Kokoro ni Mitteru
Mizuho
Este fic va dedicado a mi amiga del alma y quien me apoyó y animó a desarrollar la idea. Se puede decir que tiene la misma edad que su bebé. Sólo para ti, Eli.
……………………………
Capítulo 1
Una Segunda Oportunidad
Rin estaba en la cocina preparando un té, sonríe mientras ve su mano y roza sus anillos de compromiso y matrimonio. Apenas volvía a disfrutar de aquella vida luego que se viera a punto de terminar. Las exigencias de su antiguo trabajo habían creado un agujero entre ella y su familia y aunque compartía todo su tiempo libre con su hija, no tenía energías para compartir con su esposo, por lo que él le planteó una solución.
-Flashback-
Rin trabajaba en su computadora después de llevar a su pequeña a dormir. Su esposo entró en el estudio. Un hombre alto, fornido, con ojos azules y una espesa cabellera negra.
-Rin… tenemos que hablar…
-Un segundo…
-No, Rin… ahora…
Rin suspiró y guardó el documento, se puso de pie y siguió a su esposo al comedor.
-De qué quieres hablar? Alan?
-Rin… no sé ni por dónde comenzar…
Rin de pronto sintió cómo su corazón se aceleraba. Alan tomó sus manos y las besó.
-…creo que lo mejor para todos sería separarnos…
-Qué!
-No te sorprendas…
-Kami, Alan, sé que me he dedicado mucho a mi trabajo los últimos meses…
-Súmale un poco. Qué tal los últimos años? Digamos los últimos dos?
Rin bajó la cabeza.
-Esto quiere decir que hay otra…
-Rin…
-Sólo dime la verdad…
-La verdad es que… comprendo que sea el trabajo de tus sueños y que ahora estés logrando lo que querías… pero yo ya no puedo seguir en segundo lugar…
-Alan…
-Apenas tienes tiempo para estar con Abril antes de dormir… revisas lo que harás al día siguiente… y te vas a dormir… yo no tengo espacio en tu vida Rin…
-Eres feliz con ella?
-Qué?
-La mujer por la que me dejas…
-No hay otra mujer…
-No me vengas con estupideces. Sabes bien que lo hice porque me dijiste que estaba bien. Sabías que tendría que partirme el lomo… que se sacrificarían cosas… lamento mucho que sacrificara mi tiempo contigo por estar unos minutos más con mi hija… pero la única razón por la que volví a trabajar fue porque me dijiste que estaba bien…
Rin se puso de pie y se fue a la habitación. Alan esperó unos minutos y la siguió. Cuando Rin lo sintió entrar se secó los ojos.
-Rin…
-Cómo se llama? Abril la conoce?
-Rin, no hay nadie más…
-MENTIRA! Porqué rayos no me dijiste que te estabas hartando! Preferiste esperar a no sentir nada más…
-Rin! Escúchate! Estás celosa de alguien irreal!
-Pero nos separó!
-Lo único que nos separó fue tu trabajo!
Rin lo vio con una mirada fulminante. Sus ojos rojos y las lágrimas empapaban su rostro.
-No pongas esa excusa barata! Con hablar tenías suficiente para yo saber que algo andaba mal!
-Si no hacemos el amor en más dos meses es porque algo anda mal!
-Y tú prefieres divorciarte! Maldición Alan! NO NACÍ AYER!
Rin escuchó a su hija llorar y salió de la habitación sin decir una palabra más. Cargó a su pequeña, de pelo negro, pero con los mismos rizos de Rin y unos grandes y expresivos ojos azules, la besó en la cabeza.
-Calma, mi amor…
-Papa!
Rin fue a su habitación, Alan permanecía estático. La niña continuaba llamándolo mientras lloraba desesperadamente. Rin se le acercó y le entregó a la niña. Se dejó caer en la cama sintiéndose derrotada.
-4 meses…
-Qué?
-Hacen 4 meses que no hacemos el amor…
-Ahora no…
Abril continuaba con su llanto y entonces comenzó a llamar a Rin. Alan se acercó para que la cargara. Se sentó a su lado y la niña se cambió de brazos. Al hacer el cambio las manos de Rin y Alan se cruzaron. Al sentir el contacto cruzaron miradas. Rin abrazó a su pequeña con fuerza, buscando que se calmara.
-A veces el amor…
-Se acaba? Es eso? Ya no me amas?
-No, Rin… pero a veces no es suficiente…
-Es lo mismo…
Rin besó a su hija mientras evitaba que alguno de los dos la viera llorar.
-Yo sí te amo… y estoy segura… Alan… qué nos pasó? Hay algo más…
-No lo hay…
-No me digas eso… con haberme dicho que no estabas conforme, lo dejo… dejo de trabajar…
-Y no serías feliz… No enteramente… No como lo eras cuando volviste a trabajar… cuando te ascendieron…
-Y crees que estaré feliz lejos de ti?
-Mama…
Rin volvió a besar a su hija mientras le prometía que todo estaría bien. Cerró los ojos y tomó aire. Alan sabía bien que Rin quería llorar y gritar. Pero su orgullo no se lo permitía, aquel mismo que una vez lo cautivó.
-No te voy a rogar… si es lo que quieres, no te voy a rogar… si te quieres ir, si tienes a otra, vete… Yo no te voy a rogar…
-Sé bien que eres demasiado orgullosa.
-Entonces, ahí tienes la puerta… si lo has pensado tanto… y en vez de tratar y de enmendar los errores, te quieres ir… no, espera… esta casa es tuya… quien se debe ir soy yo…
Rin se puso de pie, Abril comenzó a llorar.
-Cálmate, mi amor…
-Papa!
Entonces Rin comprendió. Volvió a sentarse junto a Alan.
-Abril nos… Abril nos necesita juntos…
-No, Alan. Ni lo pienses. Abril no será una excusa para que estemos juntos. Si quieres el divorcio, el divorcio tendrás.
Rin se acomodó con la niña abrazada a ella.
-Qué hubiera cambiado si te lo decía antes?
-Muchas cosas… incluso hubiera dejado de trabajar si fuese necesario…
-Estarías sacrificando lo que más amas…
-No Alan, lo que más amo está aquí, la tengo cargada. Abril es lo que más amo… luego vas tú…
Alan se acercó y tomó su mano libre.
-Aún tenemos tiempo…
-Me conoces demasiado bien… y si hubo otra mujer, yo no…
-Te lo juro Rin, no hay nadie más… por eso preferí separarme a si quisiera serte infiel… yo te amo… pero creí que en la batalla entre tu trabajo y yo, salí perdiendo…
-Quieres que renuncie?
-No… no quiero que te esclavices en la casa… sólo quiero que seas feliz…
-Ser feliz… mi felicidad te incluye…
-Vamos a volver a intentarlo…
-Sin secretos esta vez… seremos francos aunque la verdad duela.
Alan asintió y se acercó para besarla, Rin acarició sus mejillas y se besaron. Abril apretó el pecho de Rin, quien rompió el beso riendo.
-Qué te pasa, mi amor?
Alan la besó y volvió a besar a Rin.
-Te amo…
-Te amo, Alan…
-Fin del Flashback-
Rin termina de servirse la taza de té cuando siente unos fuertes brazos rodearla. Sonríe y se recuesta hacia atrás. Él la besa en la curva entre el cuello y el hombro.
-Buenos días, cariño…
-Hm! Hola… porqué me dejaste sólo?
-Quería algo de té y tú no quisiste despertar…
-Y no me darás mi beso de buenos días?
Rin sonrió y giró entre sus brazos, tomó su rostro entre sus manos y lo besó apasionadamente.
-Cómo dormiste?
-Cómo eres capaz de levantarte a las 6 de la mañana?
-Me levanté tarde. Aún tienes sueño?
-Sí, y te quiero conmigo!
Alan la cargó y la sacó de la cocina.
-Alan! Mi té!
-Te haces otro después… además, no lo necesitas, estamos de luna de miel. Se supone que debe darnos las 12 del día durmiendo.
Rin rió mientras se aferraba a su cuello y lo besaba en la mejilla. Alan trabajaba mucho, su trabajo no exigía tanta entrega como el de ella, pero daba lo mejor de sí. Pero también a la hora de dormir, nada lo levantaba de una cama. Reconoció que dos horas de sueño, en realidad era muy poco para él.
-Más tarde llamaremos a Abril…
Alan asintió mientras la dejaba sobre la cama y se acomodaba a su lado. Sonrió antes de volver a besarla.
-Y eso?
-Qué cosa?
-Por qué sonríes?
-Porque tengo a la esposa más sexy del mundo…
Rin rió mientras se acomodaba en su pecho.
-Se me acaba de ocurrir algo…
-Qué cosa?
-Un bebé…
-Pero si tenemos una…
-No… otro… qué dices?
-Abril está muy pequeña… vamos a esperar que cumpla los dos o tres años…
-No quieres?
-Claro que sí, mi amor… pero me refiero a que Abril todavía es una bebita… apenas cumplió un año…
-Está bien… esperaremos a que esté más grande…
………………………
Apenas volvieron de su viaje de luna de miel y fueron a la casa de los padres de Alan por su pequeña niña. La madre de Alan no congeniaba mucho con Rin, sin embargo, su suegro la adoraba, siendo él quien se ofreciera a cuidar a su nietecita mientras ellos se dedicaban un poco de tiempo a ellos mismos. Rin esperó en la galería puesto que sólo entraba en la casa cuando ella no se encontraba y por las insistencias de su suegro. El viejo corrió a la puerta y la saludó con un abrazo de osos.
-Estás preciosa!
-Gracias… usted no va muy lejos…
-Qué va! Mis 15 minutos se vencieron hace mucho.
-No lo creo… se lo pondré así, si me gustaran mayorcitos, usted sería mi primera opción.
Los dos rieron.
-Muchas gracias por cuidar de Abril… Alan y yo realmente necesitábamos…
-Ni lo menciones! Es un placer! Pero recuerda que Alan no habla mucho de esas cosas. Él simplemente espera a que el vaso se rebose.
-Sí…
Alan se despidió de su madre y salió con la niña en brazos.
-Mama!
-Hola, mi corazón! Te extrañé tanto!
Rin la cargó y la llenó de besos. Alan tomó las maletas y se marcharon. Abril iba jugando con el pelo de Rin.
-Porqué te tardaste tanto?
-Pensaron que era muy tarde para que fuéramos hoy, y habían cosas sin empacar. Qué pasó?
-Alan… ella nunca te ha dicho porqué me odia tanto?
-Quién? Mi madre?
Rin asintió mientras besaba a Abril.
-No, no lo ha hecho. Le he preguntado, pero simplemente dice que no eres para mí. Amor, a quién le importa lo que ella piense? Si por mí es, se puede ir a freír tusa inglesa.
Rin estalló en risas, pero luego volvió a su seriedad.
-Al menos te hice reír.
-Es que me preocupa un poco… su actitud… no hacia mí, sino hacia Abril…
-Crees que no la quiere?
-No lo sé… recuerdas cuando nació? Tengo la impresión que de por ser mía…
Alan tomó su mano.
-Olvida eso, amor…
En el camino, Abril se durmió. Una vez en la casa, la llevaron a su cuna. Ya en su habitación, Rin lo abrazó.
-Tenemos que cambiarle la cuna por una cama.
Alan sonrió y la besó con ternura.
-Aún recuerdo cuando me dijiste que estabas embarazada… y ya Abril está aprendiendo a hablar…
-Esta aprendiendo no, habla y mucho.
Rieron.
-Siempre quise que tuviera tu inteligencia…
-Y tu belleza…
Volvieron a besarse.
-Por cierto, será mejor que llames a tu hermana, dejó varios mensajes preguntando si no te corté en pedacitos y te mande por correo a Timbuktú.
Rin rió y tomó el teléfono.
-Supongo que ya llegó de su viaje.
Marcó el número y sólo sonó una vez cuando contestaron.
-Bueno?
-Kagome?
-RIN! Cómo estás? Cómo te fue? Y Alan y la niña?
-Calma! Una pregunta a la vez. Estoy bien, nos fue de maravilla, Alan se fue a dar un baño y Abril está dormida.
-Ya no se van a separar?
-Ni en un millón de años.
-Me alegro.
-Yo más. Y mamá, cómo está?
-Está bien. Dice que prefiere quedarse porque Tokio es muy agitado para ella.
-Eso lo comprendo… pero irse a Okinawa? Kami!
-Está feliz. La casa está hermosísima.
-Claro, si la diseñé yo! Y cómo van las cosas con el…
-Nah! Eso ya no… ya es historia…
-Kagome!
-No puedo hacer nada, Rin… él realmente la ama… pues que sean felices, él no era para mí…
-Ya encontrarás el tuyo…
-Sí… pero que sea pronto!
Rieron.
-Este viaje fue para olvidar. Enterré todo eso en Okinawa, no vale la pena llorar lo que no volverá.
-Eso quiere decir que volverás a salir?
-Retomaré mi vida.
-Bien dicho bicho!
Rieron, Rin se despidió cuando Alan salió del baño con una toalla envuelta a la cintura y otra secándose el pelo. Se le acercó mientras Rin ponía el teléfono en su base.
-Kagome te manda saludos…
-Mhm…
Rin supo que hablar no estaba en los planes de su esposo. Separó sus piernas y se fue inclinando sobre ella, haciendo que ella quedara recostada en la cama. Entonces la besó. Rin acarició su pelo y lanzó la toalla que estaba en su cuello al piso. Él la fue desnudando poco a poco, saboreando la piel que quedaba expuesta. Rin se deshizo de la toalla a su cintura y sonrió mientras alargaba su mano para tocarlo. Él la esquivó con un rápido movimiento de sus caderas.
-Ni se te ocurra…
Volvió a besarla y desvió sus besos a su pecho, aún hinchados producto de la maternidad. Rin enredó sus dedos en su corta cabellera mientras sentía que aquella caricia estremecía cada rincón de su cuerpo.
-Alan…
-Aún no comienzo…
Alan sonrió, sabía que Rin se desesperaba con sus tortuosamente largas caricias. Pero disfrutaba embriagarse con sus gemidos llenos de placer. Finalmente, su cuerpo le recordó su situación y con la misma calma y alargando el placer fue abandonando sus senos para dirigirse a la entrepierna. Sus piernas ya estaban separadas, por la posición que él mismo propició. Deslizó sus dedos y la sintió caliente y húmeda, ella movió sus caderas.
-Amor…
-Alan!
Alan sonrió y colocando cada mano a la altura de sus hombros, la besó mientras rozaba sus sexos.
-Alaan!
Disfrutaba escuchar su voz corrompida por el deseo, se deslizó dentro de ella sintiendo cómo lo abrazaba y lo rodeaba en su cálido interior.
Rin sentía sus besos en su pecho mientras su cuerpo aún era sacudido por el placer. Cuando finalmente pudo, abrió los ojos sonriendo.
-Te amo, Alan.
-Te amo, Rin.
Volvió a besarla y se acomodó a su lado abrazándola, con la respiración un tanto agitada.
-Cuánto tiempo te queda de vacaciones?
-Dos semanas, y a ti?
-También.
-Qué tal si nos vamos a Okinawa? Quiero ver a mi mamá…
-Está bien.
-Gracias!
Rin lo llenó de besos.
-Un año y medio después.-
-Mama! Gané!
Una niña de unos 3 años corre hacia Rin y la abraza con fuerza.
-Sí! Te vi ganar, mi amor!
-Y papa?
-Estaba aquí, dijo que viene ahora.
-Abril!
-Papa! Me viste? Gané!
-Si te vi, princesa, y te grabé.
Estaban en un pasadía del colegio de la niña. Ya en la noche, luego de dormir a Abril, Rin bajó a su oficina y buscó unos planos, los colocó juntos y salió del lugar,
Alan la esperaba sentado en la sala.
-Rin…
-Sí, amor?
-Ya Abril tiene casi 4 años…
Rin cerró los ojos y tomó aire. Aquellas discusiones por tener más hijos eran cada vez más frecuentes. Se sentó frente a él.
-Quiero que me escuches, sin hablar. De acuerdo?
Alan asintió.
-El día del segundo cumpleaños de Abril dejé de usar los anticonceptivos. Tengo casi 2 años que no los uso. He ido al médico cientos de veces, he tomado pastillas, me he inyectado. Pero si tú no vas al médico y te chequeas, si tú no te haces un examen, nunca sabré porqué no quedo embarazada otra vez.
-Yo no tengo problemas. Yo tengo una hija!
-Yo también tengo una hija. Y sin embargo, mira dónde estamos. Eso cambia, Alan. Todo cambia. Tienes que ir pero te niegas, recuerda que la mitad de todo el proceso tiene que ver contigo. Yo hice la mía.
-Yo estoy bien.
-En caso de que así sea, entonces yo me haré muchos más exámenes y… no sé… en caso de que estés bien…
Rin desvió la mirada.
-Rin…
-Si tú estás bien, quiere decir que nunca más podré volver a quedar embarazada…
-Rin…
-Hazte los exámenes Alan… hay muchos tratamientos si el caso eres tú…
Alan se sentó al lado de Rin y la abrazó.
-Está bien… lo haré… lo haré por ti…
-Si yo no puedo… qué harás…
-Nada cambiará…
…………………
Rin y Alan salían de una exposición arquitectónica, donde Rin exhibía varios proyectos.
-Vaya! Amor, eres increíble… no es por nada, pero me gustaron más tus proyectos que todos los otros.
Rin rió.
-Al menos tendré un par de semanas ligeras. Ya no me tengo que matar haciendo maquetas.
-Estoy orgulloso de ti, amor.
Rin sonrió.
-No tienes que estar orgulloso por eso…
-Claro que sí… Cada vez que veían tu trabajo lo alababan. Varios dijeron que no esperaban menos de ti… y tienen razón. Eres excelente en tu trabajo.
Rin vio por el retrovisor que el auto que venía atrás estaba muy pegado a ellos.
-Alan, ese auto me tiene nerviosa, déjalo pasar.
-Pero si tiene la vía libre.
-Alan, está muy pegado, cuando llegues a la luz roja, te chocará…
Alan trató de cambiar de carril, pero no podía, notó que tampoco podía disminuir la velocidad porque realmente estaba muy pegado. Frente a ellos iba un enorme camión.
-Se tendrá que aguantar, si quiere, que me rebase por la vía contraria.
Al parecer, el conductor pensaba igual que Alan y se metió en el carril en vía contraria. Alan se distanció un poco del camión, para que el conductor entrara si quería.
-Ponte el cinturón. PONTE EL CINTURÓN!
-Lo tengo puesto!
-AGÁRRATE!
El conductor que los rebasó hizo un viraje forzoso y Alan tuvo que maniobrar para evitarlo, pero el otro conductor no recuperó el control y aunque Alan frenó, no logró evitar el impacto.
-Alan!
Rin sintió cómo se iniciaba una cadena de choques, recibiendo ellos también el impacto. Sentía que la cabeza le ardía. Todo estaba oscuro y tenía las piernas presas.
-Alan! Alan! Alan, estás bien?
Un último impacto hizo que se golpeara la cabeza y perdiera el conocimiento.
………………
Sentía una mano que acariciaba su rostro. Movía su pelo y dejaba su rostro libre. Escuchaba sollozos. Trató de mover la cabeza, le dolía demasiado. Trató de hablar, pero tenía algo en la boca. Tenía algo en sus manos. Lo apretó.
-Rin!
Reconoció la voz de su hermana. La oyó llamar a los médicos y enfermeras avisando que estaba despierta. Se llevó las manos al rostro y sintió las vendas. Le dolía todo, ojos, nariz, boca.
-Rin, soy el doctor Kashimi… te quitaremos el tubo que te ayudaba a respirar, cuando te avise, tose.
Una vez que le quitaron el tubo y Rin pudo hablar en un ligero suspiro, lo primero que hizo fue preguntar por Alan.
-Y mi esposo?
Kagome se llevó las manos a la boca y el doctor cerró los ojos.
-Kagome… dónde está Alan? Kagome… Alan está bien?
Rin hacía un esfuerzo sobrehumano para hacerse escuchar. Tanto que sentía que la garganta se le desgarraba.
-Qué le pasó a mi esposo?
Kagome se sentó a su lado con los ojos llorosos y sosteniéndola por los hombros.
-Rin… Alan… tuvo muchas lesiones… serias… lo operaron varias veces…
-Kami! No! No me digas…
-Lo siento… lo siento mucho…
Kagome la abrazó con fuerza.
-NO! ALAN!
Rin se alteró tanto que el doctor decidió ponerle un calmante para proteger sus cirugías. Una vez dormida le cambió las vendas de los ojos empapadas por las lágrimas.
-Cuando sabremos si podrá ver?
-Mañana… realmente preferiría mantenerla dormida hoy. Sé que despertará llorando y si le sube la presión, los resultados serían desastrosos.
-Está bien… creo que será lo mejor.
Más tarde, Kagome salió de la habitación. Se encontró con un joven de largo pelo platinado y ojos dorados, derrotada, se entregó a su abrazo.
-No hay cambios?
-Despertó… Kami, me rompió el corazón…
-Qué hay de sus ojos?
-No sabremos hasta mañana…
-Entonces ya lo sabe?
-Sí…
Kagome hacía lo posible por contener su llanto. El joven la abrazó con más fuerzas.
-Está bien, amor… déjalo salir…
Se aferró a su pecho y dejó salir su llanto lleno de dolor.
-Tengo miedo, Inuyasha!
-Ella estará bien…
Estuvieron así un largo rato, hasta que Kagome encontró paz entre sus brazos. Estaban en la habitación, sentados en un sillón. Finalmente Kagome levantó la cabeza.
-E-espera… está enredado, el anillo.
-Yo lo saco…
Kagome desenredó del pelo rubio sus anillos de compromiso y matrimonio.
-Ya…
-Quieres irte a descansar a la casa? Yo me quedaré hasta la noche y entonces vuelves…
-No… no puedo… ver a Abril… si la veo me muero…
-Quieres algo? Kami me siento inútil…
-Estar aquí conmigo es lo mejor que puedes hacer…
-Aquí me tienes…
-Lo sé…
-Sabe cuánto tiempo pasó?
-No…
-Kami… hace un rato hablé con el papá de Alan… me dijo que ya lo cremaron. Y que esperarán por Rin para lo demás…
-Está destrozada… se amaban con locura…
-No quiero ni imaginarme sin ti…
Inuyasha la besó en la cabeza mientras la abrazaba con fuerza.
………………………
Al día siguiente, Rin despertó llamando a Alan. Kagome se sentó a su lado y la abrazó con fuerza.
-Me quiero morir… me quiero morir… me quiero morir…
-Rin, no digas eso… por favor…
-Cómo voy a vivir sin él? No… Kagome, me quiero morir!
El doctor se acercó.
-Quiero hablar con quien lo atendió…
-Yo mismo lo atendí…
-A los dos a la vez?
-No, mi colega la atendió, pero a él se le presentó una emergencia y yo me hice cargo de su caso… lo siento mucho…
Rin negó con la cabeza.
-Le quitaré las vendas…
El doctor lo hizo en silencio. Una vez que lo removió todo y Rin abrió los ojos, los volvió a cerrar.
-Qué me pasó!
-Sufrió la mayoría de los golpes en la cabeza. Tan fuertes que tuvo desprendimiento de retina…
-No puedo ver…
-Absolutamente nada?
-Siluetas… si apenas unos colores…
El doctor negó con la cabeza.
-Alguien sabe qué diablos pasó?
-La policía quiere preguntarte… el auto de ustedes era el primero en toda la fila del choque. Quieres hablar con él?
Rin asintió. Un detective entró y se preparó para tomar notas.
-Fue algo muy confuso… alguien iba detrás de nosotros… yo le dije a Alan que estaba nerviosa porque estaba demasiado cerca… que lo dejara pasar…
Las lágrimas empaparon el rostro de Rin. Kagome la abrazaba.
-El hombre comenzó a hacerle cambio de luces y tocarle la corneta para que se quitara, pero Alan no podía… entonces él nos rebasó metiéndose en vía contraria. Alan dejó espacio entre nosotros y el camión que iba frente a nosotros para que él entrara si lo iba a hacer, pero lo que hizo fue acelerar… luego apareció de la nada y Alan me gritó que me sujetara. El otro había perdido el control, no frenó a tiempo y lo golpeó… luego los demás autos fueron chocando uno tras otro… quién es el otro conductor?
-Era un narcotraficante… estaba escapando de una redada…
-Era? Murió?
-Sí… Lamento mucho lo de su esposo…
Rin se apoyó en Kagome.
-Alguien más resultó herido?
-Varios de los conductores, o sus acompañantes.
-Pero están bien?
-Sí… su esposo fue la única victima fatal…
Una vez que el detective se marchó. Kagome le pidió que descansara.
-No…
-Te pondremos un calmante…
-Doctor… quiero saber de mi esposo… como murió…
-Pienso que eso la alterará mucho…
-Tengo una hija… y me preguntará…
-Tuvo demasiadas lesiones juntas… no pudimos controlar todas la hemorragias… en medio de la cirugía tuvo un paro cardíaco y no pudimos recuperarlo…
-Qué tantas lesiones pudieron ser?
-Señora…
-Quiero saber.
-Pulmones, hígado, bazo, riñones…
Rin ya sabía suficiente, se refugió en los brazos de su hermana mientras desahogaba su dolor. El doctor las dejó solas, luego de que Rin se negara a los calmantes.
-Kagome… y mi hija?
-Está en mi casa. Inuyasha está con ella.
-Cómo lo tomó? Quién se lo dijo?
-Entre tu suegro y yo… no entiende mucho… a veces sí… otras pregunta cuándo volverán…
-Quiero verla…
Kagome llamó a Inuyasha para que la llevara.
-Tengo moretes?
-No, ya se borraron…
-Ya se borraron?
-Han pasado dos semanas… Rin… tus ojos…
-Es lo que menos me importa ahora…
-Lo sé… pero cuando salgas de aquí… no puedes vivir sola…
-Tengo que estar sola… Alan…
-Las cosas son muy diferentes… no puedes ver… no puedes cocinar y tienes una hija de 3 años…
-Kami… tienes razón…
-Anoche pensé en algo para el peor de los casos… lamentablemente este es el peor de los casos… Recuerdas el aparta estudio? Es totalmente independiente de la casa… puedes quedarte ahí con Abril mientras te acostumbras… el doctor me habló de unas clases y otras cosas. Puedes vivir sola después de todo…
-No, Kagome… no quiero ser una carga… ustedes son un matrimonio joven…
-Eres mi hermana no una carga. Y esto es un caso aparte. Además Inuyasha te adora… estoy segura que aceptará…
-Kami… Alan…
-Rin…
-Porqué me dejó sola?
Kagome acariciaba su cabeza mientras las lágrimas rodaban por sus mejillas. Más tarde llegó Inuyasha con Abril.
-MAMA!
-ABRIL!
Rin la recibió entre sus brazos mientras luchaba por no llorar. Abril lloraba a todo pulmón. Tal escena era tan desgarradora que hasta Inuyasha, perdió la batalla con sus sentimientos mientras abrazaba a su esposa. Decidieron dejarlas solas unos minutos.
-Abril, mi amor, estás bien?
-Te quiero mucho, mamá…
-Yo también te quiero, mi amor…
-Porqué no puedo ver a mi papá, dónde está? Tía me dijo que se fue de viaje, pero no me llama para darme las buenas noches… cuándo vuelve? Porqué se fue si estás enferma?
A cada palabra de Abril, Rin se sentía morir. La abrazó con fuerza.
-Mi amor… tu papi no va a volver…
Abril volvió a llorar. Rin sentía que no tenía más fuerzas.
-Porqué! Ya no nos quiere? Fue porque me porté mal?
-No… mi amor… tu papi te quería con todo su corazón… pero ahora está en el cielo… no estará contigo así como yo… pero lo tendrás siempre en tu corazón… y cuando cierres tus ojitos y pienses en él, ahí estará…
-Se fue al cielo?
-Sí… y ahora es un ángel… ahora es tu ángel de la guarda… él cuidará de que nada malo te pase…
-Pero yo no lo quiero en el cielo… yo lo quiero aquí…
-Abril… no podemos hacer nada…
Rin sintió a su hija refugiarse en su pecho y llorar hasta dormirse. En ese momento supo que por ella, debía ser fuerte.
