Festejando fin de clases… con algo más…

Capítulo 1:

Me llamo Azumi Hitachiin, y esta es una historia real, me ocurrió el año pasado;

Terminaron las clases, y para festejar hice una pijamada en mi mansión, mis padres se iban de viaje por lo que la mansión quedo para mi sola. Invite a mis amigas Amaya, Dai y mi prima Aika.

Me encontraba en la sala preparando todo, mis padres ya se habían ido, eran las 21:39 y las 22:00 llegaban las chicas. Esparcía almohadas por el suelo, mi perrita Violet corría y saltaba a mi alrededor, cuando escuche que algo caía en mi habitación, mi habitación queda en el piso de arriba por lo que se me hace fácil escuchar los ruidos.

La ventana - pensé- la abre dejado abierta.

Subí corriendo las escaleras, cuando llegue a mi habitación descubrí que la ventana estaba cerrada, lo que se había caído era un lapicero, lo levante y lo puse en su lugar, volví a bajar.

Lo que no me imaginaba era que eso era el comienzo de todo lo que iba a ocurrir.

Amaya y Dai llegaron puntuales, Aika llego más tarde puesto que vive en otra ciudad.

La pijamada empezó normal, vimos una película, jugamos con Violet tirándole pelotas, etc.

Nos encontrábamos en la computadora, cuando escuche pasos, como soy hija única, cuando me quedo sola, escucho todos los ruidos de la mansión a pesar de su gran tamaño.

Al principio me carcomía pensando en que era eso, pero me acorde de la sirvienta, a lo mejor se había quedado y no me había enterado, con ese pensamiento me tranquilice.

Pasado un rato, con Dai fuimos a la cocina, servimos bebidas y comida que preparadas para la ocasión.

No sabía que estaba tu abuela – me comento Dai cuando volvíamos de la cocina.

¿mi abuela? – pregunte extrañada.

Si, vi a una anciana cruzar frente a la puerta mientras servíamos las cosas

Lo que escuche casi me hizo volcar la bandeja. Dai me miro.

Habrás visto mal – le dije tratando me sonar tranquila – mi abuela no vino.

Cuando llegamos a la sala, nos sorprendió ver que Amaya y Aika habían apagado las luces.

Las luces parpadeaban – explico Amaya – parece que va a haber un corte, ¿apagaron la luz de la concina?

No la habíamos apagado, y no me animaba a volver, en mi mente sacaba conclusiones tontas como que tal vez si había venido mi abuela y no me había enterado aunque sabía que eso era imposible, pensé en la sirvienta pero ella estaba todavía lejos de ser una anciana.

Le pedí a Aika que me acompañe, tenía que comentarle a alguien lo ocurrido.

-¿una anciana? ¿Enserio? – preguntaba Aika, de camino a la cocina, después de escuchar mi relato.

- sí, eso fue lo que dijo – confirme – para mí que imagina cosas, o lo hace apropósito.

Apagamos la luz, pero olvidamos el detalle de que no habíamos llevado nada para alumbrarnos, volvíamos a oscuras.

Resignadas, en la oscuridad nos pusimos a charlar, cuando Violet empezó a ladrar, sabía que no ladraba salvo que fuera importante.