Oscura Felicidad

By Mizuho

Capítulo 1

Infidelidades

Inuyasha llegó a su casa pasadas las 2 de la mañana. Sin más se acostó, Kagome sólo se cubrió con las sábanas para evitar el nauseabundo olor a alcohol y perfume barato.

6:30 A.M.

Kagome entra en la habitación continua, decorada con motivos deportivos y fotografías de autos y se sienta en el borde de la cama. Destapa el rostro del niño y aparta su cabellera negra de su frente.

-Satoshi…

-Hm?

-Cariño, es hora de levantarse…

-5 minutos más…

-Ya te di media hora. Vamos, mi amor…

Satoshi, tenía el pelo negro y los rizos de su madre, aunque sus ojos eran un poco más oscuros, tenían el dorado característico de la familia Samuru. A sus 12 años, era un niño brillante y la fuente de fuerzas y alegrías de su madre. Se sentó en la cama y la besó en la mejilla.

-Estás bien? Mami?

-Sí. Vamos, arriba, yo te llevaré hoy.

Kagome sonrió mientras se ponía de pies.

-Qué quieres de desayuno?

-No cocines, comeré cereal…

-Sabes que me encanta hacerte el desayuno…

-Está bien… hm… quiero huevos y tostadas.

-Entonces te haré los mejores huevos y tostadas del mundo.

-Mami, los tuyos siempre son los mejores.

Para cuando Satoshi bajó, Kagome ya tenía el desayuno listo y servido. Se sentó a la mesa para desayunar con ella. Ya terminando, Inuyasha bajó las escaleras.

-Hm! Huele delicioso…

Satoshi quiso de alguna manera fulminar a su padre con la mirada. No importaba las formas en la que Kagome lo quisiera ocultar. Ella no era feliz y Satoshi creía saber la razón. Terminó de comer y se fue diciendo que había olvidado algo.

-Inuyasha, tu desayuno…

-Argh! No tengo ganas de huevos…

-Y qué quieres?

-Haz algo de miso.

-No tengo tiempo. Tengo que llevar a Satoshi al colegio.

-Que lo lleve el chofer.

-Tengo cosas que hacer, Inuyasha. No puedo hacerte miso ahora.

-Entonces para qué preguntas lo que quiero?

-Pensé que tal vez…

-Tú no pienses. No vayas a lastimarte.

-Púdrete!

Kagome tiró la toalla con la que se secaba las manos y tomó su cartera y sus llaves.

-Satoshi, nos vamos.

Satoshi había escuchado toda la discusión. Tomó sus libros y se dirigió a la puerta. Inuyasha lo detuvo.

-Satoshi, no te vas a despedir de tu papá?

-No eres mi persona favorita ahora mismo.

Satoshi salió de la casa y subió al auto de Kagome.

-Satoshi…

-Sólo vamos, sí?

Kagome emprendió la marcha. Al llegar al colegio.

-Tienes dinero?

-Sí…

Kagome lo besó en la cabeza.

-Que Kami te bendiga y te proteja, mi amor.

-Te quiero, mami.

Satoshi la besó en la mejilla y al bajar del auto la vio alejarse.

-(Mi papá no se la merece…)

Satoshi entró al colegio. De inmediato fue detenido por unos muchachos que le llevaban ventaja en tamaño.

-Alto ahí, Samuru… Sabes que día es hoy?

-Utrum , est daytime obvius quod permaneo of totus mihi vos licentia defungo quod vestri vas procul coniecto. (Si, es el día en el que finalmente me dejas en paz y te vas al infierno).

Satoshi se hizo camino entre ellos. Pero lo halaron y le pegaron un puño de la cara.

-No te quieras hacer el inteligentón, conmigo…

-Pro sententia mihi tuviera quod nixor… (Como si me tuviera que esforzar).

Los mastodontes intercambiaron miradas e iban a golpear a Satoshi, pero él los esquivó.

-Como te me vuelvas a acercar, vas a saber dónde es que el gas pela…

Satoshi siguió hasta su aula.

……………………………

Kagome firmó el descargo de la tierra que le entregaron.

-Dónde la quiere?

-Ponla donde siempre. Y fumígala, por favor.

-Claro, señora…

-Gracias, Manten…

Manten, era el empleado de Kagome en la jardinería, la ayudaba con todo, incluso con las ventas cuando ella no podía ir. Un hombre corpulento y musculoso, y al parecer su corazón era del mismo tamaño que su cuerpo.

Kagome le dio varias instrucciones y se fue a su oficina. Una vez sola y con la puerta cerrada, Kagome se llevó las manos a la cabeza. Sabía que Satoshi los había escuchado. Hacía mucho que su matrimonio se había ido por el drenaje, pero cometió el error más grande y más común. Se quedó con él por su hijo. Y en parte por ella. Lo amaba demasiado como para dejarlo. Aunque él le demostrara que ella no le importaba en lo absoluto. Ahora era demasiado tarde. Pero lo que más le dolía era que su hijo se estaba dando cuenta.

Se hundió entre sus brazos llorando amargamente. No sabía cuánto más soportaría, cuántas humillaciones más soportaría, cuántos oídos sordos haría de los comentarios entre la sociedad.

…………………………………

-Toscana, Italia-

Un pequeño de algunos 7 años, corre hacia la puerta al escuchar que se cerraba.

-Mama!

El pequeño abrazó a su madre. Quien lo llenó de besos.

-Mi amor! Cómo estás!

-Bien!

-Te extrañé tanto!

-Bienvenida a casa, Rin-sama…

-Gracias, Jaken…

-Subo sus maletas?

-Sí, por favor.

Rin continuaba con su pequeño abrazado a ella.

-Enzo, mi amor…

-Te quiero, mami…

-Y yo a ti, mi amor… Vamos arriba, para que veas todo lo que te traje.

-No quiero.

-Por qué?

-Ya tengo lo que quiero…

Rin lo abrazó con fuerza. Varios minutos después el niño la soltó.

-Y tu papá?

-Encerrado en el estudio.

-Qué tal si te preparas para dormir, yo saludo a tu papi y voy contigo?

-Está bien.

Rin lo besó en la frente y lo vio subir las escaleras. Fue al estudio.

-Podría jurar que no estabas en el país. Porqué no dejaste que Enzo fuera con Goro a buscarme?

-Goro no vino a la casa.

-Entonces fui algo que tiene que recoger de camino?

-Rin, no comiences. Además, tú fuiste quien cambió su vuelo.

-Por Kami, Sesshoumaru, tienes un mes sin verme. Podrías mostrar menos emoción?

Sesshoumaru se puso de pie y rodeando su cintura con sus brazos la besó apasionadamente. Mantiene sus rostros a escasos milímetros, con sus narices rozando.

-Por nuestra última conversación, pensé que aún me querías decapitar.

-Sessh…

-Cómo estuvo tu viaje?

-Bien…

-Qué tal si me cuentas después?

Sesshoumaru la besó nuevamente hasta prácticamente dejarla sin aliento.

-Soy yo, o viniste más delgada?

Rin sonrió.

-Todo olvidado? Hm?

Sesshoumaru volvió a besarla.

-Está bien… voy a dormir a Enzo.

-Perfecto… pero tenemos que hablar.

-Está bien, ya vengo…

Sesshoumaru acarició su trasero mientras ella se escapaba de su abrazo. Cuando Rin entró en la habitación de Enzo, él ya estaba en su pijama y sentado en la cama. Rin se sentó a su lado.

-Mi amor… estás listo?

Apartó su pelo negro de su frente. Sus ojos verdes esmeraldas como los de su madre, pero con una cierta expresión de frialdad en los mismos. Rin nunca creyó que esa expresión era innata.

-Mami, ya le dijiste a papi?

-Qué cosa, mi amor?

-De que ya no podrás tener más bebés? Yo te oí hablar con tía…

-Enzo, mi amor, ya te tengo a ti y eso me hace feliz. Así que ya no importa.

-Pero mami, yo quiero un hermanito… además, tu dijiste que querías más.

-Eso no importa, mi amor. Además ya no puedo.

-Pero mami…

-Enzo, cariño, olvida eso…

Rin lo besó en la frente y le contó una historia para dormir. Cuando finalmente estuvo dormido, salió de la habitación. Se secó las lágrimas que enfriaban sus ojos y volvió al estudio, donde Sesshoumaru se servía una copa de cognac.

-Preciosa, gustas?

-No, gracias… de qué me querías hablar?

-Es sobre la posibilidad de volver a Japón.

-Pero…

-Si lo hacemos, será definitivo, lo prometo.

-No más mudanzas?

-No más mudanzas. Puedes hacerlo?

-Tal vez, puedo tratar de ver si hay alguna universidad que…

-No sé porqué te empeñas en trabajar. No lo necesitas.

-(Pero la soledad me carcome).

Rin le sonrió.

-Por eso no te preocupes.

-Entonces nos iremos en dos meses.

-Dos meses! Pero Enzo tiene clases!

-Yo me tengo que ir en dos meses. O vienen conmigo o se esperan a que terminen las clases.

-Por Kami, Sesshoumaru, Enzo no sabe tanto japonés como para transferirlo.

-Lo ponemos en un colegio bilingüe.

-…Está bien… hazlo.

Sesshoumaru la besó en la mejilla.

-Mi amor…

-Qué tal si vamos arriba y te doy la bienvenida que te mereces?

-Sessh!

Sesshoumaru la besó en el cuello y lo acarició con su lengua, arrancándole un suspiro. La escuchó decir un sí ahogado y la tomó en sus brazos mientras la besaba apasionadamente. Rin rió con sus brazos alrededor de su cuello. Su esposo era casi perfecto dentro de la palabra. Su único problema era que si pensaba en trabajo, eso lo consumía y no le dejaba tiempo a nada más. Ni para ella, y muy pocas veces para su hijo. Sin embargo, cuando se dedicaba a ellos, era irreconocible. Muchas veces, Rin se convencía de que él simplemente no hallaba un equilibrio entre ambas cosas.

………………………………

Kagome fue por Satoshi al colegio. Al verla, corrió a ella y entró al auto.

-Mami, puedo ir a la jardinería contigo?

-Si quieres…

-Sí!

-Bien, iremos por la comida…

Kagome llamó a la casa y le pidió a la cocinera que envasara la comida, que la pasarían a buscar. Al llegar a la jardinería, Satoshi saltó sobre la espalda de Manten a manera de saludo.

-Hola, Manten!

-Satoshi!

Kagome sonrió y siguió hasta la oficina.

-Manten, ya comiste?

-Estaba esperando que llegara para salir.

-Bien, entonces ve.

Kagome y Satoshi comieron en la oficina. Un rato después de que Satoshi terminó su tarea, se puso a ayudar a Kagome con las cuentas. Ella le sonrió y le ofreció un lugar más cómodo.

-Mami…

-Dime…

-Tú y papi ya no se aman?

Kagome casi deja caer el agua sobre los papeles.

-Satoshi…

-Hoy no es la primera vez que pelean. Ya papi no te saluda con un beso… hace mucho que papi no te trata bien… porqué?

Kagome no sabía qué hacer. Mucho menos qué decirle a su hijo. Pero él exigía una respuesta.

-Satoshi, mi amor…

-Mami, porqué papi ya no te quiere?

-Satoshi… mira, nosotros estamos pasando por un tiempo un poco difícil… y la verdad es que… bueno…

-No me gusta. No me gusta que te diga cosas, ni que te ignore. Dile a papi que ya no te trate así.

Kagome acarició sus mejillas y sonrió mientras perdía la batalla contra las lágrimas.

-Satoshi… tú no tienes porqué saber esto… nada de esto…

-Mami, dile a papi que no te trate así. No me gusta. Cuando lo hace te ves triste. Y a veces pareces enferma…

Satoshi se paró al lado de su madre.

-Y no me gusta cuando lloras…

Kagome lo abrazó con fuerza.

-No debería estar triste, verdad? No, porque te tengo a ti…

-Mami… yo quiero hacerte feliz, pero no sé como… dime qué hago?

Kagome rió entre lágrimas.

-Simplemente sigue siendo el niño maravilloso que eres, mi amor…

-Pero eso no es suficiente… tú estás triste siempre…

-Satoshi, mi amor… no te preocupes… yo estaré bien.

-Yo te quiero, mami…

-Y yo a ti, mi amor…

Sin embargo aquella conversación le abrió los ojos a Kagome. Su hijo estaba al corriente de lo que sucedía entre ellos.

……………………………………………

Inuyasha estaba sentado en su majestuosa oficina. Tenía su anillo de matrimonio en las manos, se lo pasaba entre los dedos y finalmente lo dejó sobre la mesa. Lo hizo dar vueltas cual si fuera un trompo.

-A dónde iremos a parar?

En ese momento entró su secretaria. Estudió su figura, preocupado, con la corbata suelta, un vaso de whisky en la mesa.

-Problemas en casa?

-No molestes, Kikyou.

-Te ves tenso… qué tal un buen masaje?

-No.

Kikyou se colocó detrás del sillón de cuero negro en el que Inuyasha estaba sentado. Le comenzó a masajear los hombros.

-Te dije que me dejes solo…

-Es lo que tu boca dice… pero tu cuerpo…

Kikyou bajó sus manos descaradamente y lo acarició sobre el pantalón. Inuyasha la rechazó por completo. Tomó su saco.

-Cuando yo digo no, es no.

Inuyasha tomó su alianza y se la puso nuevamente. Se fue a su casa. Sabía que las cosas con Kagome estaban mal y dejarlas así, era un lujo que no se podía dar.

……………………………

N/A: Hola, como están? Espero que bien. Y también espero que les guste este nuevo fic, tiene un tema un poco fuerte y es la infidelidad, ya veremos como sale todo.

Ya saben que la mejor manera de yo saber cómo lo hago, es con sus reviews, así que espero ver muchos.

Besitos

Mizuho