Disclaimer: Los personajes no me pertenecen, son de Rumiko Takahashi.
Los siguientes One-shots participan del Reto 5 días - Declaraciones Extrañas del Foro ¡Siéntate!
¡Y la historia es mía!
Era una fría tarde de Febrero, llovía por todos lados, y un grupo de amigos entraba corriendo a una cafetería cercana.
─ ¡Te dije que empezaría a llover antes de que llegáramos a siquiera medio camino de tu casa!─ Gritó Sango, temblando de frío.
─ ¡Esta bien! ¡Tienes razón! ─ Exclamó Inuyasha con los brazos cruzados y mirando para otro lado.
─ Oigan, ¿Qué van a pedir? ─ Preguntó la chica detrás del mostrador un poco fastidiada, dado que se había formado una larga fila detrás de ellos.
─ Cuatro Lattes, por favor ─ Dijo Miroku con la sonrisa más galante que tenía. ─ Oye, ¿Qué planes tenías para el día de…?
─ Son treinta y dos con noventa ─ lo interrumpió intencionalmente la chica poniendo una cara peor que la de antes.
Él le dio una sonrisa un poco falsa y agarró los cafés con ayuda de Inuyasha, y se dirigieron a la mesa donde estaban las chicas.
─ ¿Qué te sucede Kagome? Estas muy pensativa… ─ Preguntó Sango.
─ Nada, es solo que…─ se acercó a ella y le susurró: ─ Hoy, en la puerta de mi casa, había dos manzanas.
Sango se alejó un poco y la miró a los ojos, estaba seria, así que debía ser verdad. Al darse cuenta que decía la verdad, no puedo hacer otra cosa más que reírse.
─ ¡Eso es ridículo! ─ Reía tomándose el estómago.
─ ¡No es ridículo! ¡Es extraño! ─ Exclamaba algo enojada Kagome.
─ ¿Qué es extraño? ─ Preguntó Inuyasha pasándole un café a ella.
─ Kagome encontró dos manzanas en la puerta de su casa ─ dijo Sango despreocupadamente. Ya le había pasado el ataque de risa.
Inuyasha, que estaba bebiendo su café, se sorprendió tanto que este salió por su nariz.
Miroku y Sango empezaron a carcajear y Kagome, también riendo, lo ayudó a secarse.
─ Y eso no es todo, también había una nota.
Sango paró de reír y se puso seria, pero Miroku se puso a reír más fuerte, e Inuyasha también tosió más fuerte.
─ ¿Enserio? ¿Y qué decía la nota? ─ Preguntó Miroku, exagerando curiosidad.
─ Aquí está la nota ─ dijo Kagome mientras sacaba un papelito amarillo de su cartera.
─ A ver que dice… ─ Sango la tomó y la leyó en voz alta ─ Kagome, te dejé dos manzanas, una por palabra, y por que así te veo yo, como el fruto prohibido.
Miroku estaba que casi no podía aguantar la risa, Inuyasha tenía la cabeza gacha y estaba dándole fuertes codazos a él, Sango estaba un poco contrariada y Kagome tenía cara pensativa.
─ ¿Una manzana por palabra? ─ Preguntó Sango con el ceño fruncido.
─ Bueno, en cada manzana había una palabra tallada, pero no se notaba mucho que decía, pero las palabras parecían "Ti Queso".
─ ¿No habrá sido "Te Quiero"? ─ Dijo Inuyasha brusco, con el ceño fruncido y un poco sonrojado.
Sango no le prestó mucha atención a su cara y dijo: ─ Si, seguramente decía eso, pero, ¿Qué hiciste con las manzanas?
─ Las tiré, por supuesto.
─ ¿Por qué las tiraste? ─ Se extrañó Sango.
─ No iba a guardarlas hasta que se pudrieran ni las iba comer, no se de donde venían. ─ Kagome tomó otro sorbo de su café.
─ Bueno, sabemos que vienen de tu misterioso admirador secreto.
─ No, Sango, yo no tengo admiradores secretos. ─ Reía Kagome.
Los cuatro quedaron en silencio; Miroku seguía lanzando risitas de a ratos, Inuyasha miraba por una ventana con el ceño fruncido y la cara ligeramente sonrosada, Kagome tomaba despreocupadamente su café y Sango seguía analizando la notita como esperando que en cualquier momento le dijera quién la enviaba.
Lentamente dejó de llover y se escucharon las campanas de una iglesia cercana, anunciando las siete de tarde.
Finalmente, los cuatro amigos se levantaron de sus asientos y salieron de la cafetería. Se despidieron y cada uno siguió el camino hasta su casa.
Gracias por leer :D
