¡Hola! ¿Como andan? Yo muy contenta porke esta es mi primera historia con viñetas de Ron y Hermy! ¡Siii! XD
Bueno, como ya dije, serán viñetas...nose, ví un video en internet de ke todos los grandes amores siempre empiezan, se desarrollan y terminan igual y de ahí salió la idea.
Mmmm...nose ke más agregar. Creo ke se verá en cada capitulo mas o menos a lo ke me refiero. ¡ah! Todos serán momentos perdidos de la saga, así ke kreo ke tengo mucho ke imaginar jeje.
Harry Potter y todos sus personajes no me pertenecen, le pertenecen a J.K. Rowling, una persona ke me hizó llorar sin siquiera conocerla XD.
1.- Un inicio tenso.
Ron sabía que Hogwarts iba a ser increíble pero a la vez escalofriante. Sus hermanos se habían encargado de meterle esas ideas en la cabeza desde que era muy pequeño.
Y Ron lo había confirmado en su primera noche ahí.
Era increíble porque había conocido a Harry Potter (¡Al verdadero Harry Potter! ¡Él Harry Potter!), porque el castillo era maravilloso, porque no tenía que vencer a ningún troll de dos metros para ser seleccionado en su casa y porque (¡Gracias a Merlín, Harry!) había entrado en Gryffindor.
Era escalofriante porque había conocido a su futuro némesis (Un niñato rubio y presumido), porque los profesores tenían cara de malvados, porque Percy no paraba de decirle que Hogwarts era un lugar para estudiar (No para holgazanear, Ronald) y porque…
Había una niña, presumida y con voz de mandona, cabello como de arbusto y dientes largos que le había dicho, muy descortésmente, que el hechizo que quería hacer para volver amarilla a Scabbers era una vil mentira.
Y lo peor: ella también había quedado en Gryffindor.
− ¿Ya se los mencione? El techo no es real, está encantado. Lo sé porque leía la Historia…
−…de Hogwarts− murmuró Ron, que ya había escuchado ese comentario como mínimo unas cinco veces.
Estaban empezando apenas su primera cena en Hogwarts después de la selección.
Ron se había servido de todo cuanto había visto en la mesa, mientras que la niña esa se había conformado con llenar la mitad de su plato y aburrir a todos con sus comentarios.
− ¿No les encanta haber sido seleccionados para Griffyndor? Según leí, el mismo Dumbledore estuvo en esta casa. Es un verdadero honor y…
−Quisiera poder comer sin oír tanto balbuceo…− le murmuró Ron a Harry, pero como él estaba entretenido comiendo una torta de melaza, la que se rió fue una niña rubia que estaba sentada frente a él… Lavender Brown, o algo así.
−Disculpa, ¿acaso dijiste algo?− preguntó Hermione intentando ser educada.
− ¿Yo? ¿Por qué iba a decir algo?−dijo Ron de mal modo. –Y aunque lo dijera…bueno, no se escucharía mucho contigo hablando todo el tiempo.
Unos cuantos más soltaron unas risitas. Hermione enrojeció de inmediato y en vez de contestarle, se limitó a observar como comía ese pelirrojo maleducado.
Ron se metió a la boca un pedazo de pierna de pollo, luego bebió de su jugo de calabaza y antes de tragarlo, ya estaba tomando un poco de puré con su cuchara.
Hermione bufó.
− ¿Qué?− preguntó Ron dándose cuenta de que la niña lo miraba. − ¿Quieres?
−Estarás siete años en Hogwarts, no creo que sea buena idea que te acabes toda la comida en una sola noche.
Más risitas molestas se escucharon a su alrededor. A Ron se le pusieron las orejas coloradas de vergüenza, mientras Hermione sonreía llena de satisfacción.
−También estarás siete años aquí, ¿sabes?− dijo Ron con malicia. –No creo que debas aburrirnos a todos en una sola noche.
Todos los de primero estaban ya atentos a la discusión de estos dos, encantados de que desde la primera noche ahí, hubiera peleas.
Los niños aman las peleas.
−Por lo menos, se algo sobre Hogwarts. No como tú, que llegó aquí pensando que tenía que derrotar a un troll de dos metros para ser seleccionado− espetó Hermione cada vez más roja.
Ahora no fueron risitas, si no fuertes carcajadas las que se escucharon a su alrededor. Ron maldijo por lo bajo, seguramente esa chiquilla había escuchado cuando le había comentado eso a Harry.
−Si bueno, no fui yo el que se aprendió todos los libros de memoria solo porque no tenía idea de que le esperaba al llegar.
−Al menos abrí algún libro. Tú lo único productivo que intentaste hacer fue cambiarle el color a tu rata.
Ahora no solo los de primero se rieron, sino que también Fred y George soltaron una fuerte carcajada. Ron enrojeció tanto que sus orejas comenzaban a parecer parte de su cabello.
Iba a replicar, pero entonces, Harry, que seguramente pensó que sería mejor intervenir antes de que el ambiente se pusiera color de hormiga, pregunto:
− ¿Y cómo son sus familias?
Seamus Finnigan empezó a hablar en ese instante bastante animado y el ambiente pareció aligerarse un poco para todos.
Menor para ellos dos.
Ron y Hermione se miraban con desafío, un desafío que amenazaba con convertirse en furia en cualquier momento. Chispas en los ojos, seños fruncidos y una mueca en los labios…
Cuando Harry golpeo a Ron en el brazo para que pusiera atención a la plática de las familias, él pareció olvidarse de esa sabelotodo y concentrarse en terminar su cena alegremente.
Mientras que Hermione se volvió con la cabeza erguida hacia el otro lado, donde había un prefecto pelirrojo y comenzó a hablarle sobre como ansiaba las clases del día siguiente. Ese prefecto si era alguien civilizado, no como el niño irrespetuoso.
Y ese fue el inicio.
Uno de los peores inicios que alguien pudiera tener al entrar a una escuela, y más a una escuela de magia en donde tienes que compartir casa.
Pero, siempre que hay un inicio así, quiere decir que le has prestado por lo menos un poco de atención a la otra persona.
Además, todo gran final feliz, comienza con un pequeño inicio tenso.
¡Diganme ke les pareció! Personalmente, amo a Ron y a Hermy de chiquitos porke dices..."Dios, y pensar ke esos dos van a terminar juntos" jejeje.
¡Revies plis!
