y siniestra, insultando muy groseramente a la fruta que se negaba a caer. Rin, en cambio, animaba con disimuladas burlas al pequeño youkai, diciéndole que una pera no podía tener más astucia que él.

Estoy rodeado de idiotas, pensó Sesshomaru mientras rolaba los ojos.

—¿Qué es todo esto? —esta vez su voz sonó sobre los gritos de sus lacayos y éstos se quedaron mudos instantáneamente, intercambiando miradas de incredulidad. Rin no tardó en señalar el blanco del odio común entre el par y exclamó:

—Tratábamos de derribarla, señor Sesshomaru, pero ninguno puede lograrlo.

—¡Esa cosa está poseída, te digo!

El demonio de blanco dirigió su mirada a la fruta que apenas se balanceaba por el viento. Así que sus acompañantes habían perdido la mitad de la mañana en… eso. Estoy definitivamente rodeado de idiotas.

Hizo un movimiento rápido con la mano derecha, sacando su látigo de luz. Sin dificultad alguna partió la ramita de la que pendía la pera y la atrapó al vuelo, ofreciéndosela a Rin. Jaken volvió a refunfuñar, pero la niña la tomó con una radiante sonrisa.

—¡Muchas gracias, Milord! Pero hizo trampa, no se vale.

—¿Qué?

—Verá, el objetivo era derribarla con una piedra —le explicó la chiquilla, mostrándole el guijarro que tenía en su otra mano—. ¿No quiere intentarlo?

Sesshomaru relajó los hombros y se dio media vuelta, incapaz de seguir soportando semejante tontería.

—Ridículo.

—¡Ah, vamos! Usted tiene muy buena puntería, seguro que no le costará nada. ¿Por favor? ¿Por mí?

Ese tonito de nuevo. ¿No tenía vergüenza esa niña? Parecía un cachorrito suplicando atención. El demonio la miró disimuladamente, notando cómo su cara también asemejaba a la de un cachorro de perro. ¿Cómo podía esperar convencerlo con trucos tan básicos?

—No fastidies, niña, el amo no se molestaría en tomar parte de unos juegos tan banales como estos —la regañó gruñonamente Jaken.

—¿Banales? ¡Usted tampoco pudo hacerlo! Pensé que como el amo era más fuerte y hábil, él podría… pero si no quiere demostrar lo que puede hacer…

Demonios, Rin.

Sesshomaru giró sobre sus talones, tomó la piedra de la mano de la humana con un rápido manotazo y la arrojó a un punto incierto del árbol. Dos segundos después, una fina rama con cinco peras cayó impecablemente al suelo. Tanto Rin como Jaken miraron atónitos y rompieron en vítores y aplausos. El Lord, claramente fastidiado, los ignoró y comenzó a caminar hacia Ah-Un.

—Oh, señor Sesshomaru, qué impresionante —exclamó Rin, apareciendo a su lado luego de recoger las frutas—. ¿Cómo es que lo hace tan bien? Ni siquiera apuntó.

—Jaken me es de ayuda —le dijo simplemente.

—¿En serio? ¿Cómo?

—¡Para que veas, mocosa, de lo que el Gran Jaken es capaz de lograr con sólo su presencia! Siempre le he sido de ayuda al amo Sesshomaru, y ésa es mi verdadera razón de… ¡Auch!

Pero no pudo terminar porque una piedra le había impactado impecablemente en la frente, haciéndolo caer hacia atrás.

—Ya veo, practica con él, ¿verdad?

Sesshomaru alzó las cejas muy levemente. Antes de que Jaken se levantara quejándose por el chichón que ya se le había formado, otra piedra le dio exactamente en el mismo punto, haciéndolo caer otra vez.

—Así es. ¿Quieres que te enseñe?

—Amo… ¿por qué? —murmuró el ser verde desde el suelo.

Pero para suerte del pequeño youkai, la niña sólo se rió y negó la oferta, alegando que el pobre Jaken no necesitaba más atentados contra su vida.

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Antes que nada, quisiera advertirles que los capítulos serán cortos y el grado de idiotez será muy alto, así que no esperen una trama elaborada ni nada del estilo. El único propósito de este fic es hacer reír. Ya está, ahora, a lo mío.

¿Qué les pareció? Lo sé, muy idiota xD Pero necesitaba un descanso luego de dedicarme tanto a BW, y la comedia es usualmente mi recurso preferido. Serán 12 capítulos, y más adelante habrá algo de SesshRin. También aparecerán los personajes habituales del manga para darle más sabor a esto.

Si pude hacerles sonreír hoy, he cumplido mi cometido. No se confíen, los otros capítulos son mucho mejores, pero como todavía no tocan, pues les dejé este abreboca. ¡Espero que les haya gustado!