-¡No me importa lo que me pase, no dejaré que le maten!

Esa simple frase provocó un cambio en la vida de dos personas.

- Hina, sabes que no ha sido él. Le conoces desde siempre y sabes que no sería capaz de hacerlo.

- Hina te dice que te apartates de él. Hina te aprecia pero si sigues a su lado Hina no podrá defenderte. Querían también tu cabeza.

-¡No me importa lo que me pase, no dejaré que le maten!

Diciendo eso, Tashigi se fue dando un portazo en el camerino de Hina.

La razón de dicha conversación es que habían detenido a Smoker y lo habían condenado a muerte por un crimen que él no había cometido.

La marina estaba cansada de su comportamiento y querían dar un escarmiento a todos los que no pensaran de igual manera a ellos. Y un vicealmirante es algo muy llamativo para todos.

La rabia encendía el rostro de Tashigi. La justicia para ella era hacer lo correcto, aunque eso implicara perdonar a unos piratas o denunciar a un marine.

No dejaría que le mataran, y si por ello tenía que ir en contra de todo lo que había luchado, lo haría. Solo se le ocurría un sistema, pero eso implicaría pedir ayuda y no estaba segura que aceptaran, mas no le quedaba otra opción.

Sabía por los reportes que no estaban lejos, a un par de islas. Hina le había dejado la información al lado de la mesa, junto a la orden de detención del Vicealmirante... Hina no podía hacer nada, pero ella si.

Cogió un barco pequeño y se dirigió rumbo a esa isla. La ventaja de la marina era tener logposes perpetuos para muchos destinos, por lo que llegaría a la mañana siguiente.

Iba a jugar con fuego, y estaba segura de que se quemaría. Lo que iba a hacer no tenía marcha atrás. Esperaba no arrepentirse el resto de su vida.

Cuando llegó no vió el barco de los Mugiwara, pero supuso que estaría escondido en alguna cala apartada. La mejor manera para encontrarlos era entrar en la ciudad y mirar en los restaurantes, mercados y tiendas. Con encontrar a uno de ellos valdría. Paseando vio a Zoro. Era el que menos ganas tenía de ver, pero tendría que contentarse. Se acercó y dirigiéndose a él

- Zoro, por favor...

- ¡Pesada! ¡No te voy a dar mi espada!

- ... Necesito aydua. No he venido a luchar. Lo prometo. He de hablar con Luffy.

Diciendo eso ofreció su espada a Zoro para que viera que no quería luchar.

Ese gesto dio a entender a Zoro que era algo grave y serio. Así que aceptó su palabra y fue en busca de los demás.

Tras perderse unas cuantas veces consiguió encontrar a Sanji. Cuando este vio la cara fue a darle una patada al Marimo por hacer que una mujer estuviera triste, pero Tashigi le interrumpió

- Os necesito para salvar a Smoker.