Vine con una nueva idea en mi hermosísima cabecita, esta vez con Itachi y Hinata como la idea más espontánea que he tenido en mi corta vida, por lo que estaba indecisa acerca si realmente valía la pena desarrollarla.
Pero después dije "Neh, siempre hay una primera vez para todo ¿no?"
El Uchiha que no podía odiar
Eché un suspiro de resignación al aire, apenas había logrado concebir unas pocas horas de sueño después de la última misión; me estire para darle un poco de alivio a los músculos, aún entumecidos por el esfuerzo.
Usando mi atuendo habitual, baje al comedor donde me esperaban mis padres.
-Buenos días, madre, padre.- Los dos asintieron quedamente como respuesta. El ambiente era pesado, tan tenso que podría cortarse con el filo de una kunai.
-No tienes que ir... si no quieres Itachi- Mi madre me miró con preocupación, intentando ocultarlo al apretar los labios, pero no podía engañarme, la había visto hacerlo miles de veces.
-Itachi sabe bien que es su deber como heredero- Mi madre agacho levemente la cabeza decaída, mi padre me observaba firmemente, esperando que dijese algo.
-No debes preocuparte madre, sé que debo ir al clan Hyuga, de cualquier manera, Hiashi-sama no intentara nada contra mí o padre, no sería inteligente empezar una disputa entre clanes-
-Sobre todo ahora, que las cosas no andan muy bien- Completó mi madre.
-Exacto, Hiashi es un viejo astuto, además de un amigo de toda la vida- Mi madre asintió, con un pequeño brillo en los ojos, seguramente recordando los buenos días de academia en donde no había límites entre clanes, donde todos eran simplemente niños.
-Solo cuídense mucho...- Finalizo, mientras mi padre y yo salíamos de la mansión a paso calmo.
Caminamos durante algunos minutos en autentico mutismo, únicamente acompañados por el rechinar de las aves de mañana, el sonido a tierra y rocío bajo nuestras suelas. Hasta que mi padre interrumpió el silencio.
-Mira a tu alrededor Itachi y dime, ¿Qué es lo que ves?- Tenía la certeza de que no era una pregunta retórica, aun así sin ganas de discutir respondí como mejor me convino.
-Los barrios Uchiha, por supuesto- Sabia bien que esta no era la respuesta que mi padre deseaba, negó fuertemente con la cabeza y con tono calmo, pero serio al mismo tiempo rectifico.
-Puedes ver su mirada, ¿Qué es lo que toda esta gente alberga en sus corazones?-
Mire detenidamente la calle llena de Uchihas, gente como yo nacida de la misma cuna, mi sangre.
Aquellos que antes reposaban en las bancas de la plaza principal a jugar shogi, ahora construían en su mente estrategias de guerra; aquellos niños que antes jugaban atrapadas entre los árboles, ahora pulían sus kunai para la guerra.
La realidad me golpeó dolorosamente.
-Veo un profundo odio...- Mi padre asistió con parsimonia.
-Con el ataque del Kyuby, Konoha nos arrebató lo que nos ha pertenecido por décadas y nos exilió a estas tierras lejanas de todos los demás- En sus palabras se escondía veneno, grotesco odio que desprendía desde la médula.
Un odio que jamás pude simpatizar.
¿Qué importaba estar dentro u afuera? ¿Por qué aborrecer, si por el contrario podíamos amar cada centímetro de Konoha?
-Es normal tener miedo de lo que no puedes controlar, un Uchiha domó a la bestia con cola-
-Tenían miedo de no podernos controlar cuando éramos parte de Konohagakure, pero el miedo deberían empezar a sentirlo ahora-
Las alarmas en mi cabeza se dispararon entendiendo el rumbo que seguía la conversación. Se murmuraba por la aldea que los Uchiha no estaban para nada contentos con el trato que el Hokage decidió darles, que incluso pudieran haber protestas, pero el odio había crecido en demasía.
El Hokage me lo insinuaba al igual que todos en el consejo, mantener una mirada sobre mi padre para evitar cualquier imprevisto, pero el rojo sangre que resplandeció en los ojos con deseo de venganza, me hizo caer en cuenta que debía escoger a mi familia o a mi aldea.
Y por estos momentos mi aldea era prioridad.
-Una revolución traerá sufrimiento innecesario, muertes de inocentes- Todos lo sabían de primera mano, lo que una guerra puede marcar en las personas.
-Los sacrificios son necesarios para conseguir la paz- Aquello fue la gota que derramo el vaso, mi paciencia estalló por un segundo olvidándome que la persona con la que dirigía mis palabras era mi padre.
-¿Servir a tu clan a manos de una masacre es tú idea de paz?-
-Es así como debe pensar un líder, deberías empezar a entenderlo tú también-
-Konoha no se quedara sin hacer nada y lo sabes, ¿Arriesgaras todo y a todos, a tu propia familia incluso? ¿Qué pasara con Sasuke y los demás niños que no tienen lugar en esta lucha?- Mi padre empezaba a molestarse, marcando el entrecejo, lo cual claramente no era buena señal.
-No seguiré desperdiciando mis palabras en alguien que no las entiende, hemos llegado, por favor compórtate frente a Hiashi-
Odiaba muchas cosas, por ejemplo; tener el cabello enredado, las cosas picantes o que lastimaran a los animales, etcétera...
Pero si había algo definitivamente molesto para mí, eso era estar sentada de manera extremadamente incomoda en el gran salón, con mi padre mirándome y regañándome todo el tiempo. Sobretodo hoy; toda la semana he tenido extraños sueños que se repiten incesantemente como ecos en mi cabeza.
Un muchacho con las aspas girando en la mirada carmesí, y una luna llena bañada de sangre.
Desgraciadamente, gracias a mi personalidad tímida. Las pocas personas; dígase Ko y Neji-nissan, a quienes tuve el valor de contarles mi sueño, solo dijeron que tenía una asombrosa imaginación.
El grito de mi padre me alertó de las personas que entraban en el salón. Escuche una voz ajena que me saco de mis pensamientos. Mientras la puerta corrediza era abierta y apacibles pasos ingresaban.
-¡Hinata, ya es hora!-
"Sé que no es un simple sueño, quiere decirme algo importante..."
-De pie- Obedecí inmediatamente mientras hacia una reverencia para saludar a los invitados, los cuales respondieron de la misma manera. Todos tomaron asiento, y únicamente los adultos se dedicaban a hablar, relevando a sus herederos de la conversación por unos minutos.
La plática no era de mi particular interés, manteniéndome al margen asentía a todo lo que preguntaban. Me permití observar sutilmente al heredero de los Uchiha. Inquieta lo reconocí como el causante de mis pesadillas.
Grandes eran las historias del genio que solo nace una vez por milenio, graduado de la academia a los 7 años, chunnin a los 10 y capitán ANBU a los 14.
"¿Quién es en realidad Itachi Uchiha?"
Noté como el líder de los Uchiha intercambiaba miradas con mi padre, después de mirarnos a mí y a Itachi-sama. No tardé en descubrir que nuestra presencia ya no era requerida.
-Hinata, lleva a Itachi a pasear contigo al jardín, al parecer hay algo que debemos discutir a solas Fugaku y yo-
-Itachi, acompáñala-
-Como ordene padre- Respondimos al unísono antes de salir de la habitación rumbo a los jardines florares que se conservaban en honor a mi madre fallecida.
Caminamos por los pasillos de la mansión en silencio hasta llegar a nuestro destino.
-E-estos son los j-jardines principales de la mansión, e-espero sean de su agrado-
-Completamente, gracias Hinata-dono-
El deambulo con la mirada perdida hacia el puente, encima del estante de peces koi. Lo seguí de cerca hasta colocarme al lado y también recargar levemente mis brazos en el barandal, dejando atrás mi timidez por un momento decidí iniciar un tema de conversación para sacar mis dudas al respecto.
-¿Itachi-sama?-
-¿Si Hinata-dono?-Me miró de una manera suave, como si fuera aestroperame con solo echarme un vistazo.
-Yo, q-quisiera preguntarle algunas cosas, sobre su trabajo como n-ninja, si no es mucha molestia-
-Estaré encantado de responder lo que necesite-Pareció meditarlo un momento, y después sonrió levemente.
A lo largo de mi vida, por mi posición de heredera estaba acostumbrada a rodearme de sonrisas falsas, pero la de él era una vacía, sin fondo ni motivo.
-¿P-porque cree que existen los ninjas?-
-Bueno, creo que para proteger a las generaciones venideras, es importante mantener la voluntad del fuego-
La voluntad del fuego era algo que rara vez se mencionaba en el clan, ya que antes de servir a Konoha, los Hyuga se servían a sí mismos; por el bien y la pureza de la estirpe.
-He escuchado un poco… -
- La Voluntad de Fuego afirma que todo verdadero ninja de Konoha debe amar, creer, proteger y luchar por el bien del pueblo y de lo que cree, siguiendo las hazañas de las generaciones anteriores- Asentí, entendiendo a lo que se refería.
-¿Habrá veces en las que se tenga que hacer cosas que no nos gusten?-
Recordé mi sueño nuevamente y analice a la persona frente a mí, no me engañe; sabía que estaba frente a un ninja de élite y a juzgar por su tono, parecía sentir un verdadero amor por la aldea.
¿Entonces porque motivo el teñiría sus manos de sangre de amigos, conocidos y familiares?
-Mi padre siempre dice que los sacrificios son necesarios para obtener la paz-
-¿Qué piensa usted?- Pregunté intentando saciar la curiosidad que me causaba esta persona.
-Si hay sacrificios innecesarios, yo no le llamaría paz exactamente- Una mirada ardiente se reflejo en el lago y me di cuenta de la persona amable y comprensible que era Itachi Uchiha. Mi cabeza y mi corazón dieron un tirón apenas doloroso.
"La voluntad del fuego arde en esta persona, como en ninguna otra..."
-La verdad es que yo también pienso eso- Agregué.
-¿Entonces para Hinata-dono que significa paz?-
-Creo que es un término que aún no logro entender del todo, pero me gustaría que Hanabi-nee creciera en un mundo sin guerras ni sufrimiento- Sonreí hacia él.
-Esa es una buena definición, yo deseo lo mismo para Sasuke- En eso momento él también me sonrió de vuelta.
"Ama tanto a su hermano, como yo a Hanabi-nee"
-Si desea proteger a su hermano, eso significa que no asesinara a su clan ¿verdad?- Esperé la respuesta expectante.
-...- Silencio.
-M-me temo que no entendí del todo su pregunta- La persona frente a mí palideció de golpe, tan blanco cual hoja de papel y una infinita agonía apretó mi corazón.
"Dicen que los genios saben ocultar sus emociones como un verdadero ninja debe hacer. Pero en estos momentos el chico frente a mí se ve tan solo y triste..."
Miré incrédulo a la pequeña Hyuga.
-Recientemente me ronda una pesadilla donde usted asesina su clan, le brillan rojo sangre unos ojos con aspas-
Esta niña ha conseguido en dos segundos, lo que ninjas experimentados han intentado durante toda mi vida. Dejarme sin aliento.
La mire de nuevo, esperaba una respuesta. Esto no era una broma.
Devolviéndole la mirada active mi Sharingan.
"Una simple mirada debe bastar para intimidarla"
-En todo caso de que asesinará a mi clan, ¿Qué diferencia podría usted causar?- El tono de mi voz sonó áspero, más de lo que hubiera deseado pero que más daba si me odiaba una niña a la que contadas veces había visto en mi vida.
-Yo sé, que está pasando algo extraño...- Ella parecía estar reacia a apartar la mirada, percibí miedo; pero también mucha voluntad.
Suspirando con una risotada al aire, reste importancia del asunto. Yo no me descontrolé, nunca lo había hecho; solo quería asustarla y tomarle el pelo.
-Solo tiene una imaginación digna de una niña de su edad...- Dije al fin, desactivando mi Kekkei Genkai.
-Ya me lo han dicho antes, pero no me rendiré. – Parecía ofendida de llamarla "imaginativa" aun así sus ojos centellaban con determinación.
Una determinación que me hizo sentir como un niño otra vez. Más bien, como el niño que aún era.
-Usted no sabe de lo que habla- Gruñi empezando a cansarme de la absurda discusión.
-¿Es este el precio de la paz que tanto hablaba?-
-Efectivamente- Seguir negando lo obvio era inútil, no cabía duda de que la heredera de los Hyuga contaba con información altamente clasificada y eso, ponía en peligro su mera existencia.
Si el clan Uchiha se llegase a enterar, posiblemente dieran caza, así fuera el clan Hyuga al que se estuvieran echando encima, sin mencionar todos los problemas que causaría si alguien de otra aldea también llegaba a enterarse.
"No permitiré que este desliz salga a la luz"
-Me temó que tendré que alterar sus recuerdos...- Las aspas giraron y el carmesí se apodero de mi mirada nuevamente.
-Lo sé, pero le aseguro que no será nada fácil- Adoptó la posición característica del juken, pero había algo... diferente.
"Su Byakugan ha despertado"
Se tenía registro de pequeños genios que despertaban su habilidad sucesoria a temprana edad, a diferencia del Sharingan, los Hyugas se basaban únicamente en talento natural para despertarlo y no de una emoción.
Los genios siempre han existido, sin embargo la sorpresa era que la heredera de los Hyuga, la cual Hiashi siempre renegó, fuera en efecto una de estos.
-No creí que fuera capaz de usar el Byakugan -
-No es algo que sepan muchas personas-
-¿Ya que estamos en esta lamentable situación, puedo preguntar la razón?-
-No quería que mi padre regañara a Hanabi-nee en los entrenamientos así que lo mantuve oculto-
"Ama tanto a su hermana como yo a Sasuke"
-Eso es admirable, estoy seguro que será una honorable kunoichi- Enternecido relaje mi semblante por breves instantes.
-Lo dice como algo que jamás llegara a ver- Tragué sonoramente saliva, en un gesto de aprehensión por su comentario.
-Eso es porque así será, mi destino esta sellado, tal como los pájaros enjaulados de tu clan- Un pájaro enjaulado, es así precisamente como me siento.
-Me encargare de ese destino, tanto de liberar a la rama secundaria, como de liberarlo a usted, no hay duda- Por un momento cerré mis ojos y me permití deleitarme con esa palabras, liberaban un peso de mi oscura alma.
Cuando los abrí ya había alterado los recuerdos de Hinata, que se encontraba tirada en el suelo.
Solté un suspiro, y tal como me recordaba el caballero que había criado mi madre, la cargue hacia la residencia; donde me recibió su guardián y cuidador.
-¿Hinata-sama volvió a desmayarse?- Soltó con resignación, como si estuviera acostumbrado a ver a la chica desmayada en brazos de un extraño. Sólo asentí levemente.
-¿Esto ocurre muy seguido?- Pregunte más por curiosidad que por preocupación en sí.
-Últimamente sí, cuando determinado niño pasa por aquí de vez en cuando-
-¿De quién esta habl...- No pude terminar la oración.
-¡Itachi!, es hora de irnos de aquí- Mi padre caminaba hacia mí, no parecía contento. Deduje que los acuerdos con Hiashi no habían salido favorables como se esperaba.
Me levante dispuesto a obedecer, cuando de repente una nube de polvo se interpuso en mi camino, de esta salió un ANBU.
-Itachi Uchiha- hizo una leve reverencia - El Hokage requiere su presencia-
Miré a mi padre, este sin prestar atención me dio la espalda, caminando rumbo a los barrios Uchiha.
-Entendido- Mencione al ANBU, el cual desapareció en un silbido del viento tan rápido como llegó.
Antes de salir por donde segundos antes mi padre, dirigí mi vista a la menuda figura sobre el sillón.
Reconocida por ser tímida, amable y de carácter apacible; según Hiashi Hyuga: "Una auténtica deshonra como heredera."
Cuán equivocados se encontraban Hiashi y toda su bola de vejestorios; realmente deseaba poder admirar el día en el que se tragaran sus palabras. Pero sabía que no podía, mi destino estaba definido a extinguirse junto a los de su estirpe, para terminar con la maldición del odio.
"¿Dónde ésta, esa princesa grácil y bondadosa? En su lugar solo veo una valiente"
No pude evitar reír ante mi comentario mientras me dirigía a la torre del Hokage, aunque en un futuro me daría cuenta de que no estaba errado del todo.
-¡Hinata-chan!- Alguien gritaba fuertemente mi nombre, abrí los ojos, pero no pude ver nada. Un manto blanco se extendía por el panorama.
-¡Hinata-chan!- Seguía llamando, pero no podía ver a nadie más en esa nada.
Estaba confundida, no sabía dónde me encontraba, mucho menos como había llegado a tan extraño lugar.
-No tengas miedo, soy tu amigo- Parecía la voz de un hombre joven.
-¿Quién eres tú?- Pregunté aún desconfiada intentando localizar la fuente de los sonidos.
-Mi nombre no es importante, pero puedo decirte que soy la persona que te dio esos sueños- Contrarió a todo pronóstico la voz lograba relajarme, como una canción de cuna. Una voz que me parecía sumamente cercana.
- ¿Por qué usted haría tal cosa?- Los sueños no abandonaban mi mente, inundándome de sollozos ajenos, alaridos de dolor.
-Quiero que salves al clan, pero en específico quiero que salves a Itachi Uchiha del cruel destino al que se está encerrando él mismo- Recordé al joven, sintiendo simpatía por él.
"Los sacrificios son necesarios para alcanzar la paz"
Entendí, que él mejor que nadie entendía de sacrificios; el suyo propio.
- No lo entiendo. ¿Por qué yo?- Sin saber lo que debiera hacer, me dirigí a la voz de nuevo, sin embargo sus palabras no lograron consolarme, sino confundirme todavía mas.
-Por nada en especial, pero creo sinceramente que tú e Itachi se parecen mucho-Soltó una pequeña risa.
-Itachi-sama es una persona muy solitaria...-
"Al igual que yo"
-Si- rio de nuevo- por eso él necesita "un lugar soleado"(2.-N/A) - La voz poco a poco se desvanecía y la habitación comenzaba a tomar color, trayéndome de nuevo a la mansión Hyuga.
-Tus recuerdos están intactos, haz lo que debas hacer...-
Antes de despertar alcancé a escuchar: "Si todo sale bien, nos veremos muy pronto"
Aclaraciones:
1.-En este fic Hinata tiene 8 añitos e Itachi 15 . No estoy muy segura que tan canon sea esto. Pero si no me equivoco, Itachi y Sasuke se llevan entre 5-6 años.
2.- El nombre de Hinata significa, literalmente, un lugar soleado.
Espero de todo corazón que les guste mucho y si es así, les invito a dejar un review. Así como a seguirme en Twitter como: Sakuralizbeth.
Un saludo a Luz94 por leer el fanfic!
México, CDMX a Lunes 17 de Abril de 2017.
Editado: Sábado 17 de Febrero de 2017.
