Aquí os vengo con el fic que haré paralelo al Lemon, un gruvia, aqui viene :D

Era una noche lluviosa, estamos en algún hospital de Fiore, en una habitación de hospital había una madre dando a luz un bebé, le costó mucho, y entre sollozos de dolor y un charco de sangre, dio a luz a una pequeña niña, le pusieron Juvia, ya que tenía los cabellos azules y nació en un día lluvioso. Sus ojos eran tan frágiles, tan azules, tan grandes.

Juvia ya tenía siete años cuando pasó algo horrible, era una noche también lluviosa, ella estaba en su cuarto, estirada en su cama. Entonces oyó a sus padres gritar y también escuchó un estruendo, como un jarrón rompiéndose en la cabeza de alguien, después solo se oían gemidos de dolor de su madre y a una voz desconocida gritarle palabras soeces, hasta que la voz de su madre se apagó. Juvia salió de su cuarto, horrorizada, y se llevó el mayor golpe de toda su vida, la escena fue traumática a más no poder: su padre muerto en un charco de sangre, y su madre desvanecida debido a que un hombre encapuchado la estaba violando. Fue algo increíblemente traumático, y entonces el hombre se levantó y le dijo algo a Juvia.

-No voy a hacerte nada, pero si me tocas los huevos, te mato…-dijo aquel hombre, con una sonrisa diabólica en la cara. Juvia lo miraba con desesperación y no se podía quitar de la cabeza aquella escena horrorosa, se cayó al suelo y empezó a llorar, completamente traumatizada. Más no pudo hacer nada.

Juvia ya tiene 15 años, y se ha apuntado a un gremio oscuro de magos, esperando poder aprender muchas técnicas mágicas de agua para poder vengar a su familia algún día, no sabía por qué, pero en el fondo sabía que se volvería a encontrar con la sonrisa maquiavélica de aquel hombre, después se sacudió al cabeza quitándose aquella escena de la cabeza y liberando algunas lágrimas.

Bueno, la verdadera historia empieza ahora, cuando Juvia tiene 17 años. Ese día su gremio se iba a enfrentar a Fairy Tail, ese odioso gremio en dónde todos se tenían un cariño especial, la verdad es que le repugnaba la idea de quererse entre compañeros, ella odiaba a los suyos, a todos excepto a Gajeel, un chico que le caía, ni bien ni mal, simplemente le caía. Llego el día y ella, una de los integrantes más fuertes de su gremio, fue enviada a luchar contra un mago de hielo.

-Seguro que será muy débil- le dijo Juvia a su maestro, José.

-Bueno, por si acaso quiero que seas tú la que se enfrente a él- aclaró el maestro de su gremio.

Entonces llegó a aquella azotea a luchar contra aquel "débil" mago de hielo, y cuando lo vio se le cortó al respiración. Era el hombre perfecto, con el que siempre había soñado, un inmenso amor había nacido en ella.

-¿C-C-Como te llamas?- preguntó ella, totalmente ruborizada y extasiada.

-Me llamo Gray- declaró él. Juvia pensó en el nombre, le quedaba que ni pintado.

Juvia ahora es de Fairy Tail, y sinceramente le encanta llevarse bien con todos, Gajeel también se vino a Fairy Tail, pero Juvia era feliz porqué así podría enamorar al hombre de sus sueños: Gray-sama, pero una tarde, el hombre que más amaba le destrozó el corazón…

-¡Gray-sama, que tal estás!- le preguntó ella, mientras él paseaba por la calle y ella se le acercaba, sonrojada a más no poder.

-Ahora que estás aquí, bueno, no es que me sienta mal, pero estás siempre al lado mío, empiezo a pensar que eres una acosadora…- aclaró Gray, con tono frío.

-¡Juvia lo quiere mucho, por eso está con usted!- declaró Juvia, abrazándose al toso de Gray y cerrando los ojos, inspirando el aroma de su amado.

-Juvia, vale, pero déjame en paz, ¡eres una pesada!- dijo Gray, empujando a Juvia y haciendo que se callera. Ella se levantó y volvió a él.

-Pero Gray-sama yo solo quiero hacerte feliz, estar contigo todos los días de mi vida…- dijo Juvia, volviéndose a aferrar al toso bien formado de su amado.

-¡Juvia, para ya! ¡Vete a darle el coñazo a tu padre o a tu madre, a ver si son tan idiotas de aguantarte, de tal palo tal astilla!- le gritó Gray, con signos de puro odio. A Juvia se le ensombreció la mirada.

-Lo haría, pero mis padres murieron, y yo vi como un hombre que se coló en mi casa los mataba, fue horrible…-aclaró Juvia, soltando algunas lágrimas y dándose la vuelta para irse.

-Juvia, los siento, yo no sabía nada de que…- le dijo Gray, intentando arreglar lo que le había dicho.

-Es comprensible que no quieras estar con una tonta y llorona huérfana, pero no tendrías que haberme recordado lo ocurrido, no se lo deseo a nadie…- sollozó Juvia, con una profunda brecha en el corazón.

-Espera, Juvia, yo no pienso eso de ti…- aclaró Gray, abrazando a Juvia por la cintura y acercando su boca al oído de la chica de agua.

-Tienes tus cosillas, pero me caes muy bien..- le susurró en el oído, dándole besitos en el cuello. Pero Juvia se sintió rara, no le gustó nada que Gray hiciera eso.

-No me vengas ahora con besitos, Gray-sama, no puedo perdonarte- dijo ella, llorando y zafándose de los brazos de Gray, que se quedó paralizado y pensativo, reflexionando sobre la atrocidad que había cometido sobre la pobre Juvia.

Juvia recorría las calles solitarias de Magnolia, consternada y aturdida por la sonrisa de aquel hombre, la escena que vio y la cara de Gray. Ella amaba a Gray, ¿por qué tenía que haber sido tan cruel con ella? Seguía corriendo por calles que ni ella misma reconocía, sin un rumbo fijo, solo esperaba que hubiera un portal en algún lado, que le llevarán a su mundo ideal, donde Gray fuera su novio y su familia siguiera viva, y por supuesto aquel hombre estuviera en la cárcel. Había estada tan sumergida en sus pensamientos que no se dio cuenta de que había entrado en un callejón, y mirando la pared, reflexionó y decidió volver al gremio, pro cuando se dio la vuelta e quedó sin aliento al reconocer la voz de aquel hombre, y se puso a temblar de puro pavor.

-Cuanto tiempo…-admiró alguien des de la sombras. Cuando ella miró hacia allí vio al hombre salir de las sombras, y se desencapuchó dejando ver el rostro de un hombre rubio y con ojos rojos, era la puro imagen del diablo, tenía unos 30 años y tenía un aspecto rudo y poderoso.

-Me llamo Dan, aunque creo que ya nos conocemos Juvia…-dijo él, dibujando en su cara esa sonrisa maquiavélica, que puso la carne de gallina a Juvia.

CONTINUARÁ…

Espero k os haya gustado :D