Capítulo 1: Secretos agolpandose contra mí

Eran las 3 de la mañana y de alguna manera New York parecía sumido en un letargo que no duraría mucho. Los coches estaban quietos, los árboles se mecían con esa dulce brisa de otoño, incluso el Empire State había apagado ya las luces, la ciudad más agitada, estaba en paz. Hasta que una sombra cruzo la noche, cargada solo con una mochila, de esas que usan los deportistas, atravesaba Manhattan a paso acelerado, solo se paraba cada poco, miraba el papel que tenía en una mano, levantaba la vista al cielo y observaba las señales que marcaban el cruce de las grandes avenidas. Camino unos minutos más hasta llegar a su destino, miro al papel y al número sobre el portal varias veces asegurándose que ese era su destino. Suspiro cargadamente giro observando que no hubiera nadie dejo caer la bolsa y busco un punto débil en la puerta, rezando por no tener que forzarla, encontró que uno de los cristales que la adornaban estaba mal cerrado y lo empujo sin tener que hacer demasiada fuerza, introdujo su brazo derecho con delicadeza y giro el pomo, empujo la puerta con el hombro haciendo que chirriaran todas sus bisagras y maldijo su suerte por las condiciones de esa puerta mal engrasada esperando que nadie ollera ese crujir. Se introdujo en el portal y saco una pequeña linterna de bolsillo, la miro con desdén y pensó en la persona a la que se la había robado. "Ese cabrón pagara un día todo" dijo para sus adentros. Seguidamente, busco un nombre en los buzones, el nombre que debía darle la libertad, el nombre que tantas veces había rezado por conocer y que estaba ahí ante sus ojos, giro para quedar de espaldas a la placa que poseia dicho nombre para pensar con calma, el siguiente movimiento a efectuar, no quería asustar a la persona que, no sabía por qué, el había querido y añorado siempre, sintió acelerarse su pulso, respiro profundamente y se acerco al espejo del recibidor, este le devolvía una extraña figura delgada pero en ella se distinguían unos hermosos ojos verdes, que según el sabia pertenecían a la persona que le esperaba escaleras arriba. Sacudió su gabardina, se arreglo un poco el pelo y volvió a colgarse la bolsa

-Destino, allá voy…

Las 3 de la mañana, las 3 de la mañana y un solo pensamiento recorría su cabeza, él. Maldijo el día que negó recordar sus palabras "Te quiero… Te quiero, Kate…" ¿De qué tenía miedo? Ella sentía lo mismo, esa aprensión en el corazón al verlo con otra, esa alegría al verlo aparecer con sus cafés y sin embargo eran las 3 de la mañana y ella seguía en su apartamento, sola, tomando otro vaso de leche, justo como hacia cuando era pequeña y tenía una pesadilla, de la misma manera que lo preparaba su madre… su madre hacia tanto que no pensaba en ella ni en ella ni en… Kate sacudió la cabeza ¿Por qué volvía ahora él a su mente? "El está bien Kate, obraste bien" rezo para sí misma pero aun así… sería algo normal esas cosas nunca eran fáciles y siempre quedaban cicatrices era algo realmente doloroso, como si te arrancaran la entrañas, pero sabía que él estaba bien.

Dos golpes a la puerta.

Beckett salto, aun recordaba el cadáver que ese psicópata había puesto en su puerta a forma de advertencia. Cogió el arma y apunto a la puerta. Dos golpes más, y más, y más quien fuera no iba a irse. Se acerco poco a poco a la puerta hasta quedar a la altura de la mirilla, seguidamente bajo el arma.

Al otro lado había un muchacho de unos 15- 16 años con moratones en la mandíbula y cuello y un feo corte en la ceja, no sabía porque pero esa imagen le oprimió el corazón y abrió la puerta sin más.

La puerta se abrió y allí estaban unos ojos verdes que le escrudiñaban de arriba abajo, la sombra contuvo la respiración sentía temblar sus piernas, su salvación estaba delante suyo con una camiseta de tirantes ajustada, el pelo castaño recogido en una coleta, que dejaba algunos mechones ondulados a ambos laterales de una cara, que a él, le resulto preciosa. Y ahora ¿qué decía? ¿Qué hacia? ¿Cuál era el siguiente movimiento? Hablar sin duda hablar.

-Hola, ¿Kate Beckett?

-Si

Una dulce voz tal como había soñado, tal como correspondía a ese ángel.

-Yo… esto… soy…

Nunca había tartamudeado, pero esa noche lo hacía, no atinaba a decir una palabra.

-Tu… ¿Muchacho quien eres?

- Yo… soy… esto es complicado… ¿Eso es un arma?

-¿Qué? Aaaa esto sí y como no empieces a explicarte voy a usarla

La expresión del muchacho cambio por completo, si antes intentaba sonreír ahora ya no lo hacía, trago saliva, se froto el pelo un pelo castaño y rizado y se llevo la mano a la ceja con un gesto de dolor. Realmente ese chico parecía un cachorrillo apaleado.

-Me llamo Nick… Nick Collin y bueno… yo soy…soy

-Eres…

Ese nombre…

-Soy ese Nick el Nick por el que ha cambiado la expresión de tu cara Nicholas James Collin, soy el bebe que diste en adopción hace quince años.

En ese momento quien temblaba era Kate

Continuara...

Bueno pues hola esta es la primera historia que subo espero que os haya gustado y que disfrutéis leyéndola tanto como yo escribiéndola.

Espero algún Review

Ninguno de los personajes de Castle me pertenece solo Nick.