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1: Objeto del deseo
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Vlad Masters tenía todo lo que un hombre podría desear.
Era un empresario exitoso, respetado y muy rico, deseado a la par por mujeres y por hombres, envidiado y admirado en su círculo, con muchas posesiones y mucho poder en la Zona Fantasma. Poseía poderes inimaginables, muy útiles tanto en el mundo humano como en el de los fantasmas. Y se mantenía en un estado que la gran parte de las personas de su edad envidiarían.
Así es, Vlad Masters tenía todo lo que un hombre podría desear.
Pero él era más que un hombre.
Y había una sola criatura que era tan especial como él. Daniel Fentom era su más preciado objeto de deseo, y lo único que no podía tener. Ni con todo su dinero, su influencia, sus poderes fantasma o incluso su encanto podía hacerlo caer. Era la más codiciada de sus presas, y pronto Maddie Fentom fue sólo un amor que no había podido ser. Daniel no sólo no se dejaba seducir por el dinero o el poder, sino que lo enfrentaba cada vez que se veían.
Y eso sólo lo hacía desearlo más.
Pronto notó que el deseo era más que deseo, y más que obsesión. Ansiaba poseerlo en cuerpo y espíritu, y tenerlo para él solo. Lo vigiló de cerca, mirando cada gesto y oyendo cada palabra, espiando todos sus movimientos y, cuando vio su oportunidad, atacó.
Ahora tenía todo lo que deseaba.
Y lo que más deseaba era al muchacho de pelo negro y ojos celestes que dormía en su cama junto a él.
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Pensando en diversas cuestiones de la vida se me vino a la cabeza la idea de hacer algunos drabbles. Más que nada para dejar salir el vicio, así que no tendrá capítulos establecidos o final planeado.
Nos leemos
Nakokun
