Un nuevo fic. Un nuevo comienzo. Quien sabe y tal vez una vieja historia, pero quise mostrar mi versión de lo omitido de eso que queremos ver.
Sin más léanlo!
Dedicatoria especial:
Deseo con toda mi alma y corazón, que halles la paz que buscaste en vida esa felicidad eterna, y que el jubilo de mis palabras logren acercarte más a ese paraíso que mereces.
For Cruz and Gianni, Today and ever!
Capítulo 1: Mi naturaleza
-¡Ginevra Weasley!- Llamó McGonagall después de tantos alumnos.
Su cabello rojo oscuro…
…distinción…
…sus labios carmesí, sus ojos llenos de un atrayente brillo. Decisión, confianza y fortaleza. Con caminar decididoy seguro. Con silueta de niña, y con semblante de mujer. Ese semblante definido que no todas tenemos a su edad.
No estaba impaciente, parecía que esperaba una noticia que ya sabía de antemano. Estaba cansada tal vez, eso sí, y sobremanera, de estar parada viendo pasar a tanto idiota. Ya no había de qué preocuparse, al fin le tocaba a ella.
Estaba segura de a donde iría, sabía exactamente la casa que le tocaría, pero también sabía cuál era la mejor elección, lo que le convenía, y lo que se esperaba de ella, siendo lo que era, y esperando ser.
-Así que aquí tenemos ¡una Weasley! -dijo el desgastado sombrero en voz alta, se permitió divagar, mientras el comedor escuchaba atento- La última, al parecer…
Se removió un poco incomoda por aquél detalle.
-Al fin algo diferente, pero fácil, y a la vez curioso -proclamó el sombrero a voz en grito.
La pelirroja se removió con inquietud, se notaba que los gritos del viejo sombrero no le agradaban y menos si divulgaba su futuro porvenir.
-Ya entendí querida... -parecía divertido- Tú eres distinta a los otros-dijo el sombrero, ahora en un susurro.
Mi naturaleza es…
Ni siquiera pestañeó, sólo miraba fijamente las puertas del gran comedor, con estupor tal vez, pero bastante sutil en su forma de hacer creer que ese estupor, y de algún modo complacencia, no eran nada más que nervios. Continuó sin reaccionar, y hacer que no se inmutaba en lo más mínimo.
-No sé, querida. Puede ser aburrido, esa casa no es para personas como tú -ladeó un poco la cabeza y su cabellera oscura resplandeció.
Orgullo.
-Como quieras, pero te aseguro que ésa no es la mejor opción para ti…
Inteligencia.
-¡¡Gryffindor!!
Se levantó y caminó directamente hacia la mesa, tal y como se lo exigían. La mesa ovacionaba a su nueva integrante, que sin sorpresa ahora estaba entre ellos. Otra Weasley más en la casa de los leones, y eso, era de esperarse. Caminó, y por primera vez sonrió, aunque de lado, después de todo, había salido tal y como ella lo había planificado, nada de lamentos, nada de sorpresas, nada de eso.
Con clara complacencia, miró de reojo a la otra mesa, la más lejana. La mesa donde las personas como ella suelen sentarse, pero donde ella no podía estar.
Tomo asiento, junto a sus demás hermanos que ya la esperaban felices, que la ovacionaban con algo de exageración, lo esperado.
De un momento a otro los gritos se fueron apaciguando, y comenzó a percibir mejor sus alrededores. Se sentía observada, alguien más la estaba mirando, y de una forma bastante exigente, si se puede decir, incómoda. ¿Quién era? ¿Quién era capaz de atreverse a incomodarla de aquella forma tan grosera?
Sin ser obvia pero tampoco imperceptible, ladeó su cabeza un poco, con disimulo volteó a ver quién o más bien quiénes eran; sus videntes estaban alejados, tres pares de ojos que la miraban incrédulos... Tal vez no los convenció a todos. Eran slytherins.
Habilidad.
Un pelinegro de mirada maliciosa, y de la misma forma despectiva, clavaba sus ojos en ella. Tenía compañía, alguien más a su lado, una chica de facciones finas, pelinegra también, pero esta poseía un reluciente perfil. Su rostro mostraba "que se le antojaba no solo mirar", era un escrutinio muy descarado.
Siguió observando y la última mirada, escrutiñadora la hizo reaccionar. Se olvidó por completo del disimulo y decoro que debía mantener ese momento, de alguna forma era imposible.
Malicia.
… la misma malicia… el mismo porte…
Después del callejón, la misma mirada gris.
Ese porte…
…cabello rubio...
La combinación perfecta.
Él era;
…esa sutileza…
Tal vez, la fascinación perfecta para mi naturaleza, la mejor opción, pero ocurrentemente mi perdición.
Continuara…
Notas de autor:
Esto es algo pequeño para empezar.
Este cap. me salió cortito, pero iré agrandándolos a medida que avance, si es que me lo permiten. No tan cortos, ni tan largos, y pues esperemos que ni un poquitín redundantes, suelo cometer errores de esos, pero puff... espero que me apoyen. ^^
Este fic, otra ocurrencia de última hora, como todos los demás que he hecho.
Agradezco a mi nueva Beta Adhara Adjar, quien ayudo a que este capítulo fuese ahora lo que es (mejor). Y agradezco, por su entusiasmo por hacerlo más rápido de lo que yo pensaba. ^^
Espero les guste y me dejen saber su opinión, es imperial tenerla, a menos que no quieran que siga.
Adiós, y espero que hasta la próxima.
