Gravitation no me pertenece. Hiro, Yuki, Shu y los demás pertenecen a Murakami maki-san.
Fic atemporal con base en el Megamix Panda (Tohma/Yuki/Tatsuha + Yuki-sensei/Uesugi) Pero si no lo han visto tb se entiende.
Caídas.
¿Alguna vez pensaste si lo lastimabas?
¿Pasó por tu mente que tus acciones no pasarían eternamente desapercibidas?
¿Nunca viste que todo lo hacías en sus narices, jugando intencionalmente, buscando –quizás –que te descubriera y que todo se hiciera humo?
Quizás querías probarlo… Ver cuanto te amaba…
¿Estás satisfecho ahora?
Cuando los cambios llegaron me culpaste en todas las instancias. Quisiste golpearme, me amenazaste, me perseguiste, lanzaste tu auto contra mi moto y me demostraste que uno de tus dorados ojos siempre estaba sobre mí, buscando la razón por la que él había cambiado.
Yo nunca haría algo que le causara esa conmoción…
Pero te costaba aceptarlo. Lo entiendo. No te justifico, pero te entiendo.
Entonces me llevaste a tu departamento, al que era de ambos y en el que todo había comenzado. Me dijiste con tu voz fría, "Encuéntralo". Entonces yo fui tu sabueso, el perro que te diría lo que eras incapaz de comprender.
No me costó mucho. Solo tuve que preguntar donde estaba cuando lo vio por primera vez así.
Frente al televisor.
Después de cuatro días, el DVD continuaba ahí. Y solo me bastó ver un par de segundos para entender cuándo, cómo y porqué se había realizado esa grabación, ni cuándo, cómo y porqué había llegado hasta esa sala, a la mano de cualquiera. Luego de eso no me costó entender cuándo, cómo y porqué Shuichi había cambiado tanto.
…Yuki-san, creo que tiene que ver esto…
Nadie puede aguantar fácilmente ver a su pareja devorada por su hermano y su cuñado en la sesión de sexo múltiple más frenética que he visto… Y créeme que he visto más de los que Shu sabe.
Pude ver tu expresión desencajarse de una manera casi patética. Vi como tu frialdad se derritió entre tus propios gemidos y las embestidas que te destrozaban el culo y la garganta, pero por las que rogabas con el afán de una perra en celo. Entonces me fui. Ya había cumplido mi objetivo. Había encontrado el motivo de todo.
Supe que tan grave era todo cuando me di cuenta que no apareciste en mi departamento echando abajo la puerta en busca de Shuichi cuando este no llegó esa noche. Me di cuenta que las cosas no iban bien para ninguno, y enfrenté a mi amigo. Esa noche te odié, maldije tu nombre y desee que te murieras de sida o algo parecido. Pero me mantuve en mi papel. Yo solo había intervenido una vez. Te había jurado no hacerlo de nuevo a menos que la situación fuera horrendamente parecida a aquella con Aizawa.
Esta situación no se parecía en nada a esa.
No movería un dedo más del estrictamente necesario.
Quizás por eso ahora te veo derrotado, ebrio y malvestido, rogándole a ese Shuichi de tu mente que vuelva, que lo amas, que te perdone.
¿Alguna vez pensaste que pasaría si te descubría? No… ¿verdad que no?
Y te arrastras hasta mí y me pides que lo convenza mientras hurgas con tus manos heladas mi pecho y mi espalda. Mientras tus labios ruegan en mis oídos que le diga que te estás muriendo sin él, tus rodillas presionan mi ingle y tu cadera frota la mía desesperada.
Esta es mi venganza Eiri Yuki.
Shuichi te espera en mi casa, con ese enorme amor que lo caracteriza, pero no te dejaré ir sin escarmiento.
Esta noche, intervendré por segunda vez.
Más te vale que sea la última que me obligues a hacerlo, porque a la tercera…
…A la tercera te mataré Eiri…
Owari.
