Nota: Los personajes no me pertenecen a mí, sino a Rumiko Takahashi. La historia completa es de mi autoría (adaptada a los personajes) Espero que sea de su agrado :3
Perfección
Prólogo
Las yemas de sus dedos estaban enrojecidas y sentía pulsaciones en ellos, aún así continúo dando puntada tras puntada. Sobre su regazo reposaba un delicado vestido color marfil, del satín más suave que había podido tocar. Colocó una piedrecilla más en el bordado que estaba realizando y luego de diecisiete horas totales y dos semanas de exhaustivo trabajo, por fin terminó. Acomodó el vestido en un maniquí con mucho cuidado y observó con amor ese monumental trabajo, para cualquier novia ese sería el vestido soñado. Menos para ella.
Tomó sus cosas y luego de despedirse de la secretaria, salió a las frías calles de Tokio. La tarde aún no caía, pero el viento invernal que soplaba se colaba por sus huesos, mientras ella maldecía la hora en que había olvidado su abrigo. En sus manos, portaba unos pesados libros y en su espalda llevaba una cargada mochila. Miró su reloj y vio que se había retrasado mucho, así que sus pies se movieron con mayor velocidad hasta que llegó al cruce de una avenida muy concurrida. El tráfico, como siempre, se interponía entre ella y la vereda siguiente, esperó y en el momento en que el semáforo le dio la señal para pasar, salió corriendo hasta la próxima acera.
Con el paso del tiempo y la prisa que llevaba, chocó contra una mujer que salía de una tienda. Sus libros, papeles y toda ella quedaron esparcidos sobre la húmeda acera mientras la mujer le ayudaba a recoger algunas cosas. La mujer tomó entre sus manos eso que tanto le llamó la atención, sus ojos brillaron emocionados pero cuando quiso hablar con la muchacha, ésta se alejaba rauda y veloz con su trote, ignorando sus llamadas por completo.
Llegó agitada hasta su salón, de nueva cuenta el profesor la reprendió y la dejó pasar a pesar de que ya estaban terminando con la clase. Se acomodó en un pupitre y trató de enlazar las últimas instrucciones del maestro.