Buen día. Esta vez les quiero compartir una nueva historia de esta serie de Fics LoveLivexPokemón.
En esta ocasión les comparto la historia de la tercera pareja, la pareja mas linda y purificadora de almas de todo el mundo; por supuesto hablo de un RinXPana en su aventura en el mundo Pokemón.

Como siempre digo, esta historia se basa completamente en la región de Alola y en la ultima generación de juegos; es decir que todos los ataques, habilidades, situaciones y lugares se basan en esta región.

Sin mas, espero que disfruten de la historia.


La belleza de un Pokemón.

Nuestra promesa.

Capítulo I

Rayos de luz blanquecina pasaban entre las hojas verdes de los árboles y se movían y difuminaban conforme el viento golpeaba las copas de los árboles en aquel lejano bosque de la isla Melemele. Varios Caterpie y Metapod tenían su guarida debajo de los troncos de los árboles. Algunos Butterfree volaban libres entre el bosque, hasta un claro cercano de ahí, donde un pequeño y cristalino lago contrastaba a la perfección el reflejo del cielo azul de Alola.

Era un lugar tan tranquilo que el ambiente imperturbable parecía siempre permanente, pero precisamente en aquel claro un fuerte grito hizo que esa tranquilidad se perdiera un poco.

—¡B-Bien, ahora usa Día soleado!

Tímida era la suave voz que resonó en aquel lugar. Los Pokemón, entre ellos: Caterpie, Wurmple y uno que otro Oddish curioso, miraban a la chica que ahí se encontraba.

Una tenue luz ilumino el claro y la superficie cristalina del lago. El reflejo fue tal que la luz blanquecina apareció en la superficie e ilumino la profundidad del lago, mostrando a los Pokemón acuáticos que ahí habitaban. Algunos Magikarp se escondieron apenas vieron la luz; algunos Wooper miraron curiosos hacia arriba; incluso Finneon y Lumineon vieron maravillados la nueva luz. Aunque algunos Pokemón se escondieron al sentir el repentino cambio de temperatura en su habitad.

Las hojas verdes y radiantes de la espalda del Pokemón del que provino ese ataque se movieron con la brisa que entro entre los árboles. Lo que parecía ser una corona amarilla y naranja por las flores en su cabeza estaba iluminada con una luz tan blanca que parecía el sol mismo. Las manos como hojas verdes de aquel Pokemón se esforzaban por permanecer levantadas, mandando el ataque hacia el cielo y creando la ilusión de que el sol de la isla de Alola se había duplicado con otro más pequeño similar a aquel astro.

—B-Bien hecho, "Lilly" —La tímida voz de la chica parecía convencida, pero su tono era bastante nervioso.

Aquella chica movía sus dedos tímidamente, juntándolos y viendo a su Pokemón a los ojos. Los ojos rosa pálido de la chica resplandecieron al igual que su cabello dorado parecido a los rayos del nuevo sol creado por su compañera.

—A-Ahora usa Energibola… por favor… —La tímida voz de la chica iba en decremento.

Su Pokemón, una increíble y hermosa Lilligant, miro a la chica con desconcierto para después soltar un gritito resignado.

La Pokemón de tipo planta se volvió hacia la luz solar que había creado y dio un salto al mismo tiempo que con sus manos creaba una bola luminosa de color verde que parecía desprender energía desde un núcleo que se alcanzaba a ver en su interior, enviándola finalmente hacia aquel pequeño sol artificial.

La luz verde combinada con la luz solar hizo un efecto mágico e hipnótico, pigmentando con una luz verdusca y hermosa cada rincón del bosque. La joven que se encontraba frente a su Pokemón miro el ataque con asombro, viendo cada rincón del bosque y viendo como los Pokemón que estaban a su alrededor se acercaban a ella para ver mejor el panorama.

—Increíble… —Para Lilligant eso pareció ser un alago, ya que sus ojos mostraron gratitud mientras se acercaba de nuevo a su entrenadora. Pero Hanayo cayó en cuenta de algo. Nerviosa se volvió hacia su Pokemón y comenzó a balbucear; los nervios se mostraban en todo su rostro—. L-Lo siento, me distraje… —Le dijo a su Pokemón. La felicidad que parecía mostrar Lilligant en ese momento desapareció para que su ceño se frunciera con molestia—. Bien, rápido, otro ataque, combinar otro ataque… —Se decía Hanayo mas para ella que para su compañera—. Bien, Lilly, usa Rayo solar… ha-hacia el cielo…

La Pokemón tardo un poco en comprender las palabras de su entrenadora, pero, cuando lo hizo, con desgana se acercó de nuevo al borde del lago y, sin siquiera esperar un segundo más, de su cabeza llena de flores creo un rayo de luz enorme que salió disparado hacia el cielo; acompañando las luces que había creado la Energibola anterior.

El Rayo solar se elevó hacia el cielo y golpeo con el pequeño sol artificial creado por el ataque: Día soleado. Cuando el ataque de Lilligant impacto con el sol, múltiples brillos iluminaron de nuevo el lugar. Eran brillos muy bellos; era como si un arcoíris se desfragmentara y en pequeños destellos de todos los colores cayeran al suelo. La luz se contrastaba con la superficie del lago y la combinación de colores que había creado la Energibola con su luz verdosa hacia parecer al bosque un lugar lleno de fantasía y misterio.

Hanayo vio maravillada las luces que la rodeaban. Su corazón en ese momento latía tan rápido que sentía que perdía el aliento. Era lo más hermoso que había visto nunca, y era la primera vez que, después de mucho entrenamiento con su compañera Lilligant, podía hacer bien cada ataque hasta el punto de llevarla a lo que ahora veía frente a sus ojos. Pero aún faltaba algo más, un poco de impacto para que aquel lugar pareciera más precioso, y eso Lilligant lo sabía muy bien ya que veía a Hanayo desde abajo esperando impaciente su última orden.

Nerviosa, Hanayo vio a su Pokemón el cual parecía impaciente y un poco molesta por el ensimismamiento de su entrenadora.

—Lo siento… —El cuerpo de Hanayo tembló al ver la fría mirada que le dedicaba Lilligant—. Lo siento mucho… —Se disculpó de nuevo. Entonces, rápidamente levanto la mirada y vio de nuevo el paisaje—. Usa danza petal…

Pero sin esperar a que Hanayo terminara de dar su orden, Lilligant se lanzó hacia el centro del lago con un gran salto. De sus manos se crearon pequeños pétalos de flor que aparecieron repentinamente en todo el lugar. Lilligant cayó a la superficie del agua apoyada en una cama de pétalos rosas bajo sus pies. Danzando y dando vueltas con delicadeza, Lilligant creo más pétalos rosas de flor las cuales brillaron con el brillo misterioso creado anteriormente por ella.

—¡Eres increíble Lilly! —Grito emocionada Hanayo, sin quitarle la vista de encima a su Pokemón el cual cubría por completo la superficie del agua con pétalos de flores.

Aquel hermoso lugar creado por Lilligant y su entrenadora parecía ser eterno, como si nada lo pudiera perturbar nunca. Pero algo les hizo recordar a ambas que aquella visión del paisaje era solo algo efímero.

La luz del sol artificial se apagó de pronto, al igual que la luz verde que iluminaba cada rincón del bosque. Los fulgores de arcoíris cayeron todos al lago y se perdieron con el color rosado de los pétalos de las flores. Y súbitamente, un gran estruendo se escuchó proveniente del agua; parecía un chapoteo.

—¿Lilly? —Pregunto desconcertada Hanayo viendo a su Pokemón, el cual no dejaba de danzar y dar vueltas.

Hanayo miro hacia el lago, viendo cómo un Carvanha se aproximaba peligrosamente a su Pokemón

—¡Lilly! —Grito entonces Hanayo, haciendo que su Pokemón por fin se detuviera y se centrara en verla a ella.

Hanayo dio un paso hacia el lago pero se detuvo al ver como aquel Carvanha se acercaba más a Lilly y la embestía con ímpetu con su puntiagudo cuerpo espinoso. Lilligant no pudo hacer nada para esquivar aquel ataque que le tomo completamente por sorpresa, así que el ataque golpeo de lleno a Lilligant haciéndola trastabillar y caer a la superficie del lago.

—¡Lilly! —Grito angustiada Hanayo y esta vez sí corrió hacia el lago para salvar a su Pokemón.

Abrumada y preocupada se lanzó al agua sin pensárselo dos veces. Trato de alcanzar a Lilligant antes de que se hundiera más. Hanayo nado como pudo sin pensar mucho en que no sabía hacerlo muy bien, o que sus dotes físicos eran pésimos; en ese momento no le importo ya que en todo lo que pensaba era en salvar a su compañera la cual se hundía más y más en el profundo lago.

Lagrimas comenzaron a salir de los ojos de Hanayo las cuales se confundían con el agua que había a su alrededor; no podía contener las ganas de llorar al ver como Lilly no reaccionaba. Ya estaba muy cerca de ella, le faltaba poco para alcanzarla. Hanayo estiro su mano para alcanzar a su Pokemón y, con debilidad, la atrajo hacia su cuerpo, abrazándola con fuerza; apretando todo su cuerpo contra el de ella.

Hanayo trato desesperada de regresar a la superficie ahora con Lilligant en brazos. Así lo hizo y, cuando estuvo en la orilla de lago, tomo un gran respiro ya que estaba sofocada por estar tanto tiempo bajo el agua.

Lilligant abrió lentamente los ojos, viendo a Hanayo frente a ella, viendo como respiraba con dificultad y viendo como su pecho se expandía y se contraía desesperado. La Pokemón de planta miro preocupada a su entrenadora; Hanayo aún mantenía los ojos cerrados. Lilligant acerco su mano a Hanayo y toco un poco la húmeda piel de la chica pero, apenas si la toco, Hanayo reaccionó con un ataque de tos y con pequeñas gotas de agua escurriendo por su boca. Lilligant aparto velozmente su mano y la oculto detrás de su espalda, al igual que desvió la mirada de su entrenadora y miro a otro lado; mostrando alivio y nerviosismo en sus ojos amarillos.

—¿E… Estas bien… Lilly? —La voz de Hanayo hizo que el cuerpo de Lilligant se tensara y mirara de nuevo a su entrenadora—. P-Perdóname… —Lagrimas comenzaron a bajar por las mejillas de Hanayo—. Soy tan inútil, si tan solo hubiera actuado rápidamente… —Un amargo gemido seguido de un ataque de tos hizo que las lágrimas de Hanayo salieran más rápido de sus ojos—. Por mi culpa…

Hanayo abrió los ojos y vio a Lilligant a su lado, notando como una lagrima solitaria salía de sus ojos color miel. Lilly miraba fijamente a Hanayo, como si estuviera impresionada de alguna forma por lo que decía su entrenadora; quizás ni siquiera había notado que había comenzado a llorar. Esto no hizo más que empeorar la forma en la que se sentía Hanayo en ese momento.

—Todo es mi culpa… —Hanayo se intentó levantar. Lilligant ya no miraba a Hanayo; parecía un poco apenada y no sabía muy bien cómo reaccionar—. Sera mejor que te lleve al Centro Pokemón, ¿te lastimaron verdad? —Dijo Hanayo con una voz más tranquila y tratando de controlar sus emociones.

Lilligant miro desconcertada a Hanayo, pero no hizo más, solo se le quedo viendo fijamente, como si no entendiera muy bien por qué se preocupaba Hanayo tanto por ella.

Sin oportunidad de hacer otra cosa, Hanayo busco en una bolsa de su vestido la pokeball de su compañera y, sin decir nada más, hizo que esta regresara dentro.

Hanayo, después de que su compañera desapareció engullida por la luz roja de la pokeball, comenzó a caminar solitariamente fuera de aquel bosque; de camino hacia el Centro Pokemón; culpándose en todo momento por no haber previsto que, estando en un lugar silvestre como ese, pudiera haber molestado a otros Pokemón que fue justo lo que paso. Y que por sus actos lentos y torpes hubiera salido lastimada Lilligant por su culpa.

Hanayo entro tímidamente al Centro Pokemón, incluso dio un saltito tímido cuando las puertas del Centro se abrieron revelando así a la chica enfermera que frente a ella le daba la bienvenida.

—Bienvenida al Centro Pokemón —Dijo la chica pelirroja haciendo una reverencia—. ¿En qué puedo ayudarle?

Hanayo se quedó un segundo viendo a la chica, parecía cautivada por verla actuar tan amable con ella.

—M-Mi Pokemón…

—Perdón, ¿dijiste algo? No pude es… —La chica pelirroja levanto la mirada encontrándose con Hanayo completamente empapada; los ojos purpuras de Maki denotaron sorpresa al verla—. ¿Qué te ocurrió? Estas completamente empapada.

—Ah… —Se apresuró a decir Hanayo con una voz que iba en incremento—. E-Esto no es nada —La voz de Hanayo temblaba mientras llevaba su mano a la bolsa de su falda en la que estaba la pokeball de Lilligant—. Yo no soy nada importante, lo que pasa es que mi Pokemón…

—Deberías de cambiarte rápido antes de que pesques un resfriado. Tenemos ropa seca en la parte de arriba, puedes tomar prestado lo que sea.

—E… Eso no será necesario… —Hanayo apretó con fuerza la pokeball de Lilligant y la puso frente a la joven enfermera—. Lo único que quiero es que restauren la salud de mi Pokemón. Un Carvanha la ataco en el lago y parece ser que está un poco herida.

Maki vio a Hanayo con una mirada interrogante, sin entender muy bien el porqué del nerviosismo de la chica frente a ella. Pero aun así no quiso ser descortés con ella ya que parecía ya muy nerviosa como para que ella la empezara a intimidar con múltiples preguntas que podrían incomodar a la chica.

—De acuerdo, yo me llevare a tu Pokemón —Dijo Maki tomando la pokeball de las manos de Hanayo—. Pero aun así le diré a alguien que te acompañe para que te cambies de ropa —Maki desvió la mirada—. No creas que lo hago por ti ni nada, realmente no me importa, pero estas mojando el suelo y yo tendré que hacerme cargo de limpiar todo después…

Hanayo miro hacia el suelo viendo el charco de agua que había dejado bajo sus pies, y viendo como un intimidante y molesto Litten —el cual no había notado que estaba ahí hasta que sintió su fría mirada parecida a la de su dueña— la miraba desde abajo; esquivando las gotas de agua que escurrían del vestido verde de la chica.

—¡L-Lo lamento! —Los ojos de Hanayo se cristalizaron y amenazaron con romper en llanto en cualquier momento—. Y-yo lo limpiare todo… Lo siento mucho… —Hanayo miro suplicante a Maki. La joven enfermera se sintió mal al ver la reacción de la chica. Al final término haciendo lo que no quería, empeorando así un poco la situación.

—No tienes que hacer eso, no tienes, en serio… —Dijo Maki nerviosa—. No te preocupes… —Maki vio hacia todos lados, como si buscara la manera de escapar de aquella situación, y de pronto la encontró—. ¡Tú, enana, ven aquí! —Grito abruptamente, a lo que una chica pelinegra vestida de enfermera con un Kirlia a su lado voltearon a ver a Maki con desconcierto.

La chica pelinegra parecía incrédula al principio, pero, al ver a Maki, su rostro se tornó rojo por la molestia que sentía la ser insultada tan repentinamente.

—¡¿A quién le dices enana, tú, niña mimada?! —Nico se acercó junto con Kirlia hacia las dos chicas. A pesar de sus gritos, Maki no le hizo mucho caso ya que veía como Hanayo miraba con miedo a Nico.

—Olvida eso. Necesito que lleves a esta chica arriba para que se cambie de ropa.

—Tú no me das órdenes, ¿quién te crees? —Pero Nico pareció que le hablaba al aire ya que Maki la ignoro por completo mientras caminaba hacia el mostrador del Centro Pokemón—. Esa niña… —Dijo Nico entre dientes mientras se volvía hacia Hanayo—. Bien, te llevare a que te cambies.

—N… No es necesario, puedo esperar afuera…

—Está bien, esperaras afuera después de que te cambies —Nico parecía muy molesta al no poder desquitarse como era debido con Maki; así que descargo su enojo con Hanayo. Nico tomo el brazo de Hanayo con brusquedad y la comenzó a arrastrar.

—E… Espera, señorita…

—Nico. —Respondió ella desinteresada, solo concentrada en su labor de llevar a rastras a Hanayo.

—Nico-san… —Pero Nico no le hacía caso, y ahora era peor ya que su Kirlia empujaba por detrás a Hanayo, haciendo así que acelerara el paso—. Espera, no es nece… -

—No me importa. ¿Puedes callarte ya? Eres irritante.

—Espera, pero… —Hanayo libero un tenue gritito—. ¡Que alguien me ayude!

—No seas exagerada, ni que te fuera a hacer otra cosa… —Nico volteo a ver a Hanayo—. Aunque estoy tan molesta que quizás lo considere… —Nico rio con malicia mientras subía a la fuerza a Hanayo por las escaleras

.

Aún muy decepcionada como para poder pensar en otra cosa que no fuera en Lilligant, Hanayo se vestía desganada en una pequeña habitación del Centro Pokemón. Su mente estaba inmersa en lo frustrada que se sentía como entrenadora al no haber podido actuar como es debido cuando su compañera Pokemón fue lastimada. Sin ganas realmente de cambiarse el vestido mojado, lentamente se desvistió y se puso un vestido nuevo que le había prestado Nico.

Suaves suspiros salían de su boca, inundando con su sonido aquella silenciosa habitación, pero inesperadamente algo hizo que ese silencio se rompiera, y fue con un sonido parecido al de un trueno. Instintivamente, Hanayo miro por la pequeña ventana que había en la habitación por la cual se podía ver el campo de batalla del Centro Pokemón y el inicio del bosque cercano. Hanayo miro al cielo, pensado que aquel sonido de trueno había sido un presagio para una tormenta que se aproximaba, pero se sorprendió al ver que el cielo estaba igual de despejado como hace un rato.

Desconcertada desvió la mirada hacia el campo de batalla, donde alcanzo a ver algo que le llamo la atención: en medio del campo de batalla había una chica. Al principio no le presto mucha atención, aunque después de un rato le pareció un poco sospechosa ya que la chica miraba hacia todos lados, como si pretendiera esconder algo. La chica que estaba en el campo de batalla volteo hacia arriba, encontrándose con que Hanayo la miraba desde la ventana; ambas entrelazaron sus miradas. De la boca de Hanayo salió un suave suspiro, y después miro impresionada a la chica que desde abajo la miraba sin quitarle la vista de encima. Hanayo parecía cautivada por la mirada amable de la chica, incluso le pareció muy infantil y energética. Los ojos de la chica de abajo parecían brillar de color verde claro con los rayos blanquecinos del sol de Alola, al igual que lo hacia su cabello el cual era de un color parecido al del cuerpo de un Charmander. La mirada de las dos chicas permaneció así unos segundos. Hanayo no pensaba que realmente aquella chica la estuviera viendo a ella, pero confirmo lo equivocada que estaba al ver como la chica del campo de batalla le esbozaba una tímida sonrisa.

Hanayo estaba tan embelesada que no se percató hasta muy tarde que la chica cargaba en brazos a un pequeño Pokemón parecido a un felino. Este Pokemón parecía más perceptivo y animado que su dueña ya que, al igual que la chica de cabello naranja, veía a Hanayo con ánimo y con una sonrisa de oreja a oreja. El Pokemón tenía la mitad del cuerpo cubierto de un pelaje color negro y la otra mitad brillaba de un hermoso color dorado. Los ojos del Pokemón eran grandes y de un vivo color naranja; al igual que el color de las estrellas de cuatro puntas que se alcanzaban a ver en sus grandes y circulares orejas y en la punta de su alargada cola. El Pokemón se quedó viendo fijamente a Hanayo y, cuando menos se lo espero, Hanayo pudo ver como el cuerpo de este Pokemón se cubría con chispas eléctricas de color azul claro.

Desconcertada al ver a aquel extraño Shinx de diferente color y a su dueña la cual parecía realmente extraña en ese momento, Hanayo sintió la imperiosa necesidad de hacer algo que ella no solía hacer, y es que, al ver a aquella chica, sintió la necesidad de salir corriendo tras ella, y no sabía si era al ver a ese Shinx de color diferente o era por la dueña que lo cargaba.

Hanayo miro una última vez a la chica y vio que se perdía entre los arboles del bosque, y entonces ahí lo decidió. Sin dudarlo más comenzó a correr. Atravesó la puerta de la pequeña habitación y la abrió con fuerza, encontrándose frente a frente con los rostros desconcertados de Nico y de Maki.

—¿Que fue…? —Dijo Maki. Hanayo miro a los ojos a las dos chicas y sin hacerles caso comenzó a caminar con rapidez—. ¡Espera! Tu Pokemón ya se encuentra…

Hanayo, sin decir nada, volteo a ver a las dos chicas con el rostro completamente cambiado; parecía que mostraba una determinación impresiónante, lo cual desconcertó a las dos chicas. Hanayo regreso sobre sus pasos y tomo su pokeball de manos de Maki, esta quedo paralizada al ver la actitud con la que se comportaba esa chica. Hanayo hizo una reverencia y continúo rápidamente su camino.

—¿Qué fue lo que le hiciste? —Dijo Maki en un susurro, sin desviar la mirada del lugar por el cual había desaparecido Hanayo.

—No lo sé… —Fue lo único que consiguió decir Nico antes de que el sonido de los últimos pasos de Hanayo desaparecieran del lugar.

La chica castaña camino más rápido hacia la salida del Centro Pokemón y después atravesó el campo de batalla. Nerviosa miro hacia todos lados, viendo si podría ver de nuevo a aquella cabellera de color único. La chica entro al bosque, por el mismo lugar en que vio a la chica pelinaranja la última vez, y, deduciendo por mera intuición el camino que posiblemente habría tomado, Hanayo se adentró al bosque.

No paso mucho tiempo caminando cuando Hanayo escucho un fuerte ruido, era igual al que había escuchado antes; era el sonido de un trueno. La chica siguió caminando por un sendero que había en el bosque y se metió entre los árboles; buscando llegar hacia el origen del sonido. Entonces pudo ver cómo, en un claro en el que los rayos del sol entraban e iluminaban con claridad, en medio de aquel lugar estaba la chica que tanto buscaba.

—Muéstrame otra vez nya —Hanayo quedo paralizada al escuchar la forma tan particular de hablar de esa chica; era como si tratara de imitar a un Meowth parlante. Instintivamente, al escuchar la voz de la chica, Hanayo dio un respingo nervioso y se puso de cuclillas, haciendo que un arbusto que estaba frente a ella le sirviera de escondite para que la chica que estaba en el claro no la descubriera.

—Vamos, Shinx, ahora hagámoslo desde el principio —La voz de aquella chica le pareció muy animada a Hanayo, algo que por alguna extraña razón cautivaba a la chica y la hacía sentir extrañamente familiarizada—. ¡Usa Danza lluvia nya! —Grito la chica, y de pronto, desde debajo de ella, apareció aquel extraño Shinx de diferente color.

Las orejas del Pokemón eléctrico se movieron y sus ojos color ámbar se iluminaron de azul. Repentinamente, una nube negra se comenzó a formar en ese lugar; una pequeña nube que trajo consigo un torrente de lluvia que se precipitaba desde ella.

—Rápido Shinx, ¡usa Trueno!

Sin esperarlo un segundo el cuerpo de Shinx se ilumino por chispas de electricidad de color azul. Con un ágil salto y engullido en electricidad, Shinx salto hacia el mismo lugar en el cual se acumulaba la pequeña nube negra artificial, haciendo así que su cuerpo y la nube se fusionaran al mismo tiempo, creando un trueno que salió de la nube con una impresionante fuerza.

—Solo un poco más, sé que podemos llegar hasta el final esta vez, Shinx… —Dijo la chica entusiasmada, haciendo que a Hanayo le latiera el corazón repentinamente; como si esperara impaciente lo que pasaría a continuación

El Pokemón de la chica, a pesar de la orden, no había aparecido por ningún lado; parecía aun perdido entre la densa nube negra del cielo.

—¡Ahora usa Voltio cruel! –Entonces la nube negra fue cortada, como si pasaran un cuchillo por ella, y ahí apareció de nuevo Shinx, engullido en electricidad la cual difuminaba su cuerpo haciéndolo parecer como si se fusionará con la misma electricidad—. ¡Al trueno nya! —Grito con fuerza la chica del claro, haciendo que el pequeño Pokemón bajara en picada hacia el suelo engullido de electricidad y chocara al mismo tiempo con un trueno que estaba próximo a caer a la tierra.

Hanayo miro aquel espectáculo con desconcierto. Sabía perfectamente lo que aquella chica estaba haciendo, pero al ver como el Pokemón eléctrico bajaba peligrosamente hacia la tierra una vez más, no pudo evitar pensar que eso era peligroso e imprudente.

—¡Cuidado! —Grito Hanayo con una voz estruendosa, pero su grito, a pesar de que fue fuerte, fue opacado por el sonido del trueno y de Shinx al colisionar al mismo tiempo. Aun así Hanayo no hizo el intento de volver a hablar ya que miraba maravillada a la chica que estaba frente a ella.

En el momento que el trueno golpeo a Shinx, múltiples luces y chispas volaron por el lugar, creando un hermoso espectáculo el cual parecía engullir todo el lugar con pequeñas chispas mágicas; era como si estrellas cayeran del cielo y tomaran posesión de la tierra.

Hanayo estaba sin habla viendo lo hermoso que se veía eso, viendo como la electricidad, amarilla y azul, contrastaba con la blanca piel de la chica que estaba frente a ella, la cual parecía estar muy feliz por el resultado de lo que había pretendido hacer.

—Un poco más Shinx… —El Pokemón había aparecido ileso pero muy cansado entre los brillos de electricidad—. Ahora, para finalizar, usa Colmillo rayo.

Hanayo se quedó expectante y de nuevo se ocultó detrás del arbusto para terminar de ver aquella muestra de coordinación de la chica pelinaranja.

El Shinx de aquella chica rugió con un chillido muy agudo y, en ese momento, de su boca y sus colmillos comenzaron a aparecer chispas amarillas. La electricidad que cubría el claro comenzó a moverse por todos lados, creado un remolino de luz el cual era atraído hacia Shinx aun con los colmillos encendidos en electricidad; parecía atraer las luces como si fuera un imán. Por ultimo Shinx cerró la boca con un gran mordisco haciendo que la electricidad que lo rodeaba cubriera su cuerpo haciendo brillar su pelaje dorado.

Aquel espectáculo de luces termino cuando la última chispa cayó al suelo y desapareció. Hanayo vio hasta el final, hasta que el último atisbo de luz desapareció en la tierra. El resonar de los pasos de la chica hizo que Hanayo saliera de aquel trance concentrándose de nuevo en ella; viendo cómo se acercaba a Shinx y lo abrazaba con emoción y euforia.

—¡Eres increíble, sabía que lo conseguirás nya! —Dijo la chica con ánimo; abrazando a su cansado Pokemón con ímpetu. El Shinx de la chica parecía igual de feliz ya que le restregaba la cara en el rostro, mostrándole así su alegría ante sus halagos.

La chica de pronto comenzó a reír y después se dejó caer a la tierra debajo de ella, con su Pokemón a su lado. Parecía que Shinx no podía ni siquiera sostenerse en pie de lo cansado que se veía, así que se dejó caer debilitado a lado de su entrenadora.

Hanayo se quería acercar a aquella chica. Quería hablar con ella, aunque no supiera de que, quería hacerle saber que había visto aquel espectáculo secreto y que le parecía una muestra increíble de coordinación con su Pokemón. Quería confirma por qué estaba tan encantada viendo a aquella chica a lo lejos. Quería saber porque le llamo tanto la atención a primera vista, y quería volver a ver esos ojos verdes que resplandecían con la electricidad de Shinx.

Hanayo se proponía a salir de su escondite, pero no pudo hacerlo ya que escucho como las ramas del bosque se quebraban a un costado de ella repentinamente, y no fue por coincidencia o por el viento del bosque que pasaba entre las copas de los árboles, sino que había alguien observándola fijamente e intercambiaba miradas entre ella y la chica del claro.

Hanayo comenzó a temblar cuando vio a la persona que estaba a su lado y pretendía acercarse al claro. Aquella persona no le dijo nada, simplemente comenzó a caminar y, con una voz femenina, suave y educada, dijo:

—Es increíble lo que has hecho… —Eso fue suficiente para llamar la atención de la chica de cabello naranja.

La chica se levantó velozmente, como impulsada por un resorte, y miro a la chica misteriosa a los ojos, o al menos eso intento ya que aquella chica llevaba una gorra que le cubría parte del rostro además que su cabello, el cual era indescifrable saber de qué color era, estaba oculto por dentro de la gorra.

La chica del claro miro a la chica desconocida con confusión, pero aquel desconcierto le duro poco ya que la chica comenzó a temblar de pánico.

—M…Me viste… —Dijo en un susurro apenas audible, y parecía haber sido más para ella que para la persona que estaba delante; viéndola detenidamente y sin inmutarse por su repentino cambio de carácter.

—Parece que eres talentosa… —Dijo la chica misteriosa—. Así es, vi todo —La chica miro hacia abajo donde el Shinx de la pelinaranja se escondía asustado detrás de la pierna de su entrenadora—. Pero ¿no crees que fuiste muy brusca con todo lo que hiciste? Pudiste haber lastimando a Shinx.

—T… Tu…—La chica miro a su Pokemón— crees.

—Y que si lo creo, combinar ambos ataques eléctricos así, tan bruscamente, pudieron haberle dado una descarga a tu Pokemón, y pudieron haberlo dejado paralizado… —La sonrisa de la chica cambio de una desinteresada a una amplia e indescifrable—, y no solo eso, si tú sabes a lo que me refiero —La chica señalo a Shinx, haciéndole ver tanto a Hanayo, la cual seguía escondida, como a la chica pelinaranja, como el Pokemón eléctrico no había dejado de respirar con dificultad.

La entrenadora de Shinx movió sus labios intentando hacer que las palabras que tenía en su garganta pudieran salir, pero sentía un nudo tan grueso en ella que solo pudo dejar salir de su boca ligeros gemidos.

—Tú no sirves para esto. Solo eres una aficionada que no sabe cómo criar bien a su Pokemón —Sentencio la chica misteriosa; llevándose toda la atención de la pelinaranja—. ¿Te llamas?

—R… Rin… —Musito nerviosa la chica.

—Pues bien, Rin, como dije, eres una imprudente por haberle hecho eso a tu Pokemón...

La chica llevo su mano al bolsillo de su chaqueta y de ella saco una pokeball. Sin dudarlo, lanzo la pokeball y, entre la luz azul brillante, apareció un Azumarill el cual cayó entre las dos chicas con una sonrisa parecida al de su dueña: era una sonrisa que mostraba sofisticación con tan solo verla. Cuando Azumarill se percató de la presencia de Rin, el Pokemón de tipo agua el cual parecía un conejo con grandes orejas y con un cuerpo rechoncho hizo una reverencia hacia la chica.

—¿Te parecería bien tener una batalla conmigo? Después de todo quiero que sientas lo que sufrió Shinx al ordenarle cosas tan egoístas como tú lo hiciste. Vamos, no creo que te moleste, después de todo ya le hiciste mucho daño.

—N… No…—Dijo Rin temblando y alejándose del Azumarill de la chica. A pesar de que la mirada del Pokemón de agua era pacifica, le ponía los pelos de punta a Rin—. Lo siento, sé que hice mal pero…

—¿Pero? —La voz de la chica misteriosa parecía sombría. Y realmente así lo pensó Rin al ver como la sonrisa en sus rostro se mal dibujaba a una completamente diferente. El corazón de Rin latía con fuerza con tan solo ver aquel gesto en el rostro de la chica—. No soy yo la que tiene que recibir disculpas, sino… —La chica intercambio su mirada con Shinx. Estaba tan asustado que no podía moverse, solo temblaba bajo los pies de su entrenadora. Pero entonces, sin esperárselo realmente, la voz estridente de la chica ordeno con ímpetu el primer ataque a su Pokemón—: ¡Azumarill, Hidrobomba! —El Azumarill de la chica salto hacia atrás y de su boca creo un chorro de agua brillante de un hermoso color azul el cual parecía tener la fuerza suficiente como para doblar el tronco de un árbol por la mitad

El ataque se aproximó hacia Rin y Shinx. En ese momento Hanayo no podía seguir viendo como aquella chica misteriosa le hacía eso a Rin. Tenía que hacer algo antes de que el ataque no solo golpeara a Shinx, sino que también tenía que proteger a Rin.

Velozmente Hanayo salió de su escondite y, sin pensarlo ni un segundo, lazo su pokeball frente a Rin haciendo que Lilligant apareciera entre la luz azulada de la pokeball que la liberaba.

Hanayo corrió hacia el claro y rápidamente ordeno:

—¡Lilly Energibola! —El Lilligant de Hanayo creo velozmente una pequeña bola de color verde frente a ella la cual golpeo la Hidrobomba de Azumarill, pero el ataque de tipo planta era muy débil como para contraatacar al Pokemón de la chica misteriosa, solo sirvió para que la Hidrobomba no golpeara ni a Rin ni a Shinx.

—Ya saliste de tu escondite, Hanayo… —Dijo la chica fingiendo sorpresa por la repentina aparición de Hanayo. Ella miro con un rostro diferente a la chica misteriosa; a pesar de que Hanayo no parecía enojarse con facilidad, en ese momento parecía muy molesta.

—¡De nuevo Energibola! —Ordeno Hanayo. Lilligant creo de nuevo la bola de energía con sus manos al mismo tiempo que un hilo rojo engullo su cuerpo cuando la Energibola salió disparada hacia a Azumarill.

La luz roja provenía de la pokeball que firmemente sostenía Hanayo, haciendo que Lilligant regresara a ella al instante. Hanayo corrió hacia Rin y la tomo con fuerza de la mano. Entonces, en el mismo momento que Hanayo tomo la mano de Rin, la Energibola de Lilligant golpeo a Azumarill creando una tenue pantalla de humo blanco que impedía la visibilidad de la chica misteriosa y de su Pokemón.

—¡Corre! —Grito desesperada Hanayo, tratando de llamar la atención de Rin. Pero la chica estaba tan asombrada que no se movió ni un centímetro de donde estaba.

Al ver que Rin no se movía: Hanayo tomo a Shinx en sus brazos y con una mano tomo del brazo a Rin comenzando a arrastrarla con insistencia hacia lo profundo del bosque; dejando atrás a la chica misteriosa y su Pokemón que las miraron irse con una sonrisa de resignación mezclada con satisfacción.


Espero que les haya gustado el capitulo, como pudieron notar, este es el primer capitulo de este TwoShot; pronto espero traer el siguiente capitulo. Aun nos queda una batalla; después de todo Pokemón es de lo que se trata: batallas para todos, y esta historia no sera la excepción, solo me pregunto: ¿Quien sera la chica misteriosa? jaja creo que es obvio.

Espero que les haya gustado y me hagan saber su opinión en las Reviews las cual adoro leer. Díganme si les gusto todo el Performance creado por Hanayo y Rin, y díganme de igual forma si les gustaron los Pokemón que les puse a cada una.

Si quieren saber cuando actualizo, siganme en Facebook si les gusto tambien al historia: Biso47 Fiction.

Sin mas, Muchas Gracias por Leer y Por sus hermosas Reviews