Disclaimer: Lo que reconozcan pertenece a Martin.

"Este fic participa del Reto #49: Celebrando los 50,000 post del Foro Alas Negras, Palabras Negras".


Inesperado

«Andábamos sin buscarnos pero sabiendo que andábamos para encontrarnos.» Rayuela, Julio Cortázar.

Sus ojos son oscuros y su piel está bronceada por el sol. La sonrisa que aflora en sus labios al verlo, un poco amable, un poco divertida, hace que el corazón de Brandon se detenga por un instante, así como su largo cabello moreno, que roza la terminación de su espalda. Elia Martell es hermosa, más hermosa que cualquier otra, y esa noche es suya para conquistarla.

Al principio no es nada fácil. Cada vez que Brandon se atreve a siquiera corresponder las sonrisas de la menor de los Martell, su hermano Oberyn está listo para saltarle a la yugular, con una falsa sonrisa que oculta la obsesiva sobreprotección que profesa a su hermana pequeña. Pero para suerte esa situación no dura más allá del banquete, ya que tanto Lyanna como Ned han decidido acompañarlo hasta Dorne, lo que permite a la Doncella Lobo ayudar a su hermano y engatusar a la Víbora Roja para que la saque a bailar y deje de incordiarlos.

La princesa Ellara es incapaz de ocultar su sonrisa cuando ve al heredero de los Stark encaminarse hacia los balcones del castillo en compañía de su hija Elia. Es el primer pretendiente de los que ha invitado que logra llegar tan lejos, lo que hace pensar a Ellara que posiblemente no todo está perdido aún. Si los eventos salen de acuerdo al plan, reflexiona Ellara mientras ve a Oberyn y a Lyanna compartir una pieza de música, tal vez Elia no sea la única de sus hijos que salga de ese salón comprometida.

Lejos de ojos curiosos, Brandon y Elia conversan toda la noche, intercambiando anécdotas, miradas curiosas y risas producto de las ridículas bromas que efectúa el otro, sin notar que el tiempo pasa y que los invitados seguramente se preguntarán dónde se supone que están.

Cuando nota su ausencia, Oberyn busca a la pareja casi sin descanso, pero cuando los encuentra ya es demasiado tarde. Puede ver en los ojos de su hermana cuánto le atrae el joven Stark, y el brillo de admiración con el que este la contempla le basta a Oberyn para dejarlos en paz, al menos por el momento.

El amor no ha llegado aún esa noche, la primera de muchas que Brandon y Elia contemplan juntos las estrellas, pero poco falta para que ese sentimiento explote entre ambos y no desaparezca.

Brandon Stark nunca esperó casarse con una princesa de Dorne, así como Elia Martell jamás imaginó que sus hijos llevarían el blasón del lobo huargo, pero ambos agradecen a sus dioses el inesperado hecho de haberse encontrado a tiempo bajo el cielo invernal de Lanza del Sol.


Ni yo sé de dónde salió esta pareja, pero espero que les haya gustado leer este pequeño drabble tanto como yo disfruté escribiéndolo.

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