Después de un par de preguntas, las mismas volvieron a mi mente. ¿Porqué ella siempre es pobre y él siempre es rico? Creo que tal vez me dejé influenciar por algunas cosas, bueno, esto está apunto de cambiar.


Difícil de Creer

Por Mizuho

Capítulo 1

Un Espectador

-Ya sabes quién es?

-La reina del hielo? Dicen que es hermosa, pero realmente, no me gustaría cruzarme en su camino…

Eran los comentarios que se escuchaban a diario en la oficina. El joven de pelo platinado hacía caso omiso a los mismos. Simplemente se centraba en hacer su trabajo y enviar los reportes a presidencia.

Un muchacho se asomó a su cubículo y le preguntó si quería ir a comer con ellos. Examinando la montaña de papeles en su escritorio, escuchó su estómago rugir y aceptó. Tenía tiempo de sobra. Al salir, el muchacho le dio una palmada en la espalda, que se escuchó como un tambor.

-Lo siento, te lastimé?

-Cuándo?

El muchacho sonrió.

-No sé cuándo es que haces ejercicios, Sesshoumaru. Eres el primero en llegar y el último en irse… cuál es tu secreto?

-No presiones tu suerte, Jaken.

Fueron a un restaurante cercano. Eran un grupo de 6, hacían chistes y bromas mientras esperaban por la comida. Algunos se fijaron en la preciosidad de pelo azabache que estaba de espaldas. Se callaron, cuando al voltearse notaron el estado de gestación de la mujer. Sin embargo, ella se acercó a la mesa.

-Sesshoumaru…

Sesshoumaru se puso de pie y la saludó.

-Cómo estás?

-De maravilla, ya terminamos la casa.

-Me alegro…

-De hecho, esta noche tendremos una cena, es algo familiar, porqué no vas?

-Veré que puedo hacer.

-Vamos, no seas así. Además Kira no me deja de preguntar por ti.

Sesshoumaru sonrió.

-Está bien, iré.

-Sí recuerdas que el sábado es su cumpleaños, verdad?

-Claro que sí. Bueno, iré esta noche. Ah! Kagome, dile a Inuyasha que me llame.

-Inuyasha está en Malasia. Su vuelo llega en una hora.

Kagome se despidió de Sesshoumaru y se marchó.

-Con que Kira, ah? Calladito que te la tenías, bribón!

Jaken le dio un coscorrón al ojiazul que abrió la boca. Sesshoumaru sonrió. Jaken era su mejor amigo, compañeros desde el colegio, universidad y ahora le había conseguido un puesto en la compañía para la que trabajan.

-Miroku, pedazo de pervertido. Kira es mi sobrinita…


Kagome coloca un adorno sobre la mesa del comedor y se aleja para contemplarlo, con una mano sobre su vientre y la otra en su espalda. De repente sintió un abrazo desde la espalda.

-Ay!

-Soy yo, mi amor…

Kagome volteó para encontrarse con los ojos dorados de su marido que tenían un toque de picardía y de lujuria. Inuyasha la abrazó y acariciando su rostro, la besó apasionadamente.

-Te extrañé, mi amor…

-Y yo a ti…

Acarició su vientre y se inclinó para besarlo.

-Me voy dos semanas y ya no te pareces…

Kagome rió.

-Y mi princesita?

-Está dormida.

-Tengo algo para ti…

Inuyasha tomó sus manos y la guió a la habitación. Allí rápidamente abrió su maleta y sacó una caja de terciopelo rojo.

-Sabes algo? Tienes que ir conmigo. Egipto es bellísimo…

-Inuyasha…

-Vamos, sería nuestra tercera luna de miel.

-Aquí tengo el resultado de la segunda!

Kagome se señaló el vientre. Inuyasha sonrió y la besó apasionadamente. Volvió a tomar la cajita de terciopelo.

-Cuando lo vi, pensé en ti… espero que te guste, mi amor…

Inuyasha le mostró una pulsa de oro blanco tallada con jeroglíficos en relieve. Kagome se llevó ambas manos a la boca.

-Inuyasha!

Kagome se tentó a tomarla. Inuyasha le dijo que lo hiciera. La sacó de la caja y se la puso.

-Mi amor, es hermoso!

Kagome lo besó apasionadamente. Escucharon una risa. Al separarse, la pequeña corrió hacia él.

-PAPI!

-Hola, mi amor!

Inuyasha la llenó de besos y comenzó a hacerle cosquillas.

-Papa!

La pequeña reía a carcajadas.


Sesshoumaru trabajaba mecánicamente, realmente su mente estaba en otro mundo. Pensaba que ya era hora de asentarse y formar familia. Sin embargo, no le gustaba ninguna de las mujeres con las que salía. De hecho, se había cansado de ellas y era hasta el momento, como él mismo se calificaba, "felizmente soltero". Vio su reloj y decidió dejarlo hasta ahí.


Kagome preparaba la cena mientras Inuyasha y Kira jugaban en la sala. En ese momento tocaron a la puerta. La pequeña se dirigió a la misma como una bala y al abrir, se lanzó a los brazos de su tía.

-Tía Rin!

-Hola, princesa!

Rin saludó a Inuyasha y fue a la cocina con Kagome.

-Me hubieras avisado y vengo antes para ayudarte.

-No es necesario…

-Traje un par de botellas de vino y uno sin alcohol para ti.

Kagome sonrió.

-No debiste molestarte.

-Qué va. En casa se volverán reserva súper especial. Ya hiciste la ensalada?

-Aún no.

-Hm! Tengo una idea, tienes queso crema?

-No… se terminó ayer…

-Kagome, voy a comprar algo para hacer pasabocas.

-Espera…

Rin abrió la nevera.

-Trae fresas y queso crema. Pero las fresas frescas, es para la ensalada.

-Está bien.

-Mama, me voy con papa.

-Está bien.

Una vez solas, Kagome bajó el fuego y salió de la cocina luego de servirse el vino sin alcohol. Rin se sirvió una copa del otro.

-Cómo te está yendo?

-Es una pesadilla, que Inuyasha no se haga ilusiones, volverás a trabajar.

Kagome rió.

-No lo creo… es tan rico estar con ella siempre… Me acompaña a hacer ejercicios, me ayuda en el supermercado…

-Por favor! Te lo ruego!

Kagome volvió a reír.

-Tú trabajas porque quieres. A poco me dirás que de verdad necesitas ir todos los días?

-No. Pero si me quedo en casa me aburro. No te imaginas que la semana pasada lo hice, y Yuko me quería matar. Me puse a sacar todas las cosas del clóset y a botar todo lo viejo.

Kagome sonrió.

-Sí, uno siempre hace cosas así el primer día… y… cómo estás?

-Bien…

-Rin…

-Está bien, mal.

-Rin!

-Oye, pero no te conformas! Pues ya eso se quedó así. Todo terminó.

-Rin…

-Está bien, Kagome… la verdad es que me he dado cuenta de que no lo quería como creía.

-Ay, Rin!

-Es como dicen, mejor sola que mal acompañada… Además… ya eso está en el pasado. Quiero volver a salir!

-Sí?

-Sí! Tú conoces varios muñecotes, alguno que encaje en mi perfil?

-Realmente… debo pensarlo…

-No viene nadie más esta noche?

-Mi cuñado, pero él es… es muy agradable una vez que lo conoces, mientras tanto, lo quieres matar.

Rin sonrió.

-Está bueno?

-Cómo?

-Que si se ve bien?

-Uf! Es un papazote como Inu!

Rin rió a carcajadas. Poco después de que Inuyasha llegara, Sesshoumaru llegó. Kira se pegó como lapa a su tío.

-Pero princesa, me dejarás sin cachetes!

La pequeña rió por las cosquillas que le hacía su tío.

-Vamos a la cocina, tío.

Al entrar en la cocina, Sesshoumaru sintió como si un destello lo cegara de repente. No sabía si estaba alucinando o si esa mujer realmente existía.

-Tierra a tío!

Sesshoumaru sonrió.

-Inuyasha – hermano – hola – Sesshoumaru – soy…

Se aclaró la garganta y extendió una mano.

-Hola, soy el hermano de Inuyasha, Sesshoumaru.

-Mucho gusto, Sesshoumaru. Rin Porter…

Sesshoumaru apretó su mano y se tomó la libertad de besarla.

-El placer es todo mío…

Rin sonrió y después de unos segundos, vio su mano aún cautiva entre la de Sesshoumaru.

-Voy a necesitarla de vuelta…

-Ah! Disculpe!

Sesshoumaru soltó la mano. Y saludó a Kagome.

-Quiero una fresa. Tía! Dame una fresa!

Rin limpió una y la partió en dos para luego darle los trozos a su sobrinita.

-Gracias!

Rin sonrió y continuó cortando tomates. Sesshoumaru estaba idiotizado con la belleza frente a él. Inuyasha entró en la cocina.

-Kagome, no deberías de tomar alcohol.

-Es un vino sin alcohol, lo traje para Kagome.

Inuyasha la besó en la mejilla.

-Por eso te quiero tanto.

Rin sonrió. Los hombres salieron de la cocina y poco después, la pequeña fue con ellos.

-Inuyasha, quién es la muñeca?

Inuyasha sonrió.

-Rin es la mejor amiga de Kagome. Hace poco más de un año que volvió al país, ella vivía en Beijing.

-Papi, a tío le gustó tía Rin…

Inuyasha rió.

-Ya me di cuenta, preciosa…

Sesshoumaru sonrió tímidamente.

-Tiene a alguien?

-Pues eso se lo tendrás que preguntar tú. Porque yo no te lo diré.

-Vamos, dime algo!

-Haz tu propia tarea!

Mientras tanto, en la cocina, Rin preparaba el queso para la ensalada.

-Kagome, me tenías que preparar! Cómo esperas que yo… Kami, qué hombre!

Kagome rió a carcajadas.

-Cómo serás, Rin! Si fue un completo tonto!

-Síi! Pero de esos tontos adorables de los que siempre te enamoras en las películas. Dime todo lo que sepas.

-A ver… hace poco más de un año que está soltero y sin compromisos.

-No es posible que ese papazote ande solito por ahí!

-Pues sí. Lo que pasa es que…

Rin le hizo señas para que no siguiera y era porque veía a Sesshoumaru detrás de ella. Sin embargo, Kagome no reconoció las señas y comenzó a hablar de la ex de él.

-Pues él hasta se iba a casar, pero…

-Pero ella decidió escaparse con un futbolista americano…

Kagome se tapó la boca con ambas manos.

-Kami, Sesshoumaru, perdón…

-No te preocupes, no es que me importe mucho. Me podrías servir más vino?

La mirada que le dedicó a Rin fue tal que sintió todas sus entrañas estremecerse, Rin sonrió y tomó la botella del vino sin alcohol sin siquiera verla.

-Ehem… tinto, por favor…

Rin entonces notó lo que hacía y se sonrojó. Sesshoumaru sonrió con más confianza aún, sentía todo dentro de él arder. No podía quitarle los ojos de encima a esa maravillosa mujer de ojos esmeralda y mirada soñadora. Rin le sirvió más vino notando que Sesshoumaru apenas parpadeaba. Cuando el galán salió de la cocina, Rin y Kagome cruzaron miradas y chillaron. Sesshoumaru sonrió al escucharlas, sabía que se trataba de él.

-Me puedes decir qué pasó aquí?

-No creí que mi cuñado era capaz de esas cosas. O sea, prácticamente te hizo el amor con los ojos!

-Ah! Kami, si logra hacer eso con los ojos, si usa las manos, me mata ahí mismo!

Kagome rió a carcajadas.

-Mejor vamos a terminar esto. Ya tengo hambre…

Mientras tanto, en la sala.

-Inuyasha es… es…

-Es imposible para ti.

-Disculpa?

Sesshoumaru levantó una ceja.

-Tú eres un mujeriego que piensa ser mujeriego toda su vida. Rin es mi amiga y es la mejor amiga de mi esposa. No solo Kagome no me perdonaría, si no que yo tampoco te perdonaría a ti que jugaras con ella y luego la desecharas como las cabezas huecas que tienes por lo que sea que tengas.

-Y yo te he dicho a ti que…

-No me lo tienes que decir. Lo sé.

-Te voy a demostrar que te equivocas.

-Sobre mi cadáver.

-Con más razón aún.

-Como juegues con ella, te juro que te desfiguro la cara!

Kira corrió a la cocina llorando.

-Mama!

Se abrazó a las piernas de su madre.

-Qué pasa, mi amor?

-Mama! Papi y tío están peleando!

-Pero mi amor…

-No quiero! No quiero!

Rin y Kagome cruzaron miradas.

-Ve, yo me quedo aquí…

Kagome fue a la sala, donde Inuyasha estaba a punto de arrancarle la cabeza a su hermano. Kagome se metió entre los dos.

-Qué les pasa a ustedes dos!

-Este espécimen de neandertal se cree que Rin es como las desteñidas con la que sale!

-Yo no he dicho nada que se le parezca!

-Igual está fuera de tu alcance!

-Inuyasha!

Inuyasha se calmó.

-No sé ni para qué me molesto. Igual, ella nunca te haría caso.

Kagome sólo se pudo imaginar lo equivocado que estaba su esposo, pero decidió no echarle más leña al fuego.

-Inuyasha, Sesshoumaru, puedo pedirles por favor que se olviden de eso? Primero, qué es eso de pelear en frente de tu hija? Compórtate! Y segundo, tú no eres un perro atrás de feromonas, así que compórtate también.

-Yo sólo dije que es bonita y que me agrada. Y éste zopenco se creyó que le brincaría como león a la carne.

-Bueno, ya! Olvidado todo.

-Keh! Mujer tonta!

-Inuyasha…

Inuyasha fue a la terraza, Kira corrió detrás de él y se sentó en su regazo. Inuyasha la abrazó y la pequeña lo besó en la mejilla, eliminando de inmediato todo rastro de malhumor.

-Te quiero, papi…

-Y yo a ti, mi princesita…


Disfrutaron de una cena exquisita. Sesshoumaru comió ensalada en cantidades industriales.

-Debo admitirlo, Kagome. Esta es la mejor que has hecho. Está deliciosa.

Kagome rió.

-No fui yo. Esta ensalada la hizo Rin.

Sesshoumaru levantó su copa de vino y le dedicó una mirada a Rin que le revolvió todo lo que no se debe mover.

-Mis felicitaciones a la chef…

-Gracias…

Inuyasha sólo resoplaba, hasta que Kagome le dio un tierno beso en la mejilla y una fresa.

-Tía, ya si no te vas de viaje?

-Pues voy a vivir aquí en Japón…

-Sí!

-Pero aún así tengo que viajar a Beijing y también tengo que ir a Noruega.

-Pero tía… y no vas a estar para mi cumpleaños?

-Claro que sí. No me lo perdería por nada en el mundo!

La pequeña celebró que su tía iría a su cumpleaños. Después de la cena, estuvieron hablando de varias cosas.

-Ha sido difícil que se adapte a Japón?

-Ah! Por Kami, háblame de tu… que si no, me siento vieja… La verdad es que no. Nací aquí y viví aquí hasta los 15 años… entonces me mudé a Beijing a estudiar…

-Yo he ido varias veces a Beijing.

-Sí?

-Lamentablemente no conozco mucho, siempre que voy es por trabajo y no me queda mucho tiempo para salir en calidad de turista.

-Es una lástima. Es bellísimo. Yo adoro el jardín de los sauces llorones en LongTanHu…

-Ah! Sé cuál es ese… y también el castillo de BeiHai…

Como si fuese ensayado, ambos exclamaron a la vez.

-Son hermosos…

Rin sonrió y tomó de su copa de vino. Kira se acercó a ella.

-Tío, a tía Rin la mordió un dragón…

Sesshoumaru frunció el ceño.

-Kira!

-No importa, Kagome…

-Verdad que sí tía?

-Sí.

-Un dragón?

-Un dragón de Comodo…

-Pero… no son venenosos?

-Sí, la saliva es venenosa, por suerte me atendieron a tiempo. 1 segundo más y yo no estaría aquí sentada.

Se pasaron la noche hablando de sitios a los que habían viajado, estaban tan absortos en su conversación que no notaron cuando Kagome convenció a Inuyasha a besos de que los dejara en paz. Cuando se dieron cuenta de lo tarde que era, Rin tenía a Kira dormida en su regazo. Sonrió y la besó en la frente.

-Te gustan mucho los niños…

-Ah! Kami, haría lo que fuera por tener propios…

-Sí, sé como es… a mí me gustan mucho, pero…

Sesshoumaru sonrió cuando Kira se pegó más a Rin.

-Tenías que verla de bebé, era como de malvavisco…

-Sí la vi. Vine varias veces a Japón.

-Qué mala suerte la mía que no te conociera antes…

Se despidieron y cada quién tomó su camino haciendo una nota mental de no faltar al cumpleaños de Kira.

Inuyasha llevó a la pequeña a su cama. Kagome la besó con ternura y la cubrió con las sábanas. Al entrar en su habitación, abrazó a su esposo y lo besó en los labios.

-Kagome…

-Eres tan tierno, mi amor. Sé que te preocupas por Rin, pero ella ya es grande y sabe vivir sola.

-No te imaginas la diferencia… la quiero…

-Lo sé, mi amor…

-Pero es que…

-Inu… no puedes pasarte la vida protegiéndola. Rin tiene que hacer su vida.

-Y cómo crees que lo tome Sesshoumaru si se entera de quién es ella en realidad.

-Sería un idiota si le molestara que ella fuera su jefa.

-No me refiero a eso. Kagome, hablo de su sangre.

Kagome se llevó ambas manos a la boca.

-Por Kami, no había pensado en eso!

-Ahora sí me comprendes?

-Sí… pero mi amor…

-Kagome, fue muy difícil recoger los pedazos de su corazón. No la quiero volver a ver así nunca más. Y yo sé que si Sesshoumaru se entera…

Inuyasha cerró las manos en puños. Kagome lo besó en la mejilla.

-Rin ha sufrido tanto… no se merece más… y mucho menos pagar por algo que no hizo…

-Lo sé, Inuyasha…

-Después de todo… es mi hermana…

XxXxXxX


N/A: Saluditos! A que no se lo esperaban, ah? Jeje

Es otra obra de mi retorcida mente para torturar un poquito más.

Espero que les guste, que les llame, y les de remordimientos si no me dejan reviews, ya que esta historia va puramente impulsada por las opiniones. Cómo así? Fácil, entre más reviews me dejen, más se motiva mi mentecita a revolverlo todo y darles un buen rompecabezas por fic.

Besos y abrazos

Mizuho (La retorcida)