Pues hola a todos, me reporto aquí con una pequeña historia de una pareja que hace mucho no veía en fanfics: AusMex, sin embargo, a falta de personaje cannon de México (creo), hice mi propio México...bueno 2, la parte norte (un hombre) y la parte sur (una mujer).
Siento mucho que esto sea muy corto pero no he tenido creatividad últimamente.
Subiré el próximo capitulo en cuanto me sea posible
Para el australiano habían habido muy pocos momentos en su vida después de la conquista que le hayan sido recuerdos plenamente felices, todo por cortesía de un rubio británico de cejas muy pobladas y actitud huraña ante todo aquel que quería dirigirle la palabra a lo que el propio britano llamaba "criatura salvaje y extraña"...Al parecer el joven nativo aún no alcanzaba el rango de ser humano por no ser europeo.
Pero uno de esos momentos, únicos y extraños donde él había llegado a ser extremadamente feliz fue cuando conoció a un muchacho mayor que él; muy alto, de tez apiñonada, cabello negro y lacio peinado hacia atrás y ojos de color chocolate. Un joven que, como el propio australiano, había pasado por muchas cosas en cuanto tuvo contacto con un europeo.
La primera vez que le vio fue en una junta que tuvo su carcelero -o POME como gustaba llamarlo- con el que parecía ser el también carcelero de aquel muchacho de cabellos negros, el otro hombre que tenia a aquel chico bajo su yugo respondía a los nombre de Antonio Fernandez Carriedo y España pero por lo que el muchacho australiano veía en ese hombre era fácil decir que el infeliz trataba al chico tan mal como el ingles lo trataba a él.
La segunda vez que lo vio supo por fin cual era su nombre; Julio, sin embargo el nombrado jamás atendía por ese nombre, en cambio hacia muchos gestos de desdén a quienes le hablaban por ese nombre.
En su tercer encuentro el joven australiano conoció a la hermana del chico; una muchachita que a lo mucho lo superaba en edad por poco tiempo , de cabellera castaña, piel un poco más oscura que la de Julio y ojos iguales los de su hermano. Por cuenta de España llego el nombre de la joven a los oídos del australiano: Mariana pero por algún motivo la mujercita no parecía llamarle la atención tanto como lo hacía Julio cada vez que lo veia.
